SpaPlatense - Tobit

Chapter 1

1:1  Tobías, de la tribu y ciudad de Neftalí, situada en la Galilea superior, sobre Naasón, detrás del camino que va hacia el Occidente, teniendo a la izquierda la ciudad de Sefet,

1:2  fue llevado cautivo en tiempo de Salmanasar, rey de los asirios pero a pesar de hallarse en cautiverio no abandonó la senda de la verdad,

1:3  de suerte que de cuanto tenía, repartía todos los días a los hermanos de su nación, cautivos como él mismo.

1:4  Aunque siendo el más joven de todos los de la tribu de Neftalí, no había nada pueril en sus acciones;

1:5  de manera que cuando todos iban a los becerros de oro que había hecho Jeroboam, rey de Israel, solo él huía la compañía de todos los demás;

1:6  y se iba a Jerusalén al Templo del Señor, donde adoraba al Señor Dios de Israel, ofreciendo fielmente todas sus primicias y sus diezmos.

1:7  Cada tercer año repartía a los prosélitos y a los forasteros todo el diezmo.

1:8  Estas y otras cosas semejantes, prescritas por la Ley de Dios, observaba desde jovencito.

1:9  Hombre ya, se casó con una mujer de su tribu, llamada Ana, de la cual tuvo un hijo, a quien puso su nombre,

1:10  y le enseñó desde la niñez a temer a Dios, y a guardarse de todo pecado.

1:11  Por eso, cuando fue llevado cautivo con su mujer e hijo y toda su tribu a la ciudad de Nínive,

1:12  aunque todos comían de los manjares de los gentiles, Tobías guardó pura su alma, sin contaminarse jamás con sus viandas.

1:13  Porque se acordaba del Señor con todo su corazón, Dios le hizo grato a los ojos del rey Salmanasar;

1:14  el cual le dio permiso para ir adonde quisiese, y libertad de hacer cuanto le gustase.

1:15  Iba, pues, a visitar a todos los que estaban en cautiverio, y les daba consejos saludables.

1:16  Llegado que hubo a Rages, ciudad de los medos, con diez talentos de plata, procedentes de las remuneraciones que había recibido del rey, y

1:17  viendo en necesidad entre la mucha gente de su nación a Gabelo, de su misma tribu, le prestó dicha suma de dinero contra un recibo firmado de su mano.

1:18  Al cabo de mucho tiempo, murió el rey Salmanasar, y reinó en su lugar su hijo Senaquerib, que tenía gran odio contra los hijos de Israel.

1:19  Visitaba entonces Tobías cada día a los de su parentela, los consolaba; y repartía a cada uno, según podía, una porción de sus bienes.

1:20  Sustentaba a los hambrientos, vestía a los desnudos, y mostraba gran celo en dar sepultura a los que habían fallecido, o habían sido matados.

1:21  Cuando el rey Senaquerib, luego que volvió huyendo de Judea a causa de la plaga con que Dios le había castigado por sus blasfemias, mataba en su furor a muchos de los hijos de Israel, Tobías sepultaba sus cadáveres.

1:22  Lo que habiendo llegado a noticia del rey, mandó quitarle la vida y le quitó todos sus bienes.

1:23  Mas Tobías huyó con su hijo y su mujer, y despojado de todo se escondió, porque tenía muchos amigos.

1:24  Cuarenta y cinco días después asesinaron al rey sus propios hijos.

1:25  Entonces Tobías volvió a su casa, y le fueron restituidos todos sus bienes.

Chapter 2

2:1  Después de esto, un día festivo del Señor, estando preparada una buena comida en casa de Tobías,

2:2  dijo este a su hijo: “Vete y trae aquí algunos de nuestra tribu, temerosos de Dios, para que coman con nosotros.”

2:3  Se fue (el hijo), y cuando volvió, contó cómo uno de los hijos de Israel, que había sido matado, yacía en la plaza. Al instante se levantó (Tobías) de la mesa, y dejada la comida, sin probar bocado, fue adonde estaba el cadáver,

2:4  cargó con él y lo llevó secretamente a su casa, para darle sepultura cautelosamente, después de puesto el sol.

2:5  Ocultado el cadáver, comió el pan entre lágrimas y temblando;

2:6  pues se acordaba de aquellas palabras que el Señor había dicho por el profeta Amós: “Vuestros días festivos se convertirán en lamentos y luto.”

2:7  Puesto ya el sol, fue y le dio sepultura.

2:8  Reprendíanle entonces todos sus parientes, diciendo: “Precisamente por esto se dio la orden de quitarte la vida, y apenas escapaste del poder de la muerte; ¿y ahora vas nuevamente a enterrar los cadáveres?”

2:9  Pero Tobías, temiendo a Dios más que al rey, robaba los cadáveres de los que habían sido muertos, los escondía en su casa, y a medianoche los enterraba.

2:10  Un día, después de volver a su casa fatigado de enterrar, se echó junto a la pared, y se adormeció.

2:11  Mientras dormía, le cayó de un nido de golondrinas estiércol caliente sobre los ojos, y se quedó ciego.

2:12  El Señor permitió que le sobreviniese esta prueba, para que, como el santo Job, diera a los venideros un ejemplo de paciencia.

2:13  Pues, como desde su niñez vivió siempre en temor de Dios, guardando sus mandamientos, no se quejó contra Dios por la desgracia de la ceguedad que había venido sobre él;

2:14  sino que permaneció inquebrantable en el temor de Dios, dándole gracias todos los días de su vida.

2:15  Así como los reyes insultaban al santo Job, del mismo modo los parientes y los amigos se burlaban de la conducta de Tobías, diciendo:

2:16  “¿Dónde está tu esperanza, por la cual hacías limosnas y dabas sepultura a los muertos?”

2:17  Mas Tobías los reprendía, diciendo: “No habléis de esa manera.

2:18  Porque nosotros somos hijos de santos y esperamos aquella vida que Dios ha de dar a los que le sirven fielmente.”

2:19  Ana, su mujer, iba todos los días a tejer, y traía el sustento que podía ganar con el trabajo de sus manos;

2:20  y así sucedió que trajo a casa un cabrito que había recibido.

2:21  Su marido, al oír el balido del cabrito, dijo: “Mirad que no sea acaso hurtado; restituidlo a sus dueños; porque no nos es lícito comer cosa robada, ni siquiera tocarla.”

2:22  A lo que su mujer, irritada, respondió: “Es evidente que ha fracasado tu esperanza; ahora se ve el fruto de tus limosnas.”

2:23  Con estas y otras semejantes palabras, lo zahería.

Chapter 3

3:1  Entonces, Tobías gimiendo empezó a orar con lágrimas,

3:2  y dijo: “Justo eres, Señor, y justos son todos tus juicios; todos tus caminos son misericordia, verdad y justicia.

3:3  Ahora Señor, acuérdate de mí, no tomes venganza de mis pecados, y no traigas a tu memoria mis delitos, ni los de mis padres.

3:4  Por cuanto no hemos obedecido tus mandamientos, por eso hemos sido entregados al saqueo, a la esclavitud y a la muerte, y hemos venido a ser la fábula y el escarnio de todos los pueblos, entre los cuales nos has desparramado.

3:5  Por eso, son ahora tan grandes tus juicios, oh Señor, porque no hemos obrado según tus preceptos, ni procedido sinceramente delante de Ti.

3:6  Y ahora, Señor, haz conmigo conforme a tu voluntad; y manda que sea recibido en paz mi espíritu; pues mejor me es morir que vivir.”

3:7  Aquel mismo día aconteció en Rages, ciudad de la Media, que Sara, hija de Ragüel, oyó las injurias de una de las criadas de su padre;

3:8  porque (Sara) había sido dada en matrimonio a siete maridos, y un demonio llamado Asmodeo les había quitado la vida luego que entraron a ella.

3:9  Cuando reprendió a la muchacha por una falta, esta le replicó diciendo: “Nunca jamás veamos sobre la tierra hijo ni hija nacida de ti, homicida que eres de tus maridos.

3:10  ¿Por ventura quieres matarme también a mí, como has hecho ya con siete maridos?” Oyendo estas palabras subió Sara al cuarto más alto de su casa, donde pasó tres días y tres noches sin comer y beber.

3:11  Y perseverando en oración suplicaba a Dios con lágrimas que la librase de este oprobio.

3:12  Al tercer día concluyó su oración, y bendiciendo al Señor,

3:13  dijo: “Bendito sea tu nombre, oh Dios de nuestros padres, que después de haberte enojado usas de misericordia, y en tiempo de la tribulación perdonas los pecados a los que te invocan.

3:14  A Ti, Señor, vuelvo mi rostro, a Ti levanto mis ojos.

3:15  Te ruego, Señor, que me libres del lazo de este oprobio, o que por lo menos me saques de este mundo.

3:16  Tú sabes, Señor, que nunca he codiciado varón y que he conservado mi alma limpia de toda concupiscencia.

3:17  Jamás estuve con gente frívola, ni tuve trato con los que se portan livianamente.

3:18  Si consentí en tomar marido, fue en tu temor, y no por un afecto sensual mío.

3:19  Así que, o yo fui indigna de ellos, o acaso ellos no fueron dignos de mí; porque me has reservado Tú tal vez para otro esposo.

3:20  Pues tus designios sobrepujan la capacidad de los hombres.

3:21  Mas esto es seguro que todo aquel que Te adora y cuya vida ha sido aprobada, será coronado; que en caso de haber sido atribulado será librado, y si el castigo descargare sobre él, podrá acogerse a tu misericordia.

3:22  Porque Tú no te deleitas en nuestra perdición; puesto que después de la tempestad das la bonanza, y después de las lágrimas y el llanto, infundes la alegría.

3:23  ¡Oh Dios de Israel, bendito sea tu nombre por los siglos!”

3:24  Fueron oídas al mismo tiempo las plegarias de ambos en la presencia de la majestad del soberano Dios;

3:25  y fue enviado Rafael, el santo ángel del Señor, para que sanase a ambos, cuyas oraciones habían sido presentadas a un tiempo delante del Señor.

Chapter 4

4:1  Creyendo Tobías que Dios había oído su oración en el sentido de que le concediera la muerte, llamó cerca de sí a su hijo Tobías,

4:2  y le dijo: “Escucha, hijo mío, las palabras de mi boca, y asiéntalas como fundamento en tu corazón.

4:3  Luego que Dios recibiere mi alma, entierra mi cuerpo y honrarás a tu madre todos los días de su vida.

4:4  No te olvides, cuáles y cuántos peligros ella ha soportado por ti llevándote en su seno.

4:5  Y cuando ella (haya) también acabado el tiempo de su vida, la enterrarás junto a mí.

4:6  Ten a Dios en tu mente todos los días de tu vida, y guárdate de consentir jamás en pecado y de quebrantar los mandamientos del Señor Dios nuestro.

4:7  Da limosna de tus bienes, y no apartes tu rostro de ningún pobre; así conseguirás que tampoco de ti se aparte el rostro del Señor.

4:8  Usa de misericordia con todas tus fuerzas.

4:9  Si tienes mucho, da con abundancia; si poco, procura dar de buena gana aun lo poco;

4:10  pues con eso te atesoras una gran recompensa para el día de la angustia.

4:11  Porque la limosna libra de todo pecado y de la muerte, y no dejará caer el alma en las tinieblas.

4:12  La limosna será motivo de gran confianza delante del altísimo Dios para todos los que la hacen.

4:13  Guárdate, hijo mío, de toda fornicación, y fuera de tu mujer, nunca cometas el delito (de conocer a otra).

4:14  No permitas jamás que la soberbia domine en tu corazón o en tus palabras, porque de ella tomó principio toda perdición,

4:15  A todo aquel que haya trabajado algo por ti, dale en seguida su jornal, y de ningún modo quede en tu poder el salario de tu jornalero.

4:16  No hagas jamás a otro lo que no quieres que otro te haga a ti.

4:17  Come tu pan con los hambrientos y menesterosos, y con tus vestidos cubre a los desnudos.

4:18  Pon tu pan y tu vino sobre el sepulcro del justo, y no comas ni bebas de ello con los pecadores.

4:19  Pide siempre consejo al hombre sabio.

4:20  Alaba al Señor en todo tiempo; y pídele que dirija tus pasos, para que todos tus propósitos tengan en Él su fundamento.

4:21  Te comunico también, hijo mío, que siendo tú aún niño, presté diez talentos de plata a Gabelo, en Rages, ciudad de los medos, y tengo en mi poder el recibo firmado de su mano.

4:22  Por tanto procura el modo de ir allá, y de cobrarle dicha suma de dinero, devolviéndole el recibo firmado de su mano.

4:23  No temas, hijo mío. Es verdad que pasamos una vida pobre, pero tendremos muchos bienes, si apartándonos de todo pecado tememos a Dios y hacemos el bien.”

Chapter 5

5:1  Entonces respondió Tobías a su padre, y dijo: “Padre, todo lo que me has mandado, lo haré.

5:2  Pero no sé cómo he de cobrar ese dinero (de Gabelo); pues él no me conoce a mí, ni yo le conozco a él. ¿Qué señal le daré? Ni siquiera conozco el camino para ir allá.”

5:3  A lo que su padre le contestó, diciendo: “Tengo en mi poder el recibo firmado de su mano; cuando se lo mostrares, te pagará al instante.

5:4  Mas anda ahora, y búscate algún hombre fiel que vaya contigo, recibiendo en pago un salario correspondiente, para que hagas esta cobranza mientras yo vivo todavía.”

5:5  Salió Tobías y encontró un gallardo joven, que estaba ya con el vestido ceñido, y como dispuesto a emprender viaje.

5:6  Sin saber que era un ángel de Dios, le saludó, y dijo: “¿De dónde eres, buen muchacho?”

5:7  Él respondió: “De los hijos de Israel.” Tobías le replicó: “¿Sabes el camino que va al país de los medos?”

5:8  “Sí que lo sé, respondió el otro; muchas veces he recorrido todos aquellos caminos, y me he hospedado en casa de Gabelo, nuestro hermano, que vive en Rages, ciudad de los medos, situada en la montaña de Ecbátana.

5:9  Tobías le dijo: “Aguárdame, te ruego, que voy a dar aviso de todo esto a mi padre.”

5:10  Entró entonces Tobías en casa, y se lo dijo todo a su padre. De lo cual admirado el padre, le rogó que entrase en su casa.

5:11  Entró y saludó a Tobías, diciendo: “Sea siempre contigo la alegría.”

5:12  Respondió Tobías: “¿Qué alegría puedo tener yo que vivo en tinieblas y no veo la luz del cielo?”

5:13  Replicó el joven: “Ten buen ánimo, pronto serás sanado por Dios.”

5:14  Tobías le preguntó: “¿Podrás acaso llevar a mi hijo a casa de Gabelo, en Rages, ciudad de los medos? Yo te pagaré tu salario cuando vuelvas.”

5:15  Contestó el ángel: “Yo le llevaré, y te lo volveré a traer aquí.”

5:16  Tobías le dijo: “Dime, te ruego, ¿de qué familia o de qué tribu eres tú?”

5:17  Y respondióle el ángel Rafael: “¿Averiguas tú acaso el linaje del jornalero, o la persona del jornalero que ha de ir con tu hijo?

5:18  Mas por no dejarte en inquietud (te digo): yo soy Azarías, hijo de Ananías el grande.”

5:19  Dijo entonces Tobías: “Tú eres de noble linaje. Te ruego que no tomes a mal el que haya querido saber tu ascendencia.”

5:20  El ángel le replicó: “Yo llevaré sano a tu hijo, y sano te lo volveré a traer.”

5:21  Respondió Tobías y dijo: “Id en buena hora; Dios bendiga vuestro viaje, y su ángel vaya en vuestra compañía.”

5:22  Después de haber preparado todo lo necesario para el viaje, se despidió Tobías de su padre y de su madre, y los dos se pusieron en camino.

5:23  Partidos que fueron, la madre comenzó a llorar y decir: “Nos has quitado el báculo de nuestra vejez, enviándolo lejos de nosotros.

5:24  ¡Ojalá que nunca hubiera habido tal dinero, por el cual lo has enviado!

5:25  Porque nosotros estábamos contentos en nuestra pobreza, y teníamos por riqueza el ver a nuestro hijo.”

5:26  Tobías le respondió: “No llores; nuestro hijo llegará salvo, y salvo volverá a nosotros, y tus ojos lo verán;

5:27  pues creo que un buen ángel de Dios lo acompaña, disponiendo bien de todo lo que le pase, a fin de que vuelva con gozo a nuestra casa.”

5:28  A estas palabras cesó la madre de llorar, y se calló.

Chapter 6

6:1  Partió Tobías, seguido del perro, e hizo su primera parada junto al río Tigris.

6:2  Cuando salió para lavarse los pies, he aquí que un pez enorme se lanzó sobre él para devorarlo.

6:3  Viéndolo Tobías se asustó y dio un gran grito, diciendo: “¡Señor, que me embiste!”

6:4  El ángel le dijo: “Agárralo de las agallas, y tíralo hacia ti.” Lo hizo, y arrastrando lo sacó a lo seco, y (el pez) empezó a palpitar a sus pies.

6:5  Entonces le dijo el ángel: “Desentraña ese pez, y guarda su corazón, la hiel y el hígado; pues estas cosas son necesarias para hacer útiles remedios.”

6:6  Hizo así, y asó (parte de) la carne del pez, que llevaron para el camino. Después salaron el resto para que les sirviese hasta llegar a Rages, ciudad de los medos.

6:7  Entonces Tobías preguntó al ángel diciendo: “Dime, te ruego, hermano mío Azarías, ¿qué virtud curativa tienen estas partes del pez, que me has mandado guardar?”

6:8  A lo que respondió el ángel, y le dijo: “Si pones sobre las brasas un pedacito del corazón del pez, su humo ahuyenta todo género de demonios, ya sea del hombre, ya de la mujer, de tal manera que no se acercan más a ellos.

6:9  La hiel sirve para untar los ojos cubiertos de catarata, y sanarán.”

6:10  Preguntó Tobías al ángel: “¿Dónde quieres que nos hospedemos?”

6:11  El ángel le respondió: “Aquí vive un hombre llamado Ragüel, pariente tuyo, de tu tribu, el cual tiene una hija llamada Sara, y no tiene otro hijo ni hija fuera de ella.

6:12  A ti te tocan todos sus bienes, y tú debes tomarla por mujer;

6:13  pídesela, pues, a su padre, y te la dará por mujer.”

6:14  Entonces Tobías respondió y dijo: “Tengo entendido que ella ha sido dada a siete maridos, y que estos han fallecido; y aun he oído decir que los ha matado un demonio.

6:15  Temo que también a mí me suceda lo mismo, y que siendo yo hijo único de mis padres, lleve yo su vejez con dolor al sepulcro.”

6:16  Entonces le dijo el ángel Rafael: “Óyeme, y te enseñaré cuáles son aquellos sobre quienes tiene potestad el demonio.

6:17  Son los que abrazan con tal disposición el matrimonio, que apartan de sí y de su mente a Dios, dejándose llevar de su pasión, como el caballo y el mulo que no tienen entendimiento; esos son sobre quienes tiene poder el demonio.

6:18  Mas tú, cuando la hubieres tomado por mujer, y hayas entrado en el aposento, no llegues a ella en tres días, y no pienses en otra cosa sino en hacer oración en compañía de ella.

6:19  En la primera noche, quemarás el hígado del pez, y será ahuyentado el demonio.

6:20  En la segunda noche serás admitido en la unión de los santos patriarcas.

6:21  En la tercera alcanzarás la bendición para que de vosotros nazcan hijos sanos.

6:22  Pasada la tercera noche, recibirás la doncella en el temor del Señor, llevado más bien del deseo de tener hijos, que de la pasión, para que consigas en tus hijos la bendición reservada al linaje de Abrahán.”

Chapter 7

7:1  Entraron en casa de Ragüel, el cual los recibió con alegría.

7:2  Y mirando Ragüel a Tobías, dijo a Ana, su mujer: “¡Cuan parecido es este joven a mi primo hermano!”

7:3  Dicho esto, les preguntó: “¿De dónde sois, oh jóvenes, hermanos nuestros?” Respondieron: “Somos de la tribu de Neftalí, de los cautivos de Nínive.”

7:4  Ragüel les dijo: “¿Conocéis a Tobías, mi primo hermano?” “Le conocemos”, respondieron ellos.

7:5  Y mientras (Ragüel) hablaba mucho bueno de (Tobías), el ángel dijo a Ragüel: “Ese Tobías, por quien preguntas, es el padre de este.”

7:6  Entonces Ragüel se echó sobre él, le besó con lágrimas; y sollozando sobre su cuello,

7:7  dijo: “Bendito seas tú, hijo mío, porque eres hijo de un varón bueno, muy bueno.”

7:8  Lloraron también Ana, su mujer, y Sara, hija de ambos.

7:9  Después de hablar así, mandó Ragüel matar un carnero y preparar un convite. Y como les instase a que se sentasen a la mesa,

7:10  dijo Tobías: “Yo no comeré ni beberé hoy aquí, si antes no me otorgas mi petición y prometes darme a Sara, tu hija.”

7:11  Al oír estas palabras, se pasmó Ragüel, sabiendo lo que había sucedido a los siete maridos que se habían casado con ella; y comenzó a temer que también a este sucediera lo mismo. Estando perplejo y sin dar respuesta al que preguntaba,

7:12  dijo el ángel a Ragüel: “No temas dársela; porque a este que teme a Dios debe darse tu hija por mujer; por eso ningún otro ha podido poseerla.”

7:13  Dijo entonces Ragüel: “No dudo que Dios ha admitido mis oraciones y lágrimas en su presencia,

7:14  y creo que por esto os ha traído a mi casa, a fin de que esta reciba esposo de su parentela, según la Ley de Moisés. No tengas, pues, duda de que te la daré.”

7:15  Y tomando la mano derecha de su hija, la puso en la derecha de Tobías, y dijo: “El Dios de Abrahán, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob sea con vosotros; Él os junte y cumpla en vosotros su bendición.”

7:16  Luego, tomando papel, hicieron la escritura matrimonial.

7:17  Después celebraron el convite, bendiciendo a Dios.

7:18  Luego llamó Ragüel a Ana, su mujer, y le mandó que preparase otro aposento.

7:19  Ella introdujo allí a su hija Sara, que se puso a llorar.

7:20  Mas ella le dijo: “Ten buen ánimo, hija mía, El Señor del cielo te llene de gozo, en lugar del disgusto que has sufrido.”

Chapter 8

8:1  Acabada la cena, condujeron al joven al aposento de la esposa.

8:2  Entonces Tobías, acordándose de las advertencias del ángel, sacó de su alforja un pedazo del hígado, y lo puso sobre unos carbones encendidos.

8:3  Con eso el ángel Rafael apresó al demonio y le confinó en el desierto del Egipto superior.

8:4  Tobías, por su parte, exhortó a la doncella, y le dijo: “Levántate, Sara, y hagamos oración a Dios hoy y mañana y pasado mañana; porque estas tres noches nos uniremos con Dios, y pasada la tercera noche haremos vida maridable;

8:5  pues somos hijos de santos, y no podemos unirnos a manera de los gentiles, que no conocen a Dios.”

8:6  Y levantándose juntos, oraban ambos a una, para que les fuese dada salud.

8:7  Dijo Tobías: “Oh Señor Dios de nuestros padres, te bendigan los cielos y la tierra, el mar, las fuentes, los ríos y todas tus creaturas que hay en ellos.

8:8  Tú formaste a Adán del lodo de la tierra, y le diste a Eva para que le ayudase.

8:9  Ahora pues, Señor, Tú sabes que no llevado por lujuria tomo a esta mi hermana por esposa, sino por el solo deseo de tener hijos en los que sea bendito tu nombre por los siglos de los siglos.”

8:10  También Sara oró: “Ten misericordia de nosotros, oh Señor, ten misericordia de nosotros, para que ambos lleguemos sanos a la vejez.”

8:11  A la hora del canto del gallo Ragüel mandó llamar a sus criados, y fueron con él a abrir una sepultura.

8:12  Pues se decía: “Le habrá sucedido probablemente lo mismo que a los otros siete maridos que entraron a ella.”

8:13  Preparada la fosa, volvió Ragüel a casa, y dijo a su mujer:

8:14  “Envía una de tus criadas a ver si ha muerto, para enterrarlo antes que amanezca.”

8:15  Envió ella a una de sus criadas; la cual entrando en el aposento, los halló sanos y salvos, durmiendo ambos igualmente.

8:16  VoIvió a dar la buena noticia, y tanto Ragüel como Ana, su mujer, alabaron a Dios,

8:17  y dijeron: “Te alabamos, Señor Dios de Israel, porque no ha sucedido lo que pensábamos.

8:18  Pues nos has mostrado tu misericordia, echando de nosotros al enemigo que nos perseguía.

8:19  Has tenido compasión de los dos (hijos) únicos. Haz, Señor, que te bendigan ellos más y más, y te ofrezcan un sacrificio de alabanza por su salud, para que conozca el mundo entero, que Tú solo eres Dios en toda la tierra.”

8:20  Al instante mandó Ragüel a sus siervos que antes que amaneciese rellenasen la fosa que habían abierto.

8:21  Y dijo a su mujer que preparase un convite y dispusiese todas las provisiones necesarias como para los que emprenden viaje.

8:22  Hizo también matar dos vacas gordas y cuatro carneros, y mandó que fuesen convidados todos sus vecinos y todos sus amigos.

8:23  Y Ragüel hizo jurar a Tobías que se quedaría en su casa dos semanas más.

8:24  De todo lo que poseía Ragüel dio la mitad a Tobías, e hizo escritura, para que la otra mitad, luego de muertos él y su mujer, fuese propiedad de Tobías.

Chapter 9

9:1  Entonces Tobías llamó aparte al ángel a quien tenía por un hombre, y le dijo: “Hermano Azarías, te suplico que oigas mis palabras.

9:2  Aun cuando yo me diese a ti por esclavo, no podría pagar como debo tu cuidado.

9:3  Esto no obstante te ruego que tomes caballerías y criados, para ir a Rages, ciudad de los medos, donde devolverás a Gabelo su recibo recobrando de él el dinero, y le convidarás a venir a mis bodas.

9:4  Porque bien sabes tú mismo que mi padre está contando los días y si tardo un día más se afligirá su alma.

9:5  Has visto también cómo me ha hecho jurar Ragüel, cuyo juramento no puedo tener en poco.

9:6  Entonces Rafael, tomando cuatro criados de Ragüel y dos camellos, se encaminó a Rages, ciudad de los medos, y habiendo hallado a Gabelo le devolvió el recibo, y cobró de él todo el dinero.

9:7  Y le contó todo lo que había pasado con Tobías, hijo de Tobías; y le llevó consigo (para asistir) a las bodas.

9:8  Al llegar (Gabelo) a casa de Ragüel, encontró a Tobías sentado a la mesa; el cual se levantó al punto, y los dos se besaron. Gabelo lloró, y alabando a Dios

9:9  dijo: “Te bendiga el Dios de Israel, pues eres hijo de un hombre muy bueno, justo, y temeroso de Dios, y que reparte muchas limosnas.

9:10  Que esta bendición se extienda sobre tu esposa, y sobre vuestros padres;

9:11  y que veáis a vuestros hijos y a los hijos de vuestros hijos, hasta la tercera y cuarta generación; y sea vuestra descendencia bendita del Dios de Israel, que reina por los siglos de los siglos.”

9:12  Y todos respondieron: “Amén”; y se pusieron a la mesa para celebrar con temor de Dios el convite de bodas.

Chapter 10

10:1  Mas como tardase Tobías, por razón de las bodas, estaba su padre Tobías con ansiedades, y decía: “¿Quién sabe por qué tarda mi hijo, o por qué se ha detenido allí?

10:2  ¿Ha muerto tal vez Gabelo, y no hay quien le devuelva el dinero?”

10:3  Con esto empezó a afligirse sobremanera, y con él su mujer Ana. Ambos se pusieron a llorar juntamente porque su hijo no volvía a ellos al tiempo señalado.

10:4  Su madre derramaba sin cesar lágrimas, y decía: “¡Ay, ay de mí, hijo mío! ¿Para qué te hemos enviado a lejanas tierras, lumbrera de nuestros ojos, báculo de nuestra vejez, consuelo de nuestra vida, esperanza de nuestra posteridad?

10:5  Teniendo en ti solo todas las cosas juntas, no te debíamos dejar ir de nosotros.”

10:6  Mas Tobías le decía: “Cálmate y no te inquietes; a nuestro hijo le va bien; es muy fiel el varón aquel con quien le enviamos.”

10:7  Pero ella no se dejaba consolar, antes saliendo cada día fuera miraba hacia todas partes, y recorría todos los caminos por donde se esperaba que pudiera volver, para verlo venir, si posible fuese, desde lejos.

10:8  Entretanto Ragüel decía a su yerno: “Quédate aquí, que yo enviaré a tu padre Tobías noticias de tu salud.”

10:9  Tobías le respondió: “Yo sé que mi padre y mi madre están ahora contando los días y que su espíritu se consume en ansiedades.”

10:10  Y después de haber hecho Ragüel repetidas instancias a Tobías, sin que este en lo más mínimo oyera sus razones, le entregó a Sara, con la mitad de su hacienda en siervos y siervas, en ganados, en camellos, en vacas, y con una gran cantidad de dinero. Así le dejó ir de su casa, sano y gozoso,

10:11  diciendo: “El santo ángel del Señor os acompañe en vuestro viaje, y os conduzca sanos y salvos. Que halléis en próspero estado todas las cosas en casa de vuestros padres, y puedan ver mis ojos, antes que muera, a vuestros hijos.”

10:12  Y tomando los padres a su hija, la besaron y la dejaron ir;

10:13  amonestándola que honrase a sus suegros, amase al marido, cuidase de su familia, gobernase la casa y se portase de un modo irreprensible.

Chapter 11

11:1  Regresaron y llegaron en once días a Harán, situada a mitad del camino que va a Nínive.

11:2  Y dijo el ángel: “Hermano Tobías, bien sabes en qué estado has dejado a tu padre.

11:3  Por eso, si te parece, adelantémonos y vengan siguiendo poco a poco los criados con tu mujer y los animales.”

11:4  Le pareció bien caminar así; y Rafael dijo a Tobías: “Toma contigo de la hiel del pez, porque será necesaria.” Tomó Tobías de aquella hiel, y se marcharon.

11:5  Entretanto Ana iba todos los días a sentarse cerca del camino, en la cima de una colina, desde donde podía mirar muy lejos.

11:6  Atalayando una vez desde allí a ver si venía su hijo, lo vio de lejos, y reconociendo inmediatamente que el que venía era su hijo, corrió a dar la noticia a su marido, diciendo: “Mira que viene tu hijo.”

11:7  Entonces dijo Rafael a Tobías: “Cuando entrares en tu casa, adora en seguida al Señor, Dios tuyo; y dándole gracias, acércate a tu padre y bésalo;

11:8  y al instante unge sus ojos con esta hiel del pez, que llevas contigo; pues has de saber que luego se abrirán sus ojos, y verá tu padre la luz del cielo y se alegrará al verte.”

11:9  En esto el perro que los había acompañado en el viaje, se adelantó corriendo; y como si viniese a traer una nueva, se alegraba haciendo halagos con su cola.

11:10  Levantose entonces el padre ciego y empezó a correr, más tropezando con los pies, dio la mano a un criado y salió a recibir a su hijo.

11:11  Lo abrazó y lo besó, haciendo lo mismo la madre, y ambos comenzaron a llorar de gozo.

11:12  Después de haber adorado a Dios y dado gracias se sentaron.

11:13  Entonces Tobías, tomando de la hiel del pez, ungió los ojos de su padre.

11:14  Estuvo este esperando casi media hora, cuando he aquí que empezó a desprenderse de sus ojos la catarata, semejante a una membrana de huevo.

11:15  Tobías la asió y se la sacó de los ojos; y al punto recobró la vista.

11:16  Y daban gloria a Dios, tanto él como su mujer, y todos sus conocidos.

11:17  Tobías decía: “Te bendigo, oh Señor Dios de Israel, porque Tú me has castigado, y Tú me has sanado; y he aquí que yo veo ya a mi hijo Tobías.”

11:18  Al cabo de siete días llegó también Sara, mujer de su hijo, con toda la comitiva, en buena salud, y los ganados, los camellos, y el mucho dinero de la mujer, además de la suma cobrada de Gabelo.

11:19  Y contó (Tobías) a sus padres todos los beneficios recibidos de parte de Dios por medio de aquel varón que le había guiado.

11:20  Vinieron después Aquior y Nabat, primos hermanos de Tobías, a alegrarse y congratularse con él por todos los favores que Dios le había hecho.

11:21  Tuvieron banquetes por espacio de siete días, y se regocijaron todos con gran alegría.

Chapter 12

12:1  Entonces Tobías llamó aparte a su hijo, y le dijo: “¿Qué podemos dar a este santo varón que ha ido contigo?”

12:2  Respondiendo Tobías, dijo a su padre: “Oh padre, ¿qué salario le daremos? ¿O qué cosa podría considerarse como equivalente de sus beneficios?

12:3  Pues él me ha llevado y traído sano, cobró el dinero de Gabelo, me proporcionó esposa y ahuyentó de ella al demonio, causando alegría a sus padres; él me libró del pez que me iba a tragar, a ti te ha hecho ver la luz del cielo, y hemos sido colmados por medio de él de todos los bienes. ¿Qué podremos darle que corresponda a tantos favores?

12:4  Mas yo te pido, padre mío, que le preguntes si por ventura se dignará tomar para sí la mitad de todo lo que hemos traído.”

12:5  Llamándolo aparte el padre y el hijo empezaron a rogarle que se dignase aceptar la mitad de todo lo que habían traído.

12:6  Entonces el ángel, estando solo con ellos, les dijo: “Bendecid al Dios del cielo, y glorificadle delante de todos los vivientes, pues ha mostrado en vosotros su misericordia.

12:7  Porque así como es bueno guardar el secreto del rey, así es cosa honorífica revelar y pregonar las obras de Dios.

12:8  Buena es la oración con el ayuno, y mejor la limosna que acumular tesoros de oro;

12:9  porque la limosna libra de la muerte, y es ella que borra pecados y hace hallar misericordia y vida eterna.

12:10  Mas los que cometen pecado e iniquidad, son enemigos de su propia alma.

12:11  Por eso voy a manifestaros la verdad, sin encubriros lo que ha estado oculto.

12:12  Cuando tú orabas con lágrimas y enterrabas a los muertos y dejabas tu comida y escondías de día los muertos en tu casa y los sepultabas de noche, yo presentaba tu oración al Señor.

12:13  Y por lo mismo que eras acepto a Dios, fue necesario que la tentación te probase.

12:14  Ahora el Señor me envió a sanarte a ti, y a librar del demonio a Sara, mujer de tu hijo.

12:15  Porque yo soy el ángel Rafael, uno de los siete que asistimos delante del Señor.”

12:16  Cuando oyeron estas palabras, quedaron turbados y temblando cayeron en tierra sobre su rostro.

12:17  Pero el ángel les dijo: “La paz sea con vosotros, no temáis.

12:18  Pues cuando estaba yo con vosotros, estaba por voluntad de Dios. Bendecid a Él y cantad sus alabanzas.

12:19  Vosotros creíais por cierto que yo comía y bebía con vosotros; más yo me sustento de un manjar invisible y de una bebida que no puede ser vista de los hombres.

12:20  Ya es tiempo de que me vuelva al que me ha enviado; vosotros, empero, bendecid a Dios, y pregonad todas sus maravillas.”

12:21  Dicho esto desapareció de su vista, y no pudieron ya verlo más.

12:22  Entonces, postrados sobre su rostro durante tres horas, bendijeron a Dios. Después se levantaron y contaron todas estas maravillas.

Chapter 13

13:1  Tobías el anciano abrió su boca, y bendiciendo al Señor dijo: “Grande eres Tú, oh Señor, por siempre, y tu reino dura por todos los siglos.

13:2  Porque Tú castigas y salvas; Tú conduces al sepulcro, y sacas de él, y no hay quien escape de tus manos.

13:3  Bendecid al Señor; hijos de Israel, y alabadle ante las naciones.

13:4  Pues por eso os ha esparcido entre las gentes que no lo conocen, para que contéis sus maravillas, y les enseñéis que fuera de Él no hay otro Dios todopoderoso.

13:5  Él nos ha castigado por nuestras iniquidades, y Él nos salvará por su misericordia.

13:6  Mirad lo que ha hecho por nosotros; alabadle con temor y temblor, y glorificad con vuestras obras al rey de los siglos.

13:7  Yo le ensalzaré en la tierra de mi cautiverio, pues ha manifestado su majestad sobre una nación pecadora.

13:8  Convertíos oh pecadores, y haced lo que es justo ante Dios, seguros de que os hará misericordia.

13:9  En cuanto a mí, yo y mi alma en Él nos alegraremos.

13:10  Bendecid al Señor todos sus escogidos, celebrad días de alegría y loadle.

13:11  Jerusalén, ciudad de Dios, el Señor te ha castigado por lo que has hecho.

13:12  Glorifica al Señor con tus buenas obras, y bendice al Dios de los siglos, para que reedifique en ti su morada y te restituya todos los cautivos, y te goces por todos los siglos de los siglos.

13:13  Brillarás con luz esplendorosa, y todos los países de la tierra se prosternarán delante de ti.

13:14  Vendrán a ti naciones lejanas; trayendo dones adorarán en ti al Señor, y tendrán tu tierra por santuario.

13:15  Porque dentro de ti invocarán el gran Nombre.

13:16  Malditos los que te desprecian; serán condenados todos los que te blasfemaren y benditos los que te reedifiquen.

13:17  Te regocijarás en tus hijos, porque todos serán benditos y se reunirán con el Señor.

13:18  Dichosos todos los que te aman y se regocijan por tu paz.

13:19  Alma mía, bendice al Señor; pues Él, el Señor Dios nuestro, ha librado a Jerusalén, su ciudad, de todas sus tribulaciones.

13:20  Dichoso seré yo, si quedaren reliquias de mi linaje para ver el esplendor de Jerusalén.

13:21  De zafiros y de esmeraldas se harán las puertas de Jerusalén, y de piedras preciosas todo el circuito de sus muros.

13:22  Con piedras blancas y limpias serán enlosadas todas sus calles y en todos sus barrios se cantará Aleluya.

13:23  Bendito sea el Señor que la ha ensalzado, y sea su reino en ella por los siglos de los siglos. Amén.”

Chapter 14

14:1  Así terminó Tobías su cántico. Cuarenta y dos años vivió Tobías después de recobrada la vista, y viendo a los hijos de sus nietos;

14:2  cumplió ciento dos años hasta que fue sepultado con honores en Nínive.

14:3  Porque a los cincuenta y seis años perdió la vista, y a los sesenta la recobró.

14:4  Pasó en gozo el resto de su vida; y habiendo hecho grandes progresos en el temor de Dios, vino a descansar en paz.

14:5  A la hora de su muerte llamó a sí a su hijo Tobías y a los siete jóvenes hijos de este, nietos suyos, y les dijo:

14:6  “La ruina de Nínive está cerca; pues la palabra del Señor no dejará de cumplirse; nuestros hermanos que están dispersos fuera de la tierra de Israel, volverán a ella;

14:7  será repoblada toda su tierra desierta, y reedificada de nuevo la casa de Dios, que fue allí entregada a las llamas. Volverán allá todos los que temen a Dios;

14:8  los gentiles abandonarán sus ídolos y vendrán a Jerusalén para morar en ella.

14:9  Allí se regocijarán todos los reyes de la tierra, adorando al Rey de Israel.

14:10  Escuchad, hijos míos, a vuestro padre; servid al Señor en verdad y buscad cómo hacer lo que le es agradable.

14:11  Encomendad a vuestros hijos que practiquen la justicia y den limosnas; que tengan presente a Dios y le bendigan en todo tiempo sinceramente y con todo esfuerzo.

14:12  Ahora oídme, hijos míos. No queráis permanecer aquí; el día mismo en que hubiereis sepultado a vuestra madre junto a mí, en la misma sepultura, en ese día disponed vuestro viaje para salir de aquí.

14:13  Porque yo veo que la iniquidad llevará a esta (ciudad) a la ruina.”

14:14  En efecto, después de la muerte de su madre, se retiró Tobías (el hijo) de Nínive con su mujer, sus hijos y los hijos de sus hijos, y se volvió a sus suegros;

14:15  a los cuales halló sanos y salvos, en dichosa vejez. Cuidó de ellos, y él mismo les cerró los ojos. Recibió toda la herencia de la casa de Ragüel, y vio a los hijos de sus hijos hasta la quinta generación.

14:16  Después que hubo cumplido noventa y nueve años en el temor del Señor, le sepultaron con alegría.

14:17  Toda su parentela y todos sus descendientes perseveraron en el bien vivir y en el ejercicio de obras santas; de manera que fueron gratos a Dios y a los hombres, y a todos los habitantes de aquel país.