El calvinismo y el pensamiento positivo ya se habian visto las caras en el siglo XIX, aunque al segundo se le llamaba entonces Nuevo Pensamiento; cuando volvieron a encontrarse, cerca ya del cambio de milenio, la confrontacion ya no fue publica sino que tomo la forma de batalla silenciosa por el dominio del mercado: la audiencia de television, las ventas de libros y la asistencia a las iglesias.