Site uses cookies to provide basic functionality.

OK
Hay naturalezas puramente contemplativas, impropias totalmente para la accion, que, sin embargo, merced a un impulso misterioso y desconocido, actuan en ocasiones con rapidez de que se hubieran creido incapaces. El que, temeroso de que el portero le de una noticia triste, se pasa una hora rondando su puerta sin atreverse a volver a casa; el que conserva quince dias una carta sin abrirla o no se resigna hasta pasados seis meses a dar un paso necesario desde un ano antes, llegan a sentirse alguna vez precipitados bruscamente a la accion por una fuerza irresistible, como la flecha de un arco. El moralista y el medico, que pretenden saberlo todo, no pueden explicarse de donde les viene a las almas perezosas y voluptuosas tan subita y loca energia, y como, incapaces de llevar a termino lo mas sencillo y necesario, hallan en determinado momento un valor de lujo para ejecutar los actos mas absurdos y aun los mas peligrosos. Un amigo mio, el mas inofensivo sonador que haya existido jamas, prendio una vez fuego a un bosque, para ver, segun decia, si el fuego se propagaba con tanta facilidad como suele afirmarse. Diez veces seguidas fracaso el experimento; pero a la undecima hubo de salir demasiado bien. Otro encendera un cigarro junto a un barril de polvora, para ver, para saber, para tentar al destino, para forzarse a una prueba de energia, para darselas de jugador, para conocer los placeres de la ansiedad, por nada, por capricho, por falta de quehacer. Es una especie de energia que mana del aburrimiento y de la divagacion; y aquellos en quien tan francamente se manifiesta suelen ser, como dije, las criaturas mas indolentes, las mas sonadoras.