SpaPlatense - I Maccabees - 7

7:1  El año ciento cincuenta y uno. Demetrio, hijo de Seleuco, salió de la ciudad de Roma, y llegó con poca comitiva a una ciudad marítima, y allí comenzó a reinar.

7:2  Y apenas entró en el reino de sus padres, cuando el ejército se apoderó de Antíoco y de Lisias, para presentárselos a él.

7:3  Mas así que lo supo, dijo: “Haced que no vea yo su cara”.

7:4  Con esto la misma tropa les quitó la vida, y Demetrio quedó sentado en el trono de su reino.

7:5  Y vinieron a presentársele algunos hombres malvados e impíos de Israel, cuyo caudillo era Alcimo, el cual pretendía ser Sumo Sacerdote.

7:6  Acusaron estos a su nación delante del rey, diciendo: “Judas y sus hermanos han hecho perecer a todos tus amigos, y a nosotros nos han arrojado de nuestra tierra.

7:7  Envía, pues, una persona de tu confianza, para que vaya y vea todos los estragos que aquel nos ha causado a nosotros y a las provincias del rey y castigue a todos sus amigos y partidarios.”

7:8  En efecto, el rey eligió de entre sus amigos a Báquides, que tenía el gobierno de la otra parte del río, magnate del reino, y de la confianza del rey; y le envió

7:9  a reconocer las vejaciones que había hecho Judas; confirió además el pontificado al impío Alcimo, al cual dio orden de castigar a los hijos de Israel.

7:10  Se pusieron en camino, y entraron con un grande ejército en el país de Judá; y enviaron mensajeros a Judas y a sus hermanos para engañarlos con buenas palabras.

7:11  Pero estos no quisieron fiarse de ellos, viendo que habían venido con un poderoso ejército.

7:12  Sin embargo, el colegio de los escribas pasó a estar con Alcimo y con Báquides para hacerles algunas proposiciones justas.

7:13  Al frente de estos hijos de Israel iban los asideos, los cuales les pedían la paz.

7:14  Porque decían: Un sacerdote de la estirpe de Aarón es el que viene a nosotros. No es de creer que nos engañe.

7:15  Y les habló palabras de paz, y les juro, diciendo: “No os haremos daño alguno ni a vosotros ni a vuestros amigos”.

7:16  Dieron ellos crédito a su palabra; pero él hizo prender a sesenta de los mismos, y en un día les hizo quitar la vida; conforme a lo que está escrito:

7:17  “Alrededor de Jerusalén arrojaron los cuerpos de tus santos, y su sangre; ni hubo quien les diese sepultura”.

7:18  Con esto, se apoderó de todo el pueblo un grande temor y espanto, y decían: No se encuentra verdad ni justicia en estas gentes; pues han quebrantado el tratado y el juramento que hicieron.

7:19  Levantó Báquides sus reales de Jerusalén, y fue a acamparse junto a Betceca, desde donde envió a prender a muchos que habían abandonado su partido; haciendo degollar a varios del pueblo, y que los arrojaran en un profundo pozo.

7:20  Encargó después el gobierno del país a Alcimo, dejándole un cuerpo de tropas que le sostuviera; y se volvió Báquides adonde estaba el rey.

7:21  Hacía Alcimo todos sus esfuerzos para asegurarse en su pontificado;

7:22  y habiéndose unido a él todos los revoltosos del pueblo, se hicieron dueños de toda la tierra de Judá, y causaron grandes estragos en Israel.

7:23  Viendo Judas todos los males que Alcimo y los suyos hacían a los hijos de Israel, y que eran mucho peores que los causados por los gentiles

7:24  salió a recorrer todo el territorio de la Judea, y castigó a estos desertores; de suerte que no volvieron a hacer más excursiones por el país.

7:25  Mas cuando Alcimo vio que Judas y sus gentes ya prevalecían, y que él no podía resistirles, se volvió a ver al rey, y los acusó de muchos delitos.

7:26  Entonces el rey envió a Nicanor, uno de sus más ilustres magnates, y enemigo declarado de Israel, con la orden de acabar con este pueblo.

7:27  Pasó Nicanor a Jerusalén con un grande ejército, y envió sus emisarios a Judas y a sus hermanos para engañarlos con palabras de paz,

7:28  diciéndoles: “No haya guerra entre mí y vosotros. Yo pasaré con poca comitiva a veros y tratar de paz”.

7:29  En efecto, fue Nicanor a ver a Judas; y se saludaron mutuamente como amigos; pero los enemigos estaban prontos para apoderarse de Judas.

7:30  Y llegando Judas a entender que habían venido con mala intención, temió y no quiso volver a verle más.

7:31  Conoció entonces Nicanor que estaba descubierta su trama; y salió a pelear contra Judas junto a Cafarsalama,

7:32  donde quedaron muertos como unos cinco mil hombres del ejército de Nicanor; y se retiraron a la ciudad de David.

7:33  Después de esto subió Nicanor al monte Sión, y salieron a saludarle pacíficamente algunos sacerdotes del pueblo, y hacerle ver los holocaustos que se ofrecían por el rey.

7:34  Mas él los recibió con desprecio y mofa, los contaminó y les habló con arrogancia,

7:35  y lleno de cólera les juró diciendo: “Si no entregáis en mis manos a Judas y a su ejército, inmediatamente que yo vuelva victorioso, abrasaré esta casa”. Y se marchó sumamente enfurecido.

7:36  Entonces los sacerdotes entraron en el Templo a presentarse ante el altar, y llorando dijeron:

7:37  “Señor, Tú elegiste esta Casa a fin de que en ella fuese invocado tu Nombre, y fuese un lugar de oración y de plegarias para tu pueblo.

7:38  Toma venganza de este hombre y su ejército, y perezcan al filo de la espada. Ten presentes sus blasfemias, y no les permitas que subsistan”.

7:39  Habiendo partido Nicanor de Jerusalén, fue a acamparse cerca de Bethorón, y allí se le juntó el ejército de Siria.

7:40  Judas acampó en Adarsa con tres mil hombres, e hizo oración a Dios en estos términos:

7:41  “Señor, cuando los enviados del rey Senaquerib blasfemaron contra Ti, vino un Ángel que les mató ciento ochenta y cinco mil hombres.

7:42  Extermina hoy del mismo modo a nuestra vista ese ejército; y sepan todos los demás que Nicanor ha hablado indignamente contra tu Santuario, y júzgale conforme a su maldad.”

7:43  La batalla se dio el día trece del mes de Adar; y quedó derrotado el ejército de Nicanor, siendo él el primero que murió en el combate.

7:44  Viendo los soldados de Nicanor que este había muerto, arrojaron las armas, y echaron a huir.

7:45  Los judíos los siguieron al alcance toda una jornada desde Adacer hasta la entrada de Gazara, y al ir tras de ellos tocaban las trompetas dando señales.

7:46  Con esto salían gentes de todos los pueblos de la Judea situados en las cercanías, y cargando sobre ellos con denuedo, los hacían retroceder; de suerte que fueron todos pasados a cuchillo, sin que escapara ni siquiera uno.

7:47  Se apoderaron en seguida de sus despojos, y cortaron la cabeza a Nicanor, y su mano derecha, la cual había levantado él insolentemente, y las llevaron y colgaron a la vista de Jerusalén.

7:48  Se alegró sobremanera el pueblo, y pasaron aquel día en grande regocijo.

7:49  Y ordenó que se celebrase todos los años esta fiesta a trece del mes de Adar.

7:50  Y la tierra de Judá quedó en reposo por algún tiempo.