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El Demonio se agita sin cesar a mi lado, flota a mi alrededor como un aire impalpable; lo respiro y siento que quema mis pulmones, llenandolos de un ansia sempiterna y culpable. Sabiendo lo mucho que amo el Arte, toma a veces la forma de la mujer mas seductora, y con especiales e hipocritas pretextos acostumbra mis labios a filtros degradantes. Lejos de la vista de Dios, asi me lleva, jadeante y deshecho de cansancio, al centro de los llanos del tedio, profundos y desiertos, y arroja ante mis ojos llenos de confusion vestiduras manchadas, heridas entreabiertas, y el sangriento aparato que implica Destruccion.