HEBREWS
Chapter 4
Hebr | SpaRV186 | 4:1 | Temamos, pues, no sea que, habiéndonos sido dejada una promesa de entrada en su reposo, parezca a alguno de nosotros quedar frustrado de ella. | |
Hebr | SpaRV186 | 4:2 | Porque también a nosotros nos ha sido anunciada la buena nueva como a ellos; mas la palabra oída no les aprovechó a ellos, no siendo mezclada con fe en aquellos que la oyeron. | |
Hebr | SpaRV186 | 4:3 | Entramos empero en el reposo los que hemos creído, de la manera que dijo: Así que juré en mi ira, si entrarán en mi reposo: aun acabadas las obras desde el principio del mundo. | |
Hebr | SpaRV186 | 4:4 | Porque en un cierto lugar dijo así del séptimo día: Y reposó Dios de todas sus obras en el séptimo día. | |
Hebr | SpaRV186 | 4:6 | Así que pues que resta que algunos han de entrar en él, y que aquellos a quiénes primero fue anunciado el evangelio, no entraron por causa de la incredulidad, | |
Hebr | SpaRV186 | 4:7 | Determina otra vez un cierto día, diciendo por David: Hoy, tanto tiempo después; como está dicho: Si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones. | |
Hebr | SpaRV186 | 4:8 | Porque si Josué les hubiera dado el reposo, nunca habría él hablado, después de esto, de otro día. | |
Hebr | SpaRV186 | 4:10 | Porque el que ha entrado en el reposo de él, ha reposado también él mismo de sus propias obras, como Dios reposó de las suyas. | |
Hebr | SpaRV186 | 4:11 | ¶ Esforcémosnos, pues, a entrar en aquel reposo, a fin de que ninguno caiga en el mismo ejemplo de incredulidad. | |
Hebr | SpaRV186 | 4:12 | ¶ Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más penetrante que toda espada de dos filos; y que alcanza hasta partir el alma, y aun el espíritu, y las coyunturas, y tuétanos; y que discierne los pensamientos, y las intenciones del corazón. | |
Hebr | SpaRV186 | 4:13 | Y no hay criatura alguna que no sea manifiesta en su presencia: antes todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta. | |
Hebr | SpaRV186 | 4:14 | Teniendo pues un gran sumo sacerdote, que penetró los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos firme nuestra profesión. | |
Hebr | SpaRV186 | 4:15 | Que no tenemos un sumo sacerdote que no se pueda resentir de nuestras flaquezas; mas tentado en todo según nuestra semejanza, sacado el pecado. | |