Y lo que, por el contrario, me sucede a mi en las raras horas de placer, lo que para mi es delicia, suceso, elevacion y extasis, eso no lo conoce, ni lo ama, ni lo busca el mundo mas que si acaso en las novelas; en la vida, lo considera una locura. Y en efecto, si el mundo tiene razon, si esta musica de los cafes, estas diversiones en masa, estos hombres americanos contentos con tan poco tienen razon, entonces soy yo el que no la tiene, entonces es verdad que estoy loco, entonces soy efectivamente el lobo estepario que tantas veces me he llamado, la bestia descarriada en un mundo que le es extrano e incomprensible, que ya no encuentra ni su hogar, ni su ambiente, ni su alimento.