Ahora advierto que escribia cada vez que era infeliz, que me sentia solo o desajustado con el mundo en que me habia tocado nacer. Y pienso si no sera siempre asi, que el arte de nuestro tiempo, ese arte tenso y desgarrado, nazca invariablemente de nuestro desajuste, de nuestra ansiedad y nuestro descontento. Una especie de intento de reconciliacion con el universo de esa raza de fragiles, inquietas y anhelantes criaturas que son los seres humanos.