LAMENTATIONS
Chapter 4
Lame | SpaRV186 | 4:1 | ¡Cómo se ha oscurecido el oro, el buen oro se ha trocado! las piedras del santuario son esparcidas por las encrucijadas de todas las calles. | |
Lame | SpaRV186 | 4:2 | Los hijos de Sión preciados, y estimados más que el oro puro, ¡cómo son tenidos por vasos de barro, obra de manos del ollero! | |
Lame | SpaRV186 | 4:3 | Aun las serpientes sacan la teta, dan de mamar a sus chiquitos: la hija de mi pueblo cruel, como los avestruces en el desierto. | |
Lame | SpaRV186 | 4:4 | La lengua del niño de teta de sed se pegó a su paladar: los chiquitos pidieron pan, no hubo quien se lo partiese. | |
Lame | SpaRV186 | 4:5 | Los que comían delicadamente fueron asolados en las calles: los que se criaron en carmesí abrazaron los estiércoles. | |
Lame | SpaRV186 | 4:6 | Y aumentóse la iniquidad de la hija de mi pueblo más que el pecado de Sodoma, que fue trastornada en un momento, y no asentaron sobre ella compañías. | |
Lame | SpaRV186 | 4:7 | Sus Nazareos fueron blancos más que la nieve, más resplandecientes que la leche: su compostura más encendida que las piedras preciosas cortadas del zafiro. | |
Lame | SpaRV186 | 4:8 | Oscura más que la negrura es la forma de ellos: no los conocen por las calles: su cuero está pegado a sus huesos, seco como un palo. | |
Lame | SpaRV186 | 4:9 | Más dichosos fueron los muertos a espada, que los muertos de la hambre; porque estos murieron poco a poco por falta de los frutos de la tierra. | |
Lame | SpaRV186 | 4:10 | Las manos de las mujeres piadosas cocieron a sus hijos: fuéronles comida en el quebrantamiento de la hija de mi pueblo. | |
Lame | SpaRV186 | 4:11 | Cumplió Jehová su enojo: derramó el calor de su ira; y encendió fuego en Sión, que consumió sus fundamentos. | |
Lame | SpaRV186 | 4:12 | Nunca los reyes de la tierra, ni todos los que habitan el mundo creyeron, que el enemigo, y el adversario entrara por las puertas de Jerusalem. | |
Lame | SpaRV186 | 4:13 | Por los pecados de sus profetas, por las maldades de sus sacerdotes, derramaron en medio de ella la sangre de los justos. | |
Lame | SpaRV186 | 4:14 | Titubearon ciegos en las calles: fueron contaminados en sangre, que no pudiesen tocar a sus vestiduras. | |
Lame | SpaRV186 | 4:15 | Dábanles voces: Apartáos, es inmundo, apartáos, apartáos, no toquéis; porque eran contaminados; y desde que fueron traspasados, dijeron entre las naciones: Nunca más morarán. | |
Lame | SpaRV186 | 4:16 | La ira de Jehová los apartó: nunca más los mirará; porque no reverenciaron la presencia de los sacerdotes, de los viejos no tuvieron compasión. | |
Lame | SpaRV186 | 4:17 | Aun nos han desfallecido nuestros ojos tras nuestro vano socorro: con nuestra esperanza esperamos nación que no puede salvar. | |
Lame | SpaRV186 | 4:18 | Cazáronnos nuestros pasos, que no anduviésemos por nuestras calles: acercóse nuestro fin, cumpliéronse nuestros días; porque nuestro fin vino. | |
Lame | SpaRV186 | 4:19 | Ligeros fueron nuestros perseguidores, más que las águilas del cielo: sobre los montes nos persiguieron, en el desierto nos espiaron. | |
Lame | SpaRV186 | 4:20 | El resuello de nuestras narices, el ungido de Jehová fue preso en sus hoyos, de quien habíamos dicho: En su sombra tendremos vida entre las gentes. | |
Lame | SpaRV186 | 4:21 | ¶ Gózate, y alégrate, hija de Edom, la que habitas en tierra de Hus: aun hasta ti pasará el cáliz: embriagarte has, y vomitarás. | |