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La mujeres son como la ayahuasca.
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vila-matas
mujer
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Enrique Vila-Matas |
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Es hermosa y mas que hermosa: es sorprendente. Lo negro en ella abunda; y es nocturno y profundo cuanto inspira. Sus ojos son de astros en que centellea vagamente el misterio, y su mirada ilumina como el relampago: es una explosion en las tinieblas.
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misterio
mujer
poesía
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Charles Baudelaire |
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Nunca la conocere del todo. Pero me necesita, me ha elegido.
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despecho
resignacion
mujeres
misterio
odio
tristeza
muerte
mujer
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Ernesto Sabato |
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La mujer amada nunca existio, la habia construido con suenos.
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idealización
sueños
mujer
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Isabel Allende |
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espera
mujer
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Richard Russo |
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Marcela: Hizome el cielo, segun vosotros decis, hermosa, y de tal manera, que, sin ser poderosos a otra cosa, a que me ameis os mueve mi hermosura, y por el amor que me mostrais, decis, y aun quereis, que este yo obligada a amaros. Yo conozco, con el natural entendimiento que Dios me ha dado, que todo lo hermosos es amable; mas no alcanzo que, por razon de ser amado, este obligado lo que es amado por hermoso a amar a quien le ama.
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españa
libertad
belleza
mujer
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Miguel de Cervantes Saavedra |
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Se enfrenta usted al enigma de la naturaleza, Daniel. La femina, babel y laberinto. Si la deja usted pensar, esta perdido. Recuerde: corazon caliente, mente fria. El codigo del seductor.
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Carlos Ruiz Zafón |
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Me parece contra natura que un hombre se entienda mejor con su perro que con su esposa, que lo ensene a comer y descomer a sus horas, a contestar preguntas y compartir sus penas.
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perro
hombre
mujer
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Gabriel García Márquez |
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No era solo su aspecto lo que la hacia hermosa. La belleza no era una representacion estetica: era la esencia, el espiritu que la animaba. Se expresaba mejor a traves del movimiento, de la conducta y del talento. Una mujer hermosa era una mujer dinamica y completa.
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mujer
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Jean M. Auel |
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">>En verdad, querida, me molestais sin tasa y compasion; diriase, al oiros suspirar, que padeceis mas que las espigadoras sexagenarias y las viejas pordioseras que van recogiendo mendrugos de pan a las puertas de las tabernas. >>Si vuestros suspiros expresaran siquiera remordimiento, algun honor os harian; pero no traducen sino la saciedad del bienestar y el agobio del descanso. Y, ademas, no cesais de verteros en palabras inutiles: !Quiereme! !Lo necesito <>! !Consuelame por aqui, acariciame por <>! Mirad: voy a intentar curaros; quiza por dos sueldos encontremos el modo, en mitad de una fiesta y sin alejarnos mucho. >>Contemplemos bien, os lo ruego, esta solida jaula de hierro tras de la cual se agita, aullando como un condenado, sacudiendo los barrotes como un orangutan exasperado por el destierro, imitando a la perfeccion ya los brincos circulares del tigre, ya los estupidos balanceos del oso blanco, ese monstruo hirsuto cuya forma imita asaz vagamente la vuestra. >>Ese monstruo es un animal de aquellos a quienes se suelen llamar "!angel mio!", es decir, una mujer. El monstruo aquel, el que grita a voz en cuello, con un garrote en la mano, es su marido. Ha encadenado a su mujer legitima como a un animal, y la va ensenando por las barriadas, los dias de feria, con licencia de los magistrados; no faltaba mas. !Fijaos bien! Veis con que veracidad --!acaso no simulada!-- destroza conejos vivos y volatiles chillones, que su cornac le arroja. "Vaya --dice este--, no hay que comerselo todo en un dia"; y tras las prudentes palabras le arranca cruelmente la presa, dejando un instante prendida la madeja de los desperdicios a los dientes de la bestia feroz, quiero decir de la mujer."
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odio
mujer
poesía
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Charles Baudelaire |
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La compararia a un sol negro si se pudiese concebir un astro negro capaz de verter luz y felicidad. Pero hace pensar mas a gusto en la luna, que indudablemente la senalo con su temible influjo; no en la luna blanca de los idilios, semejante a una novia fria, sino en la luna siniestra y embriagadora, colgada del fondo de una noche de tempestad y atropellada por las nubes que corren; no en la luna apacible y discreta, visitadora del sueno de los hombres puros, sino en la luna arrancada del cielo, vencida y rebelde, a quien los brujos tesalios obligan duramente a danzar sobre la hierba aterrorizada.
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luna
mujer
poesía
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Charles Baudelaire |
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Hay mujeres que inspiran deseos de vencerlas o de gozarlas; pero esta infunde el deseo de morir lentamente ante sus ojos.
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muerte
mujer
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Charles Baudelaire |
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Todas esas fantasmagorias son casi tan bellas como los ojos de mi hermosa amada, la locuela monstruosa de ojos verdes.
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locura
mujer
poesía
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Charles Baudelaire |