Solo habia otra unica mujer en el mundo a la que le habia visto solamente la parte inferior de la cara. La sonrisa era igual; el atractivo hoyuelo en el extremo del menton era igual. Todo era igual. Sophie era la mujer del vestido plateado, la mujer del baile de mascaras. De pronto todo cobro sentido. Solo dos veces en su vida habia sentido esa atraccion inexplicable, casi mistica, por una mujer. Le habia parecido extraordinario encontrar a dos, cuando en su corazon siempre habia creido que solo habia una mujer perfecta para el. Su corazon no se habia equivocado. Solo habia una.