La batalla no esta ganada ni lo estara, probablemente, nunca. La llamada de la tribu, la atraccion de aquella forma de existencia en la que el individuo, esclavizandose a una religion o doctrina o caudillo que asume la responsabilidad de dar respuesta por el a todos los problemas, rehuye el arduo compromiso de la libertad y su soberania de ser racional, toca, a todas luces, cuerdas intimas del corazon humano. Pues este llamado es escuchado una y otra vez por naciones y pueblos y, en las sociedades abiertas, por individuos y colectividades que luchan incansablemente por cerrarlas y cancelar la cultura de la libertad.