Pero cuando ella entraba en la casa, alegre, indiferente, dicharachera, el no tenia que hacer ningun esfuerzo para disimular su tension, porque aquella mujer cuya risa explosiva espantaba a las palomas, no tenia nada que ver con el poder invisible que le ensenaba a respirar hacia dentro y a controlar los golpes del corazon, y le habia permitido entender por que los hombres le tienen miedo a la muerte.