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I SAMUEL
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Chapter 1
I Sa SpaPlate 1:1  Había un hombre de Ramataim-Sofim, de la montaña de Efraím, que se llamaba Elcaná. Era hijo de Jeroham, hijo de Eliú, hijo de Tohú, hijo de Suf, efraimita.
I Sa SpaPlate 1:2  Tenía dos mujeres, una llamada Ana, y la otra Fenená. Fenená tenía hijos, en tanto que Ana carecía de ellos.
I Sa SpaPlate 1:3  Año tras año subía este hombre desde su ciudad, para adorar a Yahvé de los ejércitos en Silo y para ofrecerle sacrificios. Estaban allí los dos hijos de Helí, Ofní y Fineés, sacerdotes de Yahvé.
I Sa SpaPlate 1:4  Siempre cuando Elcaná ofrecía sacrificio, daba a Fenená, su mujer, y a todos sus hijos y sus hijas, porciones (de la víctima);
I Sa SpaPlate 1:5  mas a Ana le daba doble porción, porque amaba a Ana, aunque Yahvé le había negado hijos.
I Sa SpaPlate 1:6  Entretanto su rival la afligía en extremo, a fin de exasperarla porque Yahvé le había negado hijos.
I Sa SpaPlate 1:7  Esto se repetía todos los años. Siempre que ella subía a la casa de Yahvé (Fenená) la afligía de tal manera que lloraba y no comía.
I Sa SpaPlate 1:8  Dijo, pues, Elcaná, su marido: “Ana ¿por qué lloras? ¿Por qué no comes? ¿Por qué se aflige tu corazón? ¿No valgo yo para ti más que diez hijos?”
I Sa SpaPlate 1:9  Después de haber comido y bebido se levantó Ana, mientras Helí, el sacerdote de Yahvé, estaba sentado sobre su silla, junto a una jamba de la puerta del Templo de Yahvé.
I Sa SpaPlate 1:10  Y se puso ella a orar a Yahvé con el alma llena de amargura; y entre muchas lágrimas
I Sa SpaPlate 1:11  hizo un voto, diciendo: “Yahvé de los Ejércitos, si te dignares mirar la aflicción de tu sierva y te acordares de mí, y no te olvidares de tu sierva, sino que dieres a tu sierva un hijo varón, le consagraré a Yahvé todos los días de su vida, y no pasará navaja por su cabeza.”
I Sa SpaPlate 1:12  Durante largo tiempo prolongaba ella su oración delante de Yahvé, y Helí observaba la boca de ella;
I Sa SpaPlate 1:13  pues Ana hablaba dentro de su corazón; se movían, sí, sus labios, pero no se oía su voz; y así Helí la tuvo por ebria.
I Sa SpaPlate 1:14  Dijo, pues, Helí: “¿Hasta cuándo andarás embriagada? ¡Procura librarte de tu embriaguez!”
I Sa SpaPlate 1:15  Ana dio por respuesta: “No, señor mío; soy una mujer de corazón afligido. No he bebido ni vino ni bebida embriagante, sino que he derramado mi alma delante de Yahvé.
I Sa SpaPlate 1:16  No tomes a tu sierva por hija de Belial, porque de la abundancia de mi pena y de mi aflicción he hablado así hasta ahora.”
I Sa SpaPlate 1:17  Respondió Helí y dijo: “Vete en paz, y el Dios de Israel te conceda lo que le has pedido.”
I Sa SpaPlate 1:18  Y ella contestó: “¡Halle tu sierva gracia a tus ojos!” Luego la mujer se fue por su camino, y comió, y su cara ya no era como antes.
I Sa SpaPlate 1:19  A la mañana se levantaron muy temprano, y después de postrarse ante Yahvé regresaron y vinieron a su casa, a Rama. Y Elcaná conoció a Ana, su mujer, y Yahvé se acordó de ella.
I Sa SpaPlate 1:20  Con el correr de los días, Ana que había concebido, dio a luz un hijo y le puso por nombre Samuel, diciendo: “porque de Yahvé lo he impetrado.”
I Sa SpaPlate 1:21  Cuando después su marido Elcaná subió con toda su familia, para ofrecer a Yahvé el sacrificio anual, y para cumplir su voto,
I Sa SpaPlate 1:22  Ana no subió; pues dijo a su marido: “Cuando haya sido destetado el niño, lo llevaré para que sea presentado ante Yahvé, y se quede allí para siempre.”
I Sa SpaPlate 1:23  Respondiole Elcaná, su marido: “Haz lo que mejor te parezca. Quédate hasta que lo hayas destetado. Dígnese Yahvé llevar a cabo su promesa.” Se quedó la mujer y dio de mamar a su hijo hasta que lo destetó.
I Sa SpaPlate 1:24  Después de destetarlo, lo llevó consigo, con un becerro de tres años, un efa de flor de harina y un cuero de vino, y lo condujo a la Casa de Yahvé, a Silo, siendo el niño todavía pequeño.
I Sa SpaPlate 1:25  Inmolaron el becerro y entregaron el niño a Helí,
I Sa SpaPlate 1:26  y ella dijo: “¡Óyeme, señor mío! Por la vida de tu alma, señor mío, yo soy aquella mujer que estuvo aquí contigo orando a Yahvé.
I Sa SpaPlate 1:27  Estaba rogando por este niño, y Yahvé me ha otorgado lo que le pedí.
I Sa SpaPlate 1:28  Por eso yo por mi parte lo doy a Yahvé. Todos los días de su vida, será consagrado a Yahvé.” Y se prosternaron allí ante Yahvé.
Chapter 2
I Sa SpaPlate 2:1  Entonces Ana oró, y dijo: “Exalta mi corazón en Yahvé, en Yahvé que ha ensalzado mi brazo. Se ha abierto mi boca contra mis enemigos, pues me alegro de la salvación que de Ti he recibido.
I Sa SpaPlate 2:2  No hay santo como Yahvé; porque no hay otro fuera de Ti; no hay roca como nuestro Dios.
I Sa SpaPlate 2:3  No habléis tanto ni tan orgullosamente; no salgan palabras insolentes de vuestra boca; pues Yahvé es un Dios que todo lo sabe, un Dios que pesa las acciones.
I Sa SpaPlate 2:4  Se quebró el arco de los fuertes, y los débiles se han ceñido de fuerza.
I Sa SpaPlate 2:5  Los que antes estaban hartos se han alquilado por pan, mientras los que andaban hambrientos no tienen más hambre. La estéril ha dado a luz siete veces, y se marchitó la que muchos hijos tenía.
I Sa SpaPlate 2:6  Yahvé es quien da la muerte y la vida; Él conduce al sepulcro y levanta de él.
I Sa SpaPlate 2:7  Yahvé da la pobreza y la riqueza, abate y también ensalza.
I Sa SpaPlate 2:8  Levanta del polvo al pobre, y saca del muladar al menesteroso, para sentarle entre los príncipes, y en herencia un trono glorioso. Pues Yahvé dio columnas a la tierra, asentó sobre ellas el orbe.
I Sa SpaPlate 2:9  Él guarda los pasos de sus santos; mas los impíos morirán en tinieblas, que no por fuerza prevalece el hombre.
I Sa SpaPlate 2:10  Sean aplastados los enemigos de Yahvé; desde los cielos tronará contra ellos. Yahvé juzgará los extremos de la tierra; a su Rey le dará el poder, y exaltará la frente de su Ungido.
I Sa SpaPlate 2:11  Después regresó Elcaná a Rama, a su casa; y el niño servía a Yahvé bajo la vigilancia del sacerdote Helí.
I Sa SpaPlate 2:12  Los hijos de Helí eran hijos de Belial; no conocían a Yahvé,
I Sa SpaPlate 2:13  ni los deberes de los sacerdotes para con el pueblo. Pues cuando alguno ofrecía sacrificios, mientras aún se cocía la carne venía ya el criado del sacerdote, teniendo en la mano un tridente,
I Sa SpaPlate 2:14  y lo metía en la caldera o en la cazuela; o en la olla, o en el puchero, y todo cuanto sacaba el tridente, lo tomaba el sacerdote para sí. Así hacían ellos con todos los israelitas que venían allí a Silo.
I Sa SpaPlate 2:15  Aun antes de quemarse el sebo, venía el criado del sacerdote, y decía al que lo inmolaba: “Dame carne para asársela al sacerdote; pues no tomará de ti carne cocida, sino cruda.”
I Sa SpaPlate 2:16  Y si el hombre le respondía: “Hay que quemar primero el sebo, y luego toma para ti cuanto desee tu alma”, le decía: “No, ahora mismo me la darás; de lo contrario la tomaré por fuerza.”
I Sa SpaPlate 2:17  Era, pues, muy grande el pecado de aquellos jóvenes delante de Yahvé; porque esos hombres trataban con desprecio las ofrendas de Yahvé.
I Sa SpaPlate 2:18  EL niño Samuel servía ante Yahvé, ceñido de un efod de lino.
I Sa SpaPlate 2:19  Hacíale su madre todos los años un manto pequeño, y se lo traía cuando subía con su marido a ofrecer el sacrificio anual.
I Sa SpaPlate 2:20  Y Helí bendijo a Elcaná y a su mujer, diciendo: “Yahvé te conceda hijos de esta mujer en lugar del (hijo) que ha cedido a Yahvé. Y se volvieron a su lugar.
I Sa SpaPlate 2:21  En efecto Yahvé visitó a Ana, y ella concibió y dio a luz tres hijos y dos hijas. Entre tanto el niño Samuel crecía en la presencia de Yahvé.
I Sa SpaPlate 2:22  Cuando Helí, que era ya muy viejo, supo cuanto hacían sus hijos a todo Israel, y que se acostaban con las mujeres que servían a la entrada del Tabernáculo de la Reunión,
I Sa SpaPlate 2:23  les dijo: “¿Por qué hacéis tales cosas? Todo este pueblo me habla de vuestras fechorías.
I Sa SpaPlate 2:24  No, hijos míos; porque son malos los rumores que tengo que oír. Vosotros hacéis prevaricar al pueblo de Yahvé.
I Sa SpaPlate 2:25  Si un hombre peca contra otro, Dios interviene como árbitro; pero si uno peca contra Yahvé, ¿quién intercederá por él?” Mas ellos no quisieron escuchar la voz de su padre, porque Yahvé había dispuesto quitarles la vida.
I Sa SpaPlate 2:26  Mientras tanto el niño Samuel iba creciendo, y era grato a Dios y a los hombres.
I Sa SpaPlate 2:27  Vino a Helí un hombre de Dios, y le dijo: “Así dice Yahvé: ¿No me he bien manifestado a la casa de tu padre, cuando estaban en Egipto, en la casa del Faraón?
I Sa SpaPlate 2:28  ¿No le escogí de entre todas las tribus de Israel, para sacerdote mío, para que subiese a mi altar, para que quemase el incienso y llevase el efod en mi presencia? ¿Y no di a la casa de tu padre (parte de) todas las ofrendas de los hijos de Israel ofrecidas mediante el fuego?
I Sa SpaPlate 2:29  ¿Por qué, pues, habéis pisoteado mis sacrificios y mis oblaciones que Yo he mandado ofrecer en mi morada? ¿Y por qué respetas tú, más que a Mí, a tus hijos, para engordaros con lo mejor de todas las ofrendas de Israel mi pueblo?
I Sa SpaPlate 2:30  Por eso dice Yahvé, el Dios de Israel: Yo había prometido solemnemente que tu casa y la casa de tu padre andarían delante de Mí para siempre. Mas ahora, dice Yahvé, ¡lejos de Mí sea eso! Porque Yo honraré a los que me honren, y los que me desprecien serán despreciados;
I Sa SpaPlate 2:31  He aquí que vendrán días en que Yo cortaré tu brazo y el brazo de la casa de tu padre, de modo que no haya anciano en tu casa.
I Sa SpaPlate 2:32  Tú verás a (tu) rival en (mi) morada en todo aquel tiempo en que Él colmará de bienes a Israel. Y no habrá nunca anciano en tu casa.
I Sa SpaPlate 2:33  Con todo no haré desaparecer a todos los tuyos de junto a mi altar, para que de este modo se consuman tus ojos y desfallezca tu alma; pero todos los descendientes de tu casa morirán apenas hayan llegado a la edad viril.
I Sa SpaPlate 2:34  Y te servirá de señal lo que va a suceder a tus dos hijos, Ofní y Fineés: En un mismo día morirán ambos.
I Sa SpaPlate 2:35  Suscitaré para Mí un sacerdote fiel, que obrará según mi corazón y según mi alma; y voy a edificarle casa estable, y él andará delante de mí Ungido para siempre.
I Sa SpaPlate 2:36  Y todo aquel que quede de tu casa vendrá, y se postrará delante de él, para (pedir) una monedita de plata y una torta de pan, diciendo: ‘Admíteme por favor a algún ministerio sacerdotal, para que tenga un bocado de pan’.”
Chapter 3
I Sa SpaPlate 3:1  Entretanto el joven Samuel servía a Yahvé en presencia de Helí. En aquellos días la palabra de Yahvé era cosa rara y las visiones proféticas no eran frecuentes.
I Sa SpaPlate 3:2  En aquel tiempo, estando acostado en su lugar Helí, cuyos ojos habían comenzado ya a ofuscarse, de modo que no podía ver,
I Sa SpaPlate 3:3  pero no habiéndose todavía apagado la lámpara de Dios, y mientras Samuel dormía en el Templo de Yahvé, donde se hallaba el Arca de Dios,
I Sa SpaPlate 3:4  llamó Yahvé a Samuel; el cual respondió: “Heme aquí.”
I Sa SpaPlate 3:5  Y corrió a Helí, diciendo: “Aquí me tienes, pues me has llamado.” Mas él dijo: “No te he llamado; vuelve a acostarte.” Fue, pues, y se acostó.
I Sa SpaPlate 3:6  Yahvé llamó otra vez: “¡Samuel!” Se levantó Samuel, fue a Helí y dijo: “Aquí me tienes, pues me has llamado.” Mas él respondió: “No te he llamado, hijo mío; vuelve a acostarte.”
I Sa SpaPlate 3:7  Samuel no conocía aún a Yahvé y todavía no le había sido revelada palabra alguna de Yahvé.
I Sa SpaPlate 3:8  Yahvé volvió a llamar a Samuel por tercera vez. Y este se levantó, fue a Helí y le dijo: “Aquí me tienes, pues me has llamado.” Entonces entendió Helí que Yahvé llamaba al joven.
I Sa SpaPlate 3:9  Y dijo Helí a Samuel: “Anda, acuéstate; y al llamarte (de nuevo) dirás: “Habla, Yahvé, tu siervo escucha.” Se fue Samuel y se acostó en su lugar.
I Sa SpaPlate 3:10  Vino Yahvé (de nuevo) y parándose llamó como las otras veces: “¡Samuel! ¡Samuel!” Respondió Samuel: “Habla, tu siervo escucha.”
I Sa SpaPlate 3:11  Y dijo Yahvé a Samuel: “He aquí que voy a hacer en Israel una cosa tal que a todo aquel que la oiga le retiñirán ambos oídos.
I Sa SpaPlate 3:12  En aquel día cumpliré contra Helí todo cuanto he dicho contra su casa, desde el principio hasta el fin.
I Sa SpaPlate 3:13  Yo le he dicho que castigaré a su casa perpetuamente, por la iniquidad de que él tenía conocimiento, pues cuando sus hijos iban atrayendo sobre sí maldición, no los corrigió.
I Sa SpaPlate 3:14  Por tanto he jurado a la casa de Helí: ‘Jamás será expiada la iniquidad de la casa de Helí, ni con sacrificios ni con oblaciones’.”
I Sa SpaPlate 3:15  Samuel se quedó acostado hasta la mañana. Después abrió las puertas de la Casa de Yahvé; pero temía Samuel contar a Helí la visión.
I Sa SpaPlate 3:16  Llamó Helí a Samuel y dijo: “¡Samuel, hijo mío!” A lo que este respondió: “Aquí me tienes.”
I Sa SpaPlate 3:17  Y le preguntó: “¿Qué es lo que Él te ha dicho? Te ruego no me lo ocultes. Esto y esotro te haga Dios si me ocultas una palabra de cuanto Él te ha dicho.”
I Sa SpaPlate 3:18  Samuel le refirió todas las palabras, y no le ocultó nada. Entonces Helí respondió: “Él es Yahvé; haga lo que sea agradable a sus ojos.”
I Sa SpaPlate 3:19  Samuel creció y Yahvé estaba con él y no dejó que cayera por tierra ninguna de sus palabras.
I Sa SpaPlate 3:20  Por lo cual conoció todo Israel, desde Dan hasta Bersabee, que Samuel era un verdadero profeta de Yahvé.
I Sa SpaPlate 3:21  Y siguió Yahvé apareciéndose en Silo, porque en Silo se manifestaba Yahvé a Samuel por su palabra.
Chapter 4
I Sa SpaPlate 4:1  La palabra de Samuel corrió por todo Israel. (En aquel tiempo) salió Israel al encuentro de los filisteos para hacerles guerra, y acamparon en Ebenéser, mientras los filisteos sentaron sus reales en Afec.
I Sa SpaPlate 4:2  Los filisteos se pusieron en orden de batalla contra Israel, y se trabó la batalla, en la cual Israel fue vencido por los filisteos, que mataron en el campo a unos cuatro mil hombres del ejército.
I Sa SpaPlate 4:3  Cuando el pueblo volvió al campamento, dijeron los ancianos de Israel: “¿Por qué nos ha derrotado Yahvé hoy delante de los filisteos? Tráigasenos desde Silo el Arca de la Alianza de Yahvé y que venga Él en medio de nosotros, para salvarnos del poder de nuestros enemigos.”
I Sa SpaPlate 4:4  Envió, pues, el pueblo mensajeros a Silo, y trajeron de allí el Arca de la Alianza de Yahvé de los Ejércitos, que está sentado sobre los querubines. Los dos hijos de Helí, Ofní y Fineés, acompañaban el Arca de la Alianza de Dios.
I Sa SpaPlate 4:5  Cuando el Arca de la Alianza de Yahvé llegó al campamento, todo Israel dio voces con algazara tan grande que se conmovió la tierra.
I Sa SpaPlate 4:6  Oyeron los filisteos el estruendo de la algazara y dijeron: “¿Qué estruendo de algazara tan grande es este en el campamento de los hebreos?” Y supieron que el Arca de Yahvé había venido al campamento.
I Sa SpaPlate 4:7  Con esto se atemorizaron los filisteos, pues se dijeron: “Ha venido Dios al campamento”; y agregaron: “¡Ay de nosotros! Pues cosa como esta no ha sucedido nunca antes.
I Sa SpaPlate 4:8  ¡Ay de nosotros! ¿Quién nos librará de la mano de ese poderoso Dios? Es aquel Dios que hirió a Egipto con toda suerte de plagas en el desierto.
I Sa SpaPlate 4:9  Mostraos fuertes y sed hombres, filisteos, para que no seáis siervos de los hebreos, como ellos lo han sido de vosotros. Sed hombres, y luchad.”
I Sa SpaPlate 4:10  Dieron, pues, los filisteos la batalla y fue derrotado Israel. Huyó cada cual a su tienda, y la derrota fue tan grande, que de Israel cayeron treinta mil hombres de a pie.
I Sa SpaPlate 4:11  Fue tomada también el Arca de Dios; y murieron los dos hijos de Helí, Ofní y Fineés.
I Sa SpaPlate 4:12  Un hombre de Benjamín, uno del ejército, corrió y llegó aquel mismo día a Silo, rasgado el vestido y cubierta de polvo la cabeza.
I Sa SpaPlate 4:13  Cuando llegó, he aquí que Helí estaba sentado en su silla al lado del camino, mirando, porque temblaba su corazón por el Arca de Dios. Llegó, pues, el hombre y dijo en la ciudad lo que había pasado, y toda la ciudad prorrumpió en alaridos.
I Sa SpaPlate 4:14  Al oír Helí las voces de alarido, preguntó: “¿Qué ruido tumultuoso es ese?” Entonces el hombre vino a toda prisa y dio la noticia a Helí.
I Sa SpaPlate 4:15  Helí tenía ya noventa y ocho años; sus ojos no se movían más, y ya no podía ver.
I Sa SpaPlate 4:16  Dijo el hombre a Helí: “Yo vengo del ejército; hoy mismo huí del ejército.” Helí preguntó: “¿Qué ha pasado, hijo mío?”
I Sa SpaPlate 4:17  Y respondió el mensajero y dijo: “Huyó Israel delante de los filisteos, y fue grande el estrago en el pueblo; también tus dos hijos, Ofní y Fineés, quedaron muertos; y el Arca de Dios ha sido tomada.”
I Sa SpaPlate 4:18  Y sucedió que cuando mencionó el Arca de Dios, cayó Helí de la silla hacia atrás, junto a la puerta, y se le quebró la cerviz, y murió; porque era hombre viejo y pesado. Fue juez de Israel durante cuarenta años.
I Sa SpaPlate 4:19  Su nuera, la mujer de Fineés, que estaba encinta y cercana ya al parto, como oyese la nueva de haber sido tomada el Arca de Dios, y que habían muerto su suegro y su marido, se doblegó y dio a luz, porque de repente vinieron sobre ella los dolores de parto.
I Sa SpaPlate 4:20  Cuando estaba ya expirando, decían las mujeres que la asistían: “No temas, pues has dado a luz un hijo.” Mas ella no respondió, ni puso en ello su atención.
I Sa SpaPlate 4:21  Llamó al niño Icabod, diciendo: “Se ha apartado de Israel la Gloria”, por haber sido capturada el Arca de Dios, y a causa de su suegro y de su marido.
I Sa SpaPlate 4:22  Dijo, pues: “Se ha apartado de Israel la Gloria”, por haber sido tomada el Arca de Dios.
Chapter 5
I Sa SpaPlate 5:1  Los filisteos que habían tomado el Arca de Dios, la llevaron de Ebenéser a Azoto.
I Sa SpaPlate 5:2  Y tomaron los filisteos el Arca de Dios y la metieron en la casa de Dagón, donde la colocaron junto a Dagón.
I Sa SpaPlate 5:3  Mas cuando al día siguiente los habitantes de Azoto se levantaron muy temprano, vieron a Dagón tendido de bruces en tierra, delante del Arca de Yahvé, y tomaron a Dagón y le pusieron otra vez a su lugar.
I Sa SpaPlate 5:4  Pero cuando al día siguiente se levantaron muy de mañana, vieron a Dagón (de nuevo) tendido en tierra sobre su rostro delante del Arca de Yahvé, y la cabeza de Dagón y las dos palmas de sus manos yacían cortadas sobre el umbral de la puerta, quedándole solamente (el tronco en) forma de pez.
I Sa SpaPlate 5:5  Por eso los sacerdotes de Dagón, y cuantos entran en la casa de Dagón en Azoto, no ponen el pie sobre el umbral de la puerta de Dagón, hasta el día de hoy.
I Sa SpaPlate 5:6  Pero la mano de Yahvé pesaba mucho sobre los de Azoto, e hizo entre ellos estragos, hiriéndolos con tumores, tanto en Azoto como en su territorio.
I Sa SpaPlate 5:7  Viendo los hombres de Azoto lo que pasaba, decían: “¡No quede entre nosotros el Arca del Dios de Israel!, porque su mano pesa sobre nosotros y sobre Dagón, nuestro dios.”
I Sa SpaPlate 5:8  Convocaron, pues, a todos los príncipes de los filisteos para que se reunieran con ellos, y preguntaron: “¿Qué haremos con el Arca del Dios de Israel?” Respondieron: “Pásese el Arca del Dios de Israel a Gat.” Pasaron, pues, el Arca del Dios de Israel.
I Sa SpaPlate 5:9  Pero después de trasladarla descargó la mano de Yahvé sobre la ciudad, causando grandísimo espanto; pues hirió a los hombres de la ciudad, desde los chicos hasta los grandes, de modo que les brotaron tumores.
I Sa SpaPlate 5:10  Entonces enviaron el Arca de Dios a Acarón. Mas apenas había llegado el Arca de Dios a Acarón, los acaronitas dieron gritos, exclamando: “¡Han pasado hasta nosotros el Arca del Dios de Israel para matarnos, a nosotros y a nuestro pueblo!”
I Sa SpaPlate 5:11  Llamaron, pues, a reunión a todos los príncipes de los filisteos; los cuales dijeron: “Devolved el Arca del Dios de Israel, y vuélvase ella a su lugar, para que no nos mate a nosotros y a nuestro pueblo.” Pues reinaba en toda la ciudad un terror mortal, porque la mano de Yahvé pesaba mucho sobre ella.
I Sa SpaPlate 5:12  Aun los que no morían, estaban llagados de tumores; y los gritos de la ciudad subieron al cielo.
Chapter 6
I Sa SpaPlate 6:1  Después de estar el Arca de Yahvé siete meses en el país de los filisteos,
I Sa SpaPlate 6:2  llamaron los filisteos a los sacerdotes y adivinos y les preguntaron: “¿Qué haremos con el Arca de Yahvé? Decidnos en qué forma la hemos de devolver a su lugar.”
I Sa SpaPlate 6:3  A lo que respondieron: “Si devolvéis el Arca del Dios de Israel, no la devolváis vacía, sino pagadle una ofrenda por la culpa. Entonces sanaréis, y conoceréis por qué motivo su castigo no se ha apartado de vosotros.”
I Sa SpaPlate 6:4  Y cuando preguntaron: “¿Qué hemos de pagarle por la culpa?”, contestaron: “Cinco tumores de oro y cinco ratones de oro según el número de los príncipes de los filisteos, porque una misma plaga ha descargado sobre todos vosotros y sobre vuestros príncipes.
I Sa SpaPlate 6:5  Haced, pues, figuras de vuestros tumores y figuras de vuestros ratones, que han asolado el país, y dad gloria al Dios de Israel; quizás su mano pese menos sobre vosotros, sobre vuestros dioses y vuestra tierra.
I Sa SpaPlate 6:6  ¿Por qué queréis endurecer vuestro corazón, como endurecieron el suyo los egipcios y el Faraón? ¿No los castigó Él tan terriblemente que por fin soltaron (a los israelitas) y estos se fueron?
I Sa SpaPlate 6:7  Haced ahora un carro nuevo, y tomando dos vacas recién paridas, sobre las cuales nunca se haya puesto el yugo; uncid las vacas al carro y apartad de ellas sus terneros, encerrándolos en el establo.
I Sa SpaPlate 6:8  Tomad después el Arca de Yahvé y colocadla sobre el carro. Al lado de ella, en un cofre, pondréis las joyas de oro que le pagaréis como ofrenda por la culpa. Luego dejadla que se vaya.
I Sa SpaPlate 6:9  Y observad bien: si sube en dirección a su propio territorio, hacia Betsemes, es Él que nos ha hecho este gran mal; pero si no, sabremos que no es su mano la que nos ha herido, sino que esto nos ha sucedido por casualidad.”
I Sa SpaPlate 6:10  Lo hicieron así; tomaron dos vacas recién paridas, las uncieron al carro y encerraron sus terneros en el establo.
I Sa SpaPlate 6:11  Sobre el carro colocaron el Arca de Yahvé y el cofre con los ratones de oro y las figuras de sus tumores.
I Sa SpaPlate 6:12  Las vacas tomaron rectamente el camino de Betsemes, y siguiendo ese mismo camino marcharon mugiendo, sin apartarse ni a la derecha ni a la izquierda. Los príncipes de los filisteos fueron tras ellas hasta la frontera de Betsemes.
I Sa SpaPlate 6:13  Estaba la gente de Betsemes en el valle segando el trigo, y alzando los ojos vieron el Arca y se alegraron de verla.
I Sa SpaPlate 6:14  Llegó el carro al campo de Josué betsemesita, donde se paró. Había allí una gran piedra, y haciendo pedazos la madera del carro ofrecieron las vacas en holocausto a Yahvé.
I Sa SpaPlate 6:15  Luego los levitas bajaron el Arca de Yahvé, y el cofre que estaba al lado y que contenía las joyas de oro; y la pusieron sobre aquella gran piedra; y los hombres de Betsemes ofrecieron aquel día holocaustos y sacrificios a Yahvé.
I Sa SpaPlate 6:16  Cuando vieron esto los cinco príncipes de los filisteos, se volvieron a Acarón ese mismo día.
I Sa SpaPlate 6:17  Los tumores de oro que los filisteos dieron a Yahvé, como ofrenda por la culpa, son estos: de Azoto, uno; de Ascalón, uno; de Gat, uno; de Acarón, uno.
I Sa SpaPlate 6:18  También los ratones de oro eran según el número de todas las ciudades de los filisteos, pertenecientes a los cinco príncipes, desde las ciudades fortificadas hasta las aldeas de la gente del campo. Testigo de ello es hasta hoy día la gran piedra, en el campo de Josué betsemesita, donde depusieron el Arca de Yahvé.
I Sa SpaPlate 6:19  Pero (Dios) castigó a los hombres de Betsemes, por haber ellos mirado el Arca de Yahvé; e hirió del pueblo a setenta hombres. Entonces el pueblo hizo gran duelo, porque Yahvé había causado entre el pueblo estrago tan grande.
I Sa SpaPlate 6:20  Por lo cual dijeron los hombres de Betsemes: “¿Quién puede estar en la presencia de Yahvé, este Dios tan santo? ¿Y hacia quién subirá al salir de nosotros?”
I Sa SpaPlate 6:21  Enviaron, pues, mensajeros a los habitantes de Kiryatyearim, diciendo: “Los filisteos han devuelto el Arca de Yahvé; bajad y llevadla con vosotros.”
Chapter 7
I Sa SpaPlate 7:1  Vinieron, los hombres de Kiryatyearim, y se llevaron el Arca de Yahvé. La introdujeron en la casa de Abinadab, situada en el collado, y consagraron a Eleazar, su hijo, para que guardase el Arca de Yahvé.
I Sa SpaPlate 7:2  Había pasado mucho tiempo —eran ya veinte años— desde el día en que se estableció el Arca en Kiryatyearim. Entretanto, toda la casa de Israel suspiraba en pos de Yahvé.
I Sa SpaPlate 7:3  Entonces habló Samuel a toda la casa de Israel, diciendo: “Si de todo vuestro corazón os convertís a Yahvé, quitad de en medio de vosotros los dioses ajenos, y también las Astartés, y dirigid vuestros corazones hacia Yahvé para servirle a Él solo; y Él os librará de la mano de los filisteos.”
I Sa SpaPlate 7:4  Y los hijos de Israel arrojaron los Baales y las Astartés, y sirvieron solo a Yahvé.
I Sa SpaPlate 7:5  Después dijo Samuel: “Congregad a todo Israel en Masfá y haré oración por vosotros a Yahvé.”
I Sa SpaPlate 7:6  Se congregaron, pues, en Masfá, y sacando agua la derramaron ante Yahvé; y ayunaron aquel día, y decían allí: “Hemos pecado contra Yahvé.” Y Samuel era juez de los hijos de Israel en Masfá.
I Sa SpaPlate 7:7  Cuando los filisteos oyeron que los hijos de Israel se habían congregado en Masfá, subieron los príncipes de los filisteos contra Israel. Lo supieron los hijos de Israel y tuvieron miedo de los filisteos.
I Sa SpaPlate 7:8  Por lo cual dijeron a Samuel: “No ceses de clamar por nosotros a Yahvé, nuestro Dios, para que nos salve de la mano de los filisteos.”
I Sa SpaPlate 7:9  Tomó, pues, Samuel un corderito que aún mamaba y lo ofreció entero en holocausto a Yahvé; y clamó Samuel a Yahvé por Israel, y Yahvé le escuchó.
I Sa SpaPlate 7:10  Mientras Samuel estaba ofreciendo el holocausto, se acercaron los filisteos para dar batalla a Israel; más Yahvé tronó aquel día con estruendo espantoso contra los filisteos y los aterró de tal suerte que fueron derrotados delante de Israel.
I Sa SpaPlate 7:11  Los israelitas saliendo de Masfá, persiguieron a los filisteos y los derrotaron hasta más debajo de Betcar.
I Sa SpaPlate 7:12  Después tomó Samuel una piedra y la colocó entre Masfá y Sen; y le dio el nombre de Ebenéser, diciendo: “Hasta aquí nos ha socorrido Yahvé.”
I Sa SpaPlate 7:13  Así humillados los filisteos, no volvieron más a invadir el territorio de Israel; y la mano de Yahvé se hizo sentir sobre los filisteos todos los días de Samuel.
I Sa SpaPlate 7:14  Y volvieron a Israel las ciudades que los filisteos le habían quitado, desde Acarón hasta Gat. También los territorios de esas ciudades libró Israel del poder de los filisteos. Y hubo paz entre Israel y los amorreos.
I Sa SpaPlate 7:15  Samuel juzgó a los hijos de Israel todos los días de su vida.
I Sa SpaPlate 7:16  Año tras año se ponía en marcha y daba la vuelta por Betel, Gálgala y Masfá, juzgando a Israel en todos esos lugares.
I Sa SpaPlate 7:17  Se volvía después a Ramá, porque allí tenía su casa; también allí juzgaba a Israel, y allí edificó un altar a Yahvé.
Chapter 8
I Sa SpaPlate 8:1  Cuando Samuel llegó a la edad avanzada, instituyó a sus hijos por jueces de Israel.
I Sa SpaPlate 8:2  Se llamaba el primogénito Joel, y el segundo Abías; y juzgaban ellos en Bersabee.
I Sa SpaPlate 8:3  Pero los hijos no anduvieron por los caminos (de su padre), sino que apartándose siguieron su propio interés, aceptando regalos y torciendo el derecho.
I Sa SpaPlate 8:4  Se reunieron, pues, todos los ancianos de Israel, y se llegaron a Samuel, en Ramá.
I Sa SpaPlate 8:5  Y le dijeron: “Mira; tú has envejecido, y tus hijos no andan en tus caminos. Pon ahora un rey sobre nosotros que nos juzgue, como lo tienen todos los pueblos.”
I Sa SpaPlate 8:6  Desagradó a Samuel esta propuesta que le expresaron: “Danos un rey que nos juzgue.” E hizo Samuel oración a Yahvé.
I Sa SpaPlate 8:7  Respondió Yahvé a Samuel: “Oye la voz del pueblo en todo cuanto te digan; porque no te han desechado a ti, sino a Mí, para que no reine sobre ellos.
I Sa SpaPlate 8:8  Todo lo que han hecho (conmigo) desde el día que los saqué de Egipto hasta este día, en que me han dejado para servir a otros dioses, lo mismo hacen también contigo.
I Sa SpaPlate 8:9  Ahora, pues, escucha su voz, pero da testimonio contra ellos, y anúnciales los fueros del rey que va a reinar sobre ellos.”
I Sa SpaPlate 8:10  Samuel refirió al pueblo que le había pedido un rey, todas las palabras de Yahvé,
I Sa SpaPlate 8:11  y dijo: “Este será el derecho, del rey que va a reinar sobre vosotros: Tomará a vuestros hijos, y los empleará para sus carros, y como jinetes suyos para que corran delante de su carroza.
I Sa SpaPlate 8:12  Los constituirá jefes de mil, y jefes de cincuenta, y los hará labrar sus tierras, segar sus mieses y fabricar sus armas de guerra, y los pertrechos de sus carros.
I Sa SpaPlate 8:13  Y de entre vuestras hijas sacará perfumistas, cocineras y panaderas.
I Sa SpaPlate 8:14  Tomará lo mejor de vuestros campos, vuestras viñas y vuestros olivares y los dará a sus servidores.
I Sa SpaPlate 8:15  Diezmará vuestras sementeras y vuestras viñas, para hacer regalos a sus cortesanos y servidores.
I Sa SpaPlate 8:16  Tomará también vuestros siervos y vuestras siervas, y los escogidos de entre vuestros jóvenes, y vuestros asnos, y los empleará para sus trabajos.
I Sa SpaPlate 8:17  Diezmará asimismo vuestros rebaños, y vosotros seréis siervos suyos.
I Sa SpaPlate 8:18  Entonces clamaréis a causa de vuestro rey que os habéis escogido: pero en aquel día Yahvé no os responderá.”
I Sa SpaPlate 8:19  El pueblo no quiso escuchar la voz de Samuel, sino que dijeron: “¡No, no! ¡Que haya un rey sobre nosotros!
I Sa SpaPlate 8:20  ¡Que seamos también nosotros como todos los pueblos! ¡Que nos juzgue nuestro rey, y salga al frente de nosotros para pelear nuestras guerras!”
I Sa SpaPlate 8:21  Oyó Samuel todas las palabras del pueblo, y las repitió a Yahvé.
I Sa SpaPlate 8:22  Y Yahvé dijo a Samuel: “Escucha su voz, y pon sobre ellos un rey.” Entonces dijo Samuel a los hijos de Israel: “Váyase cada cual a su ciudad.”
Chapter 9
I Sa SpaPlate 9:1  Vivía en Benjamín un hombre que se llamaba Kis, hijo de Abiel, hijo de Seror, hijo de Becorat, hijo de Afía, benjaminita. Era hombre valeroso y poderoso,
I Sa SpaPlate 9:2  y tenía un hijo llamado Saúl, el cual era un joven de tan bella presencia, que entre los hijos de Israel no había hombre más gallardo que él: desde los hombros arriba descollaba sobre todo el pueblo.
I Sa SpaPlate 9:3  Ahora bien, se habían extraviado las asnas de Kis, padre de Saúl; por lo cual Kis dijo a Saúl su hijo: “Toma contigo uno de los criados y levántate para andar a buscar las asnas.”
I Sa SpaPlate 9:4  Atravesaron ellos la montaña de Efraím, y recorrieron el país de Salisá, mas no las hallaron. Pasaron también por el país de Saalbim, y tampoco aparecieron. Recorrieron al fin el país de los benjaminitas sin encontrarlas.
I Sa SpaPlate 9:5  Habían ya entrado en el país de Suf, cuando Saúl dijo a su criado que le acompañaba: “Vamos a volvernos, no sea que mi padre, dejando ya el cuidado de las asnas, esté intranquilo por nosotros.”
I Sa SpaPlate 9:6  El criado le contestó: “Mira, hay en esta ciudad un varón de Dios, hombre muy famoso. Todo cuanto él dice, se cumple sin falta. Ahora, pues, vamos allá; quizá nos diga el camino por el cual debemos ir.”
I Sa SpaPlate 9:7  Respondió Saúl a su criado: “Sí, vamos, pero ¿qué podemos llevar a ese hombre? No hay ya pan en nuestras alforjas, y no tenemos regalo que podríamos ofrecer al varón de Dios: ¿qué tenemos?”
I Sa SpaPlate 9:8  El criado comenzó a hablar de nuevo y dijo a Saúl: “He aquí que tengo en mi mano un cuarto de siclo de plata; se lo daré al varón de Dios para que nos indique nuestro camino.”
I Sa SpaPlate 9:9  Antiguamente los hombres de Israel cuando iban a consultar a Dios decían: “Venid, vamos al vidente”; pues al profeta le llamaban anteriormente vidente.
I Sa SpaPlate 9:10  Dijo entonces Saúl a su criado: “Tu propuesta es buena; vamos, pues.” Y se fueron a la ciudad donde vivía el varón de Dios.
I Sa SpaPlate 9:11  Subiendo la cuesta hacia la ciudad encontraron a unas doncellas que salían a sacar agua, y les preguntaron: “¿Está aquí el vidente?”
I Sa SpaPlate 9:12  Ellas contestaron diciendo: “Sí, está; mira allí, delante de ti. Pero date prisa; porque ha venido hoy a la ciudad, por cuanto hoy el pueblo ofrece un sacrificio en la altura.
I Sa SpaPlate 9:13  En cuanto entréis en la ciudad, lo hallaréis antes que suba a la altura para comer; porque no comerá la gente hasta que él venga; pues suele bendecir el sacrificio, y después de esto comen los convidados. Subid, pues, en seguida, que lo hallaréis ahora mismo.”
I Sa SpaPlate 9:14  Subieron, pues, a la ciudad; y he aquí que cuando entraban en la ciudad se encontraron con Samuel que salía para subir a la altura.
I Sa SpaPlate 9:15  Ya un día antes de la llegada de Saúl, Yahvé había avisado a Samuel, diciendo:
I Sa SpaPlate 9:16  “Mañana a esta hora te enviaré un hombre del país de Benjamín, al cual ungirás por príncipe sobre Israel, mi pueblo; él salvará a mi pueblo del poder de los filisteos, pues he mirado a mi pueblo, por cuanto ha llegado a Mí su clamor.”
I Sa SpaPlate 9:17  Luego que Samuel vio a Saúl, Yahvé le dijo: “He aquí el hombre de quien te hablé. Este reinará sobre mi pueblo.”
I Sa SpaPlate 9:18  Entretanto, Saúl se acercó a Samuel en medio de la puerta y dijo: “Dime, por favor, dónde está la casa del vidente.”
I Sa SpaPlate 9:19  Samuel respondió a Saúl, diciendo: “Yo soy el vidente; sube delante de mí a la altura. Comeréis hoy conmigo, y mañana te despediré; te diré también todo lo que tienes en tu corazón.
I Sa SpaPlate 9:20  Por las asnas que se te perdieron tres días ha, no te preocupes; han sido halladas. ¿Y para quién será lo más precioso en Israel? ¿No será para ti y para toda la casa de tu padre?”
I Sa SpaPlate 9:21  Respondió Saúl y dijo: “¿No soy yo un benjaminita, de la más pequeña de las tribus de Israel? ¿Y no es mi familia la mínima entre todas las familias de los linajes de Benjamín? ¿Por qué me hablas de esta manera?”
I Sa SpaPlate 9:22  Entonces tomó Samuel a Saúl y a su criado, y los introdujo en la sala, donde los colocó a la cabecera de los convidados, que eran unos treinta hombres.
I Sa SpaPlate 9:23  Y dijo Samuel al cocinero: “Dame la porción que te di, de la cual te dije: Guárdala contigo.”
I Sa SpaPlate 9:24  Sacó, pues el cocinero la espaldilla con lo que hay sobre ella, y la puso delante de Saúl, y dijo: “He aquí lo que quedó reservado; ponlo delante de ti y come; pues para este momento fue guardado para ti cuando invité al pueblo.” Y comió Saúl con Samuel aquel día.
I Sa SpaPlate 9:25  Después bajaron de la altura a la ciudad, y conversó Samuel con Saúl en el terrado.
I Sa SpaPlate 9:26  Se levantaron muy de mañana, y al rayar el alba Samuel llamó a Saúl que estaba en el terrado, diciendo: “Levántate y te despediré.” Se levantó, pues, Saúl, y salieron fuera los dos, él y Samuel.
I Sa SpaPlate 9:27  Y cuando llegaron a la parte extrema de la ciudad, dijo Samuel a Saúl: “Di al criado que vaya delante de nosotros —y este pasó adelante—, pero tú, párate por ahora, para que te comunique una palabra de Dios.”
Chapter 10
I Sa SpaPlate 10:1  Tomó entonces Samuel una redoma de óleo, que derramó sobre la cabeza de (Saúl), y besándole, dijo: “Yahvé te ha ungido por príncipe sobre su herencia.
I Sa SpaPlate 10:2  Cuando te marches hoy de mi casa, encontrarás dos hombres cerca del sepulcro de Raquel, en la frontera de Benjamín, en Selsah; estos te dirán: «Han sido halladas las asnas que fuiste a buscar; y he aquí que tu padre ya no piensa en las asnas, sino que se preocupa por vosotros, diciendo: ¿Qué haré para (encontrar) a mi hijo?»
I Sa SpaPlate 10:3  Pasando de allí adelante, llegarás a la encina de Tabor, allí te encontrarán tres hombres subiendo a Dios, a Betel, llevando uno tres cabritos, el otro tres tortas de pan, y el tercero un odre de vino.
I Sa SpaPlate 10:4  Ellos te saludarán, y te darán dos panes, los cuales recibirás de su mano.
I Sa SpaPlate 10:5  Después llegarás a Gabaá de Dios, donde hay una guarnición de filisteos. Entrando allí en la ciudad encontrarás un grupo de profetas, precedidos de salterios, tambores, flautas y cítaras y profetizando.
I Sa SpaPlate 10:6  Entonces vendrá sobre ti el Espíritu de Yahvé, y profetizarás con ellos, y serás transformado en otro hombre.
I Sa SpaPlate 10:7  Cuando se te hayan cumplido estas señales, haz lo que te venga a mano, porque Dios está contigo.
I Sa SpaPlate 10:8  Después bajarás, antes que yo, a Gálgala y he aquí que yo iré a encontrarte, para ofrecer holocaustos y sacrificar víctimas pacíficas. Me aguardarás siete días, hasta que yo llegue a ti y te enseñe lo que has de hacer.”
I Sa SpaPlate 10:9  En realidad, cuando (Saúl) volvió las espaldas para irse de la presencia de Samuel, Dios le dio otro corazón, y se cumplieron todas estas señales aquel mismo día.
I Sa SpaPlate 10:10  Cuando llegaron allá, a Gabaá, he aquí que se encontró con un grupo de profetas, y se apoderó de él el Espíritu de Dios, de manera que profetizó en medio de ellos.
I Sa SpaPlate 10:11  Y todos los que le conocían antes, como le vieron profetizando en medio de los profetas, todos ellos decían el uno al otro: “¿Qué le ha sucedido al hijo de Kis? ¡También Saúl entre los profetas!”
I Sa SpaPlate 10:12  Y tomó uno de los de allí la palabra y dijo: “¿Y quién es el padre de ellos?” Por donde pasó a proverbio: “¡También Saúl entre los profetas!”
I Sa SpaPlate 10:13  Cuando hubo acabado de profetizar, fue al lugar alto.
I Sa SpaPlate 10:14  Un tío de Saúl preguntó a este y a su criado: “¿Adónde habéis ido?” Respondió él: “A buscar las asnas, pero no hallándolas nos dirigimos a Samuel.”
I Sa SpaPlate 10:15  Dijo entonces el tío de Saúl: “Te ruego me digas lo que os ha dicho Samuel.”
I Sa SpaPlate 10:16  Respondió Saúl a su tío: “Nos comunicó que las asnas habían sido halladas”; pero no le manifestó nada de lo que Samuel le había dicho del reino.
I Sa SpaPlate 10:18  y dijo a los hijos de Israel: “Así dice Yahvé, el Dios de Israel: Yo saqué a Israel de Egipto, y os libré de la mano de los egipcios, y de la mano de todos los reinos que os oprimían.
I Sa SpaPlate 10:19  Mas vosotros desecháis hoy a vuestro Dios, que os ha salvado de todos vuestros males y de todas vuestras tribulaciones; pues le habéis dicho: «Pon rey sobre nosotros». Ahora bien, presentaos ante Yahvé según vuestras tribus y vuestros millares.”
I Sa SpaPlate 10:20  Ordenó Samuel que se acercasen todas las tribus de Israel, y fue sorteada la tribu de Benjamín.
I Sa SpaPlate 10:21  Luego ordenó que se acercase la tribu de Benjamín por sus familias, y fue sorteada la familia de Matrí, y después fue sorteado Saúl, el hijo de Kis. Le buscaron, pero no fue hallado.
I Sa SpaPlate 10:22  Preguntaron, pues, otra vez a Yahvé: “¿Ha venido aquí ese hombre?” Respondió Yahvé: “Está allí escondido entre el bagaje.”
I Sa SpaPlate 10:23  Fueron, pues, corriendo y lo sacaron de allí, y cuando estuvo en medio del pueblo, descollaba entre todo el pueblo de los hombros arriba.
I Sa SpaPlate 10:24  Entonces dijo Samuel a todo el pueblo: “¿Veis al que ha escogido Yahvé? No hay ninguno semejante a él entre todo el pueblo.” Y gritó todo el pueblo, diciendo; “¡Viva el rey!”
I Sa SpaPlate 10:25  Luego Samuel promulgó al pueblo los estatutos del reino y los escribió en un libro, que depositó ante Yahvé. Después despidió Samuel a todo el pueblo, cada uno a su casa.
I Sa SpaPlate 10:26  También Saúl se fue a su casa, a Gabaá; y fue con él una tropa de hombres a quienes Dios había tocado el corazón.
I Sa SpaPlate 10:27  Pero los hijos de Belial decían: “¿Cómo nos ha de salvar este?” Y le despreciaron, no haciéndole presentes, mas él no decía nada.
Chapter 11
I Sa SpaPlate 11:1  Subió Nahás ammonita y sitió a Jabés-Galaad. Entonces dijeron todos los hombres de Jabés a Nahás. “Pacta con nosotros y te serviremos.”
I Sa SpaPlate 11:2  Nahás ammonita les contestó: “Pactaré con vosotros con tal que os saque a todos el ojo derecho, infligiendo así un oprobio a todo Israel.”
I Sa SpaPlate 11:3  Le dijeron los ancianos de Jabés: “Concédenos un plazo de siete días, hasta que enviemos mensajeros por todo el territorio de Israel; y si no hay quien venga en nuestro socorro, saldremos a ti.”
I Sa SpaPlate 11:4  Llegaron, pues, los mensajeros a Gabaá de Saúl; y cuando contaron esto en oídos del pueblo, alzó todo el pueblo la voz y lloró.
I Sa SpaPlate 11:5  En ese momento vino Saúl del campo tras los bueyes. Y dijo Saúl: “¿Qué tiene el pueblo que llora?”; y le contaron las palabras de los hombres de Jabés.
I Sa SpaPlate 11:6  Al oírlas el Espíritu de Dios se apoderó de Saúl; e irritado en gran manera
I Sa SpaPlate 11:7  tomó un par de bueyes, los hizo trozos, y envió estos por manos de mensajeros por todo el territorio de Israel diciendo: “Esto se hará con los bueyes del que no salga en pos de Saúl y Samuel.” Y cayó el terror de Yahvé sobre el pueblo, y salieron como un solo hombre.
I Sa SpaPlate 11:8  Cuando los pasó revista en Bésec, se hallaron trescientos mil de los hijos de Israel, y los hombres de Judá eran treinta mil.
I Sa SpaPlate 11:9  Entonces dijeron a los mensajeros que habían venido: “Así diréis a los hombres de Jabés-Galaad: Mañana en calentando el sol, tendréis socorro.” Fueron, pues, los mensajeros y dieron la noticia a los hombres de Jabés, los cuales se llenaron de gozo;
I Sa SpaPlate 11:10  y dijeron (a los ammonitas): “Mañana nos rendiremos a vosotros, para que hagáis con nosotros como mejor os parezca.”
I Sa SpaPlate 11:11  Al día siguiente Saúl dividió el pueblo en tres cuerpos, que a la vigilia de la mañana penetraron en el campamento y derrotaron a los ammonitas hasta que el sol comenzó a calentar. El resto fue disperso, y no quedaron de ellos dos juntos.
I Sa SpaPlate 11:12  Entonces dijo el pueblo a Samuel: “Quiénes son los que decían: ¿Saúl va a reinar sobre nosotros? Traednos aquí esos hombres, para que les quitemos la vida.”
I Sa SpaPlate 11:13  Pero Saúl dijo: “Nadie será muerto hoy, pues hoy ha obrado Yahvé salvación en Israel.”
I Sa SpaPlate 11:14  Y dijo Samuel al pueblo: “Venid y vamos a Gálgala para renovar allí el reino.”
I Sa SpaPlate 11:15  Fue, pues, todo el pueblo a Gálgala, y allí en Gálgala proclamaron rey a Saúl delante de Yahvé. Allí ofrecieron sacrificios pacíficos delante de Yahvé, y Saúl y todos los hombres de Israel se regocijaron muchísimo en aquel sitio.
Chapter 12
I Sa SpaPlate 12:1  Dijo Samuel a todo Israel: “He aquí que he escuchado vuestra voz en todo lo que me habéis propuesto, y he constituido sobre vosotros un rey.
I Sa SpaPlate 12:2  Ahora, pues, tenéis al rey a vuestro frente. Mas yo soy viejo y canoso, y mis hijos están entre vosotros, después de andar yo delante de vosotros desde mi juventud hasta este día.
I Sa SpaPlate 12:3  Aquí me tenéis. Declarad contra mí delante de Yahvé y ante su ungido: ¿Cuyo buey he tomado, cuyo asno he quitado, a quién he oprimido, a quién he hecho injusticia, o de cuya mano he aceptado regalo para velar con él mis ojos? Se lo restituiré.”
I Sa SpaPlate 12:4  Ellos respondieron: “No nos has oprimido ni nos has hecho injusticia, ni de nadie has aceptado nada.”
I Sa SpaPlate 12:5  Entonces les dijo: “Testigo es Yahvé contra vosotros, y testigo es también hoy su ungido, de que no habéis hallado nada en mi mano.” Y ellos contestaron: “Testigo.”
I Sa SpaPlate 12:6  Dijo Samuel al pueblo: “Sí, (testigo) es Yahvé quien constituyó a Moisés y Aarón y sacó a vuestros padres de la tierra de Egipto.
I Sa SpaPlate 12:7  Ahora bien, compareced, que voy a juzgaros ante Yahvé, por todos los beneficios que Yahvé ha hecho a vosotros y a vuestros padres.
I Sa SpaPlate 12:8  Cuando Jacob entró en Egipto y vuestros padres clamaron a Yahvé, envió Yahvé a Moisés y Aarón, que sacaron a vuestros padres de Egipto, y los estableció en este lugar.
I Sa SpaPlate 12:9  Mas ellos olvidaron a Yahvé, su Dios, y Él los vendió en manos de Sísara, jefe del ejército de Hasor, en manos de los filisteos, y en manos del rey de Moab; los cuales hicieron guerra contra ellos.
I Sa SpaPlate 12:10  Entonces clamaron a Yahvé, diciendo: “Hemos pecado, abandonando a Yahvé y sirviendo a los Baales y a las Astartés. Ahora pues, líbranos de nuestros enemigos y te serviremos.”
I Sa SpaPlate 12:11  Envió, pues, Yahvé a Jerobaal, a Bedán, a Jefté y a Samuel, y os libró de las manos de vuestros enemigos que os rodeaban; y habitasteis en seguridad.
I Sa SpaPlate 12:12  Pero cuando visteis que Nahás, rey de los hijos de Ammón, venía contra vosotros, me dijisteis: ‘No, que reine un rey sobre nosotros’, siendo así que Yahvé, vuestro Dios, es vuestro rey.
I Sa SpaPlate 12:13  Ahora bien, aquí tenéis al rey que habéis elegido y pedido. He aquí que Yahvé ha puesto un rey sobre vosotros.
I Sa SpaPlate 12:14  Si temiereis a Yahvé y le sirviereis, y escuchareis su voz, y no fuereis rebeldes a los mandamientos de Yahvé, y si tanto vosotros, como el rey que reina sobre vosotros, siguiereis en pos de Yahvé, vuestro Dios (bien para vosotros).
I Sa SpaPlate 12:15  Pero si no escuchareis la voz de Yahvé, si fuereis rebeldes a los mandamientos de Yahvé, descargará sobre vosotros la mano de Yahvé como descargó sobre vuestros padres.
I Sa SpaPlate 12:16  Ahora preparaos y ved este prodigio que Yahvé va a hacer ante vuestros ojos.
I Sa SpaPlate 12:17  ¿No estamos ahora en la siega de los trigos? Pues bien, yo invocaré a Yahvé, y Él enviará truenos y lluvias; para que sepáis y veáis cuán grande a los ojos de Yahvé es el pecado que habéis cometido, pidiendo para vosotros un rey.”
I Sa SpaPlate 12:18  Invocó, pues, Samuel a Yahvé; y Yahvé envió ese mismo día truenos y lluvias, con lo cual todo el pueblo concibió gran temor a Yahvé y a Samuel.
I Sa SpaPlate 12:19  Y dijo todo el pueblo a Samuel: “Ruega a Yahvé, tu Dios, por tus siervos para que no muramos; pues a todos nuestros pecados hemos añadido la maldad de pedir para nosotros un rey.”
I Sa SpaPlate 12:20  Samuel respondió al pueblo: “No temáis. Aunque habéis hecho toda esta maldad, sin embargo, no os apartéis de Yahvé, sino servid a Yahvé de todo vuestro corazón.
I Sa SpaPlate 12:21  No os apartéis; porque así seguiríais en pos de vanidades que no pueden aprovecharos ni libraros, pues son vanidades.
I Sa SpaPlate 12:22  Porque Yahvé, a causa de su gran nombre, no abandonará a su pueblo; ya que ha querido haceros pueblo suyo.
I Sa SpaPlate 12:23  Y en cuanto a mí, sea lejos que yo peque contra Yahvé dejando de rogar por vosotros. Os enseñaré el bueno y recto camino,
I Sa SpaPlate 12:24  para que temáis a Yahvé y le sirváis fielmente de todo vuestro corazón, pues ¡ved cuan grandes cosas Él ha hecho por vosotros!
I Sa SpaPlate 12:25  Mas si seguís haciendo el mal, pereceréis vosotros y vuestro rey.”
Chapter 13
I Sa SpaPlate 13:1  Saúl tenía… años cuando comenzó a reinar, y había ya reinado dos años sobre Israel.
I Sa SpaPlate 13:2  Saúl escogió para sí tres mil hombres de Israel. Dos mil estaban con Saúl en Micmás y en el monte de Betel, y mil estaban con Jonatán en Gabaá de Benjamín; y despidió Saúl el resto del pueblo, a cada uno a su casa.
I Sa SpaPlate 13:3  Entretanto Jonatán derrotó la guarnición de los filisteos que había en Gueba, lo que supieron los filisteos. Entonces Saúl hizo tocar la trompeta por todo el país, diciendo: “¡Óiganlo los hebreos!”
I Sa SpaPlate 13:4  Y todo Israel oyó decir: “Saúl ha derrotado la guarnición de los filisteos con lo cual Israel se ha hecho odioso a los filisteos.” Y fue convocado el pueblo para ir tras Saúl a Gálgala.
I Sa SpaPlate 13:5  También los filisteos se juntaron para la guerra contra Israel: treinta mil carros, y seis mil hombres de a caballo, y gente en tanto número como las arenas en la orilla del mar. Subieron, y asentaron su campamento en Micmás, al oriente de Betaven.
I Sa SpaPlate 13:6  Los israelitas se vieron en gran apuro; porque el pueblo se hallaba estrechado en tanto grado que se escondía en cuevas, entre los abrojos, en las peñas, en grutas y cisternas.
I Sa SpaPlate 13:7  Parte de los hebreos pasaron el Jordán retirándose a la tierra de Gad y de Galaad. Saúl, empero, estaba todavía en Gálgala, y temblaba todo el pueblo que le seguía.
I Sa SpaPlate 13:8  (Saúl) esperó siete días según el plazo que Samuel había fijado; pero Samuel no vino a Gálgala, y el pueblo que estaba con Saúl se iba dispersando.
I Sa SpaPlate 13:9  Dijo, pues, Saúl: “Traedme el holocausto y las víctimas pacíficas”, y él mismo ofreció el holocausto.
I Sa SpaPlate 13:10  Apenas hubo acabado de ofrecer el holocausto, he aquí que llegó Samuel. Saúl salió a su encuentro para saludarle,
I Sa SpaPlate 13:11  y Samuel le dijo: “¿Qué has hecho?” Respondió Saúl: “Cuando vi que se dispersaba la gente que estaba conmigo, y que tú no venías dentro del plazo fijado, y que los filisteos estaban reunidos en Micmás,
I Sa SpaPlate 13:12  me dije: Ahora los filisteos bajarán contra mí a Gálgala y yo no he todavía aplacado el rostro de Yahvé. Así, pues, obligado por la necesidad, ofrecí el holocausto.”
I Sa SpaPlate 13:13  Entonces Samuel dijo a Saúl: “Has obrado neciamente; no has guardado el mandamiento que te intimó Yahvé, Dios tuyo. Yahvé estaba ya para establecer tu reino sobre Israel para siempre;
I Sa SpaPlate 13:14  pero ahora tu reino no se mantendrá. Yahvé ha buscado para sí un hombre conforme a su corazón, y le ha designado príncipe sobre su pueblo, por cuanto tú no has guardado su mandato.”
I Sa SpaPlate 13:15  Se levantó Samuel y subió de Gálgala a Gabaá de Benjamín. Luego Saúl revistó a la gente que se hallaba con él, y eran unos seiscientos hombres.
I Sa SpaPlate 13:16  Hallábase, pues, Saúl y su hijo Jonatán y la gente que estaba con ellos, en Gabaá de Benjamín, mientras que los filisteos acampaban en Micmás.
I Sa SpaPlate 13:17  Del campamento de los filisteos salieron las tropas de pillaje, formando tres bandas, dirigiéndose una por el camino de Ofrá, hacia la región de Sual.
I Sa SpaPlate 13:18  Otra banda tomó el camino de Bethorón, y la tercera el de la frontera, que domina el valle de Seboím, hacia el desierto.
I Sa SpaPlate 13:19  No había herrero en todo el país de Israel; porque los filisteos habían dicho: “No sea que los hebreos fabriquen espada o lanza.”
I Sa SpaPlate 13:20  Por eso de todo Israel recurría cada uno a los filisteos para aguzar su reja, su azadón, su hacha y su zapa,
I Sa SpaPlate 13:21  de modo que se habían embotado las rejas, los azadones, los tridentes y las hachas y no se podía aguzar los aguijones.
I Sa SpaPlate 13:22  Por eso en el día de la batalla nadie de la gente que acompañaba a Saúl y a Jonatán, tenía espada o lanza sino Saúl y su hijo Jonatán.
I Sa SpaPlate 13:23  Entretanto un destacamento de los filisteos avanzó hasta el desfiladero de Micmás.
Chapter 14
I Sa SpaPlate 14:1  Un día dijo Jonatán, hijo de Saúl, a su joven escudero: “Anda, pasémonos al pueblo de los filisteos, que está allí del otro lado”; pero no dijo nada a su padre.
I Sa SpaPlate 14:2  Saúl se encontraba en la extremidad de Gabaá, debajo del granado de Migrón; y la gente que tenía consigo eran unos seiscientos hombres.
I Sa SpaPlate 14:3  Aquías, hijo de Aquitob, hermano de Icabod, hijo de Fineés, hijo de Helí, sacerdote de Yahvé en Silo, vestía el efod. Aquella gente no sabía que Jonatán se había ido.
I Sa SpaPlate 14:4  Entre los caminos por donde Jonatán intentaba pasar al puesto de los filisteos, había una roca puntiaguda de este lado, y otra del lado opuesto, siendo el nombre de la primera Boses, y el nombre de la segunda Sene.
I Sa SpaPlate 14:5  Una de las rocas se alzaba por la parte norte, frente a Micmás, y la otra por la parte sur, frente a Gabaá.
I Sa SpaPlate 14:6  Dijo Jonatán a su escudero: “Ven, pasemos al puesto de esos incircuncisos, quizá obrará Yahvé por nosotros; porque a Yahvé nada le impide salvar con mucha o con poca gente.”
I Sa SpaPlate 14:7  Le contestó su escudero: “Haz todo lo que te gustare, y vete a donde quieras. He aquí que yo estoy contigo, a tu disposición.”
I Sa SpaPlate 14:8  Dijo entonces Jonatán: “Mira, vamos a pasar hacia aquellos hombres y nos mostraremos a ellos.
I Sa SpaPlate 14:9  Si nos dicen: «Quedaos quietos hasta que lleguemos a vosotros», nos quedaremos en nuestro lugar y no subiremos hasta ellos.
I Sa SpaPlate 14:10  Pero si dicen: «Subid hacia nosotros», subiremos; porque Yahvé los ha entregado en nuestras manos. Esto nos servirá de señal.”
I Sa SpaPlate 14:11  Se mostraron los dos al puesto de los filisteos. Y dijeron los filisteos: “Mirad cómo los hebreos salen de las cavernas donde se habían escondido.”
I Sa SpaPlate 14:12  Y dirigiéndose los hombres del puesto a Jonatán y a su escudero, dijeron: “Subid hacia nosotros y os daremos una lección.” Dijo entonces Jonatán a su escudero: “Sube en pos de mí, porque Yahvé los ha entregado en manos de Israel.”
I Sa SpaPlate 14:13  Y subió Jonatán, trepando con manos y pies, seguido de su escudero; y (los filisteos) cayeron delante de Jonatán; y su escudero hizo estragos detrás de él.
I Sa SpaPlate 14:14  En esta primera matanza que hicieron Jonatán y su escudero, murieron unos veinte hombres, en un espacio como de media yugada.
I Sa SpaPlate 14:15  Y se produjo espanto en el campamento, en el campo y entre toda la gente. Se llenaron de pavor las tropas del puesto, y también las bandas de pillaje. Hasta la tierra tembló, pues fue un espanto de Dios.
I Sa SpaPlate 14:16  Miraron los centinelas de Saúl que estaban en Gabaá de Benjamín, y vieron una muchedumbre que se disolvía y corría por todos lados.
I Sa SpaPlate 14:17  Dijo, pues, Saúl al pueblo que estaba con él: “Pasad revista, y ved quién ha salido de entre nosotros.” Pasó revista, y resultó que faltaban Jonatán y su escudero.
I Sa SpaPlate 14:18  Dijo entonces Saúl a Ahías: “Trae aquí el Arca de Dios”; porque el Arca de Dios se hallaba en aquel tiempo entre los israelitas.
I Sa SpaPlate 14:19  Y mientras Saúl hablaba con el sacerdote, iba creciendo cada vez más el tumulto que había en el campamento de los filisteos, y Saúl dijo al sacerdote: “Retira tu mano.”
I Sa SpaPlate 14:20  Y se juntaron Saúl y toda la gente que le acompañaba, y se lanzaron al combate; y he aquí que la espada de cada uno (de los filisteos) se volvía contra el otro, siendo grandísima la confusión.
I Sa SpaPlate 14:21  También aquellos hebreos que antes estaban con los filisteos y con ellos habían subido al campamento, vinieron a juntarse con los de Israel que estaban con Saúl y Jonatán.
I Sa SpaPlate 14:22  Y todos los hombres de Israel que se habían escondido en la montaña de Efraím, luego que supieron que los filisteos habían huido, se agregaron y tomaron parte con ellos en la batalla.
I Sa SpaPlate 14:23  Así Yahvé salvó en aquel día a Israel; y la batalla siguió hasta Betaven.
I Sa SpaPlate 14:24  Los israelitas estaban exhaustos aquel día; porque Saúl había conjurado al pueblo, diciendo: “¡Maldito aquel que probare bocado antes de la tarde, hasta que yo haya tomado venganza de mis enemigos!” Y nadie del pueblo probó bocado.
I Sa SpaPlate 14:25  Llegó entonces todo el pueblo a un bosque donde había miel en el suelo.
I Sa SpaPlate 14:26  Entró la gente en el bosque, y vio la miel que corría por el suelo, pero no hubo quien se llevase la mano a la boca; porque el pueblo temía el juramento.
I Sa SpaPlate 14:27  Pero Jonatán que no había oído cuando su padre juramentó al pueblo, alargó la punta del bastón que tenía en la mano, la metió en un panal de miel, y se llevó la mano a la boca, con lo cual le brillaron los ojos.
I Sa SpaPlate 14:28  Entonces tomó la palabra uno del pueblo y dijo: “Tu padre ha obligado al pueblo con juramento, diciendo: ‘¡Maldito aquel que hoy probare bocado!’” Y el pueblo estaba ya exhausto.
I Sa SpaPlate 14:29  Respondió Jonatán: “Mi padre pone en peligro el país. Mirad cómo brillan mis ojos por haber gustado un poco de esta miel.
I Sa SpaPlate 14:30  ¡Ojalá que el pueblo hubiera comido hoy del despojo de sus enemigos que han encontrado! ¿No sería entonces más grave la derrota de los filisteos?”
I Sa SpaPlate 14:31  Derrotaron aquel día a los filisteos desde Micmás hasta Ayalón; pero estaba el pueblo sumamente extenuado.
I Sa SpaPlate 14:32  Y se arrojó el pueblo sobre el botín, agarraron ovejas, bueyes y novillos. Los degollaron en el suelo, y comió el pueblo carne con sangre.
I Sa SpaPlate 14:33  Se le dijo a Saúl: “He aquí que el pueblo peca contra Yahvé, comiendo carne con sangre.” El respondió: “Habéis prevaricado. Haced rodar aquí una piedra grande.”
I Sa SpaPlate 14:34  Y agregó Saúl: “Dispersaos entre el pueblo y decidles que cada uno me traiga su buey, y cada uno su oveja, y degolladlos aquí; después podréis comer. Así no pecaréis contra Yahvé, comiendo (carne) con sangre.” Y todo el pueblo, cada uno de ellos, trajo aquella noche al buey que tenía a mano, y los degollaron allí.
I Sa SpaPlate 14:35  Y Saúl edificó un altar a Yahvé, siendo este el primer altar que edificó a Yahvé.
I Sa SpaPlate 14:36  Después dijo Saúl: “Descendamos esta noche en pos de los filisteos, para saquearlos hasta que raye el alba, y no dejemos de ellos hombre con vida.” Respondieron: “Haz cuanto bien te parezca.” Pero el sacerdote dijo: “Consultemos aquí a Dios.”
I Sa SpaPlate 14:37  Preguntó, pues, Saúl a Dios: “¿Descenderé contra los filisteos? ¿Los entregarás en manos de Israel?” Mas (Dios) no le respondió aquel día.
I Sa SpaPlate 14:38  Entonces dijo Saúl: “Venid aquí todos los príncipes del pueblo: averiguad y ved cuál sea el pecado que se ha cometido hoy.
I Sa SpaPlate 14:39  Pues ¡vive Yahvé, el Libertador de Israel, que aunque tenga (la culpa) Jonatán mi hijo, morirá sin remisión!” Y entre todo el pueblo no hubo quien le respondiese.
I Sa SpaPlate 14:40  Entonces dijo a todo Israel “Estaos vosotros de un lado, y yo y Jonatán, mi hijo, estaremos del otro.” Y dijo el pueblo a Saúl: “Haz como bien te parezca.”
I Sa SpaPlate 14:41  Dijo, pues, Saúl a Yahvé, el Dios de Israel: “Da Tú la decisión.” Y fueron sorteados Jonatán y Saúl, mas el pueblo salió libre.
I Sa SpaPlate 14:42  Luego dijo Saúl: “Echad suerte entre mí y mi hijo Jonatán.” Y cayó la suerte sobre Jonatán.
I Sa SpaPlate 14:43  Dijo, pues, Saúl a Jonatán: “Dime, ¿qué es lo que has hecho?” Y se lo contó Jonatán, diciendo: “Con la punta del bastón que tenía en mi mano, he gustado un poco de miel; ¡y por eso he de morir!”
I Sa SpaPlate 14:44  Dijo Saúl: “Hágame Dios esto y eso otro, Jonatán, si tú no mueres sin remedio.”
I Sa SpaPlate 14:45  Pero el pueblo dijo a Saúl: “¿Jonatán ha de morir, el que ha obrado en Israel esta tan grande liberación? ¡No lo permita Dios! ¡Vive Yahvé que no caerá a tierra un solo cabello de su cabeza, pues con Dios ha obrado en este día!” Salvó así el pueblo a Jonatán, de manera que no murió.
I Sa SpaPlate 14:46  Y volvió Saúl, desistiendo de la persecución de los filisteos, los cuales se fueron a su tierra.
I Sa SpaPlate 14:47  Después que Saúl hubo ocupado el trono en Israel, hizo guerra contra todos sus enemigos que vivían al contorno: contra los moabitas, contra los hijos de Ammón, contra los idumeos, contra los reyes de Soba y contra los filisteos; y a dondequiera que se volvía, regresaba vencedor.
I Sa SpaPlate 14:48  Mostró valentía, derrotó a los amalecitas y libró a Israel de manos de los que lo despojaban.
I Sa SpaPlate 14:49  Los hijos de Saúl eran Jonatán, Jesuí y Melquisúa; sus dos hijas se llamaban: la mayor, Merob, y la menor, Micol.
I Sa SpaPlate 14:50  La mujer de Saúl se llamaba Ahinoam, hija de Ahimaas. El nombre del jefe del ejército era Abner, hijo de Ner, tío de Saúl.
I Sa SpaPlate 14:51  Porque Kis, padre de Saúl, y Ner, padre de Abner, eran hijos de Abiel.
I Sa SpaPlate 14:52  Durante toda la vida de Saúl hubo violenta guerra contra los filisteos, y cuando Saúl veía un hombre esforzado y valiente, lo agregó a sus filas.
Chapter 15
I Sa SpaPlate 15:1  Samuel dijo a Saúl: “Yahvé me envió a ungirte rey sobre su pueblo, sobre Israel. Escucha, pues, ahora lo que dice Yahvé.
I Sa SpaPlate 15:2  Así dice Yahvé de los Ejércitos: “He visto lo que hizo Amalec contra Israel, cómo se le opuso en el camino cuando subía de Egipto.
I Sa SpaPlate 15:3  Ve, pues, ahora y derrota a Amalec; extermínalo por completo sin tenerle compasión alguna. Harás morir a hombres y mujeres, niños y mamantes, vacas y ovejas, camellos y asnos.”
I Sa SpaPlate 15:4  Convocó, pues, Saúl al pueblo, y los pasó revista en Telaím, doscientos mil de a pie, y diez mil hombres de Judá.
I Sa SpaPlate 15:5  Llegado a la ciudad de los amalecitas, se apostó en el valle,
I Sa SpaPlate 15:6  y dijo a los cineos: “Idos, retiraos, bajad de en medio de Amalec, de lo contrario os destruiré juntamente con ellos. Porque vosotros usasteis de misericordia para con todos los hijos de Israel cuando subieron de Egipto.” Se retiraron los cineos de en medio de Amalec.
I Sa SpaPlate 15:7  Saúl derrotó a Amalec desde Havilá hasta Sur, frente a Egipto;
I Sa SpaPlate 15:8  y prendió vivo a Agag, rey de Amalec, y en todo el pueblo ejecutó el anatema.
I Sa SpaPlate 15:9  Pero Saúl y el pueblo tuvieron lástima de Agag, y de las mejores ovejas y vacas, de los animales gordos, de los corderos y de todo lo bueno, y no quisieron consagrarlo al anatema; así que consagraron al anatema solamente lo vil y lo despreciable.
I Sa SpaPlate 15:11  “Me pesa haber hecho rey a Saúl; porque me ha abandonado y no ha ejecutado mis órdenes.” Se contristó Samuel, y clamó a Yahvé toda aquella noche.
I Sa SpaPlate 15:12  Al día siguiente cuando Samuel se levantó muy temprano para ir al encuentro de Saúl, se le dio la siguiente noticia: “Saúl se ha ido a Carmelo, y he aquí que se ha erigido un monumento; luego dio la vuelta y pasando adelante bajó a Gálgala.”
I Sa SpaPlate 15:13  Cuando Samuel se llegó a Saúl, le dijo este: “Bendito seas de Yahvé; he ejecutado ya la orden de Yahvé.”
I Sa SpaPlate 15:14  Le respondió Samuel: “¿Qué es ese balido de ovejas que llega a mis oídos, y el mugido de bueyes que oigo?”
I Sa SpaPlate 15:15  Contestó Saúl: “Los han traído de Amalec, pues el pueblo tenía lástima de lo mejor de las ovejas, y de los bueyes y (los reservó) para ofrecerlos a Yahvé, tu Dios; pero el resto lo hemos consagrado al anatema.”
I Sa SpaPlate 15:16  Entonces dijo Samuel a Saúl: “Deja que te anuncie lo que Yahvé me ha dicho esta noche.” Él le respondió: “Habla.”
I Sa SpaPlate 15:17  Y Samuel dijo: “¿No eras tú pequeño a tus propios ojos cuando llegaste a ser cabeza de las tribus de Israel y te ungió Yahvé por rey sobre Israel?
I Sa SpaPlate 15:18  Yahvé te hizo marchar diciendo: «Ve y consagra al anatema a aquellos pecadores, los amalecitas, y combátelos hasta acabar con ellos.»
I Sa SpaPlate 15:19  ¿Por qué, pues, no has obedecido la voz de Yahvé echándote sobre el botín y haciendo lo que es malo a los ojos de Yahvé?”
I Sa SpaPlate 15:20  Saúl contestó a Samuel: “Al contrario, yo he obedecido la voz de Yahvé y he seguido el camino por el cual me envió Yahvé; he traído a Agag, rey de Amalec, y a los amalecitas los he consagrado al anatema.
I Sa SpaPlate 15:21  Mas el pueblo tomó del despojo ovejas y bueyes, las primicias del anatema, para ofrecerlos a Yahvé, tu Dios, en Gálgala.”
I Sa SpaPlate 15:22  Respondió Samuel: “¿Le agradan acaso a Yahvé holocaustos y sacrificios más que la obediencia a su voz? He aquí, que mejor es la obediencia que los sacrificios, y el ser dócil vale más que el sebo de los carneros.
I Sa SpaPlate 15:23  Porque la rebeldía es como el pecado de adivinación, y la obstinación como iniquidad e idolatría. Por cuanto tú has desechado la palabra de Yahvé, Él te ha desechado a ti para que no seas rey.”
I Sa SpaPlate 15:24  Entonces dijo Saúl a Samuel: “He pecado, pues he traspasado la orden de Yahvé y tus palabras, temiendo al pueblo y escuchando la voz de ellos.
I Sa SpaPlate 15:25  Perdona ahora, te ruego, mi pecado; vuélvete conmigo y voy a adorar a Yahvé.”
I Sa SpaPlate 15:26  “No me volveré contigo, dijo Samuel a Saúl, pues has desechado la palabra de Yahvé, por lo cual Yahvé te ha desechado a ti para que no seas rey sobre Israel.”
I Sa SpaPlate 15:27  Y dándole Samuel la espalda para irse, le asió (Saúl) del ruedo de la capa, la cual se rasgó.
I Sa SpaPlate 15:28  Y dijo Samuel: “Arrancado ha Yahvé hoy de ti el reino de Israel y lo ha dado a un prójimo tuyo que es mejor que tú.
I Sa SpaPlate 15:29  Pues no miente el Esplendor de Israel, tampoco se arrepiente, porque no es como un hombre para arrepentirse.”
I Sa SpaPlate 15:30  Respondió (Saúl): “He pecado; mas hónrame ahora, te ruego, delante de los ancianos de mi pueblo y delante de Israel, y vuelve conmigo para que adore a Yahvé, tu Dios.”
I Sa SpaPlate 15:31  Se volvió Samuel y siguió a Saúl; y adoró Saúl a Yahvé.
I Sa SpaPlate 15:32  Después dijo Samuel: “Traedme a Agag, rey de Amalec.” Y Agag se acercó a él con aire complacido, pues se decía Agag: “Seguramente ha pasado ya la amargura de la muerte.”
I Sa SpaPlate 15:33  Pero Samuel dijo: “Así como tu espada ha privado de hijos a tantas mujeres, quede también tu madre sin hijo entre las mujeres.” Y Samuel destrozó a Agag delante de Yahvé en Gálgala.
I Sa SpaPlate 15:34  Y se retiró Samuel a Ramá; Saúl, empero, subió a su casa, a Gabaá de Saúl.
I Sa SpaPlate 15:35  Samuel no volvió a ver a Saúl en todo el resto de su vida, pero lloraba por Saúl, porque Yahvé se había arrepentido de haber hecho a Saúl rey sobre Israel.
Chapter 16
I Sa SpaPlate 16:1  Dijo Yahvé a Samuel: “¿Hasta cuándo estarás llorando por Saúl, habiéndole Yo desechado para que no sea rey sobre Israel? Llena tu cuerno de óleo y anda; pues te enviaré a Isaí betlehemita; porque entre sus hijos he visto un rey para Mí.”
I Sa SpaPlate 16:2  Respondió Samuel: “¿Cómo podré ir? Lo sabrá Saúl y me matará.” Dijo Yahvé: “Llevarás contigo una ternera, y dirás: He venido para ofrecer un sacrificio a Yahvé.
I Sa SpaPlate 16:3  E invitarás a Isaí al sacrificio, y Yo te haré saber lo que has de hacer. Me ungirás al que Yo te indique.”
I Sa SpaPlate 16:4  Hizo Samuel lo que Yahvé le había dicho y fue a Betlehem. Le salieron al encuentro los ancianos de la ciudad y le preguntaron asustados: “¿Es tu venida para paz?”
I Sa SpaPlate 16:5  Él contestó: “Para paz; he venido a ofrecer sacrificio a Yahvé. Santificaos y venid conmigo al sacrificio.” Santificó también a Isaí con sus hijos y los invitó al sacrificio.
I Sa SpaPlate 16:6  Cuando llegaron, y (Samuel) vio a Eliab, se dijo: “Seguramente se halla delante de Yahvé su ungido.”
I Sa SpaPlate 16:7  Pero Yahvé dijo a Samuel: “No mires a su exterior ni a su elevada estatura: porque Yo lo rechazo, pues (Dios) no ve como el hombre. El hombre ve el exterior, mas Yahvé ve el corazón.”
I Sa SpaPlate 16:8  Entonces llamó Isaí a Abinadab, y le hizo pasar ante Samuel, el cual dijo: “Tampoco a este ha escogido Yahvé.”
I Sa SpaPlate 16:9  Hizo Isaí pasar a Sammá; mas Samuel dijo: “A este tampoco ha escogido Yahvé.”
I Sa SpaPlate 16:10  Isaí hizo así pasar a siete de sus hijos ante Samuel; mas Samuel dijo a Isaí: “A ninguno de estos ha escogido Yahvé.”
I Sa SpaPlate 16:11  Luego preguntó Samuel a Isaí: “¿Son estos todos los jóvenes?” Respondió: “Aún queda el más pequeño, y he aquí que está apacentando las ovejas.” Entonces dijo Samuel a Isaí: “Manda a traerlo; pues no nos pondremos a la mesa hasta que él venga aquí.”
I Sa SpaPlate 16:12  Mandó, pues, y lo hizo venir. Era rubio, de hermosos ojos y de lindo aspecto. Y dijo Yahvé: “¡Levántate y úngelo; porque este es!”
I Sa SpaPlate 16:13  Tomó, pues, Samuel el cuerno de óleo y lo ungió en medio de sus hermanos; y desde aquel día en adelante vino el Espíritu de Yahvé sobre David. Y Samuel se levantó y fue a Ramá.
I Sa SpaPlate 16:14  El Espíritu de Yahvé se había retirado de Saúl, y le aterraba un espíritu malo mandado por Yahvé.
I Sa SpaPlate 16:15  Entonces los siervos de Saúl le dijeron: “He aquí que te aterra un mal espíritu de Dios.
I Sa SpaPlate 16:16  Mande nuestro Señor; pues tus siervos están a tu disposición y buscarán un hombre que sepa tañer la cítara; y cuando el mal espíritu de Dios venga sobre él, la tocará con su mano y tú sentirás alivio.”
I Sa SpaPlate 16:17  Y dijo Saúl a sus siervos: “Buscadme un hombre que toque bien, y traédmelo.”
I Sa SpaPlate 16:18  Entonces tomó uno de los criados la palabra y dijo: “He aquí que yo he visto a un hijo de Isaí de Betlehem, que sabe tañer, hombre fortísimo y valiente, prudente en el hablar y de gallarda presencia, y Yahvé está con él.”
I Sa SpaPlate 16:19  Tras esto Saúl envió mensajeros a Isaí para decirle: “Envíame tu hijo David, que está con las ovejas.”
I Sa SpaPlate 16:20  Tomó, pues, Isaí un asno y pan, un odre de vino y un cabrito, y se los envió a Saúl por mano de su hijo David.
I Sa SpaPlate 16:21  Llegó David a Saúl y se presentó delante de él; el cual le cobró mucho cariño y David vino a ser su escudero.
I Sa SpaPlate 16:22  Y envió Saúl a decir a Isaí: “Te ruego, se quede David a mi servicio, porque ha hallado gracia a mis ojos.”
I Sa SpaPlate 16:23  Y siempre que el espíritu de Dios venía sobre Saúl, tomaba David la cítara y tañía con su mano; y Saúl se calmaba y se sentía bien, y el espíritu malo se apartaba de él.
Chapter 17
I Sa SpaPlate 17:1  Los filisteos juntaron sus ejércitos para la guerra, y se reunieron en Socó, que pertenece a Judá, donde acamparon entre Socó y Asecá, en Efes-Dammim.
I Sa SpaPlate 17:2  Se reunieron también Saúl y los israelitas, y acamparon en el valle de Elá, y se pusieron en orden de batalla frente a los filisteos.
I Sa SpaPlate 17:3  Los filisteos habían tomado posición en un monte por un lado, e Israel en un monte por el otro lado, mediando entre ellos el valle.
I Sa SpaPlate 17:4  Y salió un campeón del ejército de los filisteos, que se llamaba Goliat, de Gat; cuya estatura era de seis codos y un palmo.
I Sa SpaPlate 17:5  Llevaba sobre la cabeza un yelmo de bronce y estaba vestido de una coraza escamada, siendo el peso de la coraza de cinco mil siclos de bronce.
I Sa SpaPlate 17:6  En las piernas llevaba grebas de bronce, y sobre sus hombros un venablo, también de bronce.
I Sa SpaPlate 17:7  El asta de su lanza era como el engullo de un telar, y la punta de su lanza pesaba seiscientos siclos de hierro. Delante de él iba su escudero.
I Sa SpaPlate 17:8  Se apostó y gritó hacia las filas de Israel, diciéndoles: “¿Por qué habéis salido a poneros en orden de batalla? ¿No soy yo un filisteo y vosotros sois siervos de Saúl? Escogeos un hombre, que descienda contra mí.
I Sa SpaPlate 17:9  Si él es capaz de pelear conmigo y me mata, seremos siervos vuestros; pero si yo prevalezco contra él y le mato, seréis vosotros esclavos nuestros y nos serviréis.”
I Sa SpaPlate 17:10  Y agregó el filisteo: “Hoy he escarnecido a las filas de Israel. Dadme un hombre, y lucharemos los dos.”
I Sa SpaPlate 17:11  Al oír las palabras del filisteo, Saúl y todo Israel quedaron consternados y sobrecogidos de grande miedo.
I Sa SpaPlate 17:12  Ahora bien, David era hijo de aquel efrateo de Betlehem de Judá, que se llamaba Isaí. Este tenía ocho hijos; en tiempo de Saúl era ya viejo y de edad muy avanzada entre los hombres.
I Sa SpaPlate 17:13  Los tres hijos mayores de Isaí habían ido a la guerra, en pos de Saúl. Esos tres hijos que habían ido a la guerra se llamaban Eliab, el primogénito, Abinadab, el segundo, y Sammá el tercero.
I Sa SpaPlate 17:14  David era el menor; y mientras los tres mayores seguían a Saúl,
I Sa SpaPlate 17:15  David iba y venía de junto a Saúl para apacentar el rebaño de su padre en Betlehem.
I Sa SpaPlate 17:16  Entretanto se acercaba el filisteo a la mañana y a la tarde, presentándose por espacio de cuarenta días.
I Sa SpaPlate 17:17  Y dijo Isaí a David: “Toma para tus hermanos un efa de este grano tostado, y estos diez panes, y llévalos corriendo al campamento, a tus hermanos.
I Sa SpaPlate 17:18  Y estos diez quesos los llevarás al jefe de su millar. Pregunta por la salud de tus hermanos, y tráeme algo de ellos como prenda.
I Sa SpaPlate 17:19  Saúl y ellos, y todos los hombres de Israel, están en el valle de Elá luchando contra los filisteos.”
I Sa SpaPlate 17:20  Al día siguiente David se levantó muy temprano, y dejando las ovejas en manos de un pastor, cargó y se puso en marcha como Isaí le había mandado. Cuando llegó al atrincheramiento, el ejército iba saliendo en orden de batalla levantando el grito de combate,
I Sa SpaPlate 17:21  e Israel y los filisteos se pusieron en orden de batalla, ejército contra ejército.
I Sa SpaPlate 17:22  Entonces David, dejando el equipaje que tenía sobre sí, en manos del guardia del bagaje, corrió hacia el ejército, y llegado allí saludó a sus hermanos.
I Sa SpaPlate 17:23  Estaba aún hablando con ellos, cuando he aquí que aquel campeón, el filisteo de Gat, llamado Goliat, salió de las filas de los filisteos y habló lo mismo (que antes), oyéndolo David.
I Sa SpaPlate 17:24  Y todos los israelitas, cuando vieron a aquel hombre, huyeron de delante de él. Tuvieron gran miedo;
I Sa SpaPlate 17:25  y uno de los hombres de Israel dijo: “¿Veis a ese hombre que viene subiendo? Pues sube para desafiar a Israel. Al hombre que lo mate lo colmará el rey de grandes riquezas, le dará su hija, y a la casa de su padre la eximirá de tributos en Israel.”
I Sa SpaPlate 17:26  Preguntó David a los que estaban junto a él: “¿Qué se hará al hombre que mate a ese filisteo, y quite el oprobio de Israel? Porque ¿quién es ese filisteo incircunciso para que insulte al ejército del Dios vivo?”
I Sa SpaPlate 17:27  Y le repitió la gente aquellas mismas palabras, diciendo: “Así se hará al hombre que lo mate.”
I Sa SpaPlate 17:28  Al escuchar Eliab, su hermano mayor, que David hablaba con los hombres, se irritó contra David y le dijo: “¿Para qué has venido y en qué manos has dejado aquellas pocas ovejas en el desierto? Bien conocido tengo tu orgullo y la malicia de tu corazón; pues para ver la batalla has venido.”
I Sa SpaPlate 17:29  Contestó David: “¿Qué he hecho yo ahora? ¿Acaso he hecho más que hablar?”
I Sa SpaPlate 17:30  Se apartó de él para dirigirse a otro, a quien preguntó del mismo modo; y el pueblo le dio la misma respuesta que antes.
I Sa SpaPlate 17:31  Algunos oyeron las palabras que habló David, y las refirieron a Saúl, el cual lo hizo llamar.
I Sa SpaPlate 17:32  Y dijo David a Saúl: “No se desmaye el corazón de nadie a causa de ese; tu siervo irá y luchará con ese filisteo.”
I Sa SpaPlate 17:33  Mas Saúl dijo a David: “Tú no tienes fuerza para ir contra ese filisteo y luchar con él; pues eres joven todavía, y él es un hombre de guerra desde su juventud.”
I Sa SpaPlate 17:34  David replicó a Saúl: “Cuando tu siervo apacentaba las ovejas de su padre y venía un león, o un oso, y arrebataba una oveja del rebaño,
I Sa SpaPlate 17:35  yo salía en su persecución; lo hería, y se la arrancaba de su boca; y cuando se levantaba contra mí, lo agarraba por la quijada, lo hería y lo mataba.
I Sa SpaPlate 17:36  Tu siervo ha matado tanto al león como al oso, y ese filisteo incircunciso será como uno de ellos, puesto que ha insultado al ejército del Dios vivo.”
I Sa SpaPlate 17:37  Y agregó David: “Yahvé que me libró de las garras del león y de las garras del oso, Él mismo me librará de la mano de ese filisteo.” Dijo entonces Saúl a David: “Ve, pues, y Yahvé sea contigo.”
I Sa SpaPlate 17:38  Vistió Saúl a David con su armadura, le puso un yelmo de bronce sobre la cabeza, y le cubrió con una coraza.
I Sa SpaPlate 17:39  Se ciñó luego David la espada sobre su armadura y comenzó a andar; porque no estaba acostumbrado a eso. Dijo David a Saúl: “No puedo andar con estas armas, porque no estoy acostumbrado”; y quitándoselas
I Sa SpaPlate 17:40  tomó su cayado en la mano, se escogió cinco guijarros lisos del torrente, los metió en el zurrón de pastor que traía y que le servía de bolsa, y con la honda en la mano se acercó al filisteo.
I Sa SpaPlate 17:41  Venía el filisteo acercándose poco a poco a David, yendo delante de él su escudero,
I Sa SpaPlate 17:42  y cuando miró y vio a David, lo despreció, porque era joven aún, rubio, y de hermoso aspecto.
I Sa SpaPlate 17:43  Y dijo el filisteo a David: “¿Soy yo acaso un perro, para que vengas contra mí con un bastón?” Y maldijo el filisteo a David por sus dioses.
I Sa SpaPlate 17:44  Luego dijo el filisteo a David: “Ven aquí, y daré tu carne a las aves del cielo y a las bestias del campo.”
I Sa SpaPlate 17:45  David contestó al filisteo: “Tú vienes contra mí con espada y lanza y venablo, mas yo voy contra ti en el nombre de Yahvé de los Ejércitos, el Dios del ejército de Israel, a quien tú has escarnecido.
I Sa SpaPlate 17:46  Hoy te entregará Yahvé en mi mano, y yo te mataré y te cortaré la cabeza. Y los cadáveres del ejército de los filisteos los daré hoy mismo a las aves del cielo, y a las bestias de la tierra; y toda la tierra sabrá que hay Dios en Israel.
I Sa SpaPlate 17:47  Y también toda esta multitud conocerá que no por espada, ni por lanza, salva Yahvé; porque Yahvé es el Señor de la batalla, y Él os ha entregado en nuestras manos.”
I Sa SpaPlate 17:48  Se levantó entonces el filisteo y poniéndose en marcha avanzó contra David, el cual corrió rápidamente hacia las filas de los filisteos;
I Sa SpaPlate 17:49  y metiendo la mano en el zurrón, sacó de allí un guijarro, lo lanzó con la honda, e hirió al filisteo en la frente; y penetró el guijarro en la frente del (filisteo), que cayó de bruces en tierra.
I Sa SpaPlate 17:50  Así prevaleció David sobre el filisteo con una honda y una piedra, e hirió al filisteo y le mató, sin que David tuviera espada en su mano.
I Sa SpaPlate 17:51  Luego David corrió y poniéndose sobre el filisteo, tomó la espada del mismo y sacándola de la vaina, lo mató y le cortó con ella la cabeza. Cuando los filisteos vieron muerto a su campeón echaron a huir,
I Sa SpaPlate 17:52  pero los hombres de Israel y de Judá, levantándose, alzaron el grito y persiguieron a los filisteos hasta llegar a Gat, y hasta las puertas de Acarón; y cayeron traspasados (muchos) filisteos en el camino de Saaraim, hasta Gat y Acarón.
I Sa SpaPlate 17:53  Después de volver de la persecución de los filisteos los hijos de Israel saquearon su campamento.
I Sa SpaPlate 17:54  Y tomando David la cabeza del filisteo, la llevó a Jerusalén; mas las armas del mismo las puso en su tienda.
I Sa SpaPlate 17:55  Cuando Saúl vio a David salir al encuentro del filisteo, dijo a Abner, jefe del ejército: “¿De quién es hijo este joven, Abner?” A lo que respondió Abner: “Por tu vida, oh rey, que no lo sé.”
I Sa SpaPlate 17:56  Y dijo el rey: “Pregunta de quién es hijo el muchacho.”
I Sa SpaPlate 17:57  Cuando David volvió después de dar muerte al filisteo, lo tomó Abner y lo llevó a la presencia de Saúl, con la cabeza del filisteo en su mano.
I Sa SpaPlate 17:58  Saúl le preguntó: “¿De quién eres hijo, joven mío?” Y respondió David: “Soy hijo de tu siervo Isaí betlehemita.”
Chapter 18
I Sa SpaPlate 18:1  Cuando David acabó de hablar con Saúl, el alma de Jonatán quedó unida estrechamente con el alma de David; y le amó Jonatán como a su propia alma.
I Sa SpaPlate 18:2  Tomó Saúl a David aquel día consigo, y no le permitió que volviese a casa de su padre.
I Sa SpaPlate 18:3  E hizo Jonatán pacto con David, porque le amaba como a su propia alma.
I Sa SpaPlate 18:4  Jonatán se quitó el manto que vestía y se lo dio a David, así como su armadura, su espada, su arco y aun su cinturón.
I Sa SpaPlate 18:5  Y salía David a dondequiera que Saúl le enviaba y se comportaba con prudencia, de modo que Saúl le dio un cargo al frente de las tropas. Así agradó a todo el pueblo, y también a los servidores de Saúl.
I Sa SpaPlate 18:6  Cuando, después de la muerte del filisteo por mano de David (las tropas) volvieron, salieron las mujeres de todas las ciudades de Israel, cantando y danzando, para recibir al rey Saúl, con tamboriles, con júbilo y con triángulos.
I Sa SpaPlate 18:7  Las mujeres danzaban y cantaban alternando, diciendo: “Saúl mató sus mil, mas David sus diez mil.”
I Sa SpaPlate 18:8  Entonces Saúl se irritó en gran manera, y tuvo por ello un gran disgusto. Decía: “A David le dan diez mil, y a mí (solamente) mil. No le falta más que el reino.”
I Sa SpaPlate 18:9  Y desde aquel día Saúl miraba a David con malos ojos.
I Sa SpaPlate 18:10  Al otro día vino sobre Saúl un espíritu malo enviado por Dios, de manera que tuvo un ataque de rabia en su misma casa. David tañía como los otros días, en tanto que Saúl tenía la lanza en su mano.
I Sa SpaPlate 18:11  Y arrojo Saúl la lanza, diciéndose: “Clavaré a David en la pared.” Pero David hurtó el cuerpo por dos cuerpos delante de él.
I Sa SpaPlate 18:12  Temió, pues, Saúl a David; porque Yahvé estaba con este, en cambio de Saúl se había apartado.
I Sa SpaPlate 18:13  Por eso Saúl le apartó de sí, haciéndolo jefe de mil hombres; y David salía y entraba frente al pueblo.
I Sa SpaPlate 18:14  David obró en todas sus empresas con prudencia, pues Yahvé estaba con él.
I Sa SpaPlate 18:15  Sin embargo Saúl, al ver que obraba con gran prudencia, le tenía miedo.
I Sa SpaPlate 18:16  Mas todo Israel y Judá amaba a David, porque salía y entraba al frente de ellos.
I Sa SpaPlate 18:17  Saúl dijo a David: “Mira, te daré a Merob, mi hija mayor, por mujer, pero que me seas valiente, y pelees las batallas de Yahvé.” Mas para sí decía Saúl: “No venga mi mano sobre él, sino venga sobre él la mano de los filisteos.”
I Sa SpaPlate 18:18  Respondió David a Saúl: “¿Quién soy yo, y cuál es mi vida, y la familia de mi padre en Israel, para que sea yo yerno del rey?”
I Sa SpaPlate 18:19  Pero cuando (Saúl) tuvo que dar su hija Merob a David, resultó que fue dada por mujer a Adriel meholatita.
I Sa SpaPlate 18:20  Mas Micol, (otra) hija de Saúl, amaba a David, y se lo dijo a Saúl, lo cual le pareció bien.
I Sa SpaPlate 18:21  Y dijo Saúl: “Se la daré para que le sirva de lazo y venga sobre él la mano de los filisteos.” Dijo, pues, Saúl a David: “Por segunda vez podrás hacerte ahora mi yerno.”
I Sa SpaPlate 18:22  Y dio Saúl esta orden a sus siervos: “Hablad con David en secreto, diciendo: «Mira, el rey te estima, y todos sus servidores te aman; sé pues yerno del rey».”
I Sa SpaPlate 18:23  Los servidores de Saúl hablaron así a David; y respondió David: “¿Os parece poca cosa ser yerno del rey, siendo yo un hombre pobre y de humilde condición?”
I Sa SpaPlate 18:24  Los servidores de Saúl se lo refirieron a este, diciendo: “Esta es la respuesta que nos dio David.”
I Sa SpaPlate 18:25  Entonces dijo Saúl: “Así diréis a David: «El rey no desea dote alguna; solo (exige) cien prepucios de filisteos, para vengarse de los enemigos del rey».” Mas Saúl pensaba hacer caer a David por manos de los filisteos.
I Sa SpaPlate 18:26  Sus servidores dijeron estas palabras a David, al cual pareció bien esta condición para ser yerno del rey. Antes de haber vencido el plazo,
I Sa SpaPlate 18:27  se levantó David y marchó, él con sus hombres, y mató a doscientos filisteos, y trayendo los prepucios los entregó en número completo al rey, para ser yerno del mismo. Y este le dio su hija Micol por mujer.
I Sa SpaPlate 18:28  Y vio Saúl claramente que Yahvé estaba con David; además, Micol, su hija, le amaba.
I Sa SpaPlate 18:29  Por eso Saúl tuvo cada vez más miedo de David y no dejó de ser enemigo de David todos los días.
I Sa SpaPlate 18:30  Cada vez que los príncipes de los filisteos salían a campaña, David mostraba más prudencia que todos los servidores de Saúl, por lo cual se hizo muy célebre su nombre.
Chapter 19
I Sa SpaPlate 19:1  Saúl habló con Jonatán, su hijo, y con todos sus servidores (del plan) de matar a David. Mas Jonatán, hijo de Saúl, amaba mucho a David.
I Sa SpaPlate 19:2  Y Jonatán avisó a David, diciendo: “Saúl, mi padre, busca cómo matarte. Guárdate, pues, mañana, retírate a un lugar oculto, y escóndete;
I Sa SpaPlate 19:3  yo, entretanto, me pondré al lado de mi padre y saldré al campo donde tú estuvieres, y hablaré de ti con mi padre, para ver lo que diga; y te avisaré.”
I Sa SpaPlate 19:4  Habló, pues, Jonatán con Saúl, su padre, en favor de David y le dijo: “No peque el rey contra su servidor David, pues él no ha pecado contra ti; al contrario, sus obras te son de gran provecho.
I Sa SpaPlate 19:5  Él ha expuesto su vida matando al filisteo, y así ha obrado Yahvé una gran liberación en favor de todo Israel. Tú mismo eras testigo y te has llenado de alegría. ¿Por qué quieres pecar contra sangre inocente, matando a David sin causa?”
I Sa SpaPlate 19:6  Escuchó Saúl la voz de Jonatán, y juró Saúl: “¡Vive Yahvé que no ha de morir David!”
I Sa SpaPlate 19:7  Llamó entonces Jonatán a David, y le comunicó todas estas palabras; y Jonatán llevó a David a la presencia de Saúl, donde David se quedó como antes.
I Sa SpaPlate 19:8  Hubo de nuevo guerra y David salió a luchar contra los filisteos. Les infligió una gran derrota, y ellos huyeron delante de él.
I Sa SpaPlate 19:9  Pero Yahvé envió un espíritu malo sobre Saúl, cuando estaba sentado en su casa, teniendo su lanza en la mano, mientras David tañía la cítara.
I Sa SpaPlate 19:10  Saúl intentó clavarlo con la lanza en la pared; pero David esquivó el golpe de Saúl, y la lanza fue a dar en la pared. Huyó David y se salvó aquella noche.
I Sa SpaPlate 19:11  Saúl envió guardias a casa de David para vigilarlo y matarlo al día siguiente. Mas avisó a David su mujer Micol, diciendo: “Si no librares tu vida esta misma noche, mañana morirás.”
I Sa SpaPlate 19:12  Y Micol descolgó a David por la ventana, el cual de esta suerte escapó y se puso en salvo.
I Sa SpaPlate 19:13  Luego tomó Micol el terafim, y lo metió en el lecho, poniendo sobre su cabeza una piel de cabra y cubriéndolo de ropa.
I Sa SpaPlate 19:14  Y cuando Saúl envió los guardias para prender a David, ella dijo: “Está enfermo.”
I Sa SpaPlate 19:15  Saúl envió (de nuevo) los guardias que diesen con David, y les dijo: “Traédmelo en su lecho, para que le mate.”
I Sa SpaPlate 19:16  Entraron, pues, los guardias, y he aquí que en el lecho estaba el terafim, con la piel de cabra sobre la cabeza.
I Sa SpaPlate 19:17  Entonces dijo Saúl a Micol: “¿Por qué me has engañado así, y has dejado salir a mi enemigo, de manera que se ha podido salvar?” Micol respondió a Saúl: “Él me dijo: «Déjame ir o te mato».”
I Sa SpaPlate 19:18  Huyó, pues, David y se puso en salvo. Se fue a Ramá, donde estaba Samuel, y le dijo todo lo que Saúl le había hecho. Después se fueron, él y Samuel, y habitaron en Nayot.
I Sa SpaPlate 19:19  Avisaron a Saúl, diciendo: “Mira, David está en Nayot de Ramá.”
I Sa SpaPlate 19:20  Envió, pues, Saúl gente para prender a David. Pero viendo ellos el tropel de profetas que estaban profetizando, y a Samuel en pie presidiéndolos, vino sobre la gente de Saúl el Espíritu de Dios, de manera que ellos también comenzaron a profetizar.
I Sa SpaPlate 19:21  Fue avisado Saúl, el cual envió otros mensajeros, que también profetizaron. Saúl envió de nuevo mensajeros, por tercera vez; y ellos igualmente se pusieron a profetizar.
I Sa SpaPlate 19:22  Entonces él mismo fue a Ramá; y llegado al pozo grande que hay en Secú, preguntó, diciendo: “¿Dónde están Samuel y David?” Le respondieron: “He aquí que están en Nayot de Ramá.”
I Sa SpaPlate 19:23  Se dirigió allá, a Nayot de Ramá; mas también sobre él vino el Espíritu de Dios, de manera que siguió adelante profetizando, hasta llegar a Nayot de Ramá;
I Sa SpaPlate 19:24  Y despojándose de sus vestidos, profetizó también él delante de Samuel; y desnudo estuvo postrado en tierra todo aquel día y toda aquella noche. De donde se suele decir: “¿También Saúl entre los profetas?”
Chapter 20
I Sa SpaPlate 20:1  David huyó de Nayot de Ramá, y llegado que hubo a Jonatán, le dijo: “¿Qué he hecho yo? ¿Cuál es mi crimen y cuál mi pecado delante de tu padre, para que él busque mi vida?”
I Sa SpaPlate 20:2  Le respondió: “De ninguna manera has de morir. Mira, mi padre no hace cosa alguna, ni grande ni chica, sin darme de ello aviso. ¿Por qué me habría de encubrir esto mi padre? No puede ser.”
I Sa SpaPlate 20:3  David, empero, agregó con juramento: “Tu padre sabe muy bien que he hallado gracia a tus ojos, y se habrá dicho: ‹Nada de esto sepa Jonatán, no sea que se aflija›; pero por la vida de Yahvé y por la vida tuya, que solo hay un paso entre mí y la muerte.”
I Sa SpaPlate 20:4  Respondió Jonatán a David: “Haré por ti todo cuanto me indiques.”
I Sa SpaPlate 20:5  Entonces dijo David a Jonatán: “Mira, mañana es el novilunio, en que yo sin falta debería sentarme a la mesa con el rey; pero déjame ir, y me esconderé en el campo hasta la tarde del día tercero.
I Sa SpaPlate 20:6  Si tu padre me echa de menos dirás: “David me pidió con instancia que le permitiera ir a toda prisa a Betlehem, su ciudad; porque se celebra allí el sacrificio anual de toda la familia.”
I Sa SpaPlate 20:7  Si contesta: ‘Bien está’, habrá paz para tu siervo; pero si se pone furioso, sabrás que tiene determinada mi ruina.
I Sa SpaPlate 20:8  Haz esta merced a tu siervo; ya que has concluido con tu siervo un pacto de Yahvé. Si hay en mí algún crimen, mátame tú mismo. ¿Para qué en tal caso llevarme a tu padre?”
I Sa SpaPlate 20:9  Respondió Jonatán: “¡Lejos sea de ti tal cosa! Si yo llego a saber que está determinado de parte de mi padre traer sobre ti el mal (juro) que te avisaré.”
I Sa SpaPlate 20:10  Preguntó David a Jonatán: “¿Quién me avisará en caso de que tu padre te responda con aspereza?”
I Sa SpaPlate 20:11  Dijo Jonatán a David: “Ven, salgamos al campo.” Salieron, pues, los dos al campo.
I Sa SpaPlate 20:12  Y dijo Jonatán a David: “¡Yahvé, Dios de Israel! Yo sondearé a mi padre, mañana, o pasado mañana, y si la cosa va bien para David, y yo no enviare informarte de ello,
I Sa SpaPlate 20:13  haga Yahvé a Jonatán esto y esotro. Y si mi padre quiere hacerte mal, te lo descubriré también, y te dejaré salir para que vayas en paz. ¡Y sea Yahvé contigo, como estuvo con mi padre!
I Sa SpaPlate 20:14  Y, si yo viviere aún, usa conmigo de la misericordia de Yahvé; pero si muero,
I Sa SpaPlate 20:15  no prives jamás mi casa de tu favor, aun cuando Yahvé extirpe de la faz de la tierra a todos los enemigos de David.”
I Sa SpaPlate 20:16  Pactó, pues, Jonatán con la casa de David; y Yahvé se encargó de tomar venganza de los enemigos de David.
I Sa SpaPlate 20:17  Jonatán juró una vez más a David por lo mucho que le quería; pues le amaba como a su misma alma.
I Sa SpaPlate 20:18  Y le dijo Jonatán: “Mañana es el novilunio; serás echado de menos, porque tu asiento quedará vacío.
I Sa SpaPlate 20:19  Mas al tercer día bajarás prestamente e irás al sitio donde te escondiste el otro día, y te quedarás junto al peñón de Esel.
I Sa SpaPlate 20:20  Yo tiraré tres flechas a ese lado, como si tirara a un blanco.
I Sa SpaPlate 20:21  Y he aquí que enviaré al muchacho (diciéndole): «Anda y busca las flechas». Si digo al muchacho: «¡Mira, las flechas están más acá de ti, recógelas!»; entonces ven, porque estás seguro, y no hay ningún peligro. ¡Por la vida de Yahvé!
I Sa SpaPlate 20:22  Mas si digo al muchacho de esta manera: «Mira, las flechas están más allá de ti»; entonces vete porque Yahvé te hace marchar.
I Sa SpaPlate 20:23  En cuanto a lo que hemos hablado, yo y tú, he aquí que Yahvé está entre yo y tú para siempre.”
I Sa SpaPlate 20:24  Se escondió David en el campo. Y llegado el novilunio se sentó el rey a la mesa para comer.
I Sa SpaPlate 20:25  Se sentó el rey en su sitio, como de costumbre, en el asiento cercano a la pared. Jonatán estaba en frente y Abner se sentó al lado de Saúl, pero el asiento de David quedaba vacío.
I Sa SpaPlate 20:26  Saúl no dijo nada aquel día, pues se decía: “Le habrá pasado algo; no está limpio; seguramente se ha contaminado”
I Sa SpaPlate 20:27  Al día siguiente, segundo día del novilunio, permaneciendo aún vacío el asiento de David, dijo Saúl a Jonatán, su hijo: “¿Por qué no ha venido a comer el hijo de Isaí, ni ayer, ni hoy?”
I Sa SpaPlate 20:28  Contestó Jonatán a Saúl: “Con mucha instancia me pidió David permiso para ir a Betlehem,
I Sa SpaPlate 20:29  diciendo: «Te ruego me dejes ir; pues en aquella ciudad celebramos un sacrificio de familia; mi hermano insiste en que vaya. Ahora, pues, si he hallado gracia a tus ojos, permíteme ir en seguida para ver a mis hermanos». Por esto no ha venido a la mesa del rey.”
I Sa SpaPlate 20:30  Entonces se encendió la ira de Saúl contra Jonatán, y le dijo: “Hijo perverso y rebelde, ¿no sé yo acaso que has escogido al hijo de Isaí para oprobio tuyo y para oprobio del pudor de tu madre?
I Sa SpaPlate 20:31  Porque mientras viva el hijo de Isaí sobre la tierra, ni tú estarás seguro, ni lo estará tu reino. Ahora, pues, envía a traérmele; porque es digno de muerte.”
I Sa SpaPlate 20:32  Jonatán respondió a su padre Saúl y le dijo: “¿Por qué ha de morir? ¿Qué ha hecho?”
I Sa SpaPlate 20:33  Mas Saúl blandió contra él la lanza para matarlo, por donde entendió Jonatán que su padre tenía resuelto hacer morir a David.
I Sa SpaPlate 20:34  Y se levantó Jonatán de la mesa lleno de ira, y no comió bocado el segundo día del novilunio, pues estaba muy afligido por causa de David y porque su padre lo había afrentado.
I Sa SpaPlate 20:35  Al día siguiente salió Jonatán al campo, como había convenido con David, acompañado de un jovencito.
I Sa SpaPlate 20:36  Y dijo al muchacho: “Corre, busca las flechas que voy a tirar.” El muchacho corrió, y (Jonatán) disparó la flecha de modo que pasara más allá de él.
I Sa SpaPlate 20:37  Cuando el muchacho llegó al lugar de la flecha que Jonatán había tirado, le gritó este, diciendo: “¿No está la flecha más allá de ti?”
I Sa SpaPlate 20:38  Y siguió gritando Jonatán tras el muchacho: “¡Rápido, date prisa, no te detengas!” Recogió, pues, el mozo de Jonatán las flechas, y volvió a donde estaba su señor.
I Sa SpaPlate 20:39  El muchacho no sabía de qué se trataba; solamente Jonatán y David lo entendían.
I Sa SpaPlate 20:40  Luego Jonatán dio sus armas al muchacho que le acompañaba, y le dijo: “Anda, llévalas a la ciudad.”
I Sa SpaPlate 20:41  Cuando se hubo ido el muchacho, se levantó David de la parte meridional, cayó sobre su rostro a tierra y se postró tres veces. Se besaron el uno al otro, y lloraron juntamente, hasta que David no pudo más contenerse.
I Sa SpaPlate 20:42  Y dijo Jonatán a David: “Vete en paz, ya que los dos hemos jurado en nombre de Yahvé, diciendo: «Yahvé esté entre mí y entre ti, entre mi descendencia y la tuya para siempre».”
Chapter 21
I Sa SpaPlate 21:1  Se levantó David y se fue, y Jonatán se volvió a la ciudad.
I Sa SpaPlate 21:2  David llegó a Nob, al sacerdote Aquimelec, el cual lo recibió con miedo, y le dijo: “¿Por qué estás solo, y nadie viene contigo?”
I Sa SpaPlate 21:3  Respondió David al sacerdote Aquimelec: “El rey me ha dado un encargo y me ha dicho: «Nadie sepa nada del asunto a que te envío y que te he encargado». Por eso he citado a los muchachos a tal y tal lugar.
I Sa SpaPlate 21:4  Y ahora, ¿qué tienes a mano? Dame cinco panes en mi mano, o cualquier cosa que hallares.”
I Sa SpaPlate 21:5  El sacerdote contestó a David, diciendo: “Tan común no tengo a mano, mas hay pan santo, si es que tu gente se ha abstenido de mujeres.”
I Sa SpaPlate 21:6  Respondió David al sacerdote y le dijo: “Te aseguro que nos hemos abstenido de mujeres ayer y anteayer, desde cuando salí; los cuerpos de mi gente están puros; y aunque el viaje es profano, sin embargo se encuentran ahora santificados sus cuerpos.”
I Sa SpaPlate 21:7  Entonces el sacerdote le dio pan santo, pues no había allí (otro) pan, sino solamente el pan de la proposición, que había sido retirado de la presencia de Yahvé, para reemplazarlo por pan caliente en el día en que fue retirado.
I Sa SpaPlate 21:8  Estaba allí aquel mismo día un hombre de los siervos de Saúl, que se había encerrado delante de Yahvé; se llamaba Doeg, idumeo, el mayoral de los pastores de Saúl.
I Sa SpaPlate 21:9  Luego preguntó David a Aquimelec: “¿No tienes aquí en tu poder una lanza o espada?, pues ni mi espada, ni (otra de) mis armas he traído conmigo, por cuanto urgía la orden del rey.”
I Sa SpaPlate 21:10  Dijo el sacerdote: “He aquí la espada de Goliat el filisteo, a quien tú mataste en el valle del Terebinto. Está envuelta en el manto, detrás del efod. Si quieres tomarla, tómala, que aquí no hay otra sino esta.” Respondió David: “No hay otra semejante a ella; dámela.”
I Sa SpaPlate 21:11  Se levantó David, y huyendo aquel día de Saúl, se fue a Aquís, rey de Gat.
I Sa SpaPlate 21:12  Mas los siervos dijeron a Aquís: “¿No es este aquel David, el rey del país? ¿No es este aquel de quien cantaban en medio de danzas: Mató Saúl sus mil, pero David sus diez mil?”
I Sa SpaPlate 21:13  David guardó estas palabras en su corazón y tuvo mucho miedo de Aquís, rey de Gat.
I Sa SpaPlate 21:14  Fingió ante ellos haber perdido su juicio y aparentaba estar loco en medio de ellos, escribiendo garabatos en las hojas de las puertas y dejando correr la saliva por su barba.
I Sa SpaPlate 21:15  Dijo entonces Aquís a sus siervos: “Ya veis que este hombre es un loco. ¿Por qué me lo habéis traído? ¿Acaso me faltan locos? ¿Cómo es, pues, que habéis traído este para que haga locuras delante de mí? ¿Y un hombre tal habrá de entrar en mi casa?”
Chapter 22
I Sa SpaPlate 22:1  Salió, pues, David de allí, y se refugió en la caverna de Odollam. Al oír esto sus hermanos y toda la casa de su padre bajaron allí hacia él.
I Sa SpaPlate 22:2  También todos los oprimidos, y todos los endeudados, y todos los amargados de espíritu se le allegaron, de modo que vino a ser su caudillo, teniendo consigo unos cuatrocientos hombres.
I Sa SpaPlate 22:3  De allí partió David para Masfá de Moab, y dijo al rey de Moab: “Te ruego que dejes habitar entre vosotros a mi padre y mi madre, hasta que yo sepa lo que Dios va a hacer conmigo.”
I Sa SpaPlate 22:4  Los entregó al rey de Moab, y se quedaron allí todo el tiempo que David estuvo en la fortaleza.
I Sa SpaPlate 22:5  Pero el profeta Gad dijo a David: “No te quedes en la fortaleza. Marcha y vete a la tierra de Judá.” Partió, pues, David, y se fue al bosque de Háret.
I Sa SpaPlate 22:6  Supo Saúl que David y los hombres que le acompañaban habían sido descubiertos. Saúl estaba entonces sentado en Gabaá, bajo el tamarisco, en el collado, con su lanza en la mano, y rodeado de todos sus servidores.
I Sa SpaPlate 22:7  Y dijo Saúl a sus servidores que le rodeaban: “Escuchad, hijos de Benjamín. El hijo de Isaí, ¿dará él también a todos vosotros campos y viñas? ¿Os hará a todos vosotros jefes de mil, y jefes de ciento,
I Sa SpaPlate 22:8  para que todos os hayáis confabulado contra mí, sin que nadie me haya descubierto cómo mi hijo ha pactado con el hijo de Isaí, y sin que haya entre vosotros quien se compadezca de mí, y me descubra cómo mi hijo ha sublevado contra mí a mi siervo, para que me arme asechanzas, como lo hace el día de hoy?”
I Sa SpaPlate 22:9  Respondió Doeg, idumeo, el cual estaba puesto sobre los siervos de Saúl, y dijo: “Yo he visto al hijo de Isaí cuando llegó a Nob, a Aquimelec, hijo de Aquitob;
I Sa SpaPlate 22:10  el cual consultó por él a Yahvé y le dio provisiones y le entregó también la espada de Goliat el filisteo.”
I Sa SpaPlate 22:11  Entonces el rey envió a llamar a Aquimelec, hijo de Aquitob, el sacerdote, y a toda la casa de su padre, los sacerdotes que había en Nob. Vinieron, pues, al rey;
I Sa SpaPlate 22:12  y dijo Saúl: “¡Oye, hijo de Aquitob!” Respondió él: “Heme aquí, señor mío.”
I Sa SpaPlate 22:13  Y le preguntó Saúl: “¿Por qué habéis conspirado contra mí, tú y el hijo de Isaí, por cuanto le has dado pan y espada, y consultaste por él a Dios, para que se levantara contra mí y me armara asechanzas, como lo hace ahora?”
I Sa SpaPlate 22:14  Aquimelec respondió al rey, y dijo: “¿Quién entre todos tus siervos es tan fiel como David, que es yerno del rey, tiene acceso a tu consejo privado, y es honrado en tu casa?
I Sa SpaPlate 22:15  ¿Es acaso hoy que comencé a consultar por él a Dios? ¡Lejos de mí sea (lo que tú dices)! No impute el rey nada a su siervo, ni tampoco a ninguno de la casa de mi padre; porque tu siervo no sabía nada de esto, ni poco ni mucho.”
I Sa SpaPlate 22:16  Replicó el rey: “Morirás sin remedio, Aquimelec, tú y toda la casa de tu padre.”
I Sa SpaPlate 22:17  Y mandó el rey a los de su guardia que estaban alrededor de él: “Volveos y matad a los sacerdotes de Yahvé porque también ellos están en conspiración con David; y porque sabiendo que él huía no me lo denunciaron.” Mas los siervos del rey no osaron extender la mano para herir a los sacerdotes de Yahvé.
I Sa SpaPlate 22:18  Dijo entonces el rey a Doeg: “Vuélvete y mata a los sacerdotes.” Y se volvió Doeg, el idumeo, y acometió a los sacerdotes; y mató en aquel día ochenta y cinco hombres que vestían el efod de lino.
I Sa SpaPlate 22:19  Pasó también a cuchillo a Nob, ciudad de los sacerdotes, matando a hombres y mujeres, chicos y niños de pecho, bueyes, asnos y ovejas.
I Sa SpaPlate 22:20  Con todo se salvó un hijo de Aquimelec, hijo de Aquitob, que se llamaba Abiatar, el cual huyó en pos de David.
I Sa SpaPlate 22:21  Abiatar contó a David cómo Saúl había hecho matar a los sacerdotes de Yahvé.
I Sa SpaPlate 22:22  Y dijo David a Abiatar: “Ya sabía yo aquel día en que estaba allí Doeg, idumeo, que no dejaría de informar a Saúl. Yo he causado la muerte de todas las personas de la casa de tu padre.
I Sa SpaPlate 22:23  Quédate conmigo; no tengas temor, pues quien atenta contra mi vida, atenta también contra la tuya. Conmigo estarás bien guardado.”
Chapter 23
I Sa SpaPlate 23:1  Se le dio a David esta noticia: “He aquí que los filisteos hacen guerra contra Keilá y están saqueando las eras.”
I Sa SpaPlate 23:2  Consultó David a Yahvé, diciendo: “¿Iré a batir a estos filisteos?” Y Yahvé respondió: “Ve, que batirás a los filisteos y salvarás a Keilá.”
I Sa SpaPlate 23:3  Mas los hombres de David le dijeron: “Mira, estamos con miedo aquí en Judá, ¿cuánto más si marchamos a Keilá contra las tropas de los filisteos?”
I Sa SpaPlate 23:4  Consultó David otra vez a Yahvé. Y Yahvé dio la siguiente respuesta: “Levántate, desciende a Keilá, porque entregaré a los filisteos en tus manos.”
I Sa SpaPlate 23:5  Fue David con su gente a Keilá y luchó contra los filisteos; se llevó sus ganados y les infligió una gran derrota. Así salvó David a los habitantes de Keilá.
I Sa SpaPlate 23:6  Es de saber que Abiatar, hijo de Aquimelec, al huir hacia David, a Keilá, había llevado consigo el efod.
I Sa SpaPlate 23:7  Fue dada a Saúl la noticia de que David había ido a Keilá. Entonces dijo Saúl: “Dios lo ha entregado en mis manos, ya que se ha encerrado, entrando en una ciudad con puertas y barras.”
I Sa SpaPlate 23:8  Y llamó a Saúl a campaña a todo el pueblo, para bajar a Keilá y sitiar a David y sus hombres.
I Sa SpaPlate 23:9  Cuando David supo que Saúl tramaba su ruina, dijo al sacerdote Abiatar: “Trae el efod.”
I Sa SpaPlate 23:10  Y preguntó David: “¡Yahvé, Dios de Israel! Tu siervo ha sido advertido de que Saúl procura venir a Keilá para destruir la ciudad por mi causa.
I Sa SpaPlate 23:11  ¿Me entregarán los habitantes de Keilá en su mano? ¿Bajará Saúl como ha oído decir tu siervo? Yahvé, Dios de Israel, manifiéstalo, te ruego, a tu siervo.” Respondió Yahvé: “Bajará.”
I Sa SpaPlate 23:12  Preguntó entonces David: “¿Me entregarán los habitantes de Keilá a mí y a mis hombres en manos de Saúl?” Y respondió Yahvé: “Te entregarán.”
I Sa SpaPlate 23:13  Se levantó David con su gente, unos seiscientos hombres, y saliendo de Keilá caminaban a la ventura. Cuando Saúl supo que David se había escapado de Keilá, desistió de su marcha.
I Sa SpaPlate 23:14  Se quedó David en el desierto, en lugares fuertes, y se estableció en un monte en el desierto de Zif. Saúl le buscaba todos los días, pero Dios no le entregó en sus manos.
I Sa SpaPlate 23:15  Cuando David vio que Saúl había salido para quitarle la vida, se mantuvo en el desierto de Zif, en Horesa,
I Sa SpaPlate 23:16  y se levantó Jonatán, hijo de Saúl, y fue a ver a David en Horesa. Lo confortó en Dios,
I Sa SpaPlate 23:17  y le dijo: “No temas; porque la mano de Saúl, mi padre, no te hallará. Tú reinarás sobre Israel, y yo seré el segundo, después de ti; también mi padre Saúl sabe esto.”
I Sa SpaPlate 23:18  E hicieron los dos un pacto delante de Yahvé; y se quedó David en Horesa, mas Jonatán se volvió a su casa.
I Sa SpaPlate 23:19  Fueron los zifeos a ver a Saúl en Gabaá, y dijeron: “¿No se esconde David entre nosotros, en los lugares fuertes, en Horesa, en el collado de Haquilá, que está al mediodía del desierto?
I Sa SpaPlate 23:20  Ahora, pues, oh rey, baja presto, como lo desea ardientemente tu alma, y será cosa nuestra entregarle en manos del rey.”
I Sa SpaPlate 23:21  Respondió Saúl: “¡Benditos seáis de Yahvé! por haberos compadecido de mí.
I Sa SpaPlate 23:22  Id, por favor, y cercioraos aún más. Averiguad e inquirid en qué lugar él pone sus pies y quién le ha visto allí; porque me han dicho que es muy astuto.
I Sa SpaPlate 23:23  Averiguad y registrad todos los escondrijos donde él suele ocultarse, y volved a mí con buenas informaciones. Luego yo iré con vosotros; y si está en el país, le buscaré entre todos los millares de Judá.”
I Sa SpaPlate 23:24  Ellos se levantaron y fueron a Zif, delante de Saúl. David con su gente estaba entonces en el desierto de Maón, en la llanura que hay al sur del desierto.
I Sa SpaPlate 23:25  Salió, pues, Saúl con sus hombres para buscarlo; pero David, habiendo sido avisado, se retiró a un peñón, quedándose, sin embargo, en el desierto de Maón. Cuando lo supo Saúl, siguió en pos de David en el desierto de Maón.
I Sa SpaPlate 23:26  E iba Saúl por un lado del monte, y David con su gente por el otro, apresurándose a escapar de las manos de Saúl, mientras este y su gente iban cercando a David y sus hombres para apresarlos.
I Sa SpaPlate 23:27  En esto llegó un mensajero a Saúl, diciendo: “Date prisa y ven, porque los filisteos han invadido el país”.
I Sa SpaPlate 23:28  Entonces Saúl dejó de perseguir a David, y se fue al encuentro de los filisteos. Por eso fue llamado aquel sitio “Peña de la División”.
Chapter 24
I Sa SpaPlate 24:1  David subió de allí y se estableció en los lugares fuertes de Engadí.
I Sa SpaPlate 24:2  Cuando Saúl volvió de la persecución de los filisteos, le dieron aviso, diciendo: “Mira, David está en el desierto de Engadí.”
I Sa SpaPlate 24:3  Tomó, pues, Saúl tres mil hombres escogidos de todo Israel, y salió en busca de David y su gente hasta las rocas de Yealim.
I Sa SpaPlate 24:4  Y llegado a unos rediles de ovejas junto al camino, donde había una caverna, entró allí para cubrir sus pies, en tanto que David y sus hombres estaban sentados en el fondo de la caverna.
I Sa SpaPlate 24:5  Entonces los hombres de David dijeron a este: “He aquí el día de que te habló Yahvé diciendo: «Mira, que voy a entregar a tu enemigo en tus manos para que hagas con él como bien te parezca».” Y se levantó David, y cortó furtivamente la orla del manto de Saúl.
I Sa SpaPlate 24:6  Mas después de esto le latía a David el corazón por haber cortado la orla (del manto) de Saúl,
I Sa SpaPlate 24:7  y dijo a sus hombres: “No permita Yahvé que yo haga tal cosa contra mi señor, el ungido de Yahvé, extendiendo contra él mi mano; porque es el ungido de Yahvé.”
I Sa SpaPlate 24:8  Con estas palabras contuvo David a sus hombres y no dejó que se levantasen contra Saúl. Salió, pues, Saúl de la caverna y siguió su camino.
I Sa SpaPlate 24:9  Después de esto se levantó también David, y saliendo de la caverna se puso a gritar tras Saúl, diciendo: “¡Mi rey y señor!” Saúl miró atrás, y David inclinó el rostro hasta el suelo, y prosternándose
I Sa SpaPlate 24:10  dijo a Saúl: “¿Por qué escuchas las palabras de los que dicen: He aquí que David procura hacerte mal?
I Sa SpaPlate 24:11  Mira, en este mismo día ven tus ojos cómo Yahvé te ha entregado hoy en mis manos, en la caverna; y aunque me instigaron a que te matara, me he compadecido de ti, diciéndome: No extenderé mi mano contra mi señor, porque es el ungido de Yahvé.
I Sa SpaPlate 24:12  Padre mío, mira, sí, mira en mi mano la orla de tu manto. Si yo al cortar la orla de tu manto no te he matado, podrás reconocer y ver que en mí no hay maldad ni rebeldía, y que no he pecado contra ti; y sin embargo tú estás cazando mi vida para quitármela.
I Sa SpaPlate 24:13  ¡Juzgue Yahvé entre mí y ti, y sea Yahvé quien me vengue de ti!, mas yo no levantaré mi mano contra ti.
I Sa SpaPlate 24:14  De los malos viene la maldad, dice un antiguo proverbio, pero yo no levantaré mi mano contra ti.
I Sa SpaPlate 24:15  ¿Tras quién ha salido el rey de Israel? ¿A quién estás persiguiendo? A un perro muerto, a una pulga.
I Sa SpaPlate 24:16  ¡Sea Yahvé juez, y juzgue entre tú y yo! ¡Que Él vea y defienda mi causa, y que su sentencia me libre de tu mano!”
I Sa SpaPlate 24:17  Cuando David hubo acabado de hablar a Saúl estas palabras, dijo Saúl: “¿Es esta tu voz, hijo mío, David?” Y alzó Saúl su voz y se puso a llorar.
I Sa SpaPlate 24:18  Y dijo a David: “Más justo eres tú que yo; ya que me has hecho bien, en tanto que yo te he pagado con mal.
I Sa SpaPlate 24:19  Hoy has manifestado tu bondad conmigo, pues cuando Yahvé me ha entregado en tus manos, no me has quitado la vida.
I Sa SpaPlate 24:20  ¿Quién es el que hallando a su enemigo, lo deja seguir su camino sano y salvo? ¡Que Yahvé te haga bien en recompensa de lo que hoy has hecho conmigo!
I Sa SpaPlate 24:21  Ahora sé con certeza que tú reinarás, y que a tu mano pasará el reino de Israel.
I Sa SpaPlate 24:22  Júrame, pues, por Yahvé que no extinguirás mi descendencia después de mí, y que no borrarás mi nombre de a casa de mi padre.”
I Sa SpaPlate 24:23  Y David se lo juró a Saúl, y Saúl fue a su casa, mas David y sus hombres subieron al lugar fuerte.
Chapter 25
I Sa SpaPlate 25:1  Murió Samuel, y se reunió todo Israel. Lo lloraron y lo enterraron en su casa, en Ramá. Se levantó entonces David y bajó al desierto de Farán.
I Sa SpaPlate 25:2  Y había un hombre en Maón, que tenía sus posesiones en Carmel. Este hombre era muy rico, tenía tres mil ovejas y mil cabras. Hallábase en Carmel para el esquileo de sus ovejas.
I Sa SpaPlate 25:3  Este hombre se llamaba Nabal, y su mujer Abigail. La mujer era de gran prudencia y hermosura; el marido, al contrario, era duro y de malas costumbres y descendía del linaje de Caleb.
I Sa SpaPlate 25:4  Al oír David en el desierto que Nabal esquilaba sus ovejas,
I Sa SpaPlate 25:5  envió diez mozos, a los que dijo: “Subid a Carmel, y llegados a Nabal saludadle en mi nombre,
I Sa SpaPlate 25:6  y diréis así: ¡Tengas (larga) vida! ¡Paz a ti, y paz a tu casa, y paz a cuanto tienes!
I Sa SpaPlate 25:7  Acabo de saber que los esquiladores están contigo. Ahora bien, cuando tus pastores estaban con nosotros, no los hemos tratado mal y nada les ha faltado durante el tiempo que han estado en Carmel.
I Sa SpaPlate 25:8  Pregunta a tus criados y te lo dirán. Hallen, pues, estos mozos gracia a tus ojos, porque venimos en un día de fiesta. Te ruego que des a tus siervos y a tu hijo David lo que encuentre tu mano.”
I Sa SpaPlate 25:9  Fueron, pues, los mozos de David, y repitieron a Nabal todas estas palabras de parte de David, y se quedaron esperando.
I Sa SpaPlate 25:10  Pero Nabal respondió a los siervos de David, y dijo: “¿Quién es David, y quién el hijo de Isaí? Hoy día son muchos los siervos que andan fugitivos de sus amos.
I Sa SpaPlate 25:11  ¿He de tomar yo mi pan y mi agua y mis animales que he degollado para mis esquiladores, y lo daré a hombres que no sé de dónde son?”
I Sa SpaPlate 25:12  Con esto retomaron los mozos de David el camino y volvieron; y habiendo llegado le dijeron todas estas palabras.
I Sa SpaPlate 25:13  Entonces dijo David a su gente: “Cíñase cada uno su espada.” Y se ciñó cada uno su espada, ciñéndose también David la suya; y subieron tras David unos cuatrocientos hombres, quedándose doscientos para custodiar el bagaje.
I Sa SpaPlate 25:14  Uno de los criados dio noticia a Abigail, mujer de Nabal, diciendo: “Mira que David ha enviado desde el desierto mensajeros a saludar a nuestro señor, mas él se precipitó sobre ellos.
I Sa SpaPlate 25:15  Esos hombres han sido muy buenos con nosotros, no nos molestaron, ni echamos de menos cosa alguna en todo el tiempo que anduvimos con ellos mientras estábamos en el campo.
I Sa SpaPlate 25:16  Nos servían de muro tanto de noche como de día, todo el tiempo que estuvimos con ellos, apacentando los rebaños.
I Sa SpaPlate 25:17  Reflexiona ahora tú y mira lo que has de hacer; porque la ruina de nuestro señor y de toda su casa es cosa resuelta, y él es tan malo, que nadie le puede hablar.”
I Sa SpaPlate 25:18  Tomó, pues, Abigail a toda prisa doscientos panes, dos pellejos de vino, cinco ovejas aderezadas, cinco medidas de grano tostado, cien atados de pasas y doscientas tortas de higos secos, y poniéndolos sobre los asnos,
I Sa SpaPlate 25:19  dijo a sus criados: “Adelantaos, y he aquí que yo os sigo.” Mas a su marido Nabal no le dijo nada.
I Sa SpaPlate 25:20  Cuando ella montada sobre el asno bajaba por la falda del monte, he aquí que David y sus hombres venían bajando frente a ella, de modo que dio con ellos.
I Sa SpaPlate 25:21  Decía David: “A la verdad que en balde he guardado todo lo que este tenía en el desierto, sin que haya perdido nada de cuanto tenía; pero él me ha devuelto mal por bien.
I Sa SpaPlate 25:22  ¡Así haga Dios con los enemigos de David, y aún más, si yo hasta la luz del alba dejare con vida uno solo de todos sus hombres!”
I Sa SpaPlate 25:23  Tan pronto como vio Abigail a David, bajó a toda prisa del asno y cayó ante David sobre el rostro postrándose a tierra.
I Sa SpaPlate 25:24  Y postrada a sus pies, dijo: “Caiga sobre mí, señor mío, esta culpa. Permite, te ruego, que hable tu sierva a tus oídos, y escucha lo que dice tu sierva.
I Sa SpaPlate 25:25  Te ruego, señor mío, no hagas caso de Nabal, ese hombre de Belial, porque él es lo que significa su nombre. Se llama Insensato y de veras está poseído de insensatez. Yo, tu sierva, no vi a los mozos de mi señor, que tú enviaste.
I Sa SpaPlate 25:26  Ahora, señor mío, ¡por la vida de Yahvé, y por la vida de tu alma! que es Yahvé quien te ha preservado de derramar sangre, y hacerte justicia por tu propia mano. ¡Sean como Nabal tus enemigos y los que maquinan el mal contra mi señor!
I Sa SpaPlate 25:27  Y ahora (acepta) este regalo que tu sierva ha traído a mi señor, y que sea dado a los mozos que siguen a mi señor.
I Sa SpaPlate 25:28  Perdona, te ruego, la falta de tu sierva; pues seguramente va a hacer Yahvé para mi señor una casa estable, puesto que mi señor combate los combates de Yahvé, y nunca en (todos) tus días se halle en ti maldad alguna.
I Sa SpaPlate 25:29  Y si alguno se levantare para perseguirte y quitarte la vida, será la vida de mi señor guardada en el haz de los vivos junto a Yahvé tu Dios. Pero la vida de tus enemigos la arrojará como una piedra tirada de la cavidad de la honda.
I Sa SpaPlate 25:30  Entonces, cuando haga Yahvé a mi señor todo el bien que tiene prometido en orden a ti, y te ponga por príncipe sobre Israel,
I Sa SpaPlate 25:31  no tendrá mi señor remordimiento y pesar de corazón por haber derramado sangre inocente, ni por haberse vengado mi señor por propia cuenta. Y cuando Yahvé haga bien a mi señor, acuérdate de tu sierva.”
I Sa SpaPlate 25:32  Respondió David a Abigail: “¡Bendito sea Yahvé, el Dios de Israel, que te ha enviado hoy a mi encuentro!
I Sa SpaPlate 25:33  ¡Y bendita sea tu prudencia, y bendita seas tú misma, que hoy me has impedido derramar sangre y vengarme por mi propia cuenta!
I Sa SpaPlate 25:34  Pues —vive Yahvé, el Dios de Israel, que me ha impedido hacerte mal— si tú no te hubieras apresurado a venir a mi encuentro, antes de romper el alba no le habría quedado vivo a Nabal ni un solo hombre.”
I Sa SpaPlate 25:35  Luego recibió David de mano de (Abigail) lo que ella había traído; y le dijo: “Sube en paz a tu casa; ya ves que he oído tu petición y he aceptado tu persona.”
I Sa SpaPlate 25:36  Abigail se volvió a Nabal; y he aquí que celebraban en su casa un banquete como banquete de rey. Y el corazón de Nabal rebosaba de alegría. Estaba él completamente borracho, por lo cual ella no le dijo nada, ni poco ni mucho, hasta la luz de la mañana.
I Sa SpaPlate 25:37  Pero a la mañana, cuando Nabal ya había digerido el vino, su mujer le contó estas cosas, y se le paralizó el corazón en el cuerpo, de modo que quedó como una piedra.
I Sa SpaPlate 25:38  Así al cabo de unos diez días, Yahvé hirió a Nabal, y este murió.
I Sa SpaPlate 25:39  Cuando David supo que Nabal había muerto, dijo: “¡Bendito sea Yahvé que ha defendido mi causa (vengándome) de la afrenta que me hizo Nabal, y ha impedido a su siervo obrar mal! Yahvé ha hecho recaer la maldad de Nabal sobre su misma cabeza.” Después mandó David a decir a Abigail que quería tomarla por mujer.
I Sa SpaPlate 25:40  Fueron los siervos de David a Carmel, a Abigail, y hablaron con ella, diciendo: “David nos ha enviado a ti para tomarte por mujer suya.”
I Sa SpaPlate 25:41  Con lo cual ella se levantó, e inclinando su rostro hasta la tierra, dijo: “Tu sierva no es más que una sirvienta para lavar los pies de los siervos de mi señor.”
I Sa SpaPlate 25:42  Y levantándose Abigail apresuradamente, montó en un asno, y acompañada de cinco criadas suyas que estaban a sus órdenes, siguió a los mensajeros de David, y fue su mujer.
I Sa SpaPlate 25:43  David tomó también a Ahinoam, de Jesreel, y ambas fueron mujeres suyas.
I Sa SpaPlate 25:44  Saúl había dado Micol, su hija, mujer de David, a Faltí, hijo de Laís, de Gallim.
Chapter 26
I Sa SpaPlate 26:1  Llegaron los zifeos a Saúl, a Gabaá, y dijeron: “¿No se esconde David en el collado de Haquilá, al margen del desierto?”
I Sa SpaPlate 26:2  Se levantó Saúl y bajó al desierto de Zif, y con él tres mil hombres escogidos de Israel, para buscar a David en el desierto de Zif.
I Sa SpaPlate 26:3  Acampó Saúl en el collado de Haquilá, al margen del desierto, junto al camino; David, empero, estaba en el desierto. Cuando David oyó que Saúl le había seguido al desierto,
I Sa SpaPlate 26:4  envió espías y supo que Saúl realmente había venido.
I Sa SpaPlate 26:5  Luego se levantó David y fue al sitio donde Saúl acampaba; y divisó David el lugar donde Saúl estaba acostado, juntamente con Abner, hijo de Ner, jefe de sus tropas. Dormía Saúl dentro del atrincheramiento, y la gente acampaba en derredor de él.
I Sa SpaPlate 26:6  Se dirigió entonces David a Aquimelec heteo, y a Abisai, hijo de Sarvia, hermano de Joab, diciendo: “¿Quién quiere bajar conmigo al campamento de Saúl?” Respondió Abisai: “Yo iré contigo.”
I Sa SpaPlate 26:7  Fueron, pues, David y Abisai de noche al pueblo, y hallaron a Saúl acostado, durmiendo dentro del atrincheramiento, con su lanza hincada en tierra, junto a su cabecera, y Abner y el pueblo dormían alrededor de él.
I Sa SpaPlate 26:8  Dijo entonces Abisai a David: “Dios ha entregado hoy en tus manos a tu enemigo. Permíteme ahora que con la lanza le clave en tierra de un solo golpe sin repetirlo.”
I Sa SpaPlate 26:9  Pero David contestó a Abisai: “No le mates. Porque ¿quién podría extender su mano contra el ungido de Yahvé y quedar impune?”
I Sa SpaPlate 26:10  Y agregó David: “¡Vive Yahvé! que seguramente le herirá Yahvé: o le llegará su día y morirá, o descenderá a la batalla y perderá la vida.
I Sa SpaPlate 26:11  ¡Líbreme Yahvé de extender mi mano contra el ungido de Yahvé! Toma ahora la lanza que está a su cabecera, y el jarro de agua, y vámonos.”
I Sa SpaPlate 26:12  Tomó, pues, David la lanza y el jarro de agua que estaban junto a la cabecera de Saúl, y se fueron. No hubo quien lo viese, ni quien lo supiese, ni quien se despertase; todos dormían; pues había caído sobre ellos un profundo sueño enviado por Yahvé.
I Sa SpaPlate 26:13  Luego pasó David al lado opuesto y se apostó a cierta distancia, en la cima del monte, mediando bastante espacio entre ellos;
I Sa SpaPlate 26:14  y gritó al pueblo y a Abner, hijo de Ner, diciendo: “Abner, ¿no contestas?” Respondió Abner y dijo: “¿Quién eres tú que llamas al rey?”
I Sa SpaPlate 26:15  Y dijo David a Abner: “¿No eres tú un hombre valiente? ¿Quién hay como tú en Israel? ¿Cómo es, pues, que no has guardado a tu señor, el rey? Porque uno del pueblo ha venido a matar al rey, tu señor.
I Sa SpaPlate 26:16  No es bueno lo que has hecho. ¡Vive Yahvé!, que sin duda habéis merecido la muerte por no haber guardado a vuestro señor, el ungido de Yahvé. Ahora, pues, mira dónde está la lanza del rey y el jarro de agua que estaba junto a su cabecera.”
I Sa SpaPlate 26:17  Conoció Saúl la voz de David y dijo: “¿Es esta tu voz, hijo mío, David?” Respondió David: “Es mi voz, oh rey y señor mío.”
I Sa SpaPlate 26:18  Y siguió diciendo: “¿Por qué persigue mi señor a su siervo? Pues, ¿qué he hecho, o qué mal ha cometido mi mano?
I Sa SpaPlate 26:19  Oiga ahora mi señor el rey las palabras de su siervo. Si es Yahvé quien te ha incitado contra mí, séale acepto el olor de (mi) sacrificio; pero si son hombres, ¡malditos sean delante de Yahvé! pues me han desterrado hoy, para que no tenga parte en la herencia de Yahvé, como si dijeran: ¡Vete y sirve a otros dioses!
I Sa SpaPlate 26:20  Ahora, pues, no caiga mi sangre a tierra ante la faz de Yahvé. El rey de Israel ha salido a buscar una pulga; como quien va tras una perdiz en las montañas.”
I Sa SpaPlate 26:21  Entonces dijo Saúl: “He pecado. Vuelve, hijo mío, David; que no te haré ya mal, por cuanto mi vida ha sido hoy preciosa a tus ojos. Mira, he obrado locamente y he cometido un gran error.”
I Sa SpaPlate 26:22  David respondió y dijo: “Aquí está la lanza del rey; pase uno de los mozos a buscarla.
I Sa SpaPlate 26:23  Yahvé recompensará a cada uno según su justicia y su fidelidad. Yahvé te ha puesto hoy en mi mano, pero yo no quise alzar mi mano contra el ungido de Yahvé;
I Sa SpaPlate 26:24  y, he aquí, como ha sido hoy preciosa tu vida a mis ojos, así sea preciosa mi vida a los ojos de Yahvé; y Él me libre de toda angustia.”
I Sa SpaPlate 26:25  Tras esto dijo Saúl a David: “¡Bendito seas, hijo mío, David! Sin duda ejecutarás cosas grandes y prevalecerás.” Con esto David se fue por su camino, y Saúl se volvió a su lugar.
Chapter 27
I Sa SpaPlate 27:1  David dijo en su corazón: “Algún día voy a perecer por mano de Saúl. Lo mejor será salvarme huyendo al país de los filisteos, para que Saúl desista de mí y no me busque más en todo el territorio de Israel. Así escaparé de su mano.”
I Sa SpaPlate 27:2  Se levantó David; y con los seiscientos hombres que tenía consigo pasó a Aquís, hijo de Maoc, rey de Gat.
I Sa SpaPlate 27:3  Y habitó David con Aquís en Gat, él y sus hombres, cada uno con su familia, David con sus dos mujeres, Ahinoam de Jesreel y Abigail, mujer de Nabal de Carmel.
I Sa SpaPlate 27:4  Y fue dicho a Saúl que David se había refugiado en Gat, con lo que dejó de buscarlo.
I Sa SpaPlate 27:5  Dijo David a Aquís: “Si he hallado gracia a tus ojos, que se me dé en una de las ciudades del campo un lugar para morar allí. Pues ¿para qué ha de habitar tu siervo contigo en la ciudad real?”
I Sa SpaPlate 27:6  Y le dio Aquís en aquel día Siceleg; por lo cual Siceleg pertenece a los reyes de Judá hasta el día de hoy.
I Sa SpaPlate 27:7  El tiempo que habitó David en el país de los filisteos fue de un año y cuatro meses.
I Sa SpaPlate 27:8  En aquel tiempo salía David con sus hombres y hacía correrías contra los gesureos, contra los girsitas y contra los amalecitas; porque estos habitaban desde antiguo en aquella tierra, en la dirección de Sur y hasta Egipto.
I Sa SpaPlate 27:9  David asolaba el país, sin dejar con vida ni hombre ni mujer, y se llevaba ovejas, bueyes, asnos, camellos y vestidos. Cuando volvía, se presentaba a Aquís,
I Sa SpaPlate 27:10  y cuando Aquís le preguntaba: “¿Adónde habéis hecho hoy vuestra incursión?” le respondía David: “Hacia el Négueb de Judá”, o “hacia el sur de Jerameel”, o “hacia el mediodía de los cineos.”
I Sa SpaPlate 27:11  Mas ni a hombre ni a mujer los dejaba David con vida para traerlos a Gat; porque se decía: “No sea que hablen contra nosotros, y digan: «Así ha hecho David». Esto fue su costumbre todo el tiempo que habitó en el país de los filisteos.
I Sa SpaPlate 27:12  Por eso Aquís puso su confianza en David, y decía: “Él se ha hecho del todo odioso a Israel su pueblo; y así será para siempre mi siervo.”
Chapter 28
I Sa SpaPlate 28:1  En aquellos días reunieron los filisteos sus fuerzas para prepararse a la guerra contra Israel. Entonces dijo Aquís a David. “Ten entendido que has de salir conmigo a campaña, tú y tu gente.”
I Sa SpaPlate 28:2  David respondió a Aquís: “Con esto sabrás lo que hace tu siervo.” Y dijo Aquís a David: “Pues bien, yo te confiaré la guardia de mi persona para siempre.”
I Sa SpaPlate 28:3  Samuel había muerto ya, y todo Israel le había llorado, habiéndole enterrado en Ramá, su ciudad. Y Saúl había echado del país a los nigromantes y adivinos.
I Sa SpaPlate 28:4  Se reunieron, pues, los filisteos, los cuales vinieron y acamparon en Sunem. También Saúl convocó a todo Israel, y ellos acamparon en Gelboé.
I Sa SpaPlate 28:5  Cuando Saúl vio el campamento de los filisteos, tuvo miedo, y su corazón tembló en gran manera.
I Sa SpaPlate 28:6  Por lo cual consultó a Yahvé, pero Yahvé no le dio respuesta, ni por sueños, ni por los Urim, ni por los profetas.
I Sa SpaPlate 28:7  Entonces dijo Saúl a sus siervos: “Buscadme una mujer que tenga espíritu pitónico, e iré a ella a consultarla.” Le dijeron sus siervos: “He aquí que en Endor hay una mujer que tiene espíritu pitónico.”
I Sa SpaPlate 28:8  Saúl se disfrazó, poniéndose otros vestidos, y fue allá acompañado de dos hombres. Llegaron de noche donde estaba la mujer, y le dijo Saúl: “Adivíname, te ruego, por medio del espíritu pitónico, y evócame a aquel que yo te diga.”
I Sa SpaPlate 28:9  La mujer le contestó: “Bien sabes tú lo que ha hecho Saúl, cómo ha extirpado del país a los nigromantes y adivinos. ¿Por qué pues me tiendes un lazo, para hacerme morir?”
I Sa SpaPlate 28:10  Mas Saúl le juró por Yahvé, diciendo: “¡Vive Yahvé! que por esto no te sucederá ningún mal.”
I Sa SpaPlate 28:11  Preguntó entonces la mujer: “¿A quién he de evocar?” Él respondió: “Haz que se me aparezca Samuel.”
I Sa SpaPlate 28:12  Cuando la mujer vio a Samuel, lanzó un tremendo gritó y dijo a Saúl: “¿Por qué me has engañado? Tú eres Saúl.”
I Sa SpaPlate 28:13  El rey le respondió: “No temas. ¿Qué has visto?” Y la mujer dijo a Saúl: “Veo un dios que sube de la tierra.”
I Sa SpaPlate 28:14  “¿Cuál es su figura?”, preguntó él; y la mujer dijo: “Es un anciano que sube envuelto en un manto.” Conoció, pues, Saúl que era Samuel, e hizo reverencia, inclinando el rostro hasta la tierra.
I Sa SpaPlate 28:15  Y dijo Samuel a Saúl: “¿Por qué has turbado mi reposo, haciéndome subir?” Saúl respondió: “Me encuentro en gran aprieto. Los filisteos me han movido guerra, y Dios se ha apartado de mí; ya no me contesta, ni por medio de los profetas, ni por sueños. Te he llamado para que me indiques lo que tengo que hacer.”
I Sa SpaPlate 28:16  Replicó Samuel: “¿Por qué me preguntas a mí, cuando Yahvé se ha apartado de ti, y se ha hecho enemigo tuyo?
I Sa SpaPlate 28:17  Yahvé ha hecho, conforme predijo por mi boca. Ha arrancado Yahvé de tus manos el reino, y lo ha dado a tu compañero, a David.
I Sa SpaPlate 28:18  Por cuanto no obedeciste a la voz de Yahvé, y no trataste a Amalec según el furor de su ira, por eso Yahvé obra hoy así contigo.
I Sa SpaPlate 28:19  Además, Yahvé entregará a Israel, juntamente contigo, en manos de los filisteos, y mañana tú y tus hijos estaréis conmigo; también entregará Yahvé en manos de los filisteos el ejército de Israel.”
I Sa SpaPlate 28:20  Al instante Saúl cayó a tierra cuan largo era, pues estaba lleno de espanto por las palabras de Samuel, sin que le quedase fuerza alguna; porque no había comido nada durante todo el día y durante toda la noche.
I Sa SpaPlate 28:21  La mujer se acercó a Saúl, y viendo que estaba sumamente turbado, le dijo: “Mira, cómo tu sierva ha escuchado tu voz; he expuesto mi vida obedeciendo las palabras que me dijiste.
I Sa SpaPlate 28:22  Ahora pues, escucha también tú la voz de tu sierva, y permite que te ponga delante un bocado de pan. Come para que tengas fuerzas cuando sigas tu camino.”
I Sa SpaPlate 28:23  Pero él lo rehusó, diciendo: “No comeré.” Mas sus servidores, juntamente con la mujer, le instaron de manera que escuchó su voz. Se levantó de la tierra y se sentó sobre el diván.
I Sa SpaPlate 28:24  Tenía la mujer en casa un ternero cebado, al cual mató inmediatamente; tomó también harina, la amasó y coció de ella panes ácimos.
I Sa SpaPlate 28:25  Luego lo presentó todo a Saúl y a sus siervos, y ellos comieron. Después se levantaron, y partieron aquella noche.
Chapter 29
I Sa SpaPlate 29:1  Los filisteos concentraron todo su ejército en Afee, mientras Israel estaba acampado junto a la fuente de Jesreel.
I Sa SpaPlate 29:2  Los príncipes de los filisteos avanzaban a la cabeza de sus centenas y miles, mas David y sus hombres marchaban a retaguardia con Aquís.
I Sa SpaPlate 29:3  Los príncipes de los filisteos preguntaron: “¿Quiénes son estos hebreos?” Respondió Aquís a los príncipes de los filisteos: “¿No conocéis a David, siervo de Saúl rey de Israel? Está conmigo, días hace, o ya años, y no he tenido queja contra él desde el día en que se pasó (a nosotros), hasta el presente.”
I Sa SpaPlate 29:4  Mas los príncipes de los filisteos se irritaron contra él y le dijeron: “Haz volver a ese hombre, para que regrese al lugar que le has señalado, y no venga con nosotros a la guerra; no sea que durante el combate se convierta en enemigo nuestro. Pues, ¿de qué otro modo podrá congraciarse con su señor sino ofreciéndole las cabezas de estos hombres?
I Sa SpaPlate 29:5  ¿No es este aquel David, de quien cantaban en coro entre danzas: Mató Saúl sus mil, y David, sus diez mil?”
I Sa SpaPlate 29:6  Llamó Aquís a David, y le dijo: “Te aseguro por la vida de Yahvé que tú eres recto, y que veo con buenos ojos tu conducta conmigo en el ejército; pues no he hallado en ti nada malo desde el día que llegaste a mí hasta el presente; pero no agradas a los ojos de los príncipes.
I Sa SpaPlate 29:7  Vuélvete, pues, y vete en paz, para que no desagrades a los ojos de los príncipes de los filisteos.”
I Sa SpaPlate 29:8  David respondió a Aquís: “Pues, ¿qué he hecho, y qué has hallado en tu siervo desde el día que estoy junto a ti hasta hoy, para que no vaya yo a pelear contra los enemigos de mi señor, el rey?”
I Sa SpaPlate 29:9  Replicó Aquís y dijo a David: “Bien sé que tú eres para conmigo tan bueno como un ángel de Dios; pero los príncipes de los filisteos han dicho: No ha de ir con nosotros a la batalla.
I Sa SpaPlate 29:10  Por lo cual, levántate mañana temprano, tú y los siervos de tu señor que vinieron contigo; y después de haberos levantado muy temprano, marchaos al romper el alba.”
I Sa SpaPlate 29:11  Se levantó David muy temprano, él con su gente, para marchar a la mañana y volver al país de los filisteos. Entretanto los filisteos subieron a Jesreel.
Chapter 30
I Sa SpaPlate 30:1  Cuando al tercer día David y su gente llegaron a Siceleg, los amalecitas habían irrumpido en el Négueb y en Siceleg, y habían tomado a Siceleg y le pegaron fuego,
I Sa SpaPlate 30:2  llevándose cautivas a las mujeres que había en ella, y a chicos y grandes, pero sin matar a nadie. Llevándoselos (a todos) habían retomado el camino.
I Sa SpaPlate 30:3  Llegados David y sus hombres a la ciudad, la vieron quemada; y sus mujeres, sus hijos y sus hijas habían sido llevados cautivos.
I Sa SpaPlate 30:4  Entonces David la gente que estaba con él alzaron la voz, y lloraron hasta que se les acabaron las fuerzas para llorar.
I Sa SpaPlate 30:5  También las dos mujeres de David habían sido hechas cautivas: Ahinoam la jesreelita, y Abigail de Carmel, mujer de Nabal.
I Sa SpaPlate 30:6  David se halló en grandes angustias, porque el pueblo hablaba de apedrearle; pues el espíritu de toda la gente estaba amargado, cada cual a causa de sus hijos y de sus hijas. Pero David se confortó en Yahvé, su Dios.
I Sa SpaPlate 30:7  Y dijo David al sacerdote Abiatar, hijo de Aquimelec: “Tráeme el efod.” Trajo Abiatar el efod a David,
I Sa SpaPlate 30:8  y David consultó a Yahvé, diciendo: “¿Perseguiré a estos salteadores? ¿Les daré alcance?” Y le respondió: “Persigue, porque de cierto los alcanzarás y recobrarás (lo robado).”
I Sa SpaPlate 30:9  Entonces David se puso en marcha, él y los seiscientos hombres que estaban con él, y llegaron al torrente Besor, donde se quedaron los rezagados.
I Sa SpaPlate 30:10  David continuó la persecución con cuatrocientos hombres, quedándose los doscientos hombres que estaban demasiado cansados para pasar el torrente Besor.
I Sa SpaPlate 30:11  Hallaron en el campo un egipcio, al cual llevaron a David. Le dieron pan y comió, y le dieron de beber agua.
I Sa SpaPlate 30:12  Le dieron también un trozo de torta de higos secos, y dos atados de pasas. Y cuando hubo comido, se recobró; pues no había comido pan, ni bebido agua, en tres días y tres noches.
I Sa SpaPlate 30:13  Preguntole David: “¿De quién eres y de dónde vienes?” Contestó: “Soy un esclavo egipcio que sirvo a un amalecita; hace tres días me abandonó mi amo, porque caí enfermo.
I Sa SpaPlate 30:14  Hicimos una incursión en la parte meridional de los cereteos y de Judá, y por el mediodía de Caleb; y hemos quemado a Siceleg.”
I Sa SpaPlate 30:15  Díjole David: “¿Podrás conducirme a donde están los salteadores?” Él respondió: “Júrame por Dios que no me matarás ni me entregarás en mano de mi amo, y yo te llevaré hasta esa gente.”
I Sa SpaPlate 30:16  Los condujo allá, y he aquí que (los amalecitas) se habían extendido sobre toda aquella región y estaban comiendo, bebiendo y haciendo fiesta, a causa de todo el gran botín que habían tomado de la tierra de los filisteos y de la tierra de Judá.
I Sa SpaPlate 30:17  Y los derrotó David desde el crepúsculo hasta la tarde del día siguiente; y no escapó nadie de ellos, salvo cuatrocientos mozos que montados en camellos lograron huir.
I Sa SpaPlate 30:18  David recobró todo cuanto los amalecitas habían robado, y rescató también a sus dos mujeres.
I Sa SpaPlate 30:19  No les faltó cosa alguna, ni chica ni grande, ni hijos ni hijas, ni nada del botín ni de cuanto les habían quitado. David lo recuperó todo.
I Sa SpaPlate 30:20  Además tomó David todo el ganado menor y mayor; y llevaron delante de él ese ganado, diciendo: “Este es el botín de David.”
I Sa SpaPlate 30:21  Cuando David llegó a los doscientos hombres que habían estado demasiado cansados para seguir a David, y a quienes él había dejado junto al torrente Besor, salieron estos al encuentro de David y del pueblo que le acompañaba, y David se acercó a la gente y los saludó.
I Sa SpaPlate 30:22  Entonces todos los malos y perversos de entre los hombres que habían seguido a David, comenzaron a decir: “Por cuanto no salieron con nosotros, no les daremos nada del botín que hemos rescatado, sino tan solo a cada hombre su mujer y sus hijos. ¡Que se los lleven y se vayan!”
I Sa SpaPlate 30:23  Pero David dijo: “No hagáis así, hermanos míos, con lo que Yahvé nos ha dado, ya que Él nos ha guardado y ha entregado en nuestras manos a los salteadores que se habían arrojado sobre nosotros.
I Sa SpaPlate 30:24  ¿Quién podrá aprobar lo que proponéis?, porque la parte debe ser la misma para el que bajó al combate y para el que se quedó con el bagaje. Ambos participen por igual.”
I Sa SpaPlate 30:25  Y fue así desde aquel día en adelante, y David lo puso por ley y estatuto en Israel, que subsiste hasta el día de hoy.
I Sa SpaPlate 30:26  Llegado que hubo David a Siceleg, envió del botín a los ancianos de Judá, amigos suyos, diciendo: “Aquí tenéis un regalo del despojo de los enemigos de Yahvé.”
I Sa SpaPlate 30:27  (Mandó también regalos) a los de Betul, a los de Ramot-Négueb, a los de Jatir,
I Sa SpaPlate 30:28  a los de Arara, a los de Sefomot, a los de Estemoa,
I Sa SpaPlate 30:29  a los de Racal, a los de las ciudades de Jerameel, a los de las ciudades de los cineos,
I Sa SpaPlate 30:30  a los de Horma, a los de Cor-Asán, a los de Atac,
I Sa SpaPlate 30:31  los de Hebrón, y a todos los lugares que David y sus hombres habían frecuentado.
Chapter 31
I Sa SpaPlate 31:1  Entonces los filisteos libraron batalla contra Israel, y los hombres de Israel volvieron las espaldas a los filisteos, y cayeron muertos en la montaña de Gelboé.
I Sa SpaPlate 31:2  Los filisteos persiguieron con todo empeño a Saúl y a sus hijos y mataron a Jonatán, a Abinadab y a Melquisúa, hijos de Saúl,
I Sa SpaPlate 31:3  de modo que el peso del combate vino a descargar sobre Saúl, el cual concibió gran temor cuando le descubrieron los flecheros.
I Sa SpaPlate 31:4  Por lo cual dijo Saúl a su escudero: “Saca tu espada, y traspásame con ella, no sea que vengan estos incircuncisos y me maten, mofándose de mí.” Mas no quiso su escudero porque tuvo gran miedo. Entonces tomó Saúl la espada y se arrojó sobre ella.
I Sa SpaPlate 31:5  El escudero al ver que Saúl era muerto, se echó él también sobre su espada y murió con él.
I Sa SpaPlate 31:6  Así murieron en aquel día Saúl, juntamente con sus tres hijos, su escudero y toda su gente.
I Sa SpaPlate 31:7  Cuando los israelitas que vivían en la otra parte del valle, y los de la otra parte del Jordán, vieron que habían huido los hombres de Israel y que habían muerto Saúl y sus hijos, dejaron las ciudades y se pusieron en fuga. Y vinieron los filisteos y habitaron en ellas.
I Sa SpaPlate 31:8  Al día siguiente vinieron los filisteos para despojar a los muertos, y hallaron a Saúl y a sus tres hijos tendidos en la montaña de Gelboé.
I Sa SpaPlate 31:9  Le cortaron la cabeza y le despojaron de sus armas y enviaron a publicar esta buena nueva por todo el país de los filisteos en los templos de sus ídolos y entre su pueblo.
I Sa SpaPlate 31:10  Las armas (de Saúl) las depositaron en el templo de Astarté, y colgaron su cadáver en el muro de Betsán.
I Sa SpaPlate 31:11  Cuando los habitantes de Jabés-Galaad oyeron lo que los filisteos habían hecho con Saúl,
I Sa SpaPlate 31:12  todos los hombres valientes se levantaron y después de marchar durante toda la noche quitaron el cadáver de Saúl y los cadáveres de sus hijos, del muro de Betsán, y se volvieron a Jabés, donde los quemaron.
I Sa SpaPlate 31:13  Después tomaron sus huesos y los sepultaron bajo el tamarisco de Jabés y ayunaron siete días.