y cuando, por otra parte, vemos individuos que, aun sacados jovenes del estado natural, perfectamente amansados, habiendo vivido bastante tiempo y sanos -de lo que podria dar yo numerosos ejemplos-, tienen, sin embargo, su aparato reproductor tan gravemente perjudicado, por causas desconocidas, que deja de funcionar, no ha de sorprendernos que este aparato, cuando funciona en cautividad, lo haga irregularmente y produzca descendencia algo diferente de sus padres.