SpaPlatense - Wisdom - 1

1:1  Amad la justicia, vosotros los que juzgáis la tierra. Sentid bien del Señor, y buscadle con sencillez de corazón.

1:2  Porque los que no le tientan le hallan, y se manifiesta a aquellos que en Él confían.

1:3  Pues los pensamientos perversos apartan de Dios, cuyo poder puesto a prueba redarguye a los necios.

1:4  Porque la sabiduría no entrará en alma maligna, ni habitará en el cuerpo sometido al pecado.

1:5  El Espíritu Santo que la enseña, huye de las ficciones; se aparta de los pensamientos desatinados, y es repelido por la presencia de la iniquidad.

1:6  Ciertamente, el Espíritu de la sabiduría es benigno, y no dejará sin castigo los labios del maldiciente; porque Dios es testigo de sus afectos interiores, escudriñador infalible de su corazón, y entendedor de su lenguaje.

1:7  Por cuanto el Espíritu del Señor llena el mundo universo; y El que contiene todas las cosas, tiene conocimiento de lo que se habla.

1:8  Por eso el que habla cosas malas no puede esconderse, ni escapará del juicio vengador.

1:9  Pues se le interrogará al impío sobre sus pensamientos; y llegarán a los oídos de Dios sus palabras, para castigo de sus maldades.

1:10  Porque el oído celoso de Dios todo lo oye; ni encubrirse puede el ruido de las murmuraciones.

1:11  Guardaos, pues, de la murmuración, la cual de nada aprovecha, y refrenad la lengua de detracción; porque ni una palabra dicha a escondidas se irá por el aire; y la boca mentirosa da muerte al alma.

1:12  No os afanéis en acarrearos la muerte con el descarrío de vuestra vida; ni os granjeéis la perdición con las obras de vuestras manos.

1:13  Porque no es Dios quien hizo la muerte, ni se complace en la perdición de los vivientes.

1:14  Todo lo creó para la vida; saludables hizo las cosas que nacen en el mundo. Nada hay en ellas de ponzoñoso ni nocivo, ni reino del infierno en la tierra.

1:15  Puesto que la justicia es perpetua e inmortal.

1:16  Mas los impíos con las manos y con las palabras llamaron a la muerte; y reputándola como amiga, vinieron a corromperse hasta hacer con ella alianza, como dignos de tal sociedad.