IV El retrato La Enfermedad y la Muerte producen cenizas De todo el fuego que por nosotros arde. De aquellos grandes ojos tan fervientes y tan tiernos, De aquella boca en la que mi corazon se ahogo, De aquellos besos pujantes cual un dictamen, De aquellos transportes mas vivos que los rayos, ?Que resta? !Es horrendo! !oh, mi alma mia! Nada mas que un diseno muy palido, con tres trazos, Que, como yo, muere en la soledad, Y que el Tiempo, injurioso anciano, Cada dia frota con su ala ruda... Negro asesino de la Vida y del Arte, !Tu no mataras jamas en mi memoria Aquella que fue mi placer y mi gloria!