Chapter 1
| II M | SpaPlate | 1:1 | A los hermanos judíos que moran en Egipto, los judíos sus hermanos de Jerusalén y de Judea, salud y completa felicidad. | |
| II M | SpaPlate | 1:2 | Os conceda Dios sus bienes, y acuérdese de la Alianza hecha con Abrahán, con Isaac y con Jacob, fieles siervos suyos; | |
| II M | SpaPlate | 1:3 | y os dé a todos un corazón para adorarle y cumplir su voluntad con grande espíritu, y con un ánimo fervoroso. | |
| II M | SpaPlate | 1:4 | Abra vuestro corazón, para que entendáis su Ley y sus preceptos y os conceda la paz. | |
| II M | SpaPlate | 1:5 | Oiga benigno vuestras oraciones y se aplaque con vosotros y no os desampare en la tribulación; | |
| II M | SpaPlate | 1:7 | Reinando Demetrio en el año ciento sesenta y nueve os escribimos nosotros los judíos en medio de la aflicción y quebranto que nos sobrevino en aquellos años, después que Jasón se retiró de la tierra santa y del reino. | |
| II M | SpaPlate | 1:8 | Fueron quemadas las puertas y derramada la sangre inocente; pero habiendo dirigido nuestras súplicas al Señor fuimos atendidos, y ofrecimos el sacrificio y las oblaciones de flor de harina, y encendimos las lámparas, y pusimos en su presencia los panes. | |
| II M | SpaPlate | 1:10 | Año ciento ochenta y ocho. El pueblo de Jerusalén y de Judea, y el senado, y Judas, a Aristóbulo, preceptor del rey Ptolomeo, del linaje de los sacerdotes ungidos y a los judíos que habitan en Egipto, salud y prosperidad. | |
| II M | SpaPlate | 1:11 | Por habernos librado Dios de grandes peligros, le tributamos solemnes acciones de gracias, habiendo tenido que pelear contra tal rey; | |
| II M | SpaPlate | 1:12 | que es el que hizo salir de Persia una muchedumbre de gentes, que combatieron contra nosotros y contra la ciudad santa; | |
| II M | SpaPlate | 1:13 | y aquel mismo caudillo que, hallándose en Persia al frente de un ejército innumerable, pereció en el templo de Nanea, engañado por el consejo de los sacerdotes de dicha diosa. | |
| II M | SpaPlate | 1:14 | Pues habiendo ido el mismo Antíoco con sus amigos a aquel lugar, como para desposarse con ella, y recibir grande suma de dinero a título de dote, | |
| II M | SpaPlate | 1:15 | y habiéndoselo presentado los sacerdotes de Nanea; así que hubo él entrado, con algunas pocas personas, en la parte interior del templo, cerraron las puertas, | |
| II M | SpaPlate | 1:16 | después que estaba ya Antíoco dentro, y abriendo entonces una puerta secreta del templo, mataron a pedradas al caudillo y a los compañeros, y los hicieron pedazos, y cortándoles la cabeza los arrojaron fuera. | |
| II M | SpaPlate | 1:18 | Debiendo nosotros celebrar la purificación del Templo el día veinticinco del mes de Casleu, hemos juzgado necesario hacéroslo saber; a fin de que celebréis también vosotros el día de los Tabernáculos, y la solemnidad del fuego que se nos concedió cuando Nehemías, restaurado que hubo el Templo y el altar, ofreció allí sacrificios. | |
| II M | SpaPlate | 1:19 | Porque cuando nuestros padres fueron llevados a Persia, los sacerdotes que a la sazón eran temerosos de Dios, tomando secretamente el fuego que había sobre el altar, le escondieron en un valle donde había un pozo profundo y seco, y le dejaron allí guardado, sin que nadie supiese dicho lugar. | |
| II M | SpaPlate | 1:20 | Mas pasados muchos años, cuando plugo a Dios que el rey de Persia enviase a Nehemías, los nietos de aquellos sacerdotes que le habían escondido, fueron enviados a buscar dicho fuego; pero según ellos nos contaron, no hallaron fuego, sino solamente un agua crasa. | |
| II M | SpaPlate | 1:21 | Entonces el sacerdote Nehemías les mandó que la sacasen y se la trajesen. Ordenó asimismo que hiciesen con ella aspersiones sobre los sacrificios preparados, sobre la leña y sobre lo puesto encima de ella, | |
| II M | SpaPlate | 1:22 | Luego que esto se hizo, y que empezó a descubrirse el sol, escondido antes detrás de una nube, se encendió un gran fuego, que llenó a todos de admiración. | |
| II M | SpaPlate | 1:23 | Todos los sacerdotes hacían oración, mientras se consumaba el sacrificio, entonando Jonatás, y respondiendo los otros. | |
| II M | SpaPlate | 1:24 | Y la oración de Nehemías fue en los siguientes términos: “Oh Señor Dios, Creador de todas las cosas, terrible y fuerte, justo y misericordioso, Tú que eres el solo Rey bueno, | |
| II M | SpaPlate | 1:25 | el solo excelente, el solo justo, omnipotente y eterno, Tú que libras a Israel de todo mal. Tú que escogiste a nuestros padres y los santificaste; | |
| II M | SpaPlate | 1:26 | recibe este sacrificio por todo tu pueblo de Israel, y guarda tu herencia, y santifícalos. | |
| II M | SpaPlate | 1:27 | Vuelve a reunir a todos nuestros hermanos que se hallan dispersos, libra a aquellos que son esclavos de las naciones, y echa una mirada favorable sobre los que han llegado a ser un objeto de desprecio e ignominia; para que así conozcan las naciones que Tú eres nuestro Dios. | |
| II M | SpaPlate | 1:30 | Los sacerdotes, entretanto, cantaban himnos, hasta que fue consumado el sacrificio. | |
| II M | SpaPlate | 1:31 | Acabado el cual, Nehemías mandó que el agua que había quedado se derramase sobre las piedras mayores; | |
| II M | SpaPlate | 1:32 | y no bien se hubo efectuado, cuando se levantó de ellas una gran llama, la cual fue absorbida por la lumbre que resplandeció sobre el altar. | |
| II M | SpaPlate | 1:33 | Luego que se divulgó este suceso, contaron al rey de Persia cómo en el mismo lugar en que los sacerdotes, al ser trasladados al cautiverio, habían escondido el fuego se había encontrado un agua, con la cual Nehemías y los que con él estaban, purificaron los sacrificios. | |
| II M | SpaPlate | 1:34 | Considerando el rey este suceso, y examinada atentamente la verdad del hecho, mandó construir allí un templo en prueba de lo acaecido; | |
| II M | SpaPlate | 1:35 | y habiéndose asegurado de este prodigio, dio muchos bienes a los sacerdotes, y les hizo muchos y diferentes regalos, que les distribuyó por su propia mano. | |
Chapter 2
| II M | SpaPlate | 2:1 | Se lee en los escritos del profeta Jeremías, cómo mandó él a los que eran conducidos al cautiverio que tomasen el fuego del modo que queda referido, y cómo prescribió varias cosas a aquellos que eran llevados cautivos. | |
| II M | SpaPlate | 2:2 | Les dio asimismo la Ley, para que no se olvidasen de los mandamientos del Señor, y no se pervirtiesen sus corazones con la vista de los ídolos de oro y plata y de su pompa. | |
| II M | SpaPlate | 2:3 | Y añadiéndoles otros varios avisos, los exhortó a que jamás apartasen de su corazón la Ley. | |
| II M | SpaPlate | 2:4 | También se leía en aquella escritura que este profeta, por una orden expresa que recibió de Dios, mandó llevar consigo el Tabernáculo y el Arca, hasta que llegó a aquel monte, al cual subió Moisés, y desde donde vio la herencia de Dios; | |
| II M | SpaPlate | 2:5 | y que habiendo llegado allí Jeremías, halló una cueva, donde metió el Tabernáculo, y el Arca, y el altar del incienso, tapando la entrada; | |
| II M | SpaPlate | 2:6 | y algunos de aquellos que le seguían se acercaron para dejar notado este lugar, pero no pudieron hallarlo. | |
| II M | SpaPlate | 2:7 | Lo que sabido por Jeremías, los reprendió, y les dijo: “Este lugar permanecerá ignorado hasta tanto que Dios congregue todo el pueblo, y use con el de misericordia; | |
| II M | SpaPlate | 2:8 | entonces el Señor manifestará estas cosas, y aparecerá la majestad del Señor, y se verá la nube que veía Moisés, y cual se dejó ver cuando Salomón pidió que fuese santificado el Templo para el gran Dios. | |
| II M | SpaPlate | 2:9 | Porque dio grandes muestras de su sabiduría; y estando lleno de ella, ofreció el sacrificio de la dedicación y santificación del Templo. | |
| II M | SpaPlate | 2:10 | Y así como Moisés hizo oración al Señor, y bajó fuego del cielo y consumió el holocausto, así también oró Salomón, y bajó fuego del cielo, y consumió el holocausto. | |
| II M | SpaPlate | 2:11 | Y dijo Moisés: Por no haber sido comida la hostia ofrecida por el pecado, por eso ha sido consumida. | |
| II M | SpaPlate | 2:13 | Estas mismas noticias se encontraron también anotadas en los escritos y comentarios de Nehemías, donde se lee que el formó una biblioteca, habiendo recogido de varias regiones los libros de los profetas, los de David, y las cartas de los reyes, y lo concerniente a sus donativos. | |
| II M | SpaPlate | 2:14 | A este modo recogió también Judas todo cuanto se había perdido durante la guerra que sufrimos; todo lo cual se conserva en nuestro poder. | |
| II M | SpaPlate | 2:15 | Si vosotros deseáis tener estos escritos, enviad personas que puedan llevároslos. | |
| II M | SpaPlate | 2:16 | Y estando ahora para celebrar la fiesta de la Purificación, os hemos dado aviso de ello; y así haréis bien si celebrareis estos días. | |
| II M | SpaPlate | 2:17 | Entretanto esperamos que Dios, que ha libertado a su pueblo, que ha vuelto a todos su herencia, que ha restablecido el reino y el sacerdocio, y el Santuario, | |
| II M | SpaPlate | 2:18 | conforme lo había prometido en la Ley, se apiadará bien presto de nosotros, y nos reunirá de todas las partes del mundo en el lugar santo; | |
| II M | SpaPlate | 2:20 | Por lo que mira a Judas Macabeo y a sus hermanos, y a la purificación del gran Templo, y a la dedicación del altar, | |
| II M | SpaPlate | 2:21 | así como a lo que toca a las guerras que hubo en tiempo de Antíoco el ilustre, y en las de su hijo Eupator, | |
| II M | SpaPlate | 2:22 | y a las señales que aparecieron en el aire a favor de los que combatían valerosamente por la nación judía, de tal suerte que, siendo en corto número, defendieron todo el país, y pusieron en fuga la muchedumbre de bárbaros, | |
| II M | SpaPlate | 2:23 | recobrando el Templo más célebre que hay en el mundo, y librando la ciudad, y restableciendo la observancia de las leyes, las cuales se hallaban abolidas, habiéndoles favorecido el Señor con toda suerte de prosperidades; | |
| II M | SpaPlate | 2:24 | estas cosas que escribió en cinco libros Jasón de Cirene, hemos procurado nosotros compendiarlas en un solo volumen. | |
| II M | SpaPlate | 2:25 | Pues considerando la multitud de libros, y la dificultad que acarrea la multiplicidad de noticias a los que desean internarse en las narraciones históricas, | |
| II M | SpaPlate | 2:26 | hemos procurado que los que quisieren leerlas, hallen placer en su corazón, y que los aplicados puedan más fácilmente retenerlas en su memoria, y sean útiles a todos los que las leyeren. | |
| II M | SpaPlate | 2:27 | Y a la verdad, habiéndonos empeñado en hacer este compendio, no hemos emprendido una obra de poca dificultad, sino un trabajo que pide grande aplicación y sudor. | |
| II M | SpaPlate | 2:28 | Emprendemos de buena gana esta tarea por la utilidad que de ella resultará a muchos; a semejanza de aquellos que teniendo a su cargo el preparar un convite, se dedican del todo a satisfacer el gusto de los convidados. | |
| II M | SpaPlate | 2:29 | La verdad de los hechos que se refieren va sobre la fe de los autores que los escribieron; pues por lo que hace a nosotros, trabajaremos solamente en compendiarlos conforme al designio que nos hemos propuesto. | |
| II M | SpaPlate | 2:30 | Y a la manera que un arquitecto que emprende edificar una casa nueva, debe cuidar de toda la fábrica; y aquel que la pinta, ha de buscar las cosas que son a propósito para su ornato; del mismo modo se debe juzgar de nosotros. | |
| II M | SpaPlate | 2:31 | En efecto al autor de una historia atañe el recoger los materiales, y ordenar la narración, inquiriendo cuidadosamente las circunstancias particulares de lo que cuenta; | |
| II M | SpaPlate | 2:32 | mas al que compendia se le debe permitir que use un estilo conciso, y que evite el extenderse en largos discursos. | |
Chapter 3
| II M | SpaPlate | 3:1 | En el tiempo que la Ciudad Santa gozaba de una plena paz, y que las leyes se observaban muy exactamente por la piedad del pontífice Onías, y el odio que tenía a la maldad; | |
| II M | SpaPlate | 3:2 | nacía de esto que aun los mismos reyes y príncipes honraban sumamente aquel lugar, y enriquecían el Templo con grandes dones; | |
| II M | SpaPlate | 3:3 | de manera que Seleuco, rey de Asia, costeaba de sus rentas todos los gastos que se hacían en los sacrificios. | |
| II M | SpaPlate | 3:4 | En medio de esto, Simón, de la tribu de Benjamín, y creado prefecto del Templo, maquinaba con ansia hacer algún mal en esta ciudad; pero se le oponía el Sumo Sacerdote. | |
| II M | SpaPlate | 3:5 | Viendo que no podía vencer a Onías, pasó a verse con Apolonio, hijo de Tarseas, que en aquella sazón era gobernador de Celesiria y de Fenicia, | |
| II M | SpaPlate | 3:6 | y le contó que el erario de Jerusalén estaba lleno de inmensas sumas de dinero, y de riquezas en general, las cuales no servían para los gastos de los sacrificios; y que se podría hallar medio para que todo entrase en poder del rey. | |
| II M | SpaPlate | 3:7 | Habiendo Apolonio dado cuenta al rey respecto del dinero que a él le había sido denunciado, llamó el rey a Heliodoro, su ministro de hacienda, y le envió con orden de transportar todo el dinero referido. | |
| II M | SpaPlate | 3:8 | Heliodoro se puso luego en camino con el pretexto de ir a recorrer las ciudades de Celesiria y Fenicia, mas en realidad para poner en ejecución el designio del rey. | |
| II M | SpaPlate | 3:9 | Habiendo llegado a Jerusalén, y sido bien recibido en la ciudad por el Sumo Sacerdote, le declaró a este la denuncia que le había sido hecha de aquellas riquezas, y le manifestó que este era el motivo de su viaje; preguntándole luego si verdaderamente era la cosa como se le dijo. | |
| II M | SpaPlate | 3:10 | Entonces el Sumo Sacerdote le representó que aquellos eran unos depósitos y alimentos de viudas y huérfanos; | |
| II M | SpaPlate | 3:11 | y que entre lo que había denunciado el impío Simón había una parte que era de Hircano Tobías, varón muy eminente, y que el todo eran cuatrocientos talentos de plata, y doscientos de oro; | |
| II M | SpaPlate | 3:12 | que por otra parte de ningún modo se podía defraudar a aquellos que habían depositado sus caudales en un lugar y templo honrado y venerado como sagrado por todo el universo. | |
| II M | SpaPlate | 3:13 | Mas Heliodoro, insistiendo en las órdenes que llevaba del rey, repuso que de todos modos se había de llevar al rey aquel tesoro. | |
| II M | SpaPlate | 3:14 | En efecto, en el día señalado entró Heliodoro para ejecutar su designio, con lo cual se llenó de consternación toda la ciudad. | |
| II M | SpaPlate | 3:15 | Y los sacerdotes, revestidos con las vestiduras sacerdotales, se postraron por tierra ante el altar, e invocaban a Aquel que está en el cielo, y que puso la ley acerca de los depósitos, suplicándole que los conservase salvos para los depositadores. | |
| II M | SpaPlate | 3:16 | Ninguno podía mirar el rostro del Sumo Sacerdote sin que su corazón quedase traspasado de aflicción; porque su semblante y color demudado manifestaban el interno dolor de su ánimo. | |
| II M | SpaPlate | 3:17 | La tristeza esparcida por todo su rostro, y un temblor que se había apoderado de todo su cuerpo, mostraban bien a los que le miraban, la pena de su corazón. | |
| II M | SpaPlate | 3:18 | Salían al mismo tiempo muchos a tropel de sus casas, pidiendo con públicas rogativas que (Dios) no permitiese que aquel lugar quedase expuesto al desprecio. | |
| II M | SpaPlate | 3:19 | Las mujeres, ceñidas hasta el pecho de cilicios, andaban en tropas por las calles; y hasta las doncellas mismas, que antes se quedaban en casa, corrían unas adonde estaba Onías, otras hacia las murallas, y algunas otras estaban mirando desde las ventanas; | |
| II M | SpaPlate | 3:21 | A la verdad, era un espectáculo digno de compasión el ver aquella confusa turba de gente, y al Sumo Sacerdote puesto en tan grande conflicto. | |
| II M | SpaPlate | 3:22 | Mientras tanto estos por su parte invocaban al Dios Todopoderoso para que conservase intacto el depósito de aquellos que se lo habían confiado. | |
| II M | SpaPlate | 3:23 | Heliodoro no pensaba en otra cosa que en ejecutar su designio; y para ello se había presentado ya él mismo con sus guardias a la puerta del erario. | |
| II M | SpaPlate | 3:24 | Mas el espíritu del Dios todopoderoso se hizo allí manifiesto con señales bien patentes, en tal conformidad, que derribados en tierra por una virtud divina cuantos habían osado obedecer a Heliodoro, quedaron como yertos y despavoridos. | |
| II M | SpaPlate | 3:25 | Porque se les apareció montado en un caballo un personaje de fulminante aspecto, y magníficamente vestido, cuyas armas parecían de oro, el cual acometiendo con ímpetu a Heliodoro le pateó con los pies delanteros del caballo. | |
| II M | SpaPlate | 3:26 | Se aparecieron también otros dos gallardos y robustos jóvenes llenos de majestad, y ricamente vestidos, los cuales poniéndose uno a cada lado de Heliodoro, empezaron a azotarle cada uno por su parte, descargando sobre él continuos golpes. | |
| II M | SpaPlate | 3:27 | Con esto, Heliodoro cayó luego por tierra envuelto en oscuridad y tinieblas; y habiéndole tomado y puesto en una silla de manos, le sacaron de allí. | |
| II M | SpaPlate | 3:28 | De esta suerte, aquel que había entrado en el erario con tanto aparato de guardias y ministros, era llevado sin que nadie pudiese valerle; habiéndose manifestado visiblemente el poder de Dios. | |
| II M | SpaPlate | 3:29 | Por un efecto del divino poder, Heliodoro yacía sin habla, y sin ninguna esperanza de vida. | |
| II M | SpaPlate | 3:30 | Por el contrario, los otros bendecían al Señor, porque había ensalzado con esto la gloria de su lugar; y el Templo que poco antes estaba lleno de confusión y temor, se llenó de alegría y regocijo luego que hizo ver el Señor su omnipotencia. | |
| II M | SpaPlate | 3:31 | Entonces algunos amigos de Heliodoro rogaron con insistencia a Onías que invocase al Altísimo, a fin de que concediese la vida a Heliodoro, reducido ya a los últimos alientos. | |
| II M | SpaPlate | 3:32 | El Sumo Sacerdote, considerando que quizá el rey podría sospechar que los judíos habían urdido alguna trama contra Heliodoro, ofreció una víctima de salud por su curación, | |
| II M | SpaPlate | 3:33 | y al tiempo que el Sumo Sacerdote estaba haciendo la súplica, aquellos mismos jóvenes, con las mismas vestiduras, poniéndose junto a Heliodoro, le dijeron: “Dale las gracias al sacerdote Onías, pues por amor de él te concede el Señor la vida. | |
| II M | SpaPlate | 3:34 | Y habiendo tú sido castigado por Dios, anuncia a todo el mundo sus maravillas y su poder”. Dicho esto desaparecieron. | |
| II M | SpaPlate | 3:35 | En efecto, Heliodoro, habiendo ofrecido un sacrificio a Dios, y hecho grandes votos a Aquel que le había concedido la vida, y dadas las gracias a Onías, recogiendo su gente se volvió para el rey. | |
| II M | SpaPlate | 3:36 | Y atestiguaba a todo el mundo las obras del gran Dios, que había visto él con sus propios ojos. | |
| II M | SpaPlate | 3:37 | Y como el rey preguntase a Heliodoro quién sería bueno para ir de nuevo a Jerusalén contestó: | |
| II M | SpaPlate | 3:38 | “Si tú tienes algún enemigo o quien atente contra tu reino, envíale allá, y le verás volver desgarrado a azotes, si es que escapare con vida; porque no se puede dudar que reside en aquel lugar una cierta virtud divina. | |
| II M | SpaPlate | 3:39 | Pues Aquel mismo que tiene su morada en los cielos, está presente y protege aquel lugar, y castiga y hace perecer a los que van a hacer allí algún mal”. | |
Chapter 4
| II M | SpaPlate | 4:1 | Mas el mencionado Simón, que en daño de la patria había denunciado aquel tesoro, hablaba mal de Onías, como si este hubiese instigado a Heliodoro a hacer tales cosas, y sido el autor de aquellos males; | |
| II M | SpaPlate | 4:2 | y al protector de la ciudad, al defensor de su nación, al celador de la Ley de Dios, tenía el atrevimiento de llamarle traidor del reino. | |
| II M | SpaPlate | 4:3 | Mas como estas enemistades pasasen a tal extremo, que se cometían hasta asesinatos por algunos amigos de Simón; | |
| II M | SpaPlate | 4:4 | considerando Onías los peligros de la discordia, y que Apolonio, gobernador de Celesiria y de Fenicia atizaba con su furor la malignidad de Simón, | |
| II M | SpaPlate | 4:5 | se fue a presentar al rey, no para acusar a sus conciudadanos, sino únicamente con el fin de atender al bien de todo su pueblo, que era lo que él se proponía; | |
| II M | SpaPlate | 4:6 | pues estaba viendo que era imposible el pacificar los ánimos, ni el contener la locura de Simón, sin una providencia de rey. | |
| II M | SpaPlate | 4:7 | Mas después de la muerte de Seleuco, habiéndole sucedido en el reino Antíoco, llamado el ilustre, Jasón, hermano de Onías, aspiraba al pontificado. | |
| II M | SpaPlate | 4:8 | Pasó a presentarse al rey, y le prometió trescientos sesenta talentos de plata, y otros ochenta talentos por otros títulos; | |
| II M | SpaPlate | 4:9 | con más otros ciento cincuenta que ofrecía dar si se le concedía facultad de establecer un gimnasio, y una efebia, y el que los moradores de Jerusalén gozasen del derecho de que gozaban los ciudadanos de Antioquía. | |
| II M | SpaPlate | 4:10 | Habiendole otorgado el rey lo que pedía, y obtenido el principado, comenzó al instante a hacer tomar a sus paisanos los usos y costumbres de los gentiles. | |
| II M | SpaPlate | 4:11 | Y desterrando la manera de vivir, que los reyes por un efecto de su bondad a favor de los judíos habían aprobado, mediante los oficios de Juan, padre de Eupólemo, el que fue enviado de embajador a los romanos para renovar la amistad y alianza, establecía Jasón leyes perversas, trastornando los derechos legítimos de los ciudadanos. | |
| II M | SpaPlate | 4:12 | Pues tuvo el atrevimiento de establecer bajo el alcázar mismo, un gimnasio, y de exponer en lugares infames la flor de la juventud; | |
| II M | SpaPlate | 4:13 | siendo esto no un principio, sino un progreso y consumación de la vida pagana y extranjera, introducida con detestable e inaudita maldad por el no sacerdote e impío Jasón. | |
| II M | SpaPlate | 4:14 | Llegó la cosa a tal estado, que los sacerdotes no se aplicaban ya al ministerio del altar, sino que despreciando el Templo y los sacrificios, corrían a la palestra, y a los premios indignos, y a ejercitarse en el disco. | |
| II M | SpaPlate | 4:16 | por cuya adquisición se excitaba entre ellos una peligrosa emulación; de suerte que hacían alarde de imitar los usos de los griegos, y de parecer semejantes a aquellos mismos que habían sido sus mortales enemigos. | |
| II M | SpaPlate | 4:17 | Pero el obrar impíamente contra las leyes de Dios no queda sin castigo, como se verá en los tiempos siguientes. | |
| II M | SpaPlate | 4:18 | Como se celebrasen en Tiro los juegos de cada cinco años, y el rey estuviese presente, | |
| II M | SpaPlate | 4:19 | envió el malvado Jasón desde Jerusalén unos hombres perversos a llevar trescientas didracmas para el sacrificio de Hércules. Mas los mismos que las llevaron pidieron que no se expendiesen en los sacrificios, por no ser conveniente tal aplicación, sino que se empleasen en otros objetos. | |
| II M | SpaPlate | 4:20 | Y así, aunque el donador de estas dracmas las había ofrecido para el sacrificio de Hércules, las emplearon, a instancias de los conductores, en la construcción de galeras. | |
| II M | SpaPlate | 4:21 | Mas Antíoco, habiendo enviado a Egipto a Apolonio, hijo de Mnesteo, a tratar con los grandes de la corte del rey Ptolomeo Filometor, luego que vio que le impedía en el manejo de los negocios de su reino, atendiendo solo a sus propios intereses, partió de allí, y se vino a Jope; desde dónde pasó a Jerusalén, | |
| II M | SpaPlate | 4:22 | y recibido con toda pompa por Jasón y por la ciudad, hizo su entrada en ella en medio de luminarias y aclamaciones; y desde allí volvió a Fenicia con su ejército. | |
| II M | SpaPlate | 4:23 | Tres años después envió Jasón a Menelao, hermano del mencionado Simón, a llevar dinero al rey, y a recibir órdenes de este sobre negocios de importancia. | |
| II M | SpaPlate | 4:24 | Mas habiéndose granjeado Menelao la voluntad del rey, porque supo lisonjearle ensalzando la grandeza de su poder, se alzó con el Sumo Sacerdocio, dando trescientos talentos de plata más de lo que daba Jasón. | |
| II M | SpaPlate | 4:25 | Y recibidas las órdenes del rey, se volvió. Y en verdad que nada se veía en su persona digno del sacerdocio; pues tenía el corazón de un cruel tirano, y la rabia de una bestia feroz. | |
| II M | SpaPlate | 4:26 | De esta suerte Jasón, que había vendido a su propio hermano, engañado ahora él mismo, huyó como desterrado al país de los ammonitas. | |
| II M | SpaPlate | 4:27 | Menelao, empero, así que obtuvo el principado, no se cuidó de enviar al rey el dinero que le había prometido; no obstante que Sóstrato, comandante del alcázar, le estrechaba al pago, | |
| II M | SpaPlate | 4:28 | pues estaba a cargo de este la cobranza de los tributos. Por cuya causa fueron citados ambos a comparecer ante el rey. | |
| II M | SpaPlate | 4:29 | Y Menelao fue depuesto del pontificado, sucediéndole su hermano Lisímaco; y a Sóstrato le dieron el gobierno de Chipre. | |
| II M | SpaPlate | 4:30 | Mientras que sucedían estas cosas, los de Tarso y de Malo excitaron una sedición, porque habían sido donados a Antioquide, concubina del rey. | |
| II M | SpaPlate | 4:31 | Con este motivo pasó el rey allá apresuradamente a fin de apaciguarlos, dejando por su lugarteniente a Andrónico, uno de sus amigos. | |
| II M | SpaPlate | 4:32 | Menelao, entonces, creyendo que la ocasión era oportuna, hurtando del Templo algunos vasos de oro, dio una parte de ellos a Andrónico, y vendió la otra en Tiro, y en las ciudades comarcanas. | |
| II M | SpaPlate | 4:33 | Lo que sabido con certeza por Onías, le reprendió por esta acción desde un sitio de Antioquía, cercano a Dafne, donde se hallaba refugiado. | |
| II M | SpaPlate | 4:34 | Por esta causa pasó Menelao a ver a Andrónico y le rogó que hiciese matar a Onías. Andrónico fue a visitar a Onías; y habiéndole alargado su mano derecha, y jurado, le persuadió (a pesar de que no se fiaba de él) a que saliese del asilo; más al punto que salió le quitó la vida, sin tener ningún miramiento a la justicia. | |
| II M | SpaPlate | 4:35 | Con cuyo motivo, no solamente los judíos, sino también las demás naciones se irritaron, y llevaron muy a mal la injusta muerte de un tan grande varón. | |
| II M | SpaPlate | 4:36 | Y así, habiendo el rey vuelto de Cilicia, se le presentaron en Antioquía los judíos y los mismos griegos a querellarse de la inicua muerte de Onías. | |
| II M | SpaPlate | 4:37 | Y Antíoco, afligido en su corazón, y enternecido por la muerte de Onías, prorrumpió en llanto, acordándose de la moderación y modestia del difunto; | |
| II M | SpaPlate | 4:38 | y encendiéndose en cólera, mandó que Andrónico, despojado de la púrpura, fuese paseado por toda la ciudad; y que en el mismo lugar en que este sacrílego había cometido tal impiedad contra Onías, allí mismo se le quitase la vida. Así le dio el Señor el merecido castigo. | |
| II M | SpaPlate | 4:39 | Por lo que hace a Lisímaco, habiendo cometido muchos sacrilegios en el Templo a instigación de Menelao, y esparcida la fama del mucho oro que de allí había sacado, se sublevó el pueblo contra él. | |
| II M | SpaPlate | 4:40 | Y amotinándose las gentes, y encendidos en cólera los ánimos, Lisímaco, armando como unos tres mil hombres, capitaneados por un cierto Tirano, tan consumado en malicia, como avanzado en edad, empezó a cometer violencias. | |
| II M | SpaPlate | 4:41 | Mas luego que fueron conocidos los intentos de Lisímaco, unos se armaron de piedras, otros de gruesos garrotes, y otros arrojaron sobre él ceniza. | |
| II M | SpaPlate | 4:42 | De cuyas resultas muchos quedaron heridos, algunos quedaron muertos, y todos los restantes fueron puestos en fuga, perdiendo también la vida, junto al erario, el mismo sacrílego. | |
| II M | SpaPlate | 4:44 | Y habiendo llegado el rey a Tiro, pasaron a darle quejas sobre estos sucesos, tres diputados enviados por los ancianos. | |
| II M | SpaPlate | 4:45 | Pero Menelao, conociendo que iba a ser vencido, prometió a Ptolomeo una grande suma de dinero, con tal que inclinase al rey en su favor. | |
| II M | SpaPlate | 4:46 | En efecto, Ptolomeo entró a ver al rey, que estaba tomando el fresco en una galería, y le hizo mudar de parecer; | |
| II M | SpaPlate | 4:47 | de tal suerte, que Menelao, reo de toda maldad, fue absuelto de sus delitos; y a aquellos infelices, que en un tribunal, aunque fuese de escitas, hubieran sido declarados inocentes, los condenó a muerte. | |
| II M | SpaPlate | 4:48 | Fueron castigados inmediatamente, contra toda justicia, aquellos que habían sostenido la causa del pueblo y de la ciudad, y la veneración de los vasos sagrados. | |
| II M | SpaPlate | 4:49 | Pero los mismos vecinos de Tiro, indignados de semejante acción, se mostraron sumamente generosos en la honrosa sepultura que les dieron. | |
Chapter 5
| II M | SpaPlate | 5:1 | Hallábase Antíoco por este mismo tiempo haciendo los preparativos para la segunda expedición contra Egipto. | |
| II M | SpaPlate | 5:2 | Y sucedió entonces, que por espacio de cuarenta días se vieron en toda la ciudad de Jerusalén correr de parte a parte por el aire hombres a caballo, vestidos de telas de oro, y armados de lanzas, como si fuesen escuadrones de caballería; | |
| II M | SpaPlate | 5:3 | y caballos, ordenados en filas, que corriendo se atacaban unos a otros, y movimiento de broqueles, y una multitud de gentes armadas con morriones y espadas desnudas, y tiros de dardos, y el resplandor de armas doradas y de todo género de corazas. | |
| II M | SpaPlate | 5:5 | Mas habiéndose esparcido el falso rumor de que Antíoco había muerto, tomando Jasón consigo mil hombres, acometió de improviso a la dudad, y aunque los ciudadanos acudieron al instante a las murallas, al fin aquellos se apoderaron de ellas, y Menelao huyó al alcázar. | |
| II M | SpaPlate | 5:6 | Pero Jasón, como si creyese ganar un triunfo sobre sus enemigos y no sobre sus ciudadanos, hizo una horrible carnicería en la ciudad, no parando la consideración en que es un gravísimo mal ser feliz en la guerra que se hace a los de su propia sangre. | |
| II M | SpaPlate | 5:7 | Esto, no obstante, no pudo conseguir ponerse en posesión del principado; antes bien, todo el fruto que sacó de sus traiciones, fue la propia ignominia; y viéndose precisado nuevamente a huir, se retiró al país de los ammonitas. | |
| II M | SpaPlate | 5:8 | Finalmente, fue puesto en prisión por Aretas, rey de los árabes, que quería acabar con él; y habiéndose podido escapar, andaba de ciudad en ciudad, aborrecido de todo el mundo; y como prevaricador de las leyes, y como un hombre execrable, y enemigo de la patria y de los ciudadanos, fue arrojado a Egipto. | |
| II M | SpaPlate | 5:9 | Y de esta suerte aquel que había arrojado a muchos fuera de su patria, murió desterrado de ella, habiéndose ido a Lacedemonia, creyendo que allí, encontraría algún refugio a título de parentesco; | |
| II M | SpaPlate | 5:10 | y el que había mandado arrojar los cadáveres de muchas personas sin darles sepultura, fue arrojado insepulto, y sin ser llorado de nadie, no habiendo podido hallar sepulcro ni en su tierra propia, ni en la extraña. | |
| II M | SpaPlate | 5:11 | Pasadas así estas cosas, entró el rey en sospecha de que los judíos iban a abandonar la alianza que tenían con él; y así, partiendo de Egipto, lleno de furor; se apoderó de la ciudad a mano armada, | |
| II M | SpaPlate | 5:12 | y mandó a los soldados que matasen indistintamente a cuantos encontrasen, sin perdonar a nadie, y que entrando también por las casas, pasasen a cuchillo toda la gente; | |
| II M | SpaPlate | 5:13 | de manera que se hizo una carnicería general de jóvenes y de ancianos, y de mujeres con sus hijos, y de doncellas y de niños; | |
| II M | SpaPlate | 5:14 | tanto, que en el espacio de aquellos tres días fueron ochenta mil los muertos, cuarenta mil los cautivos, y otros tantos los vendidos. | |
| II M | SpaPlate | 5:15 | Mas ni aun con esto quedó satisfecho Antíoco; sino que además cometió el arrojo de entrar en el Templo, lugar el más santo de toda la tierra, conducido por Menelao, traidor a la patria y a las leyes; | |
| II M | SpaPlate | 5:16 | y tomando con sus sacrílegas manos los vasos sagrados, que otros reyes y ciudades habían puesto allí para ornamento y gloria de aquel lugar, los manoseaba de una manera indigna, y los profanaba. | |
| II M | SpaPlate | 5:17 | Así Antíoco, perdida toda la luz de su entendimiento, no veía que si Dios mostraba por un poco de tiempo su indignación contra los habitantes de la ciudad, era por causa de los pecados de ellos; y que por lo mismo había experimentado semejante profanación aquel lugar. | |
| II M | SpaPlate | 5:18 | Porque de otra suerte, si no hubieran estado envueltos en muchos delitos, este príncipe, como le sucedió a Heliodoro, enviado del rey Seleuco para saquear el tesoro, hubiera sido azotado luego que llegó, y precisado a desistir de su temeraria empresa. | |
| II M | SpaPlate | 5:19 | Mas Dios no escogió el pueblo por amor del lugar, sino a este por amor del pueblo. | |
| II M | SpaPlate | 5:20 | Por cuyo motivo este lugar mismo ha participado de los males que han acaecido al pueblo, así como tendrá también parte en los bienes; y el que ahora se ve abandonado por efecto de la indignación del Dios todopoderoso, será nuevamente ensalzado a la mayor gloria, aplacado que esté aquel grande Señor. | |
| II M | SpaPlate | 5:21 | Habiendo Antíoco sacado del Templo mil ochocientos talentos, se volvió apresuradamente a Antioquía, dominado de tal manera de la soberbia y presunción de ánimo, que se imaginaba poder llegar a navegar sobre la tierra, y a caminar sobre el mar a pie. | |
| II M | SpaPlate | 5:22 | Pero dejó allí gobernadores para que vejasen a la nación; a saber, en Jerusalén, a Filipo, originario de Frigia, aún más cruel que su amo; | |
| II M | SpaPlate | 5:23 | y en Garizim, a Andrónico y a Menelao, más encarnizados aún que los otros contra los ciudadanos. | |
| II M | SpaPlate | 5:24 | Y siguiendo muy enconado contra los judíos, envió por comandante al detestable Apolonio con un ejército de veintidós mil hombres, con orden de degollar a todos los adultos, y de vender las mujeres y niños. | |
| II M | SpaPlate | 5:25 | LIegado este a Jerusalén aparentando paz, se estuvo quieto hasta el santo día del sábado; mas en este día en que los judíos observaban el descanso, mandó a sus tropas que tomasen las armas, | |
| II M | SpaPlate | 5:26 | y mató a todos los que se habían reunido para ver aquel espectáculo; y discurriendo después por toda la ciudad con sus soldados, quitó la vida a una gran multitud de gentes. | |
Chapter 6
| II M | SpaPlate | 6:1 | De allí a poco tiempo envió el rey un senador de Antioquía, para que compeliese a los judíos a abandonar las leyes de su Dios y de sus padres, | |
| II M | SpaPlate | 6:2 | y para profanar el Templo de Jerusalén, y consagrarle a Júpiter Olímpico, como también el de Garizim a Júpiter Extranjero, por ser extranjeros los habitantes de aquel lugar. | |
| II M | SpaPlate | 6:3 | Así que se vio caer entonces de un golpe sobre todo el pueblo un diluvio terrible de males; | |
| II M | SpaPlate | 6:4 | porque el Templo estaba lleno de lascivias y de glotonerías propias de los gentiles, y de hombres disolutos mezclados con rameras, y de mujeres que entraban con descaro en los lugares sagrados, llevando allí cosas que no era lícito llevar. | |
| II M | SpaPlate | 6:6 | No se guardaban ya los sábados, ni se celebraban las fiestas solemnes del país, y nadie se atrevía a confesar sencillamente que era judío. | |
| II M | SpaPlate | 6:7 | El día de cumpleaños del rey los hacían ir a viva fuerza a los sacrificios; y cuando se celebraba la fiesta de Baco, los precisaban a ir por las calles coronados de yerba en honor de dicho ídolo. | |
| II M | SpaPlate | 6:8 | A sugestión de los de Tolemaida se publicó en las ciudades de los gentiles vecinas un edicto por el cual se les daba facultad para obligar en aquellos lugares a los judíos a que sacrificasen; | |
| II M | SpaPlate | 6:9 | y para quitar la vida a todos aquellos que no quisiesen acomodarse a las costumbres de los gentiles. Así, pues, no se veía otra cosa más que miserias. | |
| II M | SpaPlate | 6:10 | En prueba de ello, habiendo sido acusadas dos mujeres de haber circuncidado a sus hijos, las pasearon públicamente por la ciudad, con los hijos colgados a sus pechos, y después las precipitaron desde lo alto de la muralla. | |
| II M | SpaPlate | 6:11 | Asimismo, algunos otros que se juntaban en las cuevas vecinas para celebrar allí secretamente el día del sábado, habiendo sido denunciados a Filipo, fueron quemados vivos; porque tuvieron escrúpulo de defenderse por respeto a la religión y a la observancia. | |
| II M | SpaPlate | 6:12 | Ruego ahora a los que lean este libro, que no se escandalicen a vista de tan desgraciados sucesos; sino que consideren que estas cosas acaecieron, no para exterminar, sino para corregir a nuestra nación. | |
| II M | SpaPlate | 6:13 | Porque señal es de gran misericordia hacia los pecadores, el no dejarlos vivir largo tiempo a su antojo, sino aplicarles prontamente el azote. | |
| II M | SpaPlate | 6:14 | En efecto, el Señor no se porta con nosotros como con las demás naciones, a las cuales sufre con paciencia para castigarlas en el día del juicio, colmada que sea la medida de sus pecados. | |
| II M | SpaPlate | 6:15 | No así con nosotros, sino que nos castiga sin esperar a que lleguen a su colmo nuestros pecados. | |
| II M | SpaPlate | 6:16 | Y así, nunca retira de nosotros su misericordia, y cuando aflige a su pueblo con adversidades, no lo desampara. | |
| II M | SpaPlate | 6:17 | Mas baste esto que hemos dicho, para que estén advertidos los lectores; y volvamos ya a tomar el hilo de la historia. | |
| II M | SpaPlate | 6:18 | Eleázaro uno de los primeros doctores de la Ley, varón de edad provecta, y de venerable presencia, fue estrechado a comer carne de cerdo, y se le quería obligar a ello abriéndole por fuerza la boca. | |
| II M | SpaPlate | 6:19 | Mas él, prefiriendo una muerte llena de gloria a una vida aborrecible, caminaba voluntariamente por su pie al suplicio. | |
| II M | SpaPlate | 6:20 | Y considerando cómo debía portarse en este lance, sufriendo con paciencia, resolvió no hacer por amor a la vida ninguna cosa ilícita. | |
| II M | SpaPlate | 6:21 | Pero los que se hallaban presentes, movidos de una injusta compasión, y en atención a la antigua amistad que con él tenían, tomándole aparte, le rogaban que les permitiese traer carnes de las que le era lícito comer, para poder así aparentar que había cumplido la orden del rey, de comer de las carnes del sacrificio; | |
| II M | SpaPlate | 6:22 | a fin de que de esta manera se libertase de la muerte. De esta especie de humanidad usaban con él por un efecto de la antigua amistad que le profesaban. | |
| II M | SpaPlate | 6:23 | Pero Eleázaro, dominado de otros sentimientos dignos de su edad y de sus venerables canas, como asimismo de su antigua nativa nobleza, y de la buena conducta que había observado desde niño, respondió en el acto, conforme a los preceptos de la Ley santa establecida por Dios, y dijo que más bien quería morir. | |
| II M | SpaPlate | 6:24 | “Porque no es decoroso a nuestra edad, les añadió, usar de esta ficción; la cual sería causa que muchos jóvenes, creyendo que Eleázaro en la edad de noventa años se había pasado a la vida de los gentiles, | |
| II M | SpaPlate | 6:25 | cayesen en error a causa de esta ficción mía, por conservar yo un pequeño resto de esta vida corruptible; además de que echaría sobre mi ancianidad la infamia y execración. | |
| II M | SpaPlate | 6:26 | Fuera de esto, aun cuando pudiese librarme al presente de los suplicios de los hombres, no podría yo, ni vivo ni muerto, escapar de las manos del Todopoderoso. | |
| II M | SpaPlate | 6:27 | Por lo cual muriendo valerosamente, me mostraré digno de la ancianidad a que he llegado; | |
| II M | SpaPlate | 6:28 | y dejaré a los jóvenes un ejemplo de fortaleza si sufriere con ánimo pronto y constante una muerte honrosa por la Ley más santa y venerable.” Luego que acabó de decir esto, fue conducido al suplicio. | |
| II M | SpaPlate | 6:29 | Y aquellos que le llevaban, y que poco antes se le habían mostrado muy humanos, pasaron a un extremo de furor por las palabras que había dicho; las cuales creían efecto de arrogancia. | |
| II M | SpaPlate | 6:30 | Estando ya para morir a fuerza de golpes que descargaban sobre él, lanzó un suspiro, y dijo: “Señor, Tú que tienes la ciencia santa, Tú sabes bien que habiendo yo podido librarme de la muerte, sufro en mi cuerpo atroces dolores; pero mi alma los padece de buena gana por temor tuyo.” | |
Chapter 7
| II M | SpaPlate | 7:1 | A más de lo referido aconteció que fueron presos siete hermanos juntamente con su madre; y quiso el rey, a fuerza de azotes y tormentos con nervios de toro, obligarlos a comer carne de cerdo, contra lo prohibido por la Ley. | |
| II M | SpaPlate | 7:2 | Mas uno de ellos, que era el primogénito, dijo: “¿Qué es lo que tú pretendes, o quieres saber de nosotros? Aparejados estamos a morir antes que quebrantar las leyes patrias que Dios nos ha dado”. | |
| II M | SpaPlate | 7:3 | Se encendió el rey en cólera, y mandó que se pusiesen sobre el fuego sartenes y calderas de bronce. Así que cuando estas empezaron a hervir | |
| II M | SpaPlate | 7:4 | ordenó que se cortase la lengua al que había hablado el primero, que se le arrancase la piel de la cabeza, y que se le cortasen las extremidades de las manos y pies, en presencia de sus hermanos y de su madre. | |
| II M | SpaPlate | 7:5 | Estando ya así del todo inutilizado, mandó traer fuego, y que le tostasen en la sartén hasta que expirase. Mientras que sufría en ella este largo tormento, los demás hermanos con la madre se alentaban mutuamente a morir con valor, diciendo: | |
| II M | SpaPlate | 7:6 | “El Señor Dios verá la verdad, y se apiadará de nosotros, como lo declaró a Moisés cuando protestó en su cántico: Él será misericordioso con sus siervos.” | |
| II M | SpaPlate | 7:7 | Muerto que fue de este modo el primero, conducían al segundo para atormentarle con escarnio; y habiéndole arrancado la piel de la cabeza con los cabellos, le preguntaban si comería antes que ser atormentado en cada miembro de su cuerpo. | |
| II M | SpaPlate | 7:8 | Pero él, respondiendo en la lengua de su patria, dijo: “No haré tal”. Así sufrió también este los mismos tormentos que el primero. | |
| II M | SpaPlate | 7:9 | Y cuando estaba ya para expirar, dijo: “Tú, oh perversísimo, nos quitas la vida presente; pero el Rey del universo nos resucitará algún día para la vida eterna, por haber muerto en defensa de sus leyes.” | |
| II M | SpaPlate | 7:10 | Después de este, vino al tormento el tercero; el cual, así que le pidieron la lengua, la sacó al instante, y extendió sus manos con valor, | |
| II M | SpaPlate | 7:11 | diciendo con confianza: “Del cielo he recibido estos miembros del cuerpo, mas ahora los desprecio por amor de las leyes de Dios, y espero que los he de volver a recibir de su misma mano”. | |
| II M | SpaPlate | 7:12 | De modo que así el rey como su comitiva, quedaron maravillados del espíritu de este joven, que ningún caso hacía de los tormentos. | |
| II M | SpaPlate | 7:14 | el cual, estando ya para morir, habló del modo siguiente: “Es gran ventaja para nosotros perder la vida a mano de los hombres; por la firme esperanza que tenemos en Dios de que nos la devolverá, haciéndonos resucitar; pero tu resurrección no será para la vida.” | |
| II M | SpaPlate | 7:15 | Habiendo tomado al quinto, le martirizaban igualmente; pero él, clavando sus ojos en el rey, | |
| II M | SpaPlate | 7:16 | dijo: “Teniendo, como tienes, poder entre los hombres, aunque eres mortal como ellos, haces tú lo que quieres, mas no imagines por eso que Dios haya desamparado a nuestra nación. | |
| II M | SpaPlate | 7:17 | Aguarda tan solamente un poco, y verás la grandeza de su poder, y cómo te atormentarán a ti y a tu linaje.” | |
| II M | SpaPlate | 7:18 | Después de este, fue conducido el sexto; y estando ya para expirar, dijo: “No quieras engañarte vanamente; pues si nosotros padecemos estos tormentos, es porque los hemos merecido habiendo pecado contra nuestro Dios: y por esto experimentamos cosas tan terribles; | |
| II M | SpaPlate | 7:20 | Entretanto, la madre, sobremanera admirable, y digna de la memoria de los buenos, viendo perecer en un solo día a sus siete hijos, lo sobrellevaba con ánimo constante, por la esperanza que tenía en Dios. | |
| II M | SpaPlate | 7:21 | Llena de sabiduría, exhortaba con valor, en su lengua nativa a cada uno de ellos en particular; y juntando un ánimo varonil a la ternura de mujer, | |
| II M | SpaPlate | 7:22 | les dijo: “Yo no sé cómo fuisteis formados en mi seno; porque ni yo os di el alma, el espíritu y la vida, ni fui tampoco la que coordiné los miembros de cada uno de vosotros; | |
| II M | SpaPlate | 7:23 | sino que el Creador del universo es el que formó al hombre en su origen, y el que dio principio a todas las cosas; y Él mismo os volverá por su misericordia el espíritu y la vida, puesto que ahora, por amor de sus leyes, no hacéis aprecio de vosotros mismos.” | |
| II M | SpaPlate | 7:24 | Antíoco, considerándose humillado y creyendo que aquellas voces eran un insulto a él, como quedase todavía el más pequeño de todos, comenzó no solo a persuadirle con palabras, sino a asegurarle también con juramento, que le haría rico y feliz si abandonaba las leyes de sus padres, y que le tendría por uno de sus amigos, y le daría cuanto necesitase. | |
| II M | SpaPlate | 7:25 | Pero como ninguna mella hiciesen en el joven semejantes promesas llamó el rey a la madre, y le aconsejaba que mirase por la vida y por la felicidad de su hijo. | |
| II M | SpaPlate | 7:26 | Y después de haberla exhortado con muchas razones, ella le prometió que en efecto persuadiría a su hijo. | |
| II M | SpaPlate | 7:27 | A cuyo fin, habiéndose inclinado a él, burlándose del cruel tirano, le dijo en lengua patria: “Hijo mío, ten piedad de mí, que te llevé nueve meses en mis entrañas, que te alimenté por espacio de tres años con la leche de mis pechos, y te he criado y conducido hasta la edad en que te hallas. | |
| II M | SpaPlate | 7:28 | Te ruego, hijo mío, que mires al cielo y a la tierra, y a todas las cosas que en ellos se contienen; y que entiendas bien que Dios las ha creado todas de la nada, como igualmente al linaje humano. | |
| II M | SpaPlate | 7:29 | De este modo no temerás a este verdugo; antes bien, haciéndote digno de participar de la suerte de tus hermanos, abrazarás la muerte, para que así en el tiempo de la misericordia te recobre yo, junto con tus hermanos.” | |
| II M | SpaPlate | 7:30 | Aún no había acabado de hablar esto, cuando el joven dijo: “¿Qué es lo que esperáis? Yo no obedezco al mandato del rey, sino al precepto de la Ley que nos fue dada por Moisés. | |
| II M | SpaPlate | 7:31 | Mas tú que eres el autor de todos los males de los hebreos, no evitarás el castigo de Dios. | |
| II M | SpaPlate | 7:33 | y si el Señor nuestro Dios se ha irritado por un breve tiempo contra nosotros, a fin de corregirnos y enmendarnos, Él, empero, volverá a reconciliarse otra vez con sus siervos. | |
| II M | SpaPlate | 7:34 | Pero tú, oh malvado y el más abominable de todos los hombres, no te lisonjees inútilmente con vanas esperanzas, inflamado en cólera contra los siervos de Dios; | |
| II M | SpaPlate | 7:35 | pues aún no has escapado del juicio de Dios Todopoderoso que lo está viendo todo. | |
| II M | SpaPlate | 7:36 | Mis hermanos por haber padecido ahora un dolor pasajero, se hallan ya gozando de la alianza de la vida eterna; mas tú por justo juicio de Dios sufrirás los castigos debidos a tu soberbia. | |
| II M | SpaPlate | 7:37 | Por lo que a mí toca, hago como mis hermanos el sacrificio de mi cuerpo y de mi vida en defensa de las leyes de mis padres, rogando a Dios que cuanto antes se muestre propicio a nuestra nación, y que te obligue a ti a fuerza de tormentos y de castigos a confesar que Él es el solo Dios. | |
| II M | SpaPlate | 7:38 | Mas la ira del Todopoderoso, que justamente descarga sobre nuestra nación, tendrá fin en la muerte mía y de mis hermanos.” | |
| II M | SpaPlate | 7:39 | Entonces el rey, ardiendo en cólera, descargó su furor sobre este con más crueldad que sobre todos los otros, sintiendo a par de muerte verse burlado. | |
Chapter 8
| II M | SpaPlate | 8:1 | Entretanto, Judas Macabeo y los que le seguían entraban secretamente en las poblaciones, y convocando a sus parientes y amigos, y tomando consigo a los que habían permanecido firmes en la religión judía, juntaron hasta seis mil hombres. | |
| II M | SpaPlate | 8:2 | Al mismo tiempo invocaban al Señor para que mirase propicio a su pueblo, hollado de todos, y que tuviese compasión de su Templo, el cual se veía profanado por los impíos; | |
| II M | SpaPlate | 8:3 | que se apiadase igualmente de la ruina de la ciudad, que iba a ser destruida y luego después arrasada, y escuchase la voz de la sangre derramada, que le estaba pidiendo venganza. | |
| II M | SpaPlate | 8:4 | Que tuviese también presente las inicuas muertes de los inocentes niños, y las blasfemias proferidas contra su nombre, y tomase de ello venganza. | |
| II M | SpaPlate | 8:5 | El Macabeo habiendo juntado mucha gente, se hacía formidable a los gentiles; porque la indignación del Señor se había convertido en misericordia. | |
| II M | SpaPlate | 8:6 | Se arrojaba repentinamente sobre los lugares y ciudades, y los incendiaba, y ocupando los sitios más ventajosos, hacía no pequeño estrago en los enemigos. | |
| II M | SpaPlate | 8:7 | Ejecutaba estas correrías principalmente por la noche; y la fama de su valor se esparcía por todas partes. | |
| II M | SpaPlate | 8:8 | Viendo Filipo que este caudillo iba poco a poco haciendo progresos, y que las más de las veces le salían bien sus empresas, escribió a Ptolomeo, gobernador de Celesiria y de Fenicia, a fin de que le enviara socorros para sostener el partido del rey. | |
| II M | SpaPlate | 8:9 | En efecto, Ptolomeo le envió al punto a Nicanor, amigo suyo, hijo de Patroclo, y uno de los principales magnates, dándole hasta veinte mil hombres armados, de diversas naciones, para que exterminase todo el linaje de los judíos; y junto con él envió también a Gorgias, que era gran soldado, y hombre de larga experiencia en las cosas de la guerra. | |
| II M | SpaPlate | 8:10 | Nicanor pensó pagar el tributo de los dos mil talentos que el rey debía dar a los romanos, sacándolos de la venta de los cautivos que haría de los judíos. | |
| II M | SpaPlate | 8:11 | Con esta idea envió inmediatamente a las ciudades marítimas a convidar a la compra de judíos esclavos, prometiendo dar noventa de ellos por un talento; sin reflexionar el castigo que el Todopoderoso había de ejecutar en él. | |
| II M | SpaPlate | 8:12 | Luego que Judas supo la venida de Nicanor, la participó a los judíos que tenía consigo; | |
| II M | SpaPlate | 8:13 | algunos de los cuales, por falta de confianza en la justicia divina, llenos de miedo, echaron a huir; | |
| II M | SpaPlate | 8:14 | pero otros vendían cuanto les había quedado, y a una rogaban al Señor que los librase del impío Nicanor, que aun antes de haberse acercado a ellos los tenía ya vendidos; | |
| II M | SpaPlate | 8:15 | y que se dignase hacerlo, ya que no por amor de ellos, siquiera por la Alianza que había hecho con sus padres, y por el honor que tenían de llamarse con el nombre santo y glorioso de pueblo de Dios. | |
| II M | SpaPlate | 8:16 | Habiendo convocado el Macabeo los siete mil hombres que le seguían, les conjuró que no entrasen en composición con los enemigos, y que no temiesen aquella muchedumbre que venía a atacarlos injustamente, sino que peleasen, con esfuerzo; | |
| II M | SpaPlate | 8:17 | teniendo siempre presente el ultraje que aquellos indignos habían cometido contra el lugar santo, y las injurias e insultos hechos a la ciudad, y además la abolición de las instituciones de sus mayores. | |
| II M | SpaPlate | 8:18 | Estas gentes, añadió, confían solo en sus armas y en su audacia; mas nosotros tenemos puesta nuestra confianza en el Señor Todopoderoso, que con una mirada puede trastornar no solo a los que vienen contra nosotros, sino también al mundo entero. | |
| II M | SpaPlate | 8:19 | Asimismo les trajo a la memoria los socorros que había dado Dios a sus padres, y los ciento ochenta y cinco mil que perecieron del ejército de Senaquerib; | |
| II M | SpaPlate | 8:20 | como también la batalla que ellos habían dado a los gálatas en Babilonia, en la cual, no habiendo osado entrar en la acción sus aliados los macedonios, ellos, que solo eran seis mil, mataron ciento veinte mil, mediante el auxilio que les dio el cielo; y consiguieron en recompensa grandes bienes. | |
| II M | SpaPlate | 8:21 | Este razonamiento los llenó de valor, de suerte que se hallaron dispuestos a morir por las leyes y por la patria. | |
| II M | SpaPlate | 8:22 | En seguida dio el mando de una porción de tropas a sus hermanos Simón, José y Jonatás, poniendo a las órdenes de cada uno mil quinientos hombres. | |
| II M | SpaPlate | 8:23 | Además de eso, Esdras les leyó el libro santo; y habiéndoles dado por señal: Socorro de Dios, se puso él mismo a la cabeza del ejército, y marchó contra Nicanor. | |
| II M | SpaPlate | 8:24 | En efecto, declarándose el Todopoderoso a favor de ellos, mataron más de nueve mil hombres, y pusieron en fuga la mayor parte del ejército de Nicanor, que quedó muy disminuido por razón de los muchos heridos. | |
| II M | SpaPlate | 8:25 | Con esto tomaron el dinero de aquellos que habían acudido para comprarlos; y fueron persiguiendo largo trecho al enemigo. | |
| II M | SpaPlate | 8:26 | Pero estrechados del tiempo volvieron atrás, pues era la víspera del sábado; lo cual les impidió que continuaran la persecución. | |
| II M | SpaPlate | 8:27 | Recogidas las armas y despojos de los enemigos, celebraron el sábado, bendiciendo al Señor, que los había librado en aquel día, derramando sobre ellos como las primeras gotas del rocío de su misericordia. | |
| II M | SpaPlate | 8:28 | Pasado el sábado, dieron parte de los despojos a los enfermos, a los huérfanos y a las viudas, quedándose con el resto para sí y para sus familias. | |
| II M | SpaPlate | 8:29 | Ejecutadas estas cosas, hicieron todos juntos oración, rogando al Señor misericordioso que se aplacase para siempre con sus siervos. | |
| II M | SpaPlate | 8:30 | Y habiendo sido acometidos del ejército de Timoteo y de Báquides, mataron de él a más de veinte mil hombres, se apoderaron de varias plazas fuertes, y recogieron un botín muy grande; del cual dieron igual porción a los enfermos, a los huérfanos y a las viudas, y también a los viejos. | |
| II M | SpaPlate | 8:31 | Recogidas luego con diligencia todas las armas de los enemigos, las depositaron en lugares convenientes, llevando a Jerusalén los otros despojos. | |
| II M | SpaPlate | 8:32 | Asimismo quitaron la vida a Filarco, hombre perverso, uno de los que acompañaban a Timoteo, y que había causado muchos males a los judíos. | |
| II M | SpaPlate | 8:33 | Y cuando estaban en Jerusalén dando gracias por esta victoria, al saber que aquel Calístenes, que había incendiado las puertas sagradas, se había refugiado en cierta casa, le abrasaron en ella, dándole así el justo pago de sus impiedades. | |
| II M | SpaPlate | 8:34 | Entretanto el perversísimo Nicanor, aquel que había hecho venir a mil negociantes para venderles los judíos, | |
| II M | SpaPlate | 8:35 | humillado con la ayuda del Señor por aquellos mismos a quienes él había reputado por nada, dejando su brillante vestido, y huyendo por el Mediterráneo, llegó solo a Antioquía, y reducido al colmo de la infelicidad por la pérdida de su ejército. | |
Chapter 9
| II M | SpaPlate | 9:2 | pues habiendo entrado en la ciudad de Persépolis, e intentado saquear el templo y oprimir la ciudad, corrió todo el pueblo a tomar las armas, y le puso en fuga con todas sus tropas, por lo cual volvió atrás vergonzosamente. | |
| II M | SpaPlate | 9:3 | Y llegado que hubo cerca de Ecbátana, recibió la noticia de lo que había sucedido a Nicanor y a Timoteo. | |
| II M | SpaPlate | 9:4 | Con lo que montando en cólera, pensó desfogarla en los judíos, y vengarse así del ultraje que le habían hecho los que le obligaron a huir. Por tanto, mandó que anduviese más aprisa su carroza, caminando sin pararse, impelido para ello del juicio del cielo, por la insolencia con que había dicho: Que él iría a Jerusalén, y la convertiría en un cementerio de cadáveres hacinados de judíos. | |
| II M | SpaPlate | 9:5 | Mas el Señor Dios de Israel, que ve todas las cosas, le hirió con una llaga interior e incurable. Pues apenas había acabado de pronunciar dichas palabras, le acometió un acerbo dolor de entrañas, y un terrible cólico; | |
| II M | SpaPlate | 9:6 | y a la verdad que bien lo merecía, puesto que él había desgarrado las entrañas de otros con muchas y nuevas maneras de tormentos. Mas no por eso desistía de sus malvados designios. | |
| II M | SpaPlate | 9:7 | De esta suerte, lleno de soberbia, respirando su corazón llamas contra los judíos, y mandando acelerar el viaje, sucedió que, corriendo furiosamente, cayó de la carroza, y con el grande golpe que recibió, se le quebrantaron los miembros del cuerpo. | |
| II M | SpaPlate | 9:8 | Y aquel que lleno de soberbia quería levantarse sobre la esfera de hombre, y se lisonjeaba de poder mandar aun a las olas del mar, y de pesar en una balanza los montes más elevados, humillado ahora hasta el suelo, era conducido en una silla de manos, presentando en su misma persona un manifiesto testimonio del poder de Dios. | |
| II M | SpaPlate | 9:9 | Pues hervía de gusanos el cuerpo de este impío, y aun viviendo se le caían a pedazos las carnes en medio de los dolores, y ni sus tropas podían sufrir el mal olor y fetidez que de sí despedía. | |
| II M | SpaPlate | 9:10 | Así el que poco antes se imaginaba que podría alcanzar con la mano las estrellas del cielo, se hizo insoportable a todos, por lo intolerable del hedor. | |
| II M | SpaPlate | 9:11 | Derribado de este modo de su extremada soberbia, comenzó a entrar en conocimiento de sí mismo, estimulado del azote de Dios, pues crecían por momentos sus dolores. | |
| II M | SpaPlate | 9:12 | Y como ni el mismo pudiese ya sufrir su hedor, dijo así: “Justo es que el hombre se sujete a Dios, y que un mortal no pretenda apostárselas a Dios”. | |
| II M | SpaPlate | 9:14 | y siendo así que antes se apresuraba a ir a la ciudad para arrasarla, y hacer de ella un cementerio de cadáveres amontonados, ahora deseaba hacerla libre; | |
| II M | SpaPlate | 9:15 | prometiendo asimismo igualar con los atenienses a estos mismos judíos, a quienes poco antes había juzgado indignos de sepultura, y les había dicho que los arrojaría a las aves de rapiña, y a las fieras, para que los despedazasen, y que acabaría hasta con los niños más pequeños. | |
| II M | SpaPlate | 9:16 | Ofrecía también adornar con preciosos dones aquel Templo santo que antes había despojado, y aumentar el número de los vasos sagrados, y costear de sus rentas los gastos necesarios para los sacrificios; | |
| II M | SpaPlate | 9:17 | y además de esto, hacerse él judío, e ir por todo el mundo ensalzando el poder de Dios. | |
| II M | SpaPlate | 9:18 | Mas como no cesasen sus dolores, porque al fin había caído sobre él la justa venganza de Dios, perdida toda esperanza, escribió a los judíos una carta, en forma de súplica, del tenor siguiente: | |
| II M | SpaPlate | 9:19 | “El rey y príncipe Antíoco, a los judíos, excelentes ciudadanos, mucha salud y bienestar, y toda prosperidad. | |
| II M | SpaPlate | 9:20 | Si gozáis de salud, tanto vosotros como vuestros hijos, y si os sucede todo según lo deseáis, nosotros damos por ello muchas gracias. | |
| II M | SpaPlate | 9:21 | Hallándome yo al presente enfermo, y acordándome benignamente de vosotros, he juzgado necesario, en esta grave enfermedad que me ha acometido a mi regreso de Persia, atender al bien común, dando algunas disposiciones; | |
| II M | SpaPlate | 9:22 | no porque desespere de mi salud, antes confío mucho que saldré de esta enfermedad. | |
| II M | SpaPlate | 9:23 | Mas considerando que también mi padre al tiempo que iba con su ejército por las provincias altas, declaró quién debía reinar después de su muerte, | |
| II M | SpaPlate | 9:24 | con el fin de que si sobreviniese alguna desgracia, o corriese alguna mala noticia, no se turbasen los habitantes de las provincias, sabiendo ya quién era el sucesor en el mando; | |
| II M | SpaPlate | 9:25 | y considerando además que cada uno de los confinantes y poderosos vecinos está acechando ocasión favorable, y aguardando los sucesos, he designado por rey a mi hijo Antíoco, el mismo a quien yo muchas veces, al pasar a las provincias altas de mis reinos, recomendé a muchos de vosotros, y al cual he escrito lo que más abajo veréis. | |
| II M | SpaPlate | 9:26 | Por tanto, os ruego y pido que acordándoos de los beneficios que habéis recibido de mí en común y en particular, me guardéis todos fidelidad a mí y a mi hijo. | |
| II M | SpaPlate | 9:27 | Pues confío que él se portará con moderación y dulzura, y que siguiendo mis intenciones será vuestro favorecedor.” | |
| II M | SpaPlate | 9:28 | En fin, herido mortalmente este homicida y blasfemo, del mismo modo que él había tratado a otros, acabó su vida en los montes, lejos de su patria, con una muerte infeliz. | |
Chapter 10
| II M | SpaPlate | 10:1 | Entretanto el Macabeo y los que le seguían, protegidos del Señor, recobraron el Templo y la ciudad, | |
| II M | SpaPlate | 10:2 | y demolieron los altares que los gentiles habían erigido en las plazas, y asimismo los templos de los ídolos. | |
| II M | SpaPlate | 10:3 | Y habiendo purificado el Templo, construyeron un altar nuevo, y sacando fuego por medio de unos pedernales, ofrecieron sacrificios, dos años después, y pusieron incienso, las lámparas, y los panes de la proposición. | |
| II M | SpaPlate | 10:4 | Ejecutado esto, postrados en tierra, rogaban al Señor que nunca más los dejase caer en semejantes desgracias; y, caso que llegasen a pecar, los castigase con más benignidad y no los entregase en poder de hombres bárbaros y blasfemos. | |
| II M | SpaPlate | 10:5 | Y el Templo fue purificado en aquel mismo día en que había sido profanado por los extranjeros, es decir, el día veinticinco del mes de Casleu. | |
| II M | SpaPlate | 10:6 | En efecto, celebraron esta fiesta con regocijo por espacio de ocho días, a manera de la de los Tabernáculos, acordándose que poco tiempo antes habían pasado esta solemnidad de los Tabernáculos en los montes y cuevas a manera de fieras. | |
| II M | SpaPlate | 10:7 | Por cuyo motivo llevaban tallos y ramos verdes y palmas en honor de Aquel que les había concedido la dicha de purificar su lugar. | |
| II M | SpaPlate | 10:8 | Y de común consejo y acuerdo decretaron que toda la nación judía celebrase esta fiesta todos los años en aquellos días. | |
| II M | SpaPlate | 10:9 | Por lo que toca a la muerte de Antíoco, llamado Epífanes, fue del modo que hemos dicho. | |
| II M | SpaPlate | 10:10 | Mas ahora referiremos los hechos de Eupator, hijo del impío Antíoco, recopilando los males que ocasionaron sus guerras. | |
| II M | SpaPlate | 10:11 | Habiendo entrado este a reinar, nombró para la dirección de los negocios del reino a un tal Lisias, gobernador militar de Fenicia y de Siria. | |
| II M | SpaPlate | 10:12 | Porque Ptolomeo llamado Macrón, había resuelto observar inviolablemente la justicia respecto de los judíos, y portarse pacíficamente con ellos, sobre todo a vista de las injusticias que se les había hecho sufrir. | |
| II M | SpaPlate | 10:13 | Pero acusado por esto mismo ante Eupator, por los amigos, que a cada paso le trataban de traidor por haber abandonado a Chipre, cuyo gobierno le había confiado Filometor, y porque después de haberse pasado al partido de Antíoco Epífanes había desertado también de él, acabó su vida con el veneno. | |
| II M | SpaPlate | 10:14 | A este tiempo Gorgias, que tenía el gobierno de aquellas tierras, asalariando tropas extranjeras, molestaba frecuentemente a los judíos. | |
| II M | SpaPlate | 10:15 | Y los judíos que ocupaban plazas fuertes en lugares ventajosos, acogían en ellas a los que huían de Jerusalén, y buscaban ocasiones de hacer guerra. | |
| II M | SpaPlate | 10:16 | Pero aquellos que seguían al Macabeo, hecha oración al Señor para implorar su auxilio, asaltaron con valor las fortalezas de los idumeos; | |
| II M | SpaPlate | 10:17 | y después de un crudo y porfiado combate, se apoderaron de ellas, mataron a cuantos se les pusieron delante, no siendo los pasados a cuchillo menos de veinte mil personas. | |
| II M | SpaPlate | 10:18 | Mas como algunos se hubiesen refugiado en dos castillos sumamente fuertes, abastecidos de todo lo necesario para defenderse, | |
| II M | SpaPlate | 10:19 | dejó el Macabeo para expugnarlos a Simón y José, y también a Zaqueo, con bastantes tropas que tenían bajo su mando, y marchó con las suyas adonde las necesidades más urgentes de la guerra le llamaban. | |
| II M | SpaPlate | 10:20 | Pero las tropas de Simón, llevadas de la avaricia, se dejaron sobornar con dinero por algunos de los que estaban en los castillos; y habiendo recibido hasta setenta mil didracmas, dejaron escapar a varios de ellos. | |
| II M | SpaPlate | 10:21 | Así que fue informado de esto el Macabeo, congregados los príncipes del pueblo, acusó a aquellos de haber vendido por dinero a sus hermanos, dejando escapar a sus enemigos. | |
| II M | SpaPlate | 10:22 | Por lo cual hizo quitar la vida a dichos traidores; y al instante se apoderó de los dos castillos. | |
| II M | SpaPlate | 10:23 | Y saliendo todo tan felizmente como correspondía al valor de sus armas, mató en las dos fortalezas más de veinte mil hombres. | |
| II M | SpaPlate | 10:24 | Timoteo, empero, que antes había sido vencido por los judíos, habiendo levantado un ejército de tropas extranjeras, y reunido la caballería de Asia, vino a Judea como para apoderarse de ella a fuerza de armas. | |
| II M | SpaPlate | 10:25 | Mas al mismo tiempo que se iba acercando Timoteo, el Macabeo y su gente oraban al Señor, cubiertas de polvo sus cabezas, ceñidos con el cilicio sus lomos, | |
| II M | SpaPlate | 10:26 | y postrados al pie del altar, a fin de que les fuese propicio, y se mostrase enemigo de sus enemigos, y contrario de sus contrarios, como lo dice la Ley. | |
| II M | SpaPlate | 10:27 | Y de este modo acabada la oración, habiendo tomado las armas, y saliendo a una distancia considerable de la ciudad, cercanos ya a los enemigos, hicieron alto. | |
| II M | SpaPlate | 10:28 | Apenas empezó a salir el sol, principió la batalla entre los dos ejércitos; teniendo los unos, además de su valor, al Señor por garantía de la victoria y del éxito feliz de sus armas, cuando los otros solamente contaban con su esfuerzo en el combate. | |
| II M | SpaPlate | 10:29 | Mas mientras se estaba en lo más recio de la batalla vieron los enemigos aparecer del cielo cinco varones montados en caballos adornados con frenos de oro, que servían de capitanes a los judíos. | |
| II M | SpaPlate | 10:30 | Dos de dichos varones, tomando en medio al Macabeo, le cubrían con sus armas, guardándole de recibir daño; pero lanzaban dardos y rayos contra los enemigos, quienes envueltos en oscuridad y confusión, y llenos de espanto, iban cayendo por tierra; | |
| II M | SpaPlate | 10:31 | habiendo sido muertos veinte mil quinientos de a pie, y seiscientos de caballería. | |
| II M | SpaPlate | 10:33 | Mas llenos de gozo el Macabeo y sus tropas, tuvieron sitiada la plaza cuatro días. | |
| II M | SpaPlate | 10:34 | Entretanto los sitiados, confiados en la fortaleza de la plaza, los insultaban de mil maneras, y vomitaban expresiones abominables. | |
| II M | SpaPlate | 10:35 | Pero así que amaneció el quinto día, veinte jóvenes de los que estaban con el Macabeo, irritados con tales blasfemias, se acercaron valerosamente al muro, y con ánimo denodado subieron sobre él, | |
| II M | SpaPlate | 10:36 | y haciendo lo mismo otros, empezaron a pegar fuego a las torres y a las puertas, y quemaron vivos a aquellos blasfemos. | |
| II M | SpaPlate | 10:37 | Dos días continuos estuvieron devastando la fortaleza; y habiendo encontrado a Timoteo, que se había escondido en cierto lugar, le mataron, así como también a Quereas, su hermano, y a Apolófanes. | |
Chapter 11
| II M | SpaPlate | 11:1 | Pero poco tiempo después Lisias, ayo del rey y su pariente, que tenía el manejo de los negocios, sintiendo mucho pesar por lo que había acaecido, | |
| II M | SpaPlate | 11:2 | juntó ochenta, mil hombres de a pie, y toda la caballería, y se dirigió contra los judíos con el designio de tomar la ciudad, y darla a los gentiles para que la poblasen, | |
| II M | SpaPlate | 11:3 | y sacar del Templo grandes sumas de dinero, como de los otros templos de los paganos, y vender anualmente el Sumo Sacerdocio; | |
| II M | SpaPlate | 11:4 | sin reflexionar en el poder de Dios, sino confiando neciamente en su numerosa infantería, en los miles de caballos, y en ochenta elefantes. | |
| II M | SpaPlate | 11:5 | Y habiendo entrado en Judea, y acercándose a Betsura, situada en una garganta a cinco estadios de Jerusalén, atacó esta plaza. | |
| II M | SpaPlate | 11:6 | Pero luego que el Macabeo y su gente supieron que los enemigos habían comenzado a sitiar las fortalezas, rogaban al Señor con lágrimas y suspiros, a una con todo el pueblo, que enviase un Ángel bueno para que salvase a Israel. | |
| II M | SpaPlate | 11:7 | El mismo Macabeo, tomando las armas el primero de todos, exhortó a los demás a exponerse como él a los peligros, a fin de socorrer a sus hermanos. | |
| II M | SpaPlate | 11:8 | Mientras que iban marchando todos con ánimo denodado, se les apareció, al salir de Jerusalén, un personaje a caballo, que iba vestido de blanco, con armas de oro, y blandiendo la lanza. | |
| II M | SpaPlate | 11:9 | Entonces todos a una bendijeron al Señor misericordioso, y cobraron nuevo aliento, hallándose dispuestos a pelear, no solo contra los hombres, sino hasta contra las bestias más feroces, y a penetrar muros de hierro. | |
| II M | SpaPlate | 11:10 | Caminaban con esto llenos de ardimiento, teniendo en su ayuda al Señor, que desde el cielo hacía resplandecer sobre ellos su misericordia. | |
| II M | SpaPlate | 11:11 | Así que, arrojándose impetuosamente como leones sobre el enemigo, mataron once mil de a pie, y mil seiscientos de a caballo; | |
| II M | SpaPlate | 11:12 | y pusieron en fuga a todos los demás, la mayor parte de los cuales escaparon heridos y despojados, salvándose el mismo Lisias por medio de una vergonzosa fuga. | |
| II M | SpaPlate | 11:13 | Y como no le faltaba talento, meditando para consigo la pérdida que había tenido, y conociendo que los hebreos eran invencibles cuando se apoyaban en el socorro del Dios Todopoderoso, les envió comisionados; | |
| II M | SpaPlate | 11:14 | y les prometió condescender en todo aquello que fuese justo, y que persuadiría al rey que hiciese amistad con ellos. | |
| II M | SpaPlate | 11:15 | Asintió el Macabeo a la demanda de Lisias, atendiendo en todo a la utilidad pública; y en efecto, concedió el rey todo lo que había pedido Judas a favor de los judíos en la carta que escribió a Lisias. | |
| II M | SpaPlate | 11:17 | “Lisias al pueblo de los judíos, salud. Juan y Abesalom, vuestros enviados, al entregarme vuestro escrito, me pidieron que hiciese lo que ellos proponían. | |
| II M | SpaPlate | 11:18 | Por tanto, expuse al rey todo lo que podía representársele, y ha otorgado cuanto le ha permitido el estado de los negocios. | |
| II M | SpaPlate | 11:19 | Y si vosotros guardáis fidelidad en lo tratado, yo también procuraré en lo sucesivo proporcionaros el bien que pudiere. | |
| II M | SpaPlate | 11:20 | Por lo que hace a los demás asuntos, he encargado a vuestros diputados, y a los que yo envío, que de boca traten de cada uno de ellos con vosotros. | |
| II M | SpaPlate | 11:21 | Pasadlo bien. A veinticuatro del mes de Dióscoro del año ciento cuarenta y ocho.” | |
| II M | SpaPlate | 11:23 | Después que el rey, nuestro padre, fue trasladado entre los dioses, nos, deseando que nuestros súbditos vivan en paz, y puedan atender a sus negocios; | |
| II M | SpaPlate | 11:24 | y habiendo sabido que los judíos no condescendieron con mi padre en que abrazasen los ritos de los griegos, sino que han querido conservar sus costumbres, y por esta razón nos piden que les concedamos vivir según sus leyes; | |
| II M | SpaPlate | 11:25 | por tanto, queriendo nos que esta nación goce también de paz, hemos ordenado y decretado que se les restituya el Templo, a fin de que vivan según las costumbres de sus mayores. | |
| II M | SpaPlate | 11:26 | En esta conformidad harás bien en enviarles comisionados para hacer con ellos la paz, a fin de que enterados de nuestra voluntad cobren buen ánimo y se apliquen a sus intereses particulares.” | |
| II M | SpaPlate | 11:27 | La carta del rey a los judíos era del tenor siguiente: “El rey Antíoco al senado de los judíos, y a todos los demás judíos, salud. | |
| II M | SpaPlate | 11:28 | Si estáis buenos, esto es lo que os deseamos. Por lo que hace a nos, lo pasamos bien. | |
| II M | SpaPlate | 11:29 | Menelao ha venido a nos para hacernos presente que deseáis venir a tratar con los de vuestra nación que están con nosotros. | |
| II M | SpaPlate | 11:30 | Por tanto, damos salvoconducto a aquellos que vengan hasta el día treinta del mes de Xántico; | |
| II M | SpaPlate | 11:31 | y permitimos a los judíos que usen de sus viandas, y vivan según sus leyes como antes; sin que ninguno pueda ser molestado por razón de las cosas hechas por ignorancia. | |
| II M | SpaPlate | 11:34 | Asimismo los romanos enviaron también una carta en estos términos: Quinto Memmio, y Tito Manilio, legados de los romanos, al pueblo de los judíos, salud. | |
| II M | SpaPlate | 11:35 | Las cosas que os ha concedido Lisias, pariente del rey, os las concedemos igualmente nosotros. | |
| II M | SpaPlate | 11:36 | Y por lo que hace a las otras, sobre las cuales juzgó Lisias deber consultar al rey, enviad cuanto antes alguno, después que hayáis conferenciado entre vosotros, a fin de que resolvamos lo que os sea más ventajoso; pues estamos para marchar hacia Antioquía. | |
Chapter 12
| II M | SpaPlate | 12:1 | Concluidos estos tratados, se volvió Lisias para el rey, y los judíos se dedicaron a cultivar sus tierras. | |
| II M | SpaPlate | 12:2 | Pero los oficiales, que residían en el país: Timoteo, y Apolonio, hijo de Geneo, y también Jerónimo y Demofonte, y además de estos, Nicanor, gobernador de Chipre, no los dejaban vivir en paz ni sosiego. | |
| II M | SpaPlate | 12:3 | Mas los habitantes de Jope cometieron el siguiente atentado: convidaron a los judíos que habitaban en aquella ciudad a entrar con sus mujeres e hijos en unos barcos que habían prevenido, como que no existía ninguna enemistad entre unos y otros. | |
| II M | SpaPlate | 12:4 | Y habiendo condescendido en ello, sin tener la menor sospecha, pues vivían en paz, y la ciudad tenía hecho un público acuerdo a favor de ellos; así que se hallaron en alta mar fueron arrojados al agua unos doscientos de ellos. | |
| II M | SpaPlate | 12:5 | Luego que Judas tuvo noticia de esta crueldad contra los de su nación, dio órdenes a su gente, y después de invocar a Dios, justo juez, | |
| II M | SpaPlate | 12:6 | marchó contra aquellos asesinos de sus hermanos, y de noche pegó fuego al puerto, quemó sus barcos, e hizo pasar a cuchillo a todos los que se habían escapado de las llamas. | |
| II M | SpaPlate | 12:7 | Hecho esto, partió de allí con ánimo de volver de nuevo para exterminar enteramente todos los vecinos de Jope. | |
| II M | SpaPlate | 12:8 | Pero habiendo entendido que también los de Jamnia meditaban hacer otro tanto con los judíos que moraban entre ellos, | |
| II M | SpaPlate | 12:9 | los sorprendió igualmente de noche, y quemó el puerto con sus naves; de suerte que el resplandor de las llamas se veía desde Jerusalén, que dista de allí doscientos cuarenta estadios. | |
| II M | SpaPlate | 12:10 | Y cuando partido que hubo de Jamnia había ya andado nueve estadios, avanzando contra Timoteo, le atacaron los árabes en número de cinco mil infantes y con quinientos caballos; | |
| II M | SpaPlate | 12:11 | y trabándose un crudo combate, que con la protección de Dios le salió felizmente, el resto del ejército de los árabes, vencido, pidió la paz a Judas, prometiendo cederle pastos, y asistirle en todo lo demás. | |
| II M | SpaPlate | 12:12 | Y Judas, creyendo que verdaderamente podían serle útiles en muchas cosas, les concedió la paz; y hecho el tratado se volvieron los árabes a sus tiendas. | |
| II M | SpaPlate | 12:13 | Después de esto atacó a una ciudad fuerte, llamada Casfín, rodeada de muros y de puentes, en la cual habitaba una turba de diferentes naciones. | |
| II M | SpaPlate | 12:14 | Mas confiados los de dentro en la firmeza de sus muros, y en que tenían provisión de víveres, se defendían con flojedad, y provocaban a Judas con dichos picantes, blasfemias, y expresiones detestables. | |
| II M | SpaPlate | 12:15 | Entonces el Macabeo, habiendo invocado al gran rey del universo, que en tiempo de Josué derribó de un golpe, sin arietes ni máquinas de guerra, a Jericó, subió con gran denuedo sobre la muralla; | |
| II M | SpaPlate | 12:16 | y tomada por voluntad del Señor la ciudad, hizo en ella una horrorosa matanza; de tal suerte que un estanque vecino, de dos estadios de anchura, apareció teñido de sangre de los muertos. | |
| II M | SpaPlate | 12:17 | Partieron de allí, y después de andados setecientos cincuenta estadios, llegaron a Caraca, donde habitaban los judíos llamados tubianeos. | |
| II M | SpaPlate | 12:18 | Mas tampoco pudieron venir allí a las manos con Timoteo, quien se había vuelto sin poder hacer nada, dejando en cierto lugar una guarnición muy fuerte. | |
| II M | SpaPlate | 12:19 | Pero Dositeo y Sosípatro que mandaban las tropas en compañía del Macabeo, pasaron a cuchillo a diez mil hombres que Timoteo había dejado en aquella plaza. | |
| II M | SpaPlate | 12:20 | Entretanto el Macabeo, tomando consigo seis mil hombres, y distribuyéndolos en batallones, marchó contra Timoteo, que traía ciento veinte mil hombres de a pie, y dos mil quinientos de a caballo. | |
| II M | SpaPlate | 12:21 | Luego que este supo la llegada de Judas, envió delante las mujeres, los niños y el resto del bagaje a una fortaleza llamada Carnión, que era inexpugnable, y de difícil entrada, a causa de los desfiladeros que era necesario pasar. | |
| II M | SpaPlate | 12:22 | Mas al dejarse ver el primer batallón de Judas, se apoderó el terror de los enemigos, a causa de la presencia de Dios, que todo lo ve, y se pusieron en fuga uno tras de otro, de manera que el mayor daño lo recibían de su propia gente, y quedaban heridos por sus propias espadas. | |
| II M | SpaPlate | 12:23 | Judas los cargaba de recio, castigando a aquellos profanos; habiendo dejado tendidos a treinta mil de ellos. | |
| II M | SpaPlate | 12:24 | El mismo Timoteo cayó en poder de los batallones de Dositeo y Sosípatro, a los cuales pidió con grande instancia que le salvasen la vida, porque tenía en su poder muchos padres y hermanos de los judíos; los cuales, muerto él, quedarían sin esperanza. | |
| II M | SpaPlate | 12:25 | Y habiéndoles dado palabra de restituirles los prisioneros, según lo estipulado, le dejaron ir sin hacerle mal, con la mira de salvar así a sus hermanos. | |
| II M | SpaPlate | 12:26 | Hecho esto, volvió Judas contra Carnión, en donde pasó a cuchillo a veinticinco mil hombres. | |
| II M | SpaPlate | 12:27 | Después de la derrota y mortandad de los enemigos, dirigió su ejército contra Efrón, ciudad fuerte, habitada por una multitud de gentes de diversas naciones; cuyas murallas estaban coronadas de robustos jóvenes que las defendían con valor, y además había dentro de ella muchas máquinas de guerra, y acopio de dardos. | |
| II M | SpaPlate | 12:28 | Mas los judíos, invocando al Todopoderoso, que con su poder quebranta las fuerzas de los enemigos, tomaron la ciudad, y dejaron tendidos por el suelo a veinticinco mil hombres de los que en ella había. | |
| II M | SpaPlate | 12:29 | Desde allí fueron a la ciudad de los escitas distante seiscientos estadios de Jerusalén; | |
| II M | SpaPlate | 12:30 | pero asegurando los judíos que habitaban allí entre los escitopolitanos, que estas gentes los trataban bien, y que aun en el tiempo de sus desgracias se habían portado con ellos con humanidad, les dio Judas las gracias; | |
| II M | SpaPlate | 12:31 | y habiéndolos exhortado a que en lo venidero mostrasen igual benevolencia a los de su nación, se volvió con los suyos a Jerusalén, por estar muy cercano el día solemne de Pentecostés. | |
| II M | SpaPlate | 12:34 | y habiéndose trabado el combate, quedaron tendidos algunos pocos judíos en el campo de batalla. | |
| II M | SpaPlate | 12:35 | Mas un cierto Dositeo, soldado de caballería de los de Bacenor, hombre valiente, asió a Gorgias, y quería capturarlo vivo, pero se arrojó sobre él un soldado de a caballo de los de Tracia, y le cortó un hombro, lo cual dio lugar a que Gorgias huyese a Maresa. | |
| II M | SpaPlate | 12:36 | Fatigados ya los soldados que mandaba Esdrín con tan larga pelea, invocó Judas al Señor para que protegiese y dirigiese el combate; | |
| II M | SpaPlate | 12:37 | y habiendo comenzado a cantar en alta voz himnos en su lengua nativa, puso en fuga a los soldados de Gorgias. | |
| II M | SpaPlate | 12:38 | Reuniendo después Judas su ejército, pasó a la ciudad de Odollam, y llegado el día séptimo, se purificaron según el rito y celebraron allí el sábado. | |
| II M | SpaPlate | 12:39 | Al día siguiente fue Judas con su gente para traer los cadáveres de los que habían muerto y enterrarlos, con sus parientes en las sepulturas de sus familias. | |
| II M | SpaPlate | 12:40 | Y encontraron debajo de la ropa de los que habían sido muertos algunos objetos consagrados a los ídolos que había en Jamnia, cosas prohibidas por la Ley a los judíos; con lo cual conocieron todos evidentemente que esto había sido la causa de su muerte. | |
| II M | SpaPlate | 12:41 | Por tanto, bendijeron a una los justos juicios del Señor, que había manifestado lo oculto. | |
| II M | SpaPlate | 12:42 | Y poniéndose en oración rogaron que echase en olvido el delito que se había cometido. Al mismo tiempo el esforzadísimo Judas exhortaba al pueblo a que se conservase sin pecado, viendo delante de sus mismos ojos lo sucedido por causa de las culpas de los que habían sido muertos. | |
| II M | SpaPlate | 12:43 | Y habiendo recogido en una colecta que mandó hacer, doce mil dracmas de plata, las envió a Jerusalén, a fin de que se ofreciese un sacrificio por los pecados de estos difuntos, teniendo, como tenía, buenos y religiosos sentimientos acerca de la resurrección, | |
| II M | SpaPlate | 12:44 | —pues si no esperara que los que habían muerto habían de resucitar, habría tenido por cosa superflua e inútil el rogar por los difuntos—, | |
| II M | SpaPlate | 12:45 | y porque consideraba que a los que habían muerto después de una vida piadosa, les estaba reservada una grande misericordia. | |
Chapter 13
| II M | SpaPlate | 13:1 | El año ciento cuarenta y nueve supo Judas que Antíoco Eupator venía con un grande ejército contra Judea, | |
| II M | SpaPlate | 13:2 | acompañado de Lisias, tutor y regente del reino, y que traía consigo ciento diez mil hombres de a pie, y cinco mil de a caballo, y veintidós elefantes y trescientos carros armados de hoces. | |
| II M | SpaPlate | 13:3 | Se agregó también a ellos Menelao; y con grande y falaz artificio procuraba aplacar a Antíoco, no porque amase el bien de la patria, sino esperando ser puesto en posesión del principado. | |
| II M | SpaPlate | 13:4 | Mas el Rey de los reyes movió el corazón de Antíoco contra aquel malvado; y habiendo dicho Lisias que él era la causa de todos los males, mandó prenderle, y que le quitasen la vida en aquel mismo lugar, según el uso de ellos. | |
| II M | SpaPlate | 13:5 | Había, en aquel sitio una torre de cincuenta codos de alto, rodeada por todas partes de un gran montón de cenizas; desde allí no se veía más que un precipicio. | |
| II M | SpaPlate | 13:6 | Y mandó que desde la torre fuese arrojado en la ceniza aquel sacrílego, llevándole todos a empellones a la muerte. | |
| II M | SpaPlate | 13:7 | De este modo debió morir Menelao, prevaricador de la Ley, sin que a su cuerpo se le diese sepultura. | |
| II M | SpaPlate | 13:8 | Y a la verdad, con mucha justicia; porque habiendo él cometido tantos delitos contra el altar de Dios, cuyo fuego y ceniza son cosas santas, fue condenado a morir en la ceniza. | |
| II M | SpaPlate | 13:9 | El rey, empero, continuaba furibundo su marcha, con ánimo de mostrarse con los judíos más cruel que su padre. | |
| II M | SpaPlate | 13:10 | Teniendo Judas noticia de ello, mandó al pueblo que invocase al Señor día y noche, a fin de que les asistiese en aquella ocasión, como lo había hecho siempre; | |
| II M | SpaPlate | 13:11 | pues temían el verse privados de su Ley, de su patria y de su santo Templo; y para que no permitiese que su pueblo, que poco antes había empezado a respirar algún tanto, se viese nuevamente subyugado por las naciones blasfemas. | |
| II M | SpaPlate | 13:12 | En efecto, haciendo todos lo mandado, implorando la misericordia del Señor con lágrimas y ayunos, postrados en tierra por espacio de tres días continuos, los exhortó Judas a que estuviesen apercibidos. | |
| II M | SpaPlate | 13:13 | Él, luego, con el consejo de los ancianos resolvió salir a campaña antes que el rey entrase con su ejército en Judea y se apoderase de la ciudad, y encomendar al Señor el éxito de la empresa. | |
| II M | SpaPlate | 13:14 | Entregándose, enteramente a las disposiciones de Dios, Creador del universo, y habiendo exhortado a sus tropas a pelear varonilmente y hasta perder la vida en defensa de sus leyes, del Templo, de la ciudad, de la patria y de sus conciudadanos, hizo acampar el ejército en las cercanías de Modín. | |
| II M | SpaPlate | 13:15 | Dio después a los suyos por señal: “La victoria de Dios”; y tomando consigo los jóvenes más valientes, asaltó de noche el cuartel del rey, y mató en su campamento cuatro mil hombres, y al mayor de los elefantes, con toda la gente que llevaba encima. | |
| II M | SpaPlate | 13:16 | Y llenando con esto de un grande terror y confusión el campo de los enemigos, concluida tan felizmente la empresa, se retiraron. | |
| II M | SpaPlate | 13:17 | Se ejecutó todo esto al rayar el día, asistiendo el Señor al Macabeo con su protección. | |
| II M | SpaPlate | 13:18 | Mas el rey, visto este ensayo de la audacia de los judíos, intentó apoderarse con arte de los lugares más fortificados; | |
| II M | SpaPlate | 13:19 | y se acercó con su ejército a Betsura, una de las plazas de los judíos más bien fortificadas; pero era rechazado, hallaba mil tropiezos y perdía gente. | |
| II M | SpaPlate | 13:21 | En esto un tal Rodoco hacía de espía de los enemigos en el ejército de los judíos; pero siendo reconocido, fue preso y puesto en un encierro. | |
| II M | SpaPlate | 13:22 | Nuevamente parlamentó el rey con los habitantes de Betsura, les concedió la paz, aprobó la capitulación de los sitiados, y se marchó. | |
| II M | SpaPlate | 13:23 | Peleó entonces con Judas y quedó vencido. A esta sazón, teniendo aviso de que en Antioquía se le había rebelado Filipo, el cual había quedado con el gobierno de los negocios, consternado su ánimo, suplicando y humillándose ante los judíos, juró guardarles todo lo que pareció justo; y después de esta reconciliación ofreció un sacrificio, tributó honor al Templo y le hizo varios donativos. | |
| II M | SpaPlate | 13:24 | Y abrazó al Macabeo, declarándole gobernador y príncipe desde Tolemaida hasta los gerrenos. | |
| II M | SpaPlate | 13:25 | Luego que Antíoco llegó a Tolemaida, dieron a conocer sus habitantes el grave disgusto que les había causado aquel tratado y amistad hecha con los judíos, amenazando que indignados rompiesen la alianza. | |
Chapter 14
| II M | SpaPlate | 14:1 | Mas de allí a tres años Judas y su gente entendieron que Demetrio, hijo de Seleuco, habiendo llegado con muchas naves y un numeroso ejército al puerto de Trípoli, se había apoderado de los puestos más ventajosos, | |
| II M | SpaPlate | 14:3 | Entretanto un cierto Alcimo, que había sido Sumo Sacerdote, y que voluntariamente se había contaminado en los tiempos de la mezcla, considerando que no había ningún remedio para él, y que jamás podría acercarse al altar, | |
| II M | SpaPlate | 14:4 | pasó a ver al rey Demetrio el año ciento cincuenta, presentándole una corona de oro y una palma, y además unos ramos que parecían ser del Templo; y por entonces no le dijo nada. | |
| II M | SpaPlate | 14:5 | Habiendo logrado una buena coyuntura para ejecutar su loco designio, por haberle llamado Demetrio a su consejo, y preguntándole cuál era el sistema y máximas con que se regían los judíos; | |
| II M | SpaPlate | 14:6 | respondió: “Aquellos judíos que se llaman asideos, cuyo caudillo es Judas Macabeo, son los que fomentan la guerra, y mueven las sediciones, y no dejan estar en quietud el reino. | |
| II M | SpaPlate | 14:7 | Yo mismo, despojado de la dignidad hereditaria de mi familia, quiero decir, del Sumo Sacerdocio, me vine aquí; | |
| II M | SpaPlate | 14:8 | primeramente por ser fiel a la causa del rey, y lo segundo para mirar por el bien de mis conciudadanos; pues toda nuestra nación padece grandes vejaciones por causa de la perversidad de aquellos hombres. | |
| II M | SpaPlate | 14:9 | Así que te suplico, oh rey, que informándote por menor de todas estas cosas, mires por nuestra tierra y nación, conforme a tu bondad a todos notoria. | |
| II M | SpaPlate | 14:11 | Habiéndose él explicado de esta suerte, todos sus amigos inflamaron también a Demetrio contra Judas, del cual eran enemigos declarados. | |
| II M | SpaPlate | 14:12 | Así es que al punto envió el rey a la Judea por general a Nicanor, comandante de los elefantes, | |
| II M | SpaPlate | 14:13 | con orden de que capturase vivo a Judas, dispersase sus tropas, y pusiese a Alcimo en posesión del Sumo Sacerdocio del gran Templo. | |
| II M | SpaPlate | 14:14 | Entonces los gentiles que habían huido de Judea por temor de Judas, vinieron a bandadas a juntarse con Nicanor, mirando como prosperidad propia las miserias y calamidades de los judíos. | |
| II M | SpaPlate | 14:15 | Luego que estos supieron la llegada de Nicanor, y la reunión de los gentiles con él; esparciendo polvo sobre sus cabezas, dirigieron sus plegarias a Aquel que se había formado un pueblo suyo para conservarle eternamente, y, que con evidentes milagros había protegido a esta su herencia. | |
| II M | SpaPlate | 14:16 | E inmediatamente, por orden del comandante, partieron de allí, y fueron a acampar junto al castillo de Desau. | |
| II M | SpaPlate | 14:17 | Había ya Simón, hermano de Judas, venido a las manos con Nicanor; pero se llenó de sobresalto con la repentina llegada de los enemigos. | |
| II M | SpaPlate | 14:18 | Sin embargo, enterado Nicanor del denuedo de las tropas de Judas, y de la grandeza de ánimo con que combatían por su patria, temió fiar su suerte a la decisión de una batalla. | |
| II M | SpaPlate | 14:19 | Y así envió delante a Posidonio, a Teodoto y a Matías para presentar y recibir proposiciones de paz. | |
| II M | SpaPlate | 14:20 | Y habiendo durado largo tiempo las conferencias sobre el asunto, y dando el mismo general parte de ellas al pueblo, todos unánimemente fueron de parecer que se aceptara la paz. | |
| II M | SpaPlate | 14:21 | En virtud de lo cual emplazaron un día para conferenciar entre sí secretamente; a cuyo fin se llevó y puso una silla para cada uno de ellos. | |
| II M | SpaPlate | 14:22 | Esto no obstante, mandó Judas apostar algunos soldados en lugares oportunos, no fuera que los enemigos intentasen de repente hacer alguna tropelía. Pero la conferencia se celebró como debía. | |
| II M | SpaPlate | 14:23 | Por eso Nicanor fijó después su residencia en Jerusalén, sin hacer ninguna vejación a nadie, y despidió aquella multitud de tropas que se le habían juntado. | |
| II M | SpaPlate | 14:24 | Amaba constantemente a Judas con un amor sincero, mostrando una particular inclinación a su persona. | |
| II M | SpaPlate | 14:25 | Le rogó que se casase, y pensase en tener hijos. En efecto, se casó, vivía tranquilo, y los dos se trataban familiarmente. | |
| II M | SpaPlate | 14:26 | Mas viendo Alcimo la amistad y buena armonía que reinaba entre ellos, fue a ver a Demetrio, y le dijo que Nicanor favorecía los intereses ajenos, y que tenía destinado por sucesor a Judas, que aspiraba al trono. | |
| II M | SpaPlate | 14:27 | Exasperado e irritado el rey sobremanera con sus atroces calumnias, escribió a Nicanor diciéndole que llevaba muy a mal la amistad que había contraído con el Macabeo, y que le mandaba que luego al punto se lo enviase encadenado a Antioquía. | |
| II M | SpaPlate | 14:28 | Enterado de esto Nicanor, quedó lleno de consternación, y sentía sobremanera tener que violar los tratados hechos con aquel varón, sin haber recibido de él ofensa alguna. | |
| II M | SpaPlate | 14:29 | Mas no pudiendo desobedecer al rey, andaba buscando oportunidad para poner en ejecución la orden recibida. | |
| II M | SpaPlate | 14:30 | Entretanto el Macabeo, observando que Nicanor le trataba con aspereza, y que en las visitas acostumbradas se le mostraba con cierto aire duro e imponente, consideró que aquella aspereza no podía nacer de nada bueno, y reuniendo algunos pocos de los suyos, se ocultó de Nicanor. | |
| II M | SpaPlate | 14:31 | Luego que este reconoció que Judas había tenido la destreza de prevenirle, fue al augusto y santísimo Templo, hallándose los sacerdotes ofreciendo los sacrificios acostumbrados, y les mandó que le entregasen al Macabeo. | |
| II M | SpaPlate | 14:32 | Mas como ellos le asegurasen con juramento que no sabían dónde estaba el que él buscaba, Nicanor levantó la mano contra el Templo, | |
| II M | SpaPlate | 14:33 | y juró, diciendo: “Si no me entregáis maniatado a Judas, arrasaré este templo de Dios, derribaré este altar, y consagraré aquí un templo al padre Baco”. | |
| II M | SpaPlate | 14:34 | Y dicho esto, se marchó. Los sacerdotes entonces, levantando sus manos al cielo, invocaban a Aquel que había sido siempre el defensor de su nación, y oraban de este modo: | |
| II M | SpaPlate | 14:35 | “Señor del universo, Tú que de nada necesitas, quisiste tener entre nosotros un Templo para tu morada. | |
| II M | SpaPlate | 14:36 | Conserva oh Santo de los santos, Señor de todas las cosas, conserva ahora y para siempre libre de profanación esta Casa, que hace poco tiempo ha sido purificada.” | |
| II M | SpaPlate | 14:37 | En este tiempo fue acusado a Nicanor uno de los ancianos de Jerusalén, llamado Racías, varón amante de la patria, y de reputación, al cual se daba el nombre de padre de los judíos por el afecto con que los miraba. | |
| II M | SpaPlate | 14:38 | Este ya de mucho tiempo antes, llevaba una vida muy exacta en el judaísmo, pronto a dar su cuerpo y su vida antes que faltar a su observancia. | |
| II M | SpaPlate | 14:39 | Mas queriendo Nicanor manifestar el odio que tenía a los judíos, envió quinientos soldados para que le prendiesen. | |
| II M | SpaPlate | 14:40 | Pues juzgaba que si lograba seducir a este hombre, haría un daño gravísimo a los judíos. | |
| II M | SpaPlate | 14:41 | Pero al tiempo que los soldados hacían sus esfuerzos para entrar en la casa, rompiendo la puerta, y poniéndole fuego, así que estaban ya para prenderle, se hirió con su espada; | |
| II M | SpaPlate | 14:42 | prefiriendo morir noblemente a verse esclavo de los pecadores, y a sufrir ultrajes indignos de su nacimiento. | |
| II M | SpaPlate | 14:43 | Mas como por la precipitación con que se hirió, no fuese mortal la herida, y entrasen ya de tropel los soldados en la casa, corrió animosamente al muro, y se precipitó denodadamente encima de las gentes; | |
| II M | SpaPlate | 14:44 | las cuales retirándose al momento para que no les cayese encima, vino a dar de cabeza contra el suelo. | |
| II M | SpaPlate | 14:45 | Pero como aún respirase, hizo un nuevo esfuerzo, y se volvió a poner de pie; y aunque la sangre le salía a borbollones por sus heridas mortales, pasó corriendo por medio de la gente, | |
Chapter 15
| II M | SpaPlate | 15:1 | Luego que Nicanor tuvo noticia que Judas estaba en tierra de Samaria, resolvió acometerle con todas sus fuerzas en un día de sábado. | |
| II M | SpaPlate | 15:2 | Y como los judíos que por necesidad le seguían, le dijesen: “No quieras hacer una acción tan feroz y bárbara como esa; mas honra la santidad de este día, y respeta a Aquel que ve todas las cosas”; | |
| II M | SpaPlate | 15:3 | les preguntó aquel infeliz, si había en el cielo algún poderoso que hubiese mandado celebrar el sábado. | |
| II M | SpaPlate | 15:4 | Y le contestaron ellos: “Sí, el Señor vivo y poderoso que hay en el cielo, es el que mandó guardar el día séptimo”. | |
| II M | SpaPlate | 15:5 | Pues yo, les replicó él, soy poderoso sobre la tierra, y mando que se tomen las armas, y que se ejecuten las órdenes del rey. Mas a pesar de eso, no pudo Nicanor efectuar sus designios; | |
| II M | SpaPlate | 15:6 | siendo así que había ideado ya, en el delirio de su soberbia, erigir un trofeo de todas sus victorias sobre Judas. | |
| II M | SpaPlate | 15:7 | En medio de esto, el Macabeo, esperaba siempre con firme confianza que Dios le asistiría con su socorro; | |
| II M | SpaPlate | 15:8 | y al mismo tiempo, exhortaba a los suyos a que no temiesen el encuentro de las naciones, sino que antes bien, trajesen a la memoria la asistencia que otras veces habían recibido del cielo, y que al presente esperasen que el Todopoderoso les concedería la victoria. | |
| II M | SpaPlate | 15:9 | Y dándoles igualmente instrucciones sacadas de la Ley y de los Profetas, y acordándoles los combates que antes habían sostenido, les infundió nuevo aliento. | |
| II M | SpaPlate | 15:10 | Inflamados de esta manera sus ánimos; les ponía igualmente a la vista la perfidia de las naciones, y la violación de los juramentos. | |
| II M | SpaPlate | 15:11 | Y armó a cada uno de ellos, no tanto con darle escudo y lanza, como con admirables discursos y exhortaciones, y con la narración de un sueño digno de fe, con lo cual llenó a todos de alegría. | |
| II M | SpaPlate | 15:12 | Esta fue la visión que tuvo: Se le representó que estaba viendo a Onías, Sumo Sacerdote, que había sido hombre lleno de bondad y de dulzura, de aspecto venerando, modesto en sus costumbres, y de gracia en sus discursos, y que desde niño se había ejercitado en la virtud; el cual, levantadas las manos, oraba por todo el pueblo judío, | |
| II M | SpaPlate | 15:13 | y que después se le había aparecido otro varón, respetable por su ancianidad, lleno de gloria, y rodeado por todos lados de magnificencia; | |
| II M | SpaPlate | 15:14 | y que Onías, dirigiéndole la palabra, le había dicho: “Este es el amante de sus hermanos y del pueblo de Israel; este es Jeremías, profeta de Dios, que ruega incesantemente por el pueblo y por toda la Ciudad Santa”; | |
| II M | SpaPlate | 15:15 | y que luego Jeremías extendió su derecha y entregó a Judas una espada de oro, diciéndole: | |
| II M | SpaPlate | 15:16 | “Toma esta santa espada, don de Dios, con la cual derribarás a los enemigos de mi pueblo de Israel.” | |
| II M | SpaPlate | 15:17 | Animados todos con estas palabras de Judas, las más eficaces para avivar el valor e infundir nuevo aliento en la juventud, resolvieron atacar y combatir vigorosamente a los enemigos, de modo que su esfuerzo decidiese la causa; pues así el Templo como la Ciudad Santa estaban en peligro. | |
| II M | SpaPlate | 15:18 | Y a la verdad, menos cuidado pasaban por sus mujeres, por sus hijos, por sus hermanos y por sus parientes que por la santidad del Templo, que era lo que les causaba el mayor y principal temor. | |
| II M | SpaPlate | 15:19 | Pero los que se hallaban dentro de la ciudad, estaban en grande sobresalto por la suerte de aquellos que iban a entrar en batalla. | |
| II M | SpaPlate | 15:20 | Y cuando ya todos estaban aguardando la decisión del combate, estando ya a la vista los enemigos, el ejército formado en batalla, y los elefantes y caballería colocados en los lugares oportunos; | |
| II M | SpaPlate | 15:21 | considerando el Macabeo la multitud de hombres que venían a dejarse caer sobre ellos; y el vario aparato de armas, y la ferocidad de los elefantes, levantó las manos al cielo, invocando al Señor que obra los prodigios; a Aquel que, no según la fuerza de los ejércitos, sino según su voluntad concede la victoria a los que la merecen. | |
| II M | SpaPlate | 15:22 | Y le invocó de esta manera: “¡Oh Señor! Tú que en el reinado de Ezequías, rey de Judá, enviaste uno de tus Ángeles, y quitaste la vida a ciento ochenta y cinco mil hombres del ejército de Senaquerib, | |
| II M | SpaPlate | 15:23 | envía también ahora, oh dominador de los cielos, a tu Ángel bueno que vaya delante de nosotros, y haga conocer la fuerza de tu terrible y tremendo brazo; | |
| II M | SpaPlate | 15:24 | a fin de que queden llenos de espanto los que, blasfemando, vienen contra tu santo pueblo.” Así terminó su oración. | |
| II M | SpaPlate | 15:25 | Entretanto, venía Nicanor marchando con su ejército al son de trompetas y de canciones. | |
| II M | SpaPlate | 15:26 | Mas Judas y su gente, habiendo invocado a Dios por medio de sus oraciones, acometieron al enemigo; | |
| II M | SpaPlate | 15:27 | y orando al Señor en lo interior de sus corazones, al mismo tiempo que, espada en mano, cargaban sobre sus enemigos, mataron no menos de treinta y cinco mil, sintiéndose sumamente llenos de gozo por la presencia de Dios. | |
| II M | SpaPlate | 15:28 | Concluído el combate, al tiempo que alegres se volvían ya, supieron que Nicanor con sus armas yacía tendido en el suelo. | |
| II M | SpaPlate | 15:29 | Por lo que alzándose al instante una gritería y estrépito, bendecían al Señor Todopoderoso en su nativo idioma. | |
| II M | SpaPlate | 15:30 | Y Judas, que estaba siempre pronto a morir o dar su cuerpo y vida por sus conciudadanos, mandó que se cortase la cabeza y el brazo, junto con el hombro, a Nicanor, y que se los llevasen a Jerusalén. | |
| II M | SpaPlate | 15:31 | Así que él llegó a esta ciudad, convocó cerca del altar a sus conciudadanos y a los sacerdotes, e hizo llamar también a los del alcázar, | |
| II M | SpaPlate | 15:32 | y habiéndoles mostrado la cabeza de Nicanor, y aquella su execrable mano, que con tanto orgullo e insolencia había levantado contra la morada santa de Dios Todopoderoso, | |
| II M | SpaPlate | 15:33 | mandó luego que la lengua de este impío fuese cortada en menudos trozos, y arrojada después para pasto de las aves; y que se colgara enfrente del Templo la mano de aquel insensato. | |
| II M | SpaPlate | 15:34 | Con esto bendijeron todos al Señor del cielo, diciendo: Bendito sea el que ha conservado exento de la profanación su Templo. | |
| II M | SpaPlate | 15:35 | Asimismo hizo colgar la cabeza de Nicanor en lo más alto del alcázar, para que fuese una señal visible y patente de la asistencia de Dios. | |
| II M | SpaPlate | 15:36 | Finalmente, todos unánimes resolvieron que de ningún modo se debía pasar este día sin hacer en él una fiesta particular; | |
| II M | SpaPlate | 15:37 | y se dispuso que se celebrase esta solemnidad el día trece del mes llamado en lengua siriaca Adar, día anterior al día de Mardoqueo. | |
| II M | SpaPlate | 15:38 | Ejecutadas estas cosas en orden a Nicanor, y hechos dueños los hebreos desde entonces de la ciudad, acabaré yo también con esto mi narración. | |
| II M | SpaPlate | 15:39 | Si ella ha salido bien, y cual conviene a una historia, es ciertamente lo que yo deseaba; pero si, por el contrario, es menos digna del asunto que lo que debiera, se me debe disimular la falta. | |