SpaPlatense - Psalms - 67

67:1  Al maestro de coro. Salmo de David. Cántico.

67:2  Alzase Dios; sus enemigos se dispersan, y huyen ante Él sus adversarios.

67:3  Como se desvanece el humo, así se disipan; como se derrite la cera junto al fuego, así perecen los impíos ante la faz de Dios.

67:4  Los justos están alegres, saltan de júbilo en la presencia de Dios, y se regocijan con deleite.

67:5  Celebrad a Dios, entonad salmos a su Nombre; abrid camino al que viene a través del desierto. “El Señor” es su nombre, gozaos delante de Él.

67:6  Padre de los huérfanos y defensor de las viudas, Dios está en su santa morada.

67:7  Dios prepara un hogar a los desamparados, saca a prosperidad a los cautivos, solo los rebeldes se quedan en el tórrido desierto.

67:8  Dios cuando Tú saliste a la cabeza de tu pueblo, cuando avanzabas por el desierto,

67:9  se estremeció la tierra; también los cielos destilaron a la vista de Dios, [el mismo Sinaí tembló delante de Dios] el Dios de Israel.

67:10  Lluvia generosa derramaste, oh Dios, sobre tu heredad; estaba agotada y la renovaste.

67:11  En ella habitó tu grey; en tu bondad, oh Dios, proveías a los necesitados.

67:12  El Señor cumple su palabra: las buenas nuevas llegan en tropel:

67:13  “Huyen reyes y ejércitos, huyen; y las mujeres de la casa reparten el botín.

67:14  Mientras vosotros descansabais recostados entre los apriscos, las alas de la paloma brillaban plateadas y las plumas de la misma atornasoladas de oro.

67:15  Cuando el Omnipotente dispersaba a los reyes parecía caer nieve sobre el Salmón.”

67:16  Montes grandes son los montes de Basan, montañas de altas cumbres son los montes de Basan.

67:17  ¿Por qué, oh montes encumbrados, miráis con envidia el monte que Dios escogió para su morada? Sí, en él habitará Yahvé para siempre.

67:18  Millares y millares forman la carroza de Dios; en medio de ellos viene el Señor del Sinaí al Santuario.

67:19  Subiste a lo alto llevando cautivos; recibiste en don hombres; aun los rebeldes habitarán junto a Yah (nuestro) Dios.

67:20  ¡Bendito sea el Señor, día tras día! Dios, salvación nuestra, lleva nuestras cargas.

67:21  El Dios nuestro es un Dios que salva; por el Señor Yahvé escapamos a la muerte.

67:22  Porque Dios quebrantará la cabeza de sus enemigos, el altivo penacho de los que se pasean en sus delitos.

67:23  El Señor dijo: “De Basan los sacaré, los sacaré de lo profundo del océano;

67:24  para que hundas tu pie en la sangre de tus enemigos y en ella tenga parte la lengua de los perros.”

67:25  Se ve tu entrada, oh Dios, la entrada de mi Dios, de mi Rey, en el Santuario.

67:26  Cantores van delante, en pos van los tañedores; en medio, las doncellas baten los címbalos (cantando):

67:27  “Bendecid a Dios con alegría, bendecid al Señor los hijos de Israel.”

67:28  Allí está Benjamín, el más joven, precediéndolos; los príncipes de Judá y su séquito, los príncipes de Zabulón, los príncipes de Neftalí.

67:29  Despliega, oh Dios, tu poderío; poderío que asumes, oh Dios, en favor nuestro.

67:30  A causa de tu templo que está en Jerusalén, te ofrezcan tributos los reyes.

67:31  Increpa a la bestia del cañaveral y la multitud de los poderosos, dominadores de los pueblos. Suprime a los ávidos de plata. ¡Dispersa a los pueblos, que se gozan en las guerras!

67:32  Vengan los magnates de Egipto, levante Etiopía sus manos a Dios,

67:33  Reinos de la tierra, celebrad a Dios, entonad salmos al Señor,

67:34  a Aquel que cabalga por los cielos, los antiguos cielos; al que hace resonar su voz, su voz poderosa.

67:35  Reconoced la potestad de Dios, su majestad es sobre Israel, y su poder en las nubes.

67:36  Terrible es Dios desde su Santuario, el Dios de Israel, el que da potestad y vigor a su pueblo. ¡Bendito sea Dios!