SpaPlatense - Psalms - 103

103:1  ¡Bendice a Yahvé, alma mía! ¡Yahvé, Dios mío, cuán grande eres! Te has vestido de majestad y de belleza,

103:2  envuelto en luz como en un manto. Extendiste el cielo como un cortinaje;

103:3  construiste tu morada superior sobre las aguas, haces de las nubes tu carroza, cabalgas sobre las alas del viento.

103:4  A los vientos haces tus mensajeros, y ministros tuyos los relámpagos centellantes.

103:5  Cimentaste la tierra sobre sus bases de suerte que no vacile jamás.

103:6  La habías cubierto con el océano como de un manto; las aguas se posaban sobre los montes.

103:7  Mas huyeron a un grito tuyo, —temblaron a la voz de tu trueno,

103:8  surgieron los montes, bajaron los valles—, hasta el lugar que les habías destinado.

103:9  Les fijaste un límite que no traspasarán, para que no vuelvan a cubrir la tierra.

103:10  Haces correr en arroyos las fuentes que brotan entre los montes,

103:11  para que beban todas las bestias del campo y sacien su sed los asnos monteses.

103:12  A sus orillas posan las aves del cielo, que cantan entre el ramaje.

103:13  Desde tu morada riegas los montes; la tierra se sacia del fruto de tus obras.

103:14  Produces el heno para los ganados, y las plantas que sirven al hombre, para que saque pan de la tierra,

103:15  y vino que alegre el corazón del hombre; para que el aceite dé brillo a su rostro y el pan vigorice su corazón.

103:16  Satúranse los árboles de Yahvé, los cedros del Líbano que Él plantó.

103:17  Las aves anidan en ellos; en los abetos tiene su casa la cigüeña.

103:18  Los altos montes dan refugio a los antílopes, las peñas, a los conejos.

103:19  Para señalar los tiempos, hiciste la luna; el sol conoce la hora de su ocaso.

103:20  Mandas las tinieblas, y viene la noche; en ellas rondan todas las fieras de las selvas.

103:21  Los leoncillos rugen en pos de la presa, e imploran de Dios el sustento;

103:22  al salir el sol se retiran, y se tienden en sus madrigueras;

103:23  y el hombre acude a su trabajo, a su labranza, hasta la tarde.

103:24  ¡Cuán variadas son tus obras, oh Yahvé! Todo lo hiciste con sabiduría; llena está la tierra de tus riquezas.

103:25  Mira el mar, grande y anchuroso: allí un hormiguear sin número, de animales pequeños y grandes.

103:26  Allí transitan las naves, y ese leviatán que creaste para que en él juguetease.

103:27  Todos esperan de Ti que a su tiempo les des el alimento.

103:28  Se lo das y ellos lo toman; al abrir Tú la mano se hartan de bienes.

103:29  Si Tú escondes el rostro, desfallecen; si retiras Tú su aliento, expiran, y vuelven a su polvo.

103:30  Cuando envías tu soplo, son creados, y renuevas la faz de la tierra.

103:31  Sea eterna la gloria de Yahvé; gócese Yahvé en sus obras.

103:32  Mira Él a la tierra, y ella tiembla; toca Él los montes, y humean.

103:33  A Yahvé cantaré mientras viva; tañeré salmos a mi Dios mientras yo tenga el ser.

103:34  Séanle gratos mis acentos! Yo en Yahvé me gozaré.

103:35  ¡Sean quitados de la tierra los pecadores y no haya más impíos! ¡Bendice, alma mía, a Yahvé! ¡Hallelú Yah!