SpaPlatense - Sirach

Chapter 1

1:1  Toda sabiduría viene de Dios, el Señor; con Él estuvo siempre, y existe antes de los siglos.

1:2  ¿Quién ha contado las arenas del mar, las gotas de la lluvia y los días de los siglos? La altura del cielo, la extensión de la tierra, y la profundidad del abismo, ¿quién las ha medido?

1:3  La sabiduría de Dios, que precede a todas las cosas, ¿quién es el que la ha investigado?

1:4  La sabiduría fue creada ante todas las cosas; y la luz de la inteligencia existe desde la eternidad.

1:5  El Verbo de Dios en las alturas es la fuente de la sabiduría, y sus caminos son los mandamientos eternos.

1:6  El origen de la sabiduría, ¿a quién fue revelado? ¿Ni quién conoce sus trazas?

1:7  La disciplina de la sabiduría, ¿a quién fue descubierta y manifestada? ¿Ni quién entendió la multiplicidad de sus designios?

1:8  Hay un solo Creador, altísimo y omnipotente y rey grande, y sumamente terrible, que está sentado sobre su trono, y es Dios, el Señor.

1:9  Este la creó en el Espíritu Santo, y la comprendió, la numeró, y la midió.

1:10  Y la derramó sobre todas sus obras, y sobre toda carne, según su liberalidad, y la comunicó a los que le aman.

1:11  El temor del Señor es gloria y honor; y es alegría y corona de júbilo.

1:12  El temor del Señor recrea el corazón, y da contento y gozo y larga vida.

1:13  Al que teme al Señor le irá felizmente en sus postrimerías, y será bendito en el día de su muerte.

1:14  El amor de Dios es gloriosa sabiduría.

1:15  Aquellos a quienes ella se manifiesta, la aman luego que la ven, y reconocen sus grandes obras.

1:16  El principio de la sabiduría es el temor del Señor, el cual es creado con los fieles en el seno materno; acompaña a las mujeres escogidas, y se da a conocer en los justos y fieles.

1:17  El temor del Señor es la santificación de la ciencia.

1:18  La religiosidad guarda y justifica el corazón, da gozo y alegría.

1:19  Quien teme al Señor será feliz, y bendito será en el día de su fallecimiento.

1:20  El colmo de la sabiduría consiste en temer a Dios, y sus frutos producen plenitud.

1:21  Llenará toda su casa de bienes, y de sus tesoros todas las recámaras.

1:22  Corona de la sabiduría es el temor del Señor, que da paz cumplida y frutos de salud.

1:23  El conoce la sabiduría y la calcula; lo uno y lo otro son dones de Dios.

1:24  La sabiduría reparte la ciencia y la prudente inteligencia, y acrecienta la gloria de aquellos que la poseen.

1:25  La raíz de la sabiduría es el temor del Señor, y sus ramas son longevidad.

1:26  En los tesoros de la sabiduría se halla la inteligencia, y la ciencia religiosa; mas para los pecadores la sabiduría es abominación.

1:27  El temor del Señor destierra el pecado.

1:28  Quien no tiene el temor, no podrá ser justo; porque su cólera exaltada es su ruina.

1:29  Por algún tiempo sufrirá el que padece, mas después será consolado.

1:30  El hombre sensato retendrá sus palabras hasta, cierto tiempo, y los labios de muchos celebrarán su prudencia.

1:31  En los tesoros de la sabiduría están las máximas de la buena conducta de vida;

1:32  pero el pecador detesta el culto de Dios.

1:33  Hijo, si deseas la sabiduría, guarda los mandamientos, y Dios te la concederá.

1:34  Pues la sabiduría y la disciplina son temor del Señor, y lo que le agrada

1:35  es la fe y la mansedumbre, pues colmará de tesoros al que la posee.

1:36  No seas rebelde al temor del Señor; ni acudas a Él con corazón doble.

1:37  No seas hipócrita delante de los hombres, ni ocasiones con tus labios tu ruina.

1:38  Ten cuidado de ellos, a fin de que no caigas, y acarrees sobre ti la infamia;

1:39  revelando Dios lo que tú escondes, y abatiéndote en medio de la asamblea.

1:40  por haberte acercado al Señor con malignidad, estando tu corazón lleno de doblez y engaño.

Chapter 2

2:1  Hijo, entrando en el servicio de Dios, persevera firme en la justicia, y en el temor, y prepara tu alma para la tentación.

2:2  Humilla tu corazón, y ten paciencia; inclina tus oídos y recibe los consejos prudentes; y no agites tu espíritu en tiempo de la oscuridad.

2:3  Aguarda con paciencia lo que esperas de Dios. Estréchate con Dios, y ten paciencia, para que a tu fin sea próspera tu vida.

2:4  Acepta todo cuanto te enviare, en los dolores sufre con constancia, y lleva con paciencia tu abatimiento.

2:5  Pues como en el fuego se prueba el oro y la plata, así los hombres aceptos se prueban en la fragua de la humillación.

2:6  Confía en Dios, y Él te sacará a salvo; endereza tu camino, y espera en Él; conserva su temor, hasta el fin de tus días.

2:7  Vosotros los temerosos del Señor, aguardad su misericordia; nunca os desviéis de Él, porque no caigáis.

2:8  Los que teméis al Señor, creed a Él; pues no se malogrará vuestro galardón.

2:9  Los que teméis al Señor, esperad en Él; que su misericordia vendrá a consolaros.

2:10  Los que teméis al Señor, amadle y serán iluminados vuestros corazones.

2:11  Contemplad, hijos, las generaciones de los hombres: y veréis cómo ninguno, que confió en el Señor, quedó burlado.

2:12  Porque, ¿quién perseveró en sus mandamientos que fuese desamparado? ¿O quién le invocó que haya sido despreciado?

2:13  Pues Dios es benigno y misericordioso; en el día de la tribulación perdonará los pecados; y es protector de cuantos de veras le buscan.

2:14  ¡Ay del que es de corazón doble, y de labios malvados, y de manos facinerosas! ¡Ay del pecador que anda sobre la tierra por dos senderos!

2:15  ¡Ay de los hombres de corazón flojo, que no confían en Dios, que por lo mismo no serán protegidos por Él!

2:16  ¡Ay de los que pierden la paciencia, y abandonan los caminos rectos, y se van por sendas torcidas!

2:17  ¿Qué harán cuando comience el Señor su juicio?

2:18  Los que temen al Señor no dejarán de creer en su palabra; y los que le aman seguirán su camino.

2:19  Los que temen al Señor inquirirán lo que le es agradable; y aquellos que le aman estarán penetrados de su ley.

2:20  Los que temen al Señor prepararán sus corazones; y en la presencia de Él santificarán sus almas.

2:21  Los que temen al Señor guardan sus mandamientos; y tendrán paciencia hasta el día que los visite,

2:22  diciendo: Si no hacemos penitencia, caeremos en las manos del Señor, y no en manos de hombres.

2:23  Porque cuanto Él es grande, otro tanto es misericordioso.

Chapter 3

3:1  Los hijos de la sabiduría, son la congregación de los justos; y la estirpe de ellos es obediencia y amor.

3:2  Escuchad, hijos, los preceptos de vuestro padre, y hacedlo así, si queréis salvaros.

3:3  Porque Dios quiso honrar al padre en los hijos, y vindica y confirma la autoridad de la madre sobre ellos.

3:4  Quien ama a Dios alcanzará perdón de los pecados; se abstendrá de ellos y será oído siempre que le ruegue.

3:5  Como quien acumula tesoros, así es el que tributa honor a su madre.

3:6  Quien honra a su padre, tendrá consuelo en sus hijos, y al tiempo de su oración será oído.

3:7  El que honra a su padre, vivirá larga vida; y da consuelo a la madre quien al padre obedece.

3:8  Quien teme al Señor, honra a sus padres; y sirve, como a sus señores, a los que le dieron el ser.

3:9  Honra a tu padre con obras, y con palabras y con toda paciencia;

3:10  para que venga sobre ti su bendición, la cual te acompañe hasta el fin.

3:11  La bendición del padre afirma las casas de los hijos; mas la maldición de la madre les arruina los cimientos.

3:12  No te alabes de la afrenta de tu padre, porque no es gloria tuya su ignominia;

3:13  puesto que de la buena reputación del padre resulta gloria al hombre, y es desdoro del hijo un padre sin honra.

3:14  Hijo, alivia la vejez de tu padre, y no le des pesadumbres en su vida.

3:15  Si llegare a volverse como un niño, compadécele, y jamás le desprecies por tener tú más vigor que él; porque la beneficencia con el padre no quedará en olvido.

3:16  Por los defectos de la madre recibirás tu recompensa.

3:17  La justicia será el fundamento de tu casa; y en el día de la tribulación se hará memoria de ti; como en un día sereno se deshace el hielo, de igual modo se disolverán tus pecados.

3:18  ¡Oh, cuan infame es el que a su padre desampara! ¡Y cómo es maldito de Dios aquel que exaspera a su madre!

3:19  Hijo, haz tus cosas con mansedumbre, y sobre ser alabado, serás amado de los hombres.

3:20  Cuanto fueres más grande, tanto más debes humillarte en todas las cosas, y hallarás gracia ante Dios.

3:21  Porque Dios es el solo grande en poder, y Él es honrado de los humildes.

3:22  No busques lo que es sobre tu capacidad, ni escudriñes aquellas cosas que exceden tus fuerzas; sino piensa siempre en lo que te tiene mandado Dios, y no seas curioso de sus muchas obras.

3:23  Porque no te es necesario el ver por tus ojos los ocultos arcanos.

3:24  No escudriñes con ansias las cosas superfluas, ni tampoco indagues las muchas obras de Dios.

3:25  Porque muchas cosas se te han enseñado que sobrepujan la humana inteligencia.

3:26  A muchos sedujo la falsa opinión que formaron de ellas; en la vanidad detuvo ella sus sentidos.

3:27  El corazón duro lo pasará mal al fin; y quien ama el peligro perecerá en él.

3:28  El corazón que sigue dos caminos, no tendrá buen suceso, y el hombre de corazón depravado hallará en ellos su ruina.

3:29  El corazón perverso se irá cargando de dolores; y el pecador añadirá pecados a pecados.

3:30  La reunión de los soberbios es incorregible; porque la planta del pecado se arraiga en ellos sin que lo adviertan.

3:31  El corazón del sabio se deja conocer en la sabiduría, y el oído bien dispuesto escuchará a esta con sumo anhelo.

3:32  El corazón sabio y prudente se guardará de pecar; y en las obras de justicia prosperará.

3:33  El agua apaga el fuego ardiente, y la limosna resiste a los pecados.

3:34  Dios es el proveedor del que hace bien, se acuerda de él para lo venidero, y al tiempo de su caída hallará apoyo.

Chapter 4

4:1  Hijo, no defraudes al pobre de su limosna; ni apartes tus ojos del necesitado.

4:2  No desprecies al que padece hambre; ni exasperes al pobre en su necesidad.

4:3  No aflijas el corazón del desvalido ni dilates el socorro al que se halla angustiado.

4:4  No deseches el ruego del atribulado, ni apartes tu rostro del menesteroso.

4:5  No apartes tus ojos del mendigo, irritándole; ni des ocasión a los que te piden, de que te maldigan por detrás.

4:6  Porque escuchada será la imprecación del que te maldijere en la amargura de su alma; y ha de oírle su Creador.

4:7  Muéstrate afable a la turba de los pobres; humilla tu corazón ante el anciano, y baja tu cabeza delante de los grandes.

4:8  Inclina sin desdén tu oído al pobre; paga tu deuda, y respóndele con benignidad y mansedumbre.

4:9  Libra de la mano del soberbio al que sufre injuria, y no se te haga esto gravoso.

4:10  En el juzgar sé misericordioso con los huérfanos, como padre, y cual esposo de su madre.

4:11  Y serás como un hijo obediente al Altísimo, y Este será para contigo más compasivo que una madre.

4:12  La sabiduría infunde vida a sus hijos, acoge a los que la buscan, y va delante de ellos en el camino de la justicia.

4:13  Quien la ama, ama la vida; y los que solícitos la buscaren, gozarán de su suavidad.

4:14  Los que la poseyeren, heredarán la vida; y donde ella entrare, allí echará Dios su bendición.

4:15  Los que la sirven, rinden obsequio al Santo; y Dios ama a los que la aman.

4:16  Quien la escucha, juzgará las naciones; y quien tiene fijos en ella los ojos, reposará seguro.

4:17  Si en ella pone su confianza, la tendrá por herencia, y serán confirmados sus hijos.

4:18  Porque la sabiduría anda con él en la tentación, y le elige entre los primeros.

4:19  Para probarle le conduce entre temores y sustos, y le aflige con la tribulación de su doctrina, hasta explorar todos sus pensamientos, y fiarse ya del corazón de él.

4:20  Entonces le afirmará, le allanará el camino, y le llenará de alegría.

4:21  Le descubrirá sus arcanos, le enriquecerá con un tesoro de ciencia, y de conocimiento de la justicia.

4:22  Mas si se desviare, le desamparará, y le entregará en poder de su enemigo.

4:23  Hijo, ten cuenta del tiempo, y huye del mal.

4:24  Por tu alma no te avergüences de decir la verdad.

4:25  Porque hay vergüenza que conduce al pecado, y hay vergüenza que acarrea gloria y gracia.

4:26  No tengas miramiento a nadie en daño tuyo; ni mientas a costa de tu alma.

4:27  No respetes a tu prójimo cuando cae.

4:28  No reprimas tu palabra, cuando puede ser saludable; ni encubras tu sabiduría en ocasión en que debes ostentarla.

4:29  Porque en la lengua se conoce la sabiduría, y la prudencia, la discreción y la ciencia en las palabras del hombre sensato; mas su fuerza consiste en las obras buenas.

4:30  Por ningún caso contradigas la palabra de verdad, y avergüénzate de la mentira por falta de tu saber.

4:31  No tengas vergüenza de confesar tus pecados; mas no te rindas a nadie para pecar.

4:32  No quieras resistir en su cara al poderoso; ni intentes detener el ímpetu de una riada.

4:33  Pugna por la justicia para bien de tu alma; combate por la justicia hasta la muerte, porque Dios peleara por ti contra tus enemigos.

4:34  No seas precipitado en el hablar, ni remiso y negligente en tus obras.

4:35  No seas en tu casa como un león, aterrando a tus domésticos, y oprimiendo a tus súbditos.

4:36  No esté tu mano extendida para recibir, y encogida para dar.

Chapter 5

5:1  No pongas tu confianza en riquezas inicuas, y no digas: tengo lo bastante para vivir: porque de nada te servirá eso al tiempo de la venganza y de la oscuridad.

5:2  Cuando seas poderoso, no sigas los deseos de tu corazón;

5:3  ni andes diciendo: “Gran poder es el mío, ¿quién me sujetará por causa de mis acciones?” Pues Dios segurísimamente tomará venganza.

5:4  Tampoco digas: “Yo pequé, ¿y qué mal me ha venido? Porque el Altísimo, aunque paciente, da el pago merecido.

5:5  Del pecado perdonado no quieras estar sin temor; ni añadas pecados a pecados.

5:6  No digas: “¡Oh, la misericordia del Señor es grande! Él me perdonará la multitud de mis pecados”.

5:7  Porque tan pronto como ejerce su misericordia, ejerce su indignación, y tiene fijos sus ojos sobre el pecador.

5:8  No tardes en convertirte al Señor, ni lo difieras de un día para otro;

5:9  porque de repente sobreviene su ira, y en el día de la venganza acabará contigo.

5:10  No tengas ansia de adquirir riquezas injustas porque de nada te aprovecharán en el día de la oscuridad y de la venganza.

5:11  No te vuelvas a todos vientos, ni quieras ir por cualquier camino; porque de eso se convence reo todo pecador que usa doble lenguaje.

5:12  Mantente firme en el camino del Señor, en la verdad de tus sentimientos, y en la ciencia; y vaya contigo la palabra de paz y de justicia.

5:13  Sé manso en oír lo que dicen; a fin de que lo entiendas, y puedas dar con prudencia una cabal respuesta.

5:14  Si tienes inteligencia, responde al prójimo; sino, ponte la mano sobre la boca, para que no te sorprendan en alguna palabra indiscreta, y quedes avergonzado.

5:15  Honor y gloria al discurso del hombre sensato; mas la lengua del imprudente viene a ser la ruina de este.

5:16  Guárdate de ser chismoso, y de que tu lengua sea para ti un lazo y motivo de confusión.

5:17  Porque el ladrón cae en la confusión y arrepentimiento; y el hombre de doble lenguaje en una infamia grandísima; pero el chismoso se acarrea el odio, la enemistad y el oprobio.

5:18  Haz igualmente justicia a los pequeños y a los grandes.

Chapter 6

6:1  No te hagas, en vez de amigo, enemigo del prójimo; porque el hombre malvado tendrá por herencia el oprobio y la ignominia, particularmente todo pecador envidioso, y de lengua doble.

6:2  No te dejes llevar de pensamientos altivos, a modo de un toro; no sea que tu animosidad se estrelle por causa de tu locura;

6:3  y coma esta tus hojas, y eche a perder tus frutos, y vengas a quedar como un árbol seco, en medio del desierto.

6:4  Porque el alma maligna arruinará a aquel en quien reside, le hará objeto de complacencia para sus enemigos, y le conducirá a la suerte de los impíos.

6:5  La palabra dulce multiplica los amigos, y aplaca a los enemigos; la lengua graciosa vale mucho en un hombre virtuoso.

6:6  Vive en amistad con muchos; pero toma a uno entre mil para consejero tuyo.

6:7  Si quieres hacerte amigo con uno, sea después de haberle experimentado, y no te entregues a él con ligereza.

6:8  Porque hay amigo de ocasión, y no persevera tal en el tiempo de la tribulación.

6:9  Y amigo hay que se trueca en enemigo; y hay amigo que descubrirá su odio, contiendas e injurias.

6:10  Hay también algún amigo, compañero en la mesa; que en el día de la necesidad ya no se dejará ver.

6:11  El amigo, si es constante, será para ti como un igual, e intervendrá con confianza en las cosas de tu casa.

6:12  Si se humilla delante de ti, y se retira de tu presencia, has hallado una amistad buena y constante.

6:13  Aléjate de tus enemigos, y está alerta en orden a tus amigos.

6:14  El amigo fiel es una defensa poderosa; quien le halla, ha hallado un tesoro.

6:15  Nada hay comparable al amigo fiel; ni hay peso de oro ni plata, que sea digno de ponerse en balanza con la sinceridad de su fe.

6:16  Bálsamo de vida y de inmortalidad es un fiel amigo; aquellos que temen al Señor le encontraran.

6:17  Quien teme a Dios logrará igualmente tener buenos amigos; pues como él así es su amigo.

6:18  Hijo, desde tu mocedad abraza la doctrina, y hasta el fin de tu vida tendrás sabiduría.

6:19  Como el que ara y siembra, aplícate a ella, y espera sus buenos frutos;

6:20  puesto que te costará un poco de trabajo su cultivo: mas luego comerás de sus frutos.

6:21  ¡Oh, cuan sumamente áspera es la sabiduría para los hombres necios! No permanecerá en su estudio el insensato.

6:22  Para estos será como una piedra de prueba, que no tardarán en lanzarla de sus hombros.

6:23  Porque la sabiduría que adoctrina es como su nombre, y no es conocida de muchos; mas con los que la conocen persevera hasta la presencia de Dios.

6:24  Escucha, hijo, y abraza una sabia advertencia, y no deseches mi consejo.

6:25  Mete tus pies en sus grillos, y tu cuello en su argolla.

6:26  Inclina tus hombros, y llévala a cuestas, y no te sean desabridas sus cadenas.

6:27  Arrímate a ella de todo tu corazón; y con todas tus fuerzas sigue sus caminos.

6:28  Búscala, que ella se te manifestará; y poseyéndola no la abandones;

6:29  porque al fin hallarás en ella reposo, y se te convertirá en dulzura.

6:30  Sus grillos serán para ti fuerte defensa, y firme base, y sus argollas un vestido de gloria.

6:31  Pues la sabiduría es el esplendor de la vida, y sus ataduras una venda saludable.

6:32  De ella te revestirás como de un glorioso ropaje, y la pondrás sobre ti como corona de regocijo.

6:33  Hijo, si tú me estuvieres atento, adquirirás la doctrina; y si aplicas tu mente, serás sabio.

6:34  Si me oyes, recibirás la enseñanza, y serás sabio si amas el escuchar.

6:35  Frecuenta la reunión de los ancianos prudentes, y abraza de corazón su sabiduría; a fin de poder oír todas las cosas que cuentan de Dios, y no ignorar los proverbios de alabanza.

6:36  Si vieres algún hombre sensato, madruga para oírle, y trillen tus pies las gradas de su puerta.

6:37  Fija tu atención en los preceptos de Dios, y medita continuamente sus mandamientos; Él te dará un corazón, y te cumplirá el deseo de la sabiduría.

Chapter 7

7:1  No hagas mal, y el mal no caerá sobre ti.

7:2  Apártate del hombre perverso, y estarás lejos del mal.

7:3  Hijo, no siembres maldades en surcos de injusticia, y no tendrás que segarlas siete veces más.

7:4  No pidas al Señor el guiar a los demás, ni al rey puesto honorífico.

7:5  No te tengas por justo en presencia de Dios; pues Él está viendo los corazones; ni delante del rey afectes parecer sabio.

7:6  No pretendas ser juez, si no te hallas con valor para hacer frente a las injusticias; no sea que por temor de la cara del poderoso te expongas a obrar contra equidad.

7:7  No ofendas a la muchedumbre de una ciudad, y no te metas en el tumulto del pueblo.

7:8  No añadas pecados a pecados; porque ni aun por uno solo has de quedar sin castigo.

7:9  No seas de corazón pusilánime;

7:10  ni descuides el hacer oración, y dar limosna.

7:11  No digas: “Dios tendrá miramiento a mis muchas ofrendas, y ofreciendo yo mis dones al Dios altísimo, los aceptará.”

7:12  No te burles del hombre que tiene angustiado su corazón; porque hay quien humilla y exalta: Dios que todo lo ve.

7:13  No inventes mentira contra tu hermano, ni lo hagas tampoco contra tu amigo.

7:14  Guárdate de proferir mentira alguna; porque el acostumbrarse a eso es muy malo.

7:15  No seas hablador en el concurso de los ancianos; ni repitas en tu oración las palabras.

7:16  No aborrezcas el trabajo, aunque sea penoso, ni la labranza del campo instituida por el Altísimo.

7:17  No te alistes en la turba de los hombres indisciplinados.

7:18  Acuérdate de la ira, la cual no tardará.

7:19  Humilla cuanto puedas tu espíritu; porque el fuego y el gusano castigarán la carne del impío.

7:20  No quieras romper con el amigo porque tarda en volverte el dinero; y no desprecies a tu carísimo hermano por causa del oro.

7:21  No te separes de la mujer sensata y buena, que por el temor del Señor te cupo en suerte; porque la gracia de su modestia vale más que el oro.

7:22  No trates mal al siervo que trabaja con fidelidad; ni al jornalero que consume su vida.

7:23  Al esclavo juicioso ámale como a tu misma alma; no le niegues la libertad, ni le dejes en la miseria.

7:24  ¿Tienes ganados? cuida bien de ellos; y si te dan ganancia, consérvalos.

7:25  ¿Tienes hijos? adoctrínalos, y dómalos desde su niñez.

7:26  ¿Tienes hijas? guarda su honestidad, y no les muestres complaciente tu rostro.

7:27  Casa la hija, y dala a un hombre sensato, y habrás hecho un gran negocio.

7:28  Si tienes una mujer conforme a tu corazón, no la deseches; y no te entregues a una que sea aborrecible.

7:29  Honra a tu padre con todo tu corazón; y no te olvides de los gemidos de tu madre.

7:30  Acuérdate que sin ellos no hubieras nacido; y correspóndeles según lo que han hecho por ti.

7:31  Con toda tu alma teme al Señor, y reverencia a sus sacerdotes.

7:32  Ama a tu Creador con todas tus fuerzas; y no desampares a sus ministros.

7:33  Honra a Dios con toda tu alma, y respeta a los sacerdotes, y purifícate ofreciendo la espaldilla.

7:34  Dales su parte, como te está mandado, así de las primicias, como de la expiación, y purifícate de tus negligencias con lo poco.

7:35  Ofrecerás como don al Señor la espaldilla, el sacrificio de santificación y las primicias de las cosas santas.

7:36  Alarga tu mano al pobre; a fin de que sea perfecta tu propiciación y tu bendición.

7:37  La beneficencia parece bien a todo viviente; y ni a los muertos se la debes negar.

7:38  No dejes de consolar a los que lloran, y haz compañía a los afligidos.

7:39  No se te haga pesado el visitar al enfermo, pues con tales medios serás afirmado en la caridad.

7:40  En todas tus acciones, acuérdate de tus postrimerías, y nunca jamás pecarás.

Chapter 8

8:1  No te pongas a pleitear con un hombre poderoso, no sea que caigas en sus manos.

8:2  No contiendas con un hombre rico, no sea que te mueva una querella.

8:3  Porque a muchos ha corrompido el oro y la plata, que hasta el corazón de los reyes influye y lo pervierte.

8:4  No porfíes con hombre parlador, y no echarás leña en su fuego.

8:5  No tengas trato con hombre mal educado, a fin de que no diga mal de tu linaje.

8:6  No mires con desprecio al hombre que se arrepiente del pecado, y no se lo eches encara. Acuérdate que todos somos dignos de reprensión.

8:7  No pierdas el respeto al hombre en su vejez; pues que de nosotros se hacen los viejos.

8:8  No te huelgues en la muerte de tu enemigo, sabiendo que todos morimos, y no queremos ser objeto de gozo.

8:9  No menosprecies lo que contaren los ancianos sabios; antes bien, hazte familiares sus máximas;

8:10  porque de ellos aprenderás sabiduría y documentos de prudencia, y el modo de servir a los príncipes sin queja.

8:11  No dejes de oír lo que cuentan los ancianos, porque ellos lo aprendieron de sus padres.

8:12  Pues aprenderás de los mismos, discreción y el saber dar una respuesta cuando fuere menester.

8:13  No enciendas los carbones de los pecadores, con hacerles reconvenciones; de otra suerte serás abrasado con la llama del fuego de sus pecados.

8:14  No te pongas de frente a persona de mala lengua, a fin de que no esté en acecho para sorprenderte en alguna palabra.

8:15  No prestes al que puede más que tú; si algo le prestaste, haz cuenta que lo has perdido.

8:16  No hagas fianza sobre tus fuerzas; y si la has hecho, piensa cómo pagarla.

8:17  No litigues contra el juez; porque él juzga según lo que cree justo.

8:18  En viaje no te acompañes con un temerario; no sea que cargue sus desastres sobre ti; porque él va siguiendo su voluntad, y su locura te perderá a ti, juntamente con él.

8:19  Con el colérico no trabes riña; ni camines por lugar solitario con el atrevido; porque para él la sangre no importa nada, y cuando no haya quien te socorra, te hará pedazos.

8:20  No te aconsejes con tontos; porque estos no pueden amar sino aquello que a ellos les place.

8:21  No consultes en presencia de un extraño; porque no sabes lo que él maquina dentro de sí.

8:22  Ni descubras tu corazón a cualquier hombre; no sea que te muestre una falsa amistad, y te afrente.

Chapter 9

9:1  No seas celoso de tu querida esposa; para que no se valga de las malas ideas que tú le sugieres.

9:2  No dejes que la mujer tenga dominación sobre tu espíritu; para que no se levante contra tu autoridad, y quedes avergonzado.

9:3  No pongas los ojos en una mujer que quiere a muchos, no sea que caigas en su lazo.

9:4  No frecuentes el trato con la bailarina, ni la escuches, si no quieres perecer a la fuerza de su atractivo.

9:5  No pongas tus ojos en la doncella, para que su belleza no sea ocasión de tu ruina.

9:6  De ningún modo des entrada en tu alma a las meretrices, para que no te pierdas a ti y tu patrimonio.

9:7  No andes derramando tu vista por las calles de la ciudad, ni vagueando de plaza en plaza.

9:8  Aparta tus ojos de la mujer lujosamente ataviada, y no mires curioso una hermosura ajena.

9:9  Por la hermosura de la mujer muchos se han perdido; pues por ella se enciende cual fuego la concupiscencia.

9:10  Cualquiera mujer pública es pisoteada como estiércol en el camino.

9:11  Muchos embelesados de la belleza de la mujer ajena se hicieron réprobos; porque su conversación quema como fuego.

9:12  Con la mujer de otro no estés jamás de asiento; ni en la mesa te arrimes a ella recostado sobre el codo;

9:13  ni la desafíes en tomar vino; no sea que tu corazón se incline hacia ella, y a costa de tu vida caigas en la perdición.

9:14  No dejes al amigo antiguo; porque no será como él el nuevo.

9:15  El amigo nuevo es un vino nuevo; se hará añejo, y le beberás con gusto.

9:16  No envidies la gloria y las riquezas del pecador; pues no sabes cuál ha de ser su catástrofe.

9:17  No te agraden las violencias que cometen los hombres injustos; tú sabes que jamás en toda su vida puede agradar el impío.

9:18  Vive lejos de aquel que tiene potestad para hacerte morir, y no andarás asustado con el temor de la muerte.

9:19  Si te acercas a él, guárdate de hacer ninguna cosa, no sea que te quite la vida.

9:20  Sábete que conversas con la muerte; porque caminas en medio de lazos, y andas entre las armas de gente resentida.

9:21  Procede con cuanta cautela puedas, con tu prójimo, y aconséjate con los sabios y prudentes.

9:22  Sean tus convidados los varones justos, y tu gloria consista en temer a Dios.

9:23  El pensamiento de Dios esté fijo en tu alma, y sea toda tu conversación de los preceptos del Altísimo.

9:24  Las obras de los artífices son alabadas por su industria, el príncipe del pueblo por la sabiduría de sus discursos, y las palabras de los ancianos por su prudencia.

9:25  Temible es en su ciudad el hombre deslenguado, y será aborrecido el temerario por sus palabras.

Chapter 10

10:1  El juez sabio hará justicia a su pueblo, y será estable el principado del varón sensato.

10:2  Cual es el juez del pueblo, tales son sus ministros, y cuál es el gobernador de la ciudad, tales son sus habitantes.

10:3  El rey imprudente será la ruina de su pueblo; mas la prudencia de los que mandan poblará las ciudades.

10:4  La potestad de la tierra está en manos de Dios; y Él a su tiempo suscitará a quien la gobierne útilmente.

10:5  En manos de Dios está la prosperidad del hombre; y Él hace participar de su gloria al escriba.

10:6  Echa en olvido todas las injurias recibidas del prójimo; y nada hagas en daño de otro.

10:7  La soberbia es aborrecida de Dios y de los hombres; y execrable toda iniquidad de las gentes.

10:8  Un reino es trasladado de una nación a otra por causa de las injusticias, y violencias y ultrajes, y de muchas maneras de fraudes.

10:9  No hay cosa más detestable que un avaro. ¿De qué se ensoberbece el que es tierra y ceniza?

10:10  No hay cosa más inicua que el que codicia el dinero; porque el tal a su alma misma pone en venta; y aun viviendo se arranca sus propias entrañas.

10:11  Breve es la vida de todo potentado. La enfermedad prolija es pesada para el médico;

10:12  la corta enfermedad la ataja el médico. Así el que hoy es rey, mañana morirá.

10:13  Cuando muera el hombre, su herencia serán serpientes, sabandijas y gusanos.

10:14  El principio de la soberbia del hombre fue apostatar de Dios,

10:15  apartándose su corazón de Aquel que le creó. Así, pues, el origen de todo pecado es la soberbia; quien la tuviere, rebosará en abominaciones, y ella al fin será su ruina.

10:16  Por eso el Señor cargó de ignominia la raza de los malvados, y los destruyó hasta exterminarlos.

10:17  Derribó Dios los tronos de los príncipes soberbios, y colocó en su lugar a los humildes.

10:18  Arrancó de raíz las naciones soberbias, y plantó aquellos que eran despreciables entre las mismas gentes.

10:19  Asoló el Señor las tierras de las naciones, y las arrasó hasta los cimientos.

10:20  A algunas de ellas las desoló; acabó con sus moradores, y extirpó del mundo su memoria.

10:21  Aniquiló Dios la memoria de los soberbios; y conservó la memoria de los humildes de corazón.

10:22  No fue creada para los hombres la soberbia, ni la cólera para el hijo de la mujer.

10:23  Honrada será la descendencia del que teme a Dios; mas será deshonrada la del que traspasa los mandamientos del Señor.

10:24  Entre los hermanos el superior es honrado; así sucederá en la presencia del Señor a aquellos que le temen.

10:25  La gloria de los ricos, la de los hombres constituidos en dignidad, y la de los pobres es el temor de Dios.

10:26  Guárdate de menospreciar al justo si es pobre; guárdate de hacer gran aprecio del pecador si es rico.

10:27  Los grandes, los jueces y los poderosos gozan de honor; pero ninguno lo tiene mayor que aquel que teme a Dios.

10:28  Al siervo prudente se le sujetarán los hombres libres. El varón cuerdo y bien enseñado no murmurará por ser corregido; mas al siervo necio no se le hará semejante honra.

10:29  No te engrías cuando tu obra te salga bien; ni estés de plantón en tiempo de necesidad.

10:30  Es más digno de estima aquel que trabaja y abunda de todo, que el jactancioso que no tiene pan.

10:31  Hijo, conserva en la mansedumbre tu alma, y hónrala como ella merece.

10:32  ¿Quién justificará al que peca contra su alma? ¿Y quién honrará al que a su propia alma deshonra?

10:33  El pobre es honrado por sus buenas costumbres y santo temor; y el rico es respetado por las riquezas que tiene.

10:34  Mas aquel que en medio de la pobreza se gloría, ¿cuánto más no lo haría si llegase a ser rico? El que se gloría en sus riquezas, tiene que temer la pobreza.

Chapter 11

11:1  La sabiduría ensalzará al humilde, y le dará asiento en medio de los magnates.

11:2  No alabes al hombre por su bello aspecto, ni desprecies a nadie por su sola presencia exterior.

11:3  Pequeña es la abeja entre los volátiles; mas su fruto es el primero en la dulzura.

11:4  No te gloríes jamás por el traje que llevas, y no te engrías cuando te veas ensalzado en alto puesto; porque solo las obras del Altísimo son admirables; gloriosas son ellas, pero ocultas e invisibles.

11:5  Se sentaron en el trono muchos tiranos; y un hombre, en quien nadie pensaba, se ciñó la diadema.

11:6  Cayeron en grande ignominia muchos potentados; y magnates fueron entregados en poder de otros.

11:7  A nadie reprendas antes de informarte; y habiéndote informado, reprenderás con justicia.

11:8  Antes de haber escuchado, no respondas palabra; y mientras otro habla, no le interrumpas.

11:9  No porfíes sobre cosa que no te importa nada, ni te sientes para juzgar con los pecadores.

11:10  Hijo, no quieras abarcar muchos negocios; porque si te hicieres rico, no serás exento de culpa. Yendo tras de muchas cosas, no llegarás a alcanzar ninguna; y por mucho que corras, no te escaparás.

11:11  Hay hombre que, estando falto de piedad, trabaja y se afana y se duele, y tanto menos se enriquece.

11:12  Hay otro lánguido y necesitado de amparo, muy falto de fuerzas y abundante de miseria;

11:13  y a este Dios le mira con ojos benignos, le alza de su abatimiento y le hace levantar cabeza; de lo cual quedan muchos maravillados, y glorifican a Dios.

11:14  De Dios vienen los bienes y los males, la vida y la muerte, la pobreza y la riqueza.

11:15  De Dios son la sabiduría, la disciplina y la ciencia de la Ley; y del mismo son la caridad y las obras que hacen los buenos.

11:16  El error y las tinieblas son connaturales a los pecadores; y los que se glorían en el mal, envejecen en la malicia.

11:17  El don de Dios permanece en los justos; e irá creciendo continuamente con feliz suceso.

11:18  Hay quien se hace rico viviendo con escasez; y el único fruto que tiene por recompensa,

11:19  es el decir: Yo he hallado mi reposo, y ahora comeré de mis bienes yo solo.

11:20  Mas él no sabe cuánto tiempo le resta; y no piensa que se le acerca la muerte, y que todo lo dejará a otros y morirá.

11:21  Persiste en tu pacto, y de este trata, y acaba tus días cumpliendo con aquello que te está mandado.

11:22  No fijes tu consideración en las obras de los pecadores; confía en Dios, y mantente en tu puesto.

11:23  Porque fácil es a Dios el enriquecer en un momento al pobre.

11:24  La bendición de Dios se apresura a recompensar al justo, y en breve tiempo le hace crecer y fructificar.

11:25  No digas: “¿Qué me queda ya que hacer? ¿Y qué bienes me vendrán en lo venidero?”

11:26  Tampoco digas: “Yo me basto a mí mismo; ¿y qué mal puedo temer para en adelante?”

11:27  En los días buenos no te olvides de los días malos, y en el día malo acuérdate del día bueno.

11:28  Porque fácil es a Dios el dar a cada uno, en el día de la muerte, el pago según sus obras.

11:29  Una hora de mal hace olvidar los mayores deleites; y en el fin del hombre se manifiestan sus obras.

11:30  No alabes a nadie antes de su muerte; porque al hombre se le ha de conocer en sus hijos.

11:31  No introduzcas en tu casa toda suerte de personas; pues son muchas las acechanzas de los maliciosos.

11:32  Porque así como un estómago fétido arroja regüeldos, y como la perdiz es conducida a la trampa, y la corza al lazo; así sucede con respecto al corazón del soberbio, el cual como de una atalaya está acechando la caída de su prójimo;

11:33  y convirtiendo el bien en mal, está poniendo acechanzas; y pondrá tacha en los mismos escogidos.

11:34  Por una chispa se levanta un incendio, y por un hombre doloso se vierte mucha sangre; porque el pecador asecha la sangre.

11:35  Guárdate del hombre corrompido, pues está fraguando males; no sea que te cubra de perpetua infamia.

11:36  Si admites en tu casa al extranjero, te trastornará como un torbellino, y te alejará de los tuyos.

Chapter 12

12:1  Si haces bien, mira a quién lo haces; y tendrás mucho mérito por tu bondad.

12:2  Haz bien al justo, y lograrás una gran recompensa, sino de él, a lo menos del Señor.

12:3  No lo pasará bien el que de continuo hace mal, y no da limosnas; porque el Altísimo aborrece a los pecadores; y usa de misericordia con los que se arrepienten.

12:4  Sé tú liberal con el hombre misericordioso, y no patrocines al pecador; porque Él dará su merecido a los impíos y a los pecadores, reservándolos para el día de la venganza.

12:5  Sé liberal con el hombre de bien, y no apoyes al pecador.

12:6  Haz bien al humilde, y no concedas dones al impío; impide que se le dé de comer, para que no se alce sobre ti con lo mismo que le das.

12:7  Porque será doble mal el que reportarás por todo el bien que le hicieres; pues odia el Altísimo a los pecadores, y tomará venganza de los impíos.

12:8  No se conoce el amigo en la prosperidad; y en la adversidad no quedará oculto el enemigo.

12:9  En la prosperidad del hombre sus enemigos andan tristes; y en la adversidad se conoce quién es amigo.

12:10  Nunca te fíes de tu enemigo; porque como un vaso de cobre, cría cardenillo su malicia.

12:11  Aunque haciendo de humilde ande cabizbajo, tú está sobre aviso, y recátate de él.

12:12  No te le pongas a tu lado, ni se siente a tu diestra; no sea que volviéndose contra ti, tire a ocupar tu puesto; y al fin caigas en cuenta de lo que digo, y te traspasen el corazón mis advertencias.

12:13  ¿Quién tendrá compasión del encantador mordido de la serpiente, ni de todos que se acercan a las fieras? Así será del que se acompaña con un hombre inicuo, y se halla envuelto en sus pecados.

12:14  Algún tiempo estará contigo; mas si declina tu fortuna, no te sostendrá.

12:15  El enemigo tiene la miel en sus labios; mas en su corazón está tramando cómo dar contigo en la fosa.

12:16  Derrama lágrima de sus ojos el enemigo; pero si halla ocasión, no se hartará de sangre;

12:17  y si te sobreviene algún mal, hallarás que él es su primer origen.

12:18  Llorando están los ojos del enemigo; pero en ademán de querer ayudarte te dará un traspié.

12:19  Meneará su cabeza, y dará palmadas, y hablando mucho entre dientes, mudará su rostro.

Chapter 13

13:1  El que tocare la pez, se ensuciará con ella; y al que trata con el soberbio, se le pegará la soberbia.

13:2  Una buena carga se echa encima quien tiene trato con otro más poderoso que él. No te acompañes con quien es más rico que tú.

13:3  ¿Qué sacará la olla de estar junto al caldero? Cuando chocaren, quedará hecha pedazos.

13:4  El rico hará un agravio, y aun bramará; el pobre recibirá un agravio, y habrá de callar.

13:5  Si le haces regalos, te recibirá; cuando nada tengas que ofrecerle te abandonará.

13:6  Mientras tienes algo, se sentará a tu mesa, hasta que te haya consumido tu hacienda; pero no se compadecerá de ti.

13:7  Si te ha menester, te engañará, y con semblante risueño te dará esperanzas, prometiéndote mil bienes, y te dirá: “¿Qué es lo que has menester?”

13:8  Te confundirá con sus convites; hasta que te apure dos o tres veces, y a la postre se burlará de ti; y después, al verte, te volverá las espaldas y moverá sobre ti su cabeza.

13:9  Humíllate ante Dios, y espera de su mano.

13:10  Mira que seducido no te humilles neciamente.

13:11  Guárdate de abatirte en tu sabiduría; no sea que humillado seas inducido a necedad.

13:12  Cuando te llame algún poderoso, excúsate; pues así serás llamado con mayor empeño.

13:13  No seas importuno, para que no te eche de sí; ni te alejes de él, que vengas a ser olvidado.

13:14  No te entretengues para hablar con él como con un igual, ni te fíes de las muchas palabras suyas; porque con hacerte hablar mucho hará prueba de ti, y como por pasatiempo te sonsacará tus secretos.

13:15  Su corazón fiero observará tus palabras, y no te escaseará el mal trato y las prisiones.

13:16  Vete con tiento, y está alerta a lo que oyes, pues andas por el borde de tu ruina.

13:17  Mas al oír estas cosas tenías presentes, aun durmiendo, y está alerta.

13:18  Ama a Dios toda tu vida, e invócale para que te salve.

13:19  Todo animal ama a su semejante; así también todo hombre a su prójimo.

13:20  Todas las bestias se asocian con sus semejantes; así también se ha de acompañar todo hombre con su semejante.

13:21  Cuando el lobo trabe amistad con el cordero, entonces la tendrá el pecador con el justo.

13:22  ¿Qué comunicación puede haber entre un hombre santo y un perro? O, ¿qué unión, entre un rico y un pobre?

13:23  Presa del león es el asno montés en el desierto; así también los pobres son pasto de los ricos.

13:24  Así como el soberbio detesta la humildad; así también el rico tiene aversión al pobre.

13:25  Si bambolea el rico, sus amigos le sostienen; mas en cayendo el pobre, aun sus familiares le echan a empellones.

13:26  El rico que resbala, tiene muchos que le sostienen; habla con arrogancia, y aquellos le justifican.

13:27  Mas el pobre que se desliza, tras eso es reprendido; habla cuerdamente, y no se hace caso de él.

13:28  Habla el rico, y todos callan, y ensalzan su dicho hasta las nubes.

13:29  Habla el pobre, y dicen: “¿Quién es ese?” Y si da un paso en falso, lo vuelcan por tierra.

13:30  Buenas son las riquezas en manos del que no tiene pecado en su conciencia; mas la pobreza es malísima a juicio del impío.

13:31  El corazón del hombre le hace demudar el semblante, o en bien, o en mal.

13:32  La señal del buen corazón, que es un rostro bueno, lo hallarás difícilmente y a duras penas.

Chapter 14

14:1  Bienaventurado el hombre que no se deslizó en palabra que haya salido de su boca; ni es punzado por el remordimiento del pecado.

14:2  Feliz el que no tiene en su ánimo la tristeza, y no ha decaído de su esperanza.

14:3  Al hombre codicioso y agarrado, de nada le sirven las riquezas; y ¿qué le aprovecha el oro al hombre tacaño?

14:4  El que amontona, privándose a sí mismo, para otros amontona; un extraño se regalará con sus bienes.

14:5  ¿Para quién será bueno el que para sí mismo es mezquino, y no sabe gozar de sus bienes?

14:6  Quien es avaro contra sí mismo, es el hombre más ruin del mundo, y ya recibe el pago de su pasión perversa.

14:7  Si algún bien hace, sin pensar ni querer lo hace, y al cabo viene a manifestar su malicia.

14:8  Maligno es el ojo del envidioso, quien vuelve su cara al otro lado, y desprecia su misma alma.

14:9  No se sacia el ojo del avaro con una porción injusta; no se saciará hasta tanto que haya consumido y secado su vida.

14:10  El ojo maligno está fijo en el mal; no se saciará de pan; se estará famélico y melancólico en la mesa.

14:11  Hijo mío, disfruta aquello que tienes, y haz de ello ofrendas dignas a Dios.

14:12  Acuérdate de la muerte, la cual no tarda, y de la ley que se te ha intimado de ir al sepulcro; porque el morir es una ley de la que nadie está exento.

14:13  Antes de morir haz bien a tu prójimo, y alarga tu mano hacia el pobre según tu posibilidad.

14:14  No te prives de un buen día; y del buen don no dejes perder ninguna parte.

14:15  ¿No ves que has de dejar a otros tus sudores y fatigas, y que a la suerte se lo repartirán entre sí?

14:16  Da, y toma, y santifica tu alma.

14:17  Practica la justicia antes que mueras; pues en el sepulcro no hay que buscar el sustento.

14:18  Se ha de pudrir toda carne como el heno y como las hojas que brotan en la verde planta.

14:19  Unas hojas nacen, y otras se caen; así de las generaciones de carne y sangre una fenece, y otra nace.

14:20  Toda obra corruptible ha de perecer finalmente, y su artífice tendrá el mismo paradero que ella.

14:21  Todas las obras escogidas serán aprobadas, y el que las hace, será por ellas glorificado.

14:22  Bienaventurado el hombre que es constante en la sabiduría, y medita en la justicia, y considera en su mente la providencia de Dios,

14:23  que va estudiando en su corazón los caminos de ella, y entiende sus arcanos, yendo en pos de ella, como quien sigue su rastro, pisando siempre sus huellas;

14:24  que se pone a mirar por sus ventanas, y está escuchando en su puerta;

14:25  y reposa junto a la casa de ella, e hincando en sus paredes una estaca, asienta al lado de ella su pequeño pabellón, dentro del cual tendrán perpetua morada los bienes.

14:26  Bajo la protección de la sabiduría colocará a sus hijos, y morará debajo de sus ramas,

14:27  a la sombra de ella estará defendido del calor, y reposará en su gloria.

Chapter 15

15:1  El que teme a Dios, hará buenas obras; y quien observa exactamente la justicia, poseerá la (sabiduría);

15:2  porque ella le saldrá al encuentro cual madre respetable, y cual virgen desposada le recibirá.

15:3  Le alimentará con pan de vida y de inteligencia; le dará a beber el agua saludable de la sabiduría, y fijará en él su morada, y él será constante.

15:4  Será su sostén, y no se verá confundido, sino que será ensalzado entre sus hermanos.

15:5  En medio de la Iglesia le abrirá la boca, llenándole del espíritu de sabiduría y de inteligencia, y revistiéndole de un manto de gloria.

15:6  Le colmará de consuelo y de alegría, y le dará en herencia un eterno renombre.

15:7  Los hombres necios nunca la lograrán, mas los prudentes saldrán a su encuentro; no la verán los necios, porque está lejos de la soberbia y del dolo.

15:8  Los hombres mentirosos no se acordarán de ella, mas los veraces estarán con ella, y andarán de bien en mejor hasta que vean a Dios.

15:9  No está bien la alabanza de ella en la boca del pecador;

15:10  porque de Dios es la sabiduría, y con la sabiduría anda acompañada la alabanza de Dios; rebosará en los labios del hombre fiel, y el Señor se la infundirá.

15:11  No digas: “Por Dios ella me falta.” No hagas lo que Él aborrece.

15:12  Tampoco digas: “Él me ha inducido al error”, pues no necesita Él de los impíos.

15:13  Aborrece el Señor toda maldad, la cual no puede ser amada de aquellos que le temen.

15:14  Creó desde el principio al hombre, y le dejó en manos de su consejo.

15:15  Le dio, además, sus mandamientos y preceptos.

15:16  Si guardando constantemente la fidelidad que le agrada, quisieres cumplir los mandamientos, ellos serán tu salvación.

15:17  Ha puesto delante de ti el agua y el fuego; extiende tu mano a lo que más te agrade.

15:18  Delante del hombre están la vida y la muerte, el bien y el mal; lo que escogiere le será dado.

15:19  Porque la sabiduría de Dios es grande, y su poder fuerte; y está mirando a todos sin cesar.

15:20  Tiene puestos el Señor sus ojos sobre los que le temen; Él observa todas las acciones de los hombres.

15:21  A ninguno ha mandado obrar impíamente, y a ninguno ha dado permiso para pecar;

15:22  porque no le es grato a Él el tener muchos hijos desleales e inútiles.

Chapter 16

16:1  No te alegres de que tus hijos se multipliquen si son malos, ni te complazcas en ellos, si no tienen temor de Dios.

16:2  No fíes en su vida, ni cuentes con sus labores;

16:3  porque mejor es un solo hijo temeroso de Dios, que mil hijos malos;

16:4  y más cuenta tiene el morir sin hijos, que dejar hijos malos.

16:5  Un solo hombre cuerdo hará que sea poblada la patria; mas despoblada será la nación de los impíos.

16:6  Muchas cosas semejantes han visto mis ojos, y más graves que estas las han oído mis oídos.

16:7  Arderán llamas en la reunión de los pecadores; y la ira reventará sobre la nación de los incrédulos.

16:8  Implacable se mostró Dios a los pecados de los antiguos gigantes; los cuales, confiados en sus fuerzas, fueron aniquilados.

16:9  Ni perdonó al lugar donde estaba hospedado Lot, antes bien maldijo a sus habitantes por la soberbia de sus palabras.

16:10  No tuvo lástima de ellos, y destruyó a toda aquella nación que hacía gala de sus delitos.

16:11  Y lo mismo a los seiscientos mil hombres que, obstinados de corazón, se amotinaron. Aunque uno solo fuese contumaz, sería cosa maravillosa que quedase sin castigo.

16:12  Porque la misericordia y la ira están con el Señor; puede aplacarse, y puede descargar su enojo.

16:13  Así como usa de misericordia, así también castiga; Él juzga al hombre según sus obras.

16:14  No escapará el pecador de su latrocinio; y no se retardará al hombre misericordioso el premio que espera.

16:15  Todo acto de misericordia prepara el lugar a cada uno según el mérito de sus obras, y según su prudente conducta durante la peregrinación.

16:16  No digas: “Yo me esconderé de Dios; ¿y desde allá arriba quién pensará en mí?

16:17  Nadie me reconocerá en medio de tan gran muchedumbre; porque, ¿qué es mi persona entre tanta infinidad de creaturas?”

16:18  He aquí que el cielo, y los altísimos cielos, el abismo y la tierra toda y cuanto en ellos se contiene, temblarán a una mirada suya.

16:19  Los montes también y los collados, y los cimientos de la tierra, solo con que los mire Dios, se estremecerán de terror.

16:20  Y en medio de todo esto, es insensato el corazón; pero Él está viendo todos los corazones.

16:21  ¿Quién es el que entiende sus caminos? ¿Y aquella tormenta, que jamás habrán visto ojos humanos?

16:22  Así es que escondidas son muchísimas de sus obras; mas las obras de su justicia, ¿quién será capaz de explicarlas? ¿O quién las podrá sufrir? porque los decretos de Dios están muy distantes de algunos; pero a todos se ha de pedir cuenta al fin.

16:23  El hombre mentecato piensa en cosas vanas; el insensato y descarriado se ocupa de sandeces.

16:24  Escúchame, hijo, y aprende la educación del espíritu, y medita en tu corazón las palabras que voy a decirte;

16:25  pues te daré instrucciones muy acertadas, y te manifestaré la escondida sabiduría; aplícate de corazón a atender mis palabras, que yo con ánimo sincero te diré las maravillas que esparce Dios en sus obras desde el principio, y te mostraré con toda verdad su ciencia.

16:26  Formó Dios sabiamente desde el principio sus obras, y desde su creación las distinguió en partes; y sus inicios se forman según su naturaleza.

16:27  Dio a sus operaciones virtud perenne; sin que hayan tenido necesidad de ser restauradas, ni se hayan fatigado, ni cesado nunca de obrar.

16:28  Jamás ninguna de ellas embarazará a la otra.

16:29  No seas tú desobediente a su palabra.

16:30  Después de esto miró Dios la tierra, y la colmó de bienes.

16:31  Eso están demostrando todos los seres vivientes, que están sobre su superficie y vuelven otra vez a ser tierra.

Chapter 17

17:1  Dios creó de la tierra al hombre, formándole a imagen suya;

17:2  mas le hizo volver a ser tierra, y le revistió de poder conforme a su ser.

17:3  Le señaló determinado tiempo, y número de días; y le dio potestad sobre las cosas que hay en la tierra.

17:4  Le hizo temible a todos los animales; y le dio el dominio sobre las bestias, y sobre las aves.

17:5  De la sustancia del mismo formó Dios una ayuda semejante a él; les dio razón y lengua, ojos y oídos e ingenio para inventar, y los llenó de las luces del entendimiento.

17:6  Creó en ellos la ciencia del espíritu; les llenó el corazón de discernimiento, y les hizo conocer los bienes y los males.

17:7  Puso su ojo sobre sus corazones, para mostrarles la magnificencia de sus obras;

17:8  a fin de que alaben su santo nombre, y ensalcen sus maravillas, y publiquen la grandeza de sus obras.

17:9  Les añadió instrucción, y les dio por herencia la ley de vida.

17:10  Asentó con ellos una alianza eterna, e les hizo conocer su justicia y sus preceptos.

17:11  Vieron con los propios ojos la grandeza de su gloria, y la majestad de su voz les hirió los oídos, y les dijo: “Guardaos de toda suerte de iniquidad.”

17:12  Y mandó a cada uno de ellos el amor a su prójimo.

17:13  Están siempre a su vista los procederes de ellos; no pueden encubrirse a sus ojos.

17:14  A todas las naciones señaló quien las gobernase;

17:15  mas Israel fue visiblemente porción de Dios.

17:16  Todas las obras de ellos están como el sol en la presencia de Dios; cuyos ojos están siempre fijos sobre sus procederes.

17:17  Ni por sus maldades quedó oscurecida la alianza, y todas sus iniquidades están a la vista de Dios.

17:18  La limosna del hombre la guarda como un sello, y tendrá cuidado de las buenas obras del hombre como de las niñas de sus ojos.

17:19  Después se levantará y les dará el pago, a cada uno en particular, y los enviará al profundo de la tierra.

17:20  Pero a los que se arrepienten les concede el volver a la justicia, y les da fuerzas, cuando les faltan para ir adelante, y destinó para ellos el premio de la verdad.

17:21  Conviértete al Señor, y abandona tus vicios.

17:22  Haz oración ante la presencia del Señor, y remueve las ocasiones de caer.

17:23  Conviértete al Señor, y vuelve las espaldas a tu iniquidad, y aborrece sumamente todo lo que es abominable.

17:24  Estudia los mandamientos y los juicios de Dios, y sé constante en el estado que se te ha propuesto, y en la oración al altísimo Dios.

17:25  Entra en la compañía del siglo santo, con aquellos que viven, y dan alabanza a Dios.

17:26  No te pares en el camino errado de los malos. Alaba a Dios antes de morir; pues el muerto, como si no fuese, no puede alabarle.

17:27  Vivo, vivo le has de alabar, y estando sano has de confesar y alabar a Dios, y gloriarte en sus misericordias.

17:28  ¡Oh, cuán grande es la misericordia del Señor, y cuánta su clemencia para con los que a Él se convierten!

17:29  Porque no todas las cosas pueden hallarse en el hombre, puesto que no existe ningún hijo del hombre que sea inmortal, y que no se complazca en la vanidad y en la malicia.

17:30  ¿Qué cosa hay más resplandeciente que el sol? y este también se eclipsa. O, ¿qué cosa más torpe que los pensamientos de carne y sangre?, pero no han de quedar ellos sin castigo.

17:31  Aquel ve en torno de sí las virtudes del altísimo cielo; mas todos los hombres son polvo y ceniza.

Chapter 18

18:1  El que vive eternamente, creó todas las cosas sin excepción. Solo Dios será hallado justo, y Él es el rey invencible eternamente.

18:2  ¿Quién es capaz de referir todas sus obras?

18:3  ¿Quién puede investigar sus maravillas?

18:4  Y su omnipotente grandeza, ¿quién podrá jamás explicarla? ¿O quién emprenderá contar sus misericordias?

18:5  No hay que quitar ni que añadir en las admirables obras del Señor, ni hay quien pueda investigarlas.

18:6  Cuando el hombre hubiere acabado, entonces estará al principio; y cuando cesare quedará absorto.

18:7  ¿Qué es el hombre? ¿Y en qué puede ser útil? ¿Qué importa su bien o su mal?

18:8  El número de los días del hombre, cuando mucho, es de cien años, que son como una gota de las aguas del mar; y como un granito de arena, tan cortos son los años a la luz del día de la eternidad.

18:9  Por eso Dios aguanta a los mortales, y derrama sobre ellos su misericordia.

18:10  Está viendo la presunción de sus corazones, que es mala, y conoce el trastorno de ellos, que es perverso.

18:11  Por esto les manifestó de lleno su clemencia, y les mostró el camino de la equidad.

18:12  La compasión del hombre tiene por objeto a su prójimo; pero la misericordia de Dios se extiende sobre toda carne.

18:13  Él tiene misericordia, los amaestra, y los guía cual pastor a su grey.

18:14  Él es benigno con los que escuchan la doctrina de la misericordia, y son solícitos en la práctica de sus preceptos.

18:15  Hijo, no juntes con el beneficio la reprensión; ni acompañes tus dones con la aspereza de malas palabras.

18:16  ¿No es verdad que el rocío templa el calor? Así también la palabra vale más que la dádiva.

18:17  ¿No conoces que la palabra vale más que el don? Pero el hombre justo acompañará lo uno con lo otro.

18:18  El necio prorrumpe ásperamente en improperios, y la dádiva del hombre mal criado saca lágrimas de los ojos.

18:19  Antes del juicio asegúrate de tu justicia, y antes que hables aprende.

18:20  Antes de la enfermedad toma medidas preventivas, y antes del juicio examínate a ti mismo, y así hallarás misericordia ante Dios.

18:21  Antes de la dolencia humíllate, y en el tiempo de tu enfermedad has conocer tu conversión.

18:22  Nada te detenga de orar siempre, ni te avergüences de justificarte hasta la muerte; porque la recompensa de Dios dura eternamente.

18:23  Antes de la oración prepara tu alma, y no quieras ser como quien tienta a Dios.

18:24  Acuérdate de la ira en el día final, y del tiempo de la retribución, cuando Él aparte su rostro.

18:25  Acuérdate de la pobreza en el tiempo de la abundancia, y de las necesidades de la pobreza en el día de las riquezas.

18:26  De la mañana a la tarde se cambiará el tiempo, y todo esto se hace muy presto a los ojos de Dios.

18:27  El hombre sabio temerá en todo, y en los días de pecados se guardará de la negligencia.

18:28  Todo hombre sensato sabe distinguir la sabiduría, y alaba al que la ha hallado.

18:29  Los hombres juiciosos se portan con prudencia en el hablar, y entienden la verdad y la justicia, y esparcen como lluvia proverbios y sentencias.

18:30  No vayas en pos de tus concupiscencias, y apártate de tu propia voluntad.

18:31  Si satisfaces los antojos de tu alma, ella hará que seas gozo de tus enemigos.

18:32  No gustes de andar en los bullicios, ni aun en los de poca monta; porque ocurren en ellos continuos conflictos.

18:33  Mira, no te empobrezcas con tomar dinero a usura para seguir disputas con los otros, teniendo vacío tu bolsillo; pues serás injusto contra tu propia vida.

Chapter 19

19:1  El operario dado al vino no se enriquecerá; y poco a poco se arruinará el que desprecia las cosas pequeñas.

19:2  El vino y las mujeres hacen apostatar a los sabios, y desacreditan a los sensatos.

19:3  El que se junta con rameras, perderá toda vergüenza; la podre y los gusanos serán sus herederos; será propuesto por escarmiento, y será borrado del número (de los vivientes).

19:4  El que cree de ligero, es de corazón liviano, y padecerá menoscabo. Quien peca contra su propia alma, será reputado por un hombre ruin.

19:5  Infamado será quien se goza en la iniquidad; se acortará la vida al que odia la corrección; y el que aborrece la locuacidad, sofoca la malicia.

19:6  Tendrá que arrepentirse el que peca contra su propia alma; y el que se huelga en la malicia, se acarreará la infamia.

19:7  No repitas una palabra maligna y ofensiva, y no sufrirás daño.

19:8  No cuentes tus sentimientos ni al amigo, ni al enemigo; y si has pecado no lo propales;

19:9  porque te escuchará, y se guardará de ti; y aparentando que disculpa tu pecado, te odiará, y así estará siempre alrededor de ti.

19:10  ¿Oíste alguna palabra contra tu prójimo? Sepúltala en tu pecho, seguro de que no reventarás.

19:11  Padece el necio dolores de parto por causa de una palabra; como mujer que gime para dar a luz un niño.

19:12  Como saeta hincada en un muslo carnoso, así es la palabra en el corazón del necio.

19:13  Corrige al amigo, pues quizá no obró con intención, y dirá: No hice yo eso; pero si lo hizo, a fin de que no lo haga más.

19:14  Corrige al prójimo, pues acaso no habrá dicho tal cosa; y si la hubiere dicho, para que no la diga más.

19:15  Corrige al amigo; porque muchas veces se levantan calumnias.

19:16  Y no creas todo lo que se cuenta. Tal hay que se desliza en lo que habla; mas no lo dice con mala intención.

19:17  Porque, ¿quién hay que no haya pecado con su lengua? Corrige al prójimo, antes de usar de amenazas,

19:18  y da lugar al temor del Altísimo, porque toda la sabiduría se encierra en el temor de Dios, y a Dios se teme con ella; pues toda sabiduría consiste en el cumplimiento de la Ley.

19:19  No es sabiduría el arte de hacer mal; ni es prudencia el pensar de los pecadores.

19:20  Hay una malignidad que es en sí execración; y es un necio el que está falto de sabiduría.

19:21  Es preferible un hombre falto de sagacidad y privado de ciencia, pero timorato, al que es muy entendido y traspasa la ley del Altísimo.

19:22  Hay una sagacidad certera, mas es sagacidad inicua.

19:23  Hay quien discurre acertadamente exponiendo la verdad, y hay quien maliciosamente se humilla, mas su corazón está lleno de dolo.

19:24  Hay quien se abate excesivamente con grandes sumisiones, y quien vuelve la cara, y aparenta no ver aquello que es un secreto.

19:25  Mas si por falta de fuerzas no puede pecar, en hallando oportunidad de hacer mal, lo hará.

19:26  Por el semblante es conocido el hombre; y por el aire de la cara se conoce al que es juicioso.

19:27  La manera de vestir, la risa de los dientes y el caminar del hombre, dicen lo que es.

19:28  Es una corrección falsa, cuando uno airado vomita injurias, y forma un juicio que se halla no ser recto; y hay quien calla, y ese es prudente.

Chapter 20

20:1  Mejor es dar una reprensión que estar enojado, y mejor no prohibir el hablar al que confiesa.

20:2  Como el eunuco lascivo que deshonra a una doncellita,

20:3  así es el que con la fuerza viola la justicia.

20:4  ¡Cuán buena cosa es, mostrar arrepentimiento siendo corregido! porque así escaparás al pecado voluntario.

20:5  Hay quien callando es reconocido por sabio; y hay quien es odioso por su flujo de hablar.

20:6  Tal hay que calla por no saber hablar; y tal hay que calla, porque sabe cuál es la ocasión oportuna.

20:7  El nombre sabio callará hasta que sea tiempo; mas el vano y el imprudente no aguardan la ocasión.

20:8  Quien habla mucho, hará daño a su alma; y el que se arroga un poder injustamente será aborrecido.

20:9  La prosperidad es un mal para el hombre desarreglado; y los tesoros que halla, se le convierten en detrimento.

20:10  Hay dádiva que es inútil; y dádiva hay que tiene doble recompensa.

20:11  Hay quien en la exaltación halla el abatimiento; y a otro la humillación sirve para ensalzarse.

20:12  Tal hay que compra muchas cosas, a un vil precio, y después tiene que pagar siete veces más.

20:13  Se hace amable el sabio con su conversación; mas las gracias de los tontos serán pérdidas.

20:14  La dádiva del necio no te aprovechará; porque sus ojos tienen muchas miras.

20:15  Dará poco y lo echará muchas veces en cara; y el abrir de su boca será un volcán.

20:16  Hoy da prestado uno, y mañana lo demanda; hombre de este jaez es bien odioso.

20:17  El necio no tendrá amigo; ni serán agradecidos sus dones;

20:18  pues los que comen su pan, son de lengua fementida. ¡Oh, cuántos, y cuántas veces harán burla de él!

20:19  Porque da sin juicio lo que debía reservar, y aun aquello que no debía guardar.

20:20  El desliz de la lengua embustera es como el de quien cae en un pavimento; tan precipitada será la caída de los malos.

20:21  El hombre insulso es como un cuento sin sustancia, repetido en boca de gente mal criada.

20:22  La parábola no tiene gracia en boca del fatuo, porque la dice fuera de tiempo.

20:23  Hay quien deja de pecar por falta de medios, y padecer tormentos por estar en inacción.

20:24  Hay quien pierde su alma por respetos humanos, y la pierde por miramiento a un imprudente; y por un tal hombre se pierde a sí mismo.

20:25  Hay quien por respetos humanos hace promesas al amigo, y la ganancia que de eso saca, es hacérsele gratuitamente enemigo.

20:26  Es una tacha infame la mentira en el hombre; está de continuo en la boca de los mal criados.

20:27  Menos malo es el ladrón, que el hombre que miente a todas horas; bien que ambos heredarán la perdición.

20:28  Deshonradas son las costumbres de los mentirosos; siempre llevan consigo su propia confusión.

20:29  El sabio se acredita con su hablar; y el varón prudente será grato a los magnates.

20:30  Aquel que labra su tierra, formará más alto el montón de frutos. El que hace obras de justicia, será ensalzado, y el que es acepto a los magnates, debe huir la injusticia.

20:31  Los regalos y las dádivas ciegan los ojos de los jueces, y les cierran la boca para no corregir.

20:32  La sabiduría que se tiene oculta, y el tesoro escondido, ¿de qué sirven, ni aquella ni este?

20:33  Mejor es el hombre que oculta su ignorancia, que el que tiene escondido su saber.

Chapter 21

21:1  Hijo, ¿has pecado? No vuelvas a pecar más; antes bien haz oración por las culpas pasadas, a fin de que te sean perdonadas.

21:2  Como de la vista de una serpiente, así huye del pecado; porque si te arrimas a él te morderá.

21:3  Sus dientes son dientes de león, que matan las almas de los hombres.

21:4  Todo pecado es como espada de dos filos; sus heridas son incurables.

21:5  La arrogancia y las injurias reducen a humo la hacienda; y la más opulenta casa será arruinada por la soberbia; así también serán aniquilados los bienes del soberbio.

21:6  La súplica del pobre llegará desde su boca hasta los oídos de Dios, y al punto se le hará justicia.

21:7  El aborrecer la corrección es indicio de pecador; pero el que teme a Dios entrará en sí.

21:8  De lejos se da a conocer el poderoso por su osada lengua; mas el varón sensato sabe escabullirse del tal.

21:9  Quien edifica su casa a expensas de otro, es como el que reúne sus piedras para el invierno.

21:10  Todos los pecadores juntos son como un montón de estopa para ser consumida con llamas de fuego.

21:11  El camino de los pecadores está bien enlosado y liso, pero va a parar en el infierno, en las tinieblas y en los tormentos.

21:12  El que observa la justicia comprenderá el espíritu de ella.

21:13  El perfecto temor de Dios es la sabiduría y prudencia.

21:14  Quien no es sabio en el bien, nunca será instruido.

21:15  Mas hay una sabiduría fecunda en lo malo; bien que no hay prudencia donde se halla la amargura.

21:16  La ciencia del sabio rebosa como inundación; y sus consejos son cual fuente perenne de vida.

21:17  Como un vaso roto, así es el corazón del fatuo; no puede retener ni una gota de sabiduría.

21:18  Cualquier palabra bien dicha que oyere el sabio, la celebrará, y se la aplicará a sí; la oirá el hombre dado a los deleites, y le desagradará, y la echará detrás de sí.

21:19  Los razonamientos del necio son como un fardo para el que anda de viaje; mientras los labios del prudente están llenos de gracia.

21:20  La boca del varón prudente es buscada en las asambleas, y cada uno medita en su corazón sus palabras.

21:21  Como una casa demolida es la sabiduría para el necio, y la ciencia del insensato se reduce a dichos ininteligibles.

21:22  Como grillos en los pies, y como cadena en su mano derecha, así es para el necio la doctrina.

21:23  El tonto cuando ríe, ríe a carcajada suelta; mas el varón sabio apenas sonríe.

21:24  La ciencia es para el hombre prudente un joyel de oro, y como un brazalete en el brazo derecho.

21:25  El tonto con facilidad mete el pie en casa ajena; mas el hombre avisado mira con timidez la persona del poderoso.

21:26  El necio registra por las ventanas lo que pasa dentro de la casa; mas el hombre bien criado se queda a la puerta.

21:27  Es propio del tonto estar escuchando a la puerta; el hombre prudente tendrá esto por afrenta insoportable.

21:28  Los labios de los indiscretos cuentan tonterías; mas las palabras de los sabios son pesadas en una balanza.

21:29  El corazón de los fatuos está en su boca, y la boca de los sabios en su corazón.

21:30  Cuando el impío maldice al diablo, a sí mismo se maldice.

21:31  El chismoso contamina su propia alma, y de todos será odiado; y será mal visto quien converse con él; mas el hombre que sabe callar y tiene prudencia, será honrado.

Chapter 22

22:1  Con piedras llenas de lodo es apedreado el perezoso, y todos hablarán de él con desprecio.

22:2  Le tiran boñigas de buey, y todos los que le tocan sacuden las manos.

22:3  Afrenta del padre es el hijo mal criado; y la hija será poco estimada.

22:4  La hija prudente es una herencia para su esposo; mas la que acarrea desdoro es el oprobio de su padre.

22:5  La descocada deshonra al padre y al marido; en nada es inferior a los malvados; será vilipendiada de uno y otro.

22:6  Un discurso fuera de tiempo es música en un duelo; mas el azote y la instrucción, en toda ocasión son sabiduría.

22:7  Quien pretende amaestrar a un tonto, es como el que quiere reunir con engrudo los pedazos de un tiesto.

22:8  Quien cuenta una cosa al que no escucha, hace como el que quiere despertar de su letargo al que duerme.

22:9  Habla con un dormido quien discurre de la sabiduría con un necio, y al fin del discurso dice: ¿Quién es este?

22:10  Llora tú por el muerto, porque le faltó la luz; y llora por el fatuo, porque le falta el seso.

22:11  Llora, empero, poco por un muerto, pues ya goza de reposo.

22:12  Porque la pésima vida del impío fatuo, es peor que la muerte.

22:13  Siete días dura el llanto por un muerto; pero el llanto por el fatuo e impío ha de durar mientras vivan.

22:14  Con el necio no hables mucho, y no te acompañes con el insensato.

22:15  Guárdate de él para no tener inquietudes, y a fin de que no te manche su pecado.

22:16  Desvíate de él, y tendrás sosiego, y no recibirás tedio por su necedad.

22:17  ¿Qué otra cosa se nombrará que sea más pesada que el plomo, a no ser el tonto?

22:18  Más fácil es cargar sobre sí arena, sal, y barras de hierro, que con un imprudente, un fatuo o un impío.

22:19  La trabazón de vigas encajadas para cimiento del edificio, no se descompondrá; así tampoco un corazón robustecido con un consejo maduro.

22:20  Las resoluciones del hombre sensato no serán alteradas por el miedo en ningún tiempo.

22:21  Como los palos plantados en lugares elevados, y las paredes hechas a poca costa, no pueden resistir contra la fuerza del viento;

22:22  así igualmente el corazón del fatuo, tímido en sus pensamientos, no resistirá al ímpetu del temor.

22:23  Así como el corazón del fatuo, que está pavoroso en sus pensamientos, no temerá en todo tiempo; así tampoco aquel que está firme en los mandamientos de Dios.

22:24  El que punza el ojo, hace salir lágrimas, y quien punza el corazón, hace salir los afectos.

22:25  El que tira una piedra contra los pájaros, los hace huir, así también el que habla mal del amigo rompe la amistad.

22:26  Aunque hubieres desenvainado la espada contra el amigo, no desesperes; pues todavía podrás reconciliarte con él.

22:27  Si has dicho al amigo palabras pesadas, no temas; porque hay lugar a la concordia; pero dicterios, desvergüenzas, orgullo, revelación de un secreto, golpe a traición; por todas estas cosas sí que huirá el amigo.

22:28  Guarda fidelidad al amigo en medio de su pobreza, a fin de gozar también de su prosperidad.

22:29  En el tiempo de su tribulación mantente fiel a él, si quieres también ser llamado a la parte en su herencia.

22:30  El vapor y el humo se levantan del horno antes que la llama del fuego; así también las maldiciones, las injurias, y las amenazas preceden al derramamiento de sangre.

22:31  No me avergonzaré de saludar al amigo, ni me retiraré de su trato; y si me vinieren males por causa de él, sabré sufrirlos.

22:32  Mas todos los que lo oyeren se guardarán de él.

22:33  ¿Quién pondrá un candado a mi boca, y sobre mis labios un sello inviolable para que no me deslice por ellos, y no sea mi lengua la perdición mía?

Chapter 23

23:1  ¡Señor, Padre mío, y dueño de mi vida! No me abandones a la indiscreción de mis labios, ni permitas que yo me deslice por causa de ellos.

23:2  ¿Quién empleará el azote sobre mis pensamientos, y la corrección de la sabiduría sobre mi corazón, de modo que no me perdone sus errores y de ellos no broten pecados?

23:3  no sea que se acrecienten mis ignorancias y se multipliquen mis faltas, y aumenten mis pecados, y que caiga yo delante de mis contrarios, y se ría de mí el enemigo mío.

23:4  ¡Oh, Señor, Padre mío, y Dios de mi vida! no me entregues a sus pensamientos.

23:5  No permitas en mis ojos la altanería; y aleja de mí todo deseo.

23:6  Quita de mí la intemperancia de la gula y no se apoderen de mí los apetitos de la lujuria; ni quieras entregarme a un ánimo inverecundo y desenfrenado.

23:7  Hijos míos, escuchad las reglas para gobernar la lengua; y quien las observare no se perderá por los labios, ni resbalará en obras perversas.

23:8  En su necio hablar queda preso el pecador y el soberbio y maldiciente se arruinarán por sus mismos labios.

23:9  No acostumbres tu boca al juramento; porque son muchas por eso las caídas.

23:10  Tampoco tomes continuamente en boca el nombre de Dios; ni interpongas los nombres de las cosas santas; porque no quedarás libre de culpa si lo haces.

23:11  Pues así como un esclavo sometido a todas horas a examen, nunca está sin cardenales; así todo el que jura y repite aquel nombre, jamás estará limpio de culpa.

23:12  El hombre que jura mucho, se llenará de pecados, y no se apartará de su casa la desgracia.

23:13  Porque si no cumple el juramento tendrá sobre sí el delito; y si no hace caso, peca doblemente.

23:14  Si ha jurado en vano, no será tenido por inocente; antes bien, lloverán castigos sobre su casa.

23:15  Hay todavía otro lenguaje que confina con la muerte. Nunca se oiga entre los descendientes de Jacob.

23:16  Así, todas estas cosas estarán lejos de los hombres piadosos, que no se envuelven en semejantes delitos.

23:17  No se acostumbre tu boca al hablar indiscreto; porque siempre va acompañado de la mancha del pecado.

23:18  Acuérdate de tu padre y de tu madre, aunque estés sentado entre los magnates;

23:19  para que no suceda que Dios se olvide de ti delante de ellos; y que infatuado por tu costumbre tengas que sufrir tales oprobios, que quisieras más no haber venido al mundo, y maldigas el día de tu nacimiento.

23:20  El hombre acostumbrado a decir improperios, no se corregirá en toda su vida.

23:21  Dos especies de personas pecan con frecuencia, y otra tercera provoca la ira y la perdición:

23:22  el ánimo fogoso como una ardiente llama, que no se calma sin devorar alguna cosa;

23:23  y el hombre esclavo de los apetitos de su carne, el cual no tendrá sosiego hasta que encienda el fuego.

23:24  Al hombre fornicario todo pan le es dulce; y no cesará de pecar hasta el fin.

23:25  Todo hombre que deshonra su tálamo conyugal, como quien tiene en poco su alma, suele decir: “¿Quién hay que me vea?

23:26  Rodeado estoy de tinieblas, y las paredes me encubren, y nadie me atisba: ¿a quién tengo que temer? el Altísimo no se acordará de mis delitos.”

23:27  Mas él no reflexiona que el ojo de Dios está viendo todas las cosas; porque semejante temor humano, temor no más que de los hombres, expele de él el temor de Dios.

23:28  No sabe que los ojos del Señor son mucho más luminosos que el sol; descubren todos los procederes de los hombres y lo profundo del abismo, y ven hasta los más recónditos senos del corazón humano.

23:29  Porque todas las cosas, antes de ser creadas, fueron conocidas de Dios, el Señor; y aun después que fueron hechas las está mirando a todas.

23:30  Este tal será por lo mismo castigado en la plaza de la ciudad; él, cual potro, echará a huir; pero le pillarán donde menos pensaba.

23:31  Y será deshonrado delante de todos, por no haber conocido el temor del Señor.

23:32  Lo mismo será de cualquiera mujer que deja a su propio marido, y de un extraño le da un heredero;

23:33  porque ella en primer lugar fue rebelde a la ley del Altísimo; lo segundo, ultrajó a su propio marido; lo tercero, se contaminó con el adulterio, y se procreó hijos del marido ajeno.

23:34  Esta será conducida a la asamblea pública, y se hará información sobre sus hijos;

23:35  los cuales no echarán raíces, ni darán frutos sus ramos.

23:36  Dejará en maldición su memoria; y jamás se borrará su infamia.

23:37  Por donde los venideros conocerán que no hay cosa mejor que temer a Dios, y nada más suave que observar los mandamientos del Señor.

23:38  Servir al Señor es una gloria grande; pues de Él se recibirá larga vida.

Chapter 24

24:1  La sabiduría se hará ella misma su elogio, se honrará en Dios, y se gloriará en medio de su pueblo.

24:2  Ella abrirá su boca en medio de las reuniones del Altísimo, y se glorificará a la vista de los escuadrones de Dios.

24:3  Será ensalzada en medio de su pueblo, y admirada en la congregación de los santos.

24:4  Recibirá alabanzas de la muchedumbre de los escogidos, y será bendita entre los benditos y dirá:

24:5  Yo salí de la boca del Altísimo, engendrada antes de toda creatura.

24:6  Yo hice nacer en los cielos la luz indeficiente, y como una niebla cubrí toda la tierra.

24:7  En los altísimos cielos puse mi morada, y el trono mío sobre una columna de nubes.

24:8  Yo sola hice todo el giro del cielo, penetré por el profundo del abismo, y me paseé por las olas del mar.

24:9  Puse mis pies en todas las partes de la tierra, y en todos los pueblos,

24:10  y en toda nación tuve el supremo dominio,

24:11  Yo sujeté con mi poder los corazones de los grandes y de los pequeños, en todos esos busqué donde posar, y en la heredad del Señor fijé mi morada.

24:12  Entonces dio Él sus órdenes, y me habló el Creador de todas las cosas; y El que a mí me dio el ser, reposó en mi tabernáculo,

24:13  y me dijo: “Habita en Jacob, y sea Israel tu herencia, y arráigate en medio de mis escogidos.”

24:14  Desde el principio, y antes de los siglos, recibí yo el ser, y no dejaré de existir en el siglo venidero. En el tabernáculo santo ejercité el ministerio mío, ante su acatamiento.

24:15  Y así fijé mi estancia en Sión, y fue el lugar de mi reposo la Ciudad Santa; en Jerusalén está el trono mío.

24:16  Me arraigué en un pueblo glorioso, y en la porción de mi Dios, la cual es su herencia; y mi habitación fue en la multitud de los santos.

24:17  Elevada estoy cual cedro sobre el Líbano y cual ciprés sobre el monte Sión.

24:18  Me he alzado como una palmera en Cadés; y como un rosal plantado en Jericó.

24:19  Crecí como un hermoso olivo en los campos, y como el plátano en las plazas junto al agua.

24:20  Como el cinamomo y el bálsamo aromático despedí fragancia. Como mirra escogida exhalé suave olor;

24:21  y llené mi habitación de odoríferos perfumes como de estoraque, de gálbano, de ónice, y como de mirra y de incienso virgen; y mi fragancia es como bálsamo sin mezcla.

24:22  Extendí mis ramas como el terebinto, y mis ramas llenas están de majestad y hermosura.

24:23  Como la vid di pimpollos de suave olor, y mis flores dan frutos de gloria y de riqueza.

24:24  Yo soy la madre del bello amor, del temor, de la ciencia y de la santa esperanza.

24:25  En mí está toda la gracia del camino y de la verdad; en mí toda esperanza de vida y de virtud.

24:26  Venid a mí todos los que os halláis presos de mi amor, y saciaos de mis frutos;

24:27  porque mi espíritu es más dulce que la miel, y más suave que el panal de miel, mi herencia.

24:28  Se hará memoria de mí en toda la serie de los siglos.

24:29  Los que de mí comen, tienen siempre hambre de mí, y tienen siempre sed los que de mí beben.

24:30  El que me escucha, jamás tendrá de qué avergonzarse; y los que se guían por mí, no pecarán.

24:31  Los que me esclarecen, obtendrán la vida eterna.

24:32  Todas estas cosas contiene el libro de la vida, que es el testamento del Altísimo y el conocimiento de la verdad.

24:33  Moisés intimó una ley de preceptos justos, en herencia a la casa de Jacob, con las promesas hechas a Israel.

24:34  Puso a su siervo David para suscitar de él un Rey fortísimo, que se sentase sobre un trono de gloria para siempre.

24:35  Rebosa en sabiduría como el Fisón y el Tigris en la estación de los nuevos frutos;

24:36  desborda inteligencia, como el Éufrates, y crece más y más, como el Jordán en el tiempo de la siega;

24:37  derrama la ciencia como la Faz, e inunda como el Gihón en la estación de la vendimia.

24:38  Él es el primero que la conoce perfectamente, otro que sea menos fuerte no la comprende.

24:39  Porque son más vastos que el mar sus pensamientos, y sus consejos más profundos que el grande abismo.

24:40  Yo, la sabiduría, derramé los ríos.

24:41  Yo como canal de agua inmensa, derivada del río, y como acequia sacada del río, y como un acueducto, salí del paraíso.

24:42  Yo dije: “Regaré los plantíos de mi huerto, y hartaré de agua los frutales de mi prado.”

24:43  Y he aquí que mi canal ha salido de madre, y mi río se iguala a un mar.

24:44  Porque la luz de mi doctrina, con que ilumino a todos, es como la luz de la aurora, y seguiré esparciéndola hasta los remotos tiempos.

24:45  Penetraré todas las partes más hondas de la tierra, visitaré a todos los que duermen, e iluminaré a todos los que esperan en el Señor.

24:46  Proseguiré difundiendo la doctrina como profecía, y la dejaré a aquellos que buscan la sabiduría, y no cesaré de anunciarla a toda su descendencia hasta el siglo santo.

24:47  Observad cómo no he trabajado para mí solo, sino para todos aquellos que andan en busca de la verdad.

Chapter 25

25:1  En tres cosas se complace mi corazón, las cuales son de la aprobación de Dios y de los hombres:

25:2  La concordia entre los hermanos, el amor entre los prójimos, y un marido y mujer bien unidos entre sí.

25:3  Tres especies de personas aborrece mi alma y su proceder me es sumamente enfadoso:

25:4  el pobre soberbio, el rico mentiroso, el viejo fatuo e imprudente.

25:5  Lo que no juntaste en tu juventud, ¿cómo lo has de hallar en tu vejez?

25:6  ¡Oh qué bello adorno para las canas el saber juzgar, y para los ancianos el saber dar un consejo!

25:7  ¡Cuán bien parece la sabiduría en las personas de edad avanzada! ¡Y en las que están en alto puesto la inteligencia y el consejo!

25:8  Corona de los ancianos es la mucha experiencia, y la gloria de ellos el temor de Dios.

25:9  Nueve cosas raras he tenido yo en mucha estima en mi corazón; y la décima la anunciaré con mi lengua a los hombres.

25:10  Un hombre que halla consuelo en sus hijos, y uno que ya en vida ve la ruina de sus enemigos.

25:11  Dichoso el que vive con una mujer juiciosa, el que no se deslizó en su lengua, y el que no ha sido siervo de personas indignas de sí.

25:12  Dichoso él que ha hallado un verdadero amigo; y aquel que explica la justicia a oídos que escuchan.

25:13  ¡Oh cuán grande es el que adquirió la sabiduría, y el que posee la ciencia! pero ninguno supera al que teme a Dios.

25:14  El temor de Dios se sobrepone a todas las cosas.

25:15  Bienaventurado el hombre a quien es dado tener el temor de Dios. ¿Con quién compararemos al que le posee?

25:16  El temor de Dios es el principio de su amor; mas debe unírsele el principio de la fe.

25:17  La tristeza del corazón es la mayor plaga; y la suma malicia, la malignidad de la mujer.

25:18  Sufrirá uno cualquiera llaga, mas no la llaga del corazón;

25:19  y cualquiera maldad, mas no la maldad de la mujer;

25:20  y toda aflicción, mas no la que viene de aquellos que odian;

25:21  y cualquier castigo, mas no el que viene de los enemigos.

25:22  No hay cabeza peor que la cabeza de la culebra,

25:23  ni hay ira peor que la ira de la mujer. Mejor habitar con un león, y con un dragón, que con una mujer malvada.

25:24  La malignidad de la mujer la hace inmutar su semblante y poner tétrico aspecto, como el de un oso, y la presenta tal como un saco de luto.

25:25  Gime su marido en medio de sus vecinos, y oyéndolos suspira un poco.

25:26  Toda malicia es muy pequeña en comparación de la malicia de la mujer; caiga ella en suerte al pecador.

25:27  Lo que es para los pies de un viejo el subir un monte de arena, eso es para un hombre sosegado una mujer habladora.

25:28  No mires el buen parecer de la mujer, ni codicies a una mujer por su belleza.

25:29  Grande es la ira de la mujer, y su desacato y su ignominia.

25:30  Si la mujer tiene el mando, se rebela contra su marido.

25:31  La mujer de mala ralea aflige el ánimo, y abate el semblante, y llaga el corazón.

25:32  La mujer que no da gusto a su marido, le descoyunta los brazos, y le debilita las rodillas.

25:33  De la mujer tuvo principio el pecado, y por causa de ella morimos todos.

25:34  No dejes ni aun el menor agujero a tu agua, ni a la mujer mala le des licencia de salir fuera.

25:35  Si ella no camina bajo tu dirección, te afrentará delante de tus enemigos.

25:36  Sepárala de tu lecho, porque no se burle siempre de ti.

Chapter 26

26:1  Dichoso el marido de una mujer virtuosa, porque será doblado el número de sus años.

26:2  La mujer fuerte es el consuelo de su marido, y le hace vivir en paz los años de su vida.

26:3  Es una suerte dichosa la mujer buena; suerte que tocará al que teme a Dios, y le será dada al hombre por sus buenas obras.

26:4  Ora sea rico, ora pobre, tendrá contento el corazón, y alegre en todo tiempo su semblante.

26:5  De tres cosas tiene temor mi alma; y por la cuarta tiene espanto mi rostro:

26:6  de la delación de una ciudad, del motín de un pueblo,

26:7  y de la mentirosa calumnia; cosas todas más dolorosas que la muerte.

26:8  La mujer celosa es dolor y llanto del corazón;

26:9  su lengua es un azote que alcanza a todos.

26:10  Como el yugo de bueyes que está flojo, así es la mujer mala. Quien la toma, cuente que toma un escorpión.

26:11  La mujer que se embriaga es una plaga grande; y su ignominia y torpeza no podrán encubrirse.

26:12  La deshonestidad de la mujer se conoce en la altivez de sus ojos y en sus párpados.

26:13  Vela atentamente sobre la hija que no refrena sus ojos; no sea que hallando oportunidad, desfogue sus pasiones.

26:14  Séate sospechosa toda inmodestia de sus ojos, y no te maravilles si no hace caso de ti.

26:15  Como un caminante sediento, aplicará la boca a la fuente, beberá de toda agua cercana, se sentará junto a cualquier estaca (de tienda) y abrirá la aljaba a cualquiera saeta hasta que más no pueda.

26:16  La gracia de la mujer hacendosa alegra al marido, y le llena de jugo los huesos.

26:17  La buena crianza de ella es un don de Dios.

26:18  Es cosa que no tiene precio: una mujer discreta y amante del silencio, y con el ánimo morigerado.

26:19  Gracia es sobre gracia la mujer santa y vergonzosa.

26:20  No hay cosa de tanto valor que pueda equivaler a un alma casta.

26:21  Lo que es para el mundo el sol al nacer en las altísimas moradas de Dios, eso es la gentileza de la mujer virtuosa para el adorno de una casa.

26:22  Antorcha que resplandece sobre el candelabro sagrado, es la hermosura del rostro en una edad robusta.

26:23  Columnas de oro sobre basas de plata son los pies que descansan sobre las plantas de una mujer fuerte.

26:24  Cimientos eternos, sobre piedra sólida son los mandamientos de Dios en el corazón de la mujer santa.

26:25  Dos cosas contristan mi corazón, y la tercera me provoca a cólera:

26:26  un varón aguerrido que desfallece de hambre; el varón sabio de quien no se hace caso;

26:27  y el hombre que de la justicia se vuelve al pecado, al cual destina Dios a la perdición.

26:28  Dos profesiones me han parecido difíciles y peligrosas: el negociante con dificultad se librará de culpa, y el tabernero no estará exento de los pecados de la lengua.

Chapter 27

27:1  Muchos han pecado por causa de la miseria; y quien busca el enriquecerse, a nada más atiende.

27:2  Como se hinca una estaca en medio de la juntura de dos piedras, así se introduce el pecado entre la venta y la compra.

27:3  Será destruido con el delito el delincuente.

27:4  Si no te mantienes siempre firme en el temor del Señor, presto se arruinará tu casa.

27:5  Como zarandeando la criba queda el polvo, así en la reflexión aparecen los apuros del hombre.

27:6  En el horno se prueban las vasijas de tierra, y en la tentación de las tribulaciones los hombres justos.

27:7  Como el cultivo del árbol se muestra por tu fruto, así por la palabra pensada se ve el corazón del hombre.

27:8  No alabes a un hombre antes que haya hablado; porque en el hablar se dan a conocer los hombres.

27:9  Si vas en pos de la justicia, la alcanzarás, y te revestirás de ella como de una vestidura talar de gloria; con ella morarás, y ella te amparará para siempre, y en el día de la cuenta hallarás en ella apoyo.

27:10  Las aves van a juntarse con sus semejantes; así la verdad va a encontrar a los que la ponen en práctica.

27:11  El león siempre acecha su presa; así el pecado arma lazos a los que obran la iniquidad.

27:12  El hombre santo persevera en la sabiduría como el sol; mas el necio se muda como la luna.

27:13  En medio de los insensatos reserva las palabras para otro tiempo, pero quédate en medio de los que piensan.

27:14  La conversación de los pecadores es insoportable; porque hacen gala de las delicias del pecado.

27:15  La lengua que jura mucho, hace erizar el cabello, y tu irreverencia hace tapar las orejas.

27:16  Paran en derramamiento de sangre las riñas de los soberbios, y da pena el oír sus maldiciones.

27:17  Quien revela los secretos del amigo, pierde su confianza, y no hallará un amigo a su gusto.

27:18  Ama al amigo, y sé leal con él.

27:19  Mas si revelares sus secretos, no corras más tras él.

27:20  Porque el hombre que viola la amistad que tenía con su prójimo, es como quien pierde al amigo.

27:21  Y como uno que se deja escapar de la mano un pájaro, así tú dejaste ir a tu amigo, y ya no le recobrarás.

27:22  No le sigas; porque está ya muy lejos, habiendo huido como un gamo del lazo, por estar herida su alma.

27:23  Jamás podrás vendarle la herida, porque de una injuria de palabras hay resarcimiento;

27:24  mas el revelar los secretos del amigo, quita toda esperanza al alma desgraciada.

27:25  Quien guiña el ojo está fraguando picardías, y nadie puede apartarle de ello.

27:26  En tu presencia hablará con dulzura, y celebrará tus discursos; mas a lo último mudará de lenguaje, y de tus palabras sacará ocasión para arruinarte.

27:27  Muchas cosas aborrezco; pero a ninguna más que a semejante hombre; y el Señor también le aborrecerá.

27:28  Si uno tira a lo alto una piedra le caerá sobre su cabeza; así la herida a traición abrirá las llagas del traidor.

27:29  Aquel que cava una fosa caerá en ella; el que pone una piedra de tropiezo al prójimo, en ella tropezará; quien arma lazos a otros, perecerá en ellos.

27:30  El perverso designio redundará en daño de quien lo fragua, y no sabrá de dónde le viene el mal.

27:31  Los escarnios y ultrajes son propios de los soberbios; mas la venganza cual león los está acechando.

27:32  Perecerán en el lazo, aquellos que se huelgan de la caída de los justos; y a consumirlos el dolor antes que mueran.

27:33  La ira y el furor son cosas ambas bien detestables; pero el hombre pecador las tendrá dentro de sí.

Chapter 28

28:1  El que quiere vengarse, experimentará la venganza del Señor; el cual tendrá exacta cuenta de sus pecados.

28:2  Perdona a tu prójimo cuando te agravia, y así cuando tú implores el perdón, te serán perdonados los pecados.

28:3  Un hombre conserva encono contra otro hombre, ¿y pide a Dios la salud?

28:4  No usa de misericordia con otro hombre como él, ¿y pide perdón de sus pecados?

28:5  Siendo él carne conserva el enojo, ¿y pide a Dios reconciliación? ¿Quién se la alcanzará por sus pecados?

28:6  Acuérdate de las postrimerías, y déjate de enemistades;

28:7  pues la corrupción y la muerte están intimadas en sus mandamientos.

28:8  Acuérdate de temer a Dios, y no estés airado con tu prójimo.

28:9  Ten presente la ley del Altísimo, y no hagas caso del yerro del prójimo.

28:10  Abstente de litigios, y te ahorrarás pecados;

28:11  porque el hombre iracundo enciende querellas, y el pecador suscita discordias entre los amigos, y siembra enemistades en medio de los que viven en paz.

28:12  Porque según la, leña del bosque es el incendio, según el poder del hombre es su enojo, y según sus riquezas crece su cólera.

28:13  Como la reyerta precipitada enciende el fuego, y la querella temeraria derrama sangre, de igual modo la lengua amenazadora acarrea la muerte.

28:14  Si soplares en una chispa, se encenderá de ella fuego, y si escupieres sobre ella se apagará. Lo uno y lo otro sale de la boca.

28:15  El murmurador y el de dos lenguas es maldito, porque mete confusión entre muchos que vivían en paz.

28:16  La lengua de un tercero ha alborotado a muchos, y los ha dispersado de un pueblo a otro.

28:17  Arruinó ciudades fuertes y ricas, y destruyó desde los cimientos los palacios de los magnates.

28:18  Aniquiló las fuerzas de los pueblos, y disipó gentes valerosas.

28:19  La lengua de un tercero echó fuera de casa a mujeres varoniles, y las privó del fruto de sus fatigas.

28:20  El que la escucha no tendrá sosiego, ni tampoco encontrará un amigo con quien consolarse.

28:21  El golpe del azote deja un cardenal, pero el golpe de la lengua desmenuza los huesos.

28:22  Muchos han perecido al filo de la espada; pero no tantos como por culpa de su lengua.

28:23  Bienaventurado el que está a cubierto de la mala lengua, ni experimentó su furor, ni arrastró su yugo, ni fue atado con sus cadenas;

28:24  porque su yugo es yugo de hierro, y sus cadenas son cadenas de bronce.

28:25  La muerte que de ella proviene es la peor; más tolerable que ella es el sepulcro.

28:26  Ella no será de larga duración; se enseñoreará de los caminos de los perversos; sus llamas, a pesar de todo, no quemarán a los justos.

28:27  Los que abandonan a Dios, caerán en poder de la mala lengua, la cual encenderá en ellos su fuego, que no se apagará; se desencadenará contra ellos como león, y cual leopardo los despedazará.

28:28  Haz de espinas una cerca a tus orejas, no des oídos a la mala lengua, y pon puerta y candado a tu boca.

28:29  Funde tu oro y tu plata, haz una balanza para tus palabras, y un freno bien ajustado para tu boca;

28:30  y mira no resbales en tu hablar, por lo cual caigas por tierra delante de los enemigos que te acechan, y sea incurable y mortal tu caída.

Chapter 29

29:1  Quien es misericordioso, da prestado a su prójimo; y el que tiene abierta la mano para dar, observa los mandamientos.

29:2  Presta a tu prójimo en tiempo de su necesidad; y restituye a su tiempo al prójimo lo prestado.

29:3  Cumple tu palabra y pórtate fielmente con él, y en todo tiempo hallarás lo que necesites

29:4  El dinero prestado lo reputan muchos como un hallazgo; y causan molestia a los que los favorecieron.

29:5  Hasta tanto que hayan recibido, besan las manos del que puede dar, y con voz humilde hacen promesas;

29:6  mas cuando es tiempo de pagar piden espera, y dicen cosas pesadas, y murmuran; y echan la culpa al tiempo.

29:7  Y aunque se hallen en estado de pagar, pondrán dificultades; apenas volverán la mitad de la deuda; y lo que pagan ha de contarse como un hallazgo.

29:8  Y no siendo así, le defraudarán de su dinero; y sin más ni más se ganará el acreedor un enemigo,

29:9  el cual le pagará con injurias y maldiciones, y por un honor y un beneficio recibido le volverá ultrajes.

29:10  Muchos dejan de prestar, no por dureza de corazón, sino por temor de ser burlados injustamente.

29:11  Sé tú de alma más generosa con el humilde, y no le hagas esperar por la limosna.

29:12  En cumplimiento del mandamiento socorre al pobre, y en su necesidad no lo despidas con las manos vacías.

29:13  Pierde el dinero por amor de tu hermano y de tu amigo, y no lo escondas sin provecho debajo de una losa.

29:14  Emplea tu tesoro según los preceptos del Altísimo; y te rendirá más que el oro.

29:15  Encierra la limosna en el seno del pobre, y ella rogará por ti para librarte de todo mal.

29:16  Peleará contra tu enemigo mejor que el escudo y la lanza de un campeón.

29:17  Peleará contra tu enemigo mejor que el escudo y la lanza de un campeón.

29:18  Peleará contra tu enemigo mejor que el escudo y la lanza de un campeón.

29:19  El hombre de bien da fianza por su prójimo; mas el que ha perdido el rubor, lo abandona a su suerte.

29:20  No te olvides del beneficio que te ha hecho tu fiador, pues ha expuesto por ti su vida.

29:21  El pecador y el inmundo huyen del que ha salido fiador por ellos.

29:22  El pecador se apropia los bienes del que ha dado la fianza por él, y con corazón ingrato abandona a su libertador.

29:23  Sale uno por fiador de su prójimo; y este, perdida toda vergüenza, le abandona.

29:24  Fianzas indiscretas han perdido a muchos acomodados, y los han conmovido como olas del mar.

29:25  Han trastornado a hombres acaudalados, los han hecho trasmigrar y andar errantes entre gentes extrañas.

29:26  El pecador que traspasa el mandamiento del Señor, se enredará en fianzas ruinosas; y el que se mete a muchas empresas, caerá en juicio.

29:27  Sostén al prójimo según tu posibilidad; pero mira también por ti mismo, a fin de que no te precipites.

29:28  Lo esencial de la vida del hombre es agua y pan, y vestido y casa, para tener cubierto aquello que no debe dejarse ver.

29:29  Mejor es la comida del pobre, al abrigo de una choza, que banquetes espléndidos en tierra extraña donde no se tiene domicilio.

29:30  Conténtate con lo que tuvieres, sea poco o mucho, y no tendrás que oír el reproche de ser forastero.

29:31  Es una vida infeliz la del que va hospedándose de casa en casa; pues donde quiera que se hospede, no puede obrar con libertad, ni abrir su boca.

29:32  Alguien da hospedaje y de comer y beber a ingratos; y tras esto oirá cosas que le amarguen.

29:33  “Vamos, huésped, pon la mesa, y da de comer a los otros lo que tienes a mano.”

29:34  “Vete afuera, haz lugar a otro más honorable que tú; necesito mi casa; he de alojar a un hermano mío.”

29:35  Para un hombre sensato estas cosas son pesadas: la increpación del patrón de la casa, y los improperios del prestamista.

Chapter 30

30:1  El que ama a su hijo, le hace sentir a menudo el azote para hallar en él al fin su consuelo, para que no llame de puerta en puerta.

30:2  Quien instruye a su hijo será honrado en él; y de él se gloriará con la gente de su casa.

30:3  Quien instruye a su hijo causará envidia a su enemigo, y se preciará de él en medio de sus amigos.

30:4  Muere su padre, y es como si no muriese, porque deja después de sí otro semejante a él.

30:5  En vida suya lo vio, y se alegró en él; al morir no tuvo por qué contristarse, ni confundirse a vista de sus enemigos;

30:6  pues ha dejado a la casa un defensor contra los enemigos; y uno que será agradecido a los amigos.

30:7  Por las almas de sus hijos vendará (el padre) las heridas de ellos, y a cualquier voz se conmoverán sus entrañas.

30:8  Un caballo no domado se hace intratable: así un hijo abandonado a sí mismo se hace insolente.

30:9  Halaga al hijo y te hará temblar; juega con él, y te llenará de pesadumbres.

30:10  No te rías con él, no sea que tengas que llorar, y al fin tus dientes sientan la dentera.

30:11  No le des libertad en su juventud, y no disimules sus locuras.

30:12  Dóblale la cerviz en la mocedad, y dale con la vara en las costillas, mientras es niño; no sea que se endurezca y te niegue la obediencia; lo que causará dolor a tu alma.

30:13  Instruye a tu hijo, y trabaja en formarle, para no ser cómplice en su deshonor.

30:14  Más vale el pobre sano y de robustas fuerzas, que el rico débil y acosado de males.

30:15  La salud del alma, que consiste en la santidad de la justicia, vale más que todo el oro y la plata; y un cuerpo robusto, más que inmensas riquezas.

30:16  No hay tesoro que valga más que la salud del cuerpo, ni hay placer mayor que el gozo del corazón.

30:17  Preferible es la muerte a una vida amarga, y el eterno reposo, a una dolencia continua.

30:18  Los bienes conservados en una boca cerrada, son como las exquisitas viandas dispuestas sobre un sepulcro.

30:19  ¿De qué le sirven al ídolo las libaciones? Porque él ni comerá, ni percibirá el olor de ellas.

30:20  Así acontece a quien es castigado del Señor y recibe el pago de su iniquidad.

30:21  Está mirando con sus ojos, y no hace sino gemir, como el eunuco que abraza una doncella, y da un suspiro.

30:22  No dejes que la tristeza se apodere de tu alma, ni te aflijas a ti mismo con tus pensamientos.

30:23  La alegría del corazón es la vida del hombre, y un tesoro inexhausto de santidad; el regocijo alarga la vida del hombre.

30:24  Apiádate de tu alma, agrada a Dios y sé continente; fija tu corazón en la santidad del Señor, y arroja lejos de ti la tristeza,

30:25  porque a muchos ha matado, y para nada es buena.

30:26  La envidia y la ira abrevian los días, y las zozobras aceleran la vejez antes de tiempo.

30:27  El corazón magnánimo y bueno esta como en banquetes, cuyos platos se guisan con esmero.

Chapter 31

31:1  El desvelo por las riquezas consume las carnes, y sus cuidados quitan el sueño.

31:2  Los pensamientos de lo que podrá suceder perturban el sosiego, y la grave enfermedad hace al alma templada.

31:3  Trabaja el rico para allegar riquezas, y en su reposo se rellena de sus bienes.

31:4  Trabaja el pobre para poder comer; y al fin sigue pobre.

31:5  No será justo el que es amante del oro, y quien sigue la corrupción, en ella se perderá.

31:6  Muchos han caído a causa del oro, el resplandor del cual fue su perdición.

31:7  Leño de tropiezo es el oro, para los que lo adoran. ¡Ay de aquellos que se van tras el oro! Por su causa perecerá todo imprudente.

31:8  Bienaventurado el rico que es hallado sin culpa, y que no anda tras el oro, ni pone su esperanza en el dinero ni en los tesoros.

31:9  ¿Quién es este, y le elogiaremos? porque ha hecho cosas admirables en su vida.

31:10  Él fue probado por medio del oro, y hallado perfecto; por lo que reportará gloria eterna. Él podía pecar y no pecó, hacer mal y no lo hizo.

31:11  Por eso sus bienes están asegurados en el Señor; y celebrará sus limosnas toda la congregación de los santos.

31:12  ¿Te sentaste en una espléndida mesa? No seas tú el primero en abrir tu boca.

31:13  Tampoco digas: “¡Oh, cuántas viandas hay en ella!”

31:14  Mira que es mala cosa el ojo maligno.

31:15  ¿Hay en el mundo cosa peor que semejante ojo? Por eso derramará lágrimas por toda su cara, cuando mirare.

31:16  No alargues el primero tu mano, no sea que tachado por el envidioso quedes avergonzado.

31:17  En el tomar las viandas no vayas atropellado.

31:18  Juzga el deseo de tu vecino por el tuyo propio.

31:19  Toma como persona moderada de los platos que se te presentan, para que no te hagas odioso o despreciable con el mucho comer.

31:20  Muestra tu buena crianza, acabando el primero; y no seas insaciable, a fin de no disgustar a nadie.

31:21  Y si estás sentado en medio de muchos, no alargues primero que ellos tu mano, ni seas el primero en pedir de beber.

31:22  ¡Cuán poco vino es suficiente para un hombre bien educado! y así cuando duermas no te causará desasosiego, ni sentirás incomodidad.

31:23  Insomnio, cólera y retortijones padecerá el hombre destemplado.

31:24  Sueño saludable gozará el hombre templado; dormirá hasta la mañana y despertará con el corazón alegre.

31:25  Y si te has visto forzado a comer mucho, retírate de la concurrencia y vomita; y te hallarás aliviado, y no acarrearás una enfermedad a tu cuerpo.

31:26  Escúchame, hijo, y no me desprecies, que a la postre reconocerás lo que digo.

31:27  En todas tus operaciones sé diligente, y no tendrás ningún achaque.

31:28  Al liberal en distribuir el pan le bendecirán los labios de muchos, y darán un testimonio fiel de su bondad.

31:29  Contra aquel que es mezquino en dar pan, murmurará la ciudad, y será verdadero el testimonio que darán de su mezquindad.

31:30  A los buenos bebedores no los provoques a beber; porque la perdición de muchos viene del vino.

31:31  Como el fuego prueba la dureza del hierro, así el vino bebido hasta embriagarse descubre los corazones de los soberbios.

31:32  Vida tranquila para los hombres es el vino usado con sobriedad; serás sobrio si lo bebes con moderación.

31:33  ¿Qué vida es la de aquel a quien falta el vino?

31:34  ¿Qué cosa es la que nos priva de la vida? La muerte.

31:35  El vino desde el principio fue creado para alegría, no para embriaguez.

31:36  Recrea el alma y el corazón el vino bebido moderadamente.

31:37  El beberle con templanza es salud para el alma y para el cuerpo.

31:38  El demasiado vino causa contiendas, iras y muchos estragos.

31:39  Amargura del alma es el vino bebido con exceso.

31:40  La embriaguez estimula al necio a ofender, enerva las fuerzas, y es ocasión de heridas.

31:41  En un convite en que se bebe, no reprendas al prójimo, ni le desprecies en el calor de su alegría.

31:42  No le digas dicterios, ni le apremies a que te devuelva lo que te debe.

Chapter 32

32:1  ¿Te han hecho simposiarca? Por eso no te engrías; compórtate entre ellos como uno de tantos.

32:2  Cuida bien de todos, y después que hayas satisfecho plenamente tu oficio, siéntate a la mesa;

32:3  a fin de que ellos te causen alegría, y recibas la corona, como ornamento de distinción, y obtengas la porción de honor que ellos han separado para ti.

32:4  Tú, el más anciano, a quien toca hablar el primero,

32:5  habla sabia y prudentemente; mas no estorbes la música.

32:6  Donde no hay quien escuche, no eches palabras al viento; ni quieras fuera de sazón ostentar tu saber.

32:7  Un concierto de música en un convite de vino, es semejante a un rubí engastado en oro.

32:8  Como esmeralda engastada en un anillo de oro, así es la melodía de los cantares con el beber alegre y moderado.

32:9  Escucha en silencio, y con tu modestia te ganarás la estimación.

32:10  Tú, oh joven, habla si es necesario, a duras penas, en lo que a ti te toque.

32:11  Preguntado una y otra vez, reduce a pocas palabras tu respuesta.

32:12  En muchas cosas hazte el ignorante, y escucha, ya callando, ya también preguntando.

32:13  En medio de los magnates no seas presumido, y donde hay ancianos no hables mucho.

32:14  El granizo es precedido del relámpago; así el rubor es precedido de la gracia, y por tu modestia serás bien visto de todos.

32:15  Llegando la hora de levantarte no te detengas; vete el primero a tu casa; allí diviértete, allí juega,

32:16  y haz lo que te pluguiere, con tal que sea sin pecar, ni decir palabras insolentes.

32:17  Y después de todo eso bendice al Señor que te creó, y que te colma de todos sus bienes.

32:18  El que teme al Señor abraza su instrucción; y los que vigilaren en busca de Él, lograrán bendición.

32:19  Quien busca la Ley se enriquece con ella; mas el que obra con hipocresía tropezará en ella.

32:20  Los que temen al Señor sabrán discernir lo que es justo, y harán brillar sus buenas obras como antorcha.

32:21  Huye de la reprensión el hombre pecador, y halla ejemplos en que apoyar sus antojos.

32:22  El varón prudente reflexiona bien lo que ha de hacer; pero el que no lo es, y el soberbio, nunca temen nada,

32:23  aun después de haber obrado por sí, sin consejo; más sus mismas empresas los condenarán.

32:24  Tú, hijo, no hagas cosa alguna sin consejo, y no tendrás que arrepentirte después de hecha.

32:25  No vayas por camino malo, y no tropezarás en las piedras; ni te arriesgues a ir por senda difícil, para que no expongas a caídas tu alma.

32:26  Cuídate aun de tus propios hijos, y guárdate de tus criados.

32:27  En todas tus acciones sigue el dictamen fiel de tu conciencia; pues eso es observar los mandamientos.

32:28  Quien cree en Dios atiende a sus preceptos, y el que confía en Él, no padecerá menoscabo.

Chapter 33

33:1  Al que teme al Señor, nada malo le sucederá; antes bien en la tentación Dios le guardará, y le librará de males.

33:2  El varón sabio no aborrece los preceptos y las leyes; ni se estrellará como un navío en la tormenta.

33:3  El hombre prudente es fiel a la Ley de Dios, y la Ley será fiel para con él.

33:4  El que ha de aclarar una pregunta, debe premeditar la respuesta; y así, después de haber hecho oración, será oído; de ese modo conservará la buena doctrina, y entonces podrá responder.

33:5  El corazón del fatuo es como la rueda del carro; y como un eje que da vueltas, así son sus pensamientos.

33:6  El amigo escarnecedor es como el caballo padre, que relincha debajo de cualquier jinete.

33:7  ¿De dónde viene que un día se prefiere a otro, y la luz de un día a la luz de otro, y un año a otro año, proviniendo todos de un mismo sol?

33:8  La sabiduría del Señor los diferenció después de creado el sol, el cual obedece las órdenes recibidas.

33:9  Dios arregló las estaciones, y los días festivos de ellas, en que se celebran las solemnidades a la hora establecida.

33:10  De estos mismos días, a unos los hizo grandes y sagrados, y a otros los dejó en el número de días comunes. Así también a todos los hombres los hizo del polvo, y de la tierra, de que Adán fue formado;

33:11  a los cuales distinguió el Señor con su gran sabiduría, y diferenció los caminos de ellos.

33:12  De ellos a unos bendijo, los ensalzó y los consagró, y los tomó para sí; a otros los maldijo y abatió, y los trastornó después de su separación.

33:13  Como el barro está en manos del alfarero para hacer y disponer de él,

33:14  y pende de su arbitrio el emplearle en lo que quiera; así el hombre está en las manos de su Hacedor, el cual le dará el destino según su juicio.

33:15  Contra el mal está el bien, y contra la muerte la vida; así también contra el hombre justo el pecador; y de este modo has de contemplar todas las obras del Altísimo; las veréis pareadas, y la una opuesta a la otra.

33:16  Yo me he levantado el último, y soy como el que recoge rebuscos tras los vendimiadores.

33:17  Pero puse mi esperanza en la bendición de Dios, y llené mi lagar, como el que vendimia.

33:18  Observad que no he trabajado para mí solo, sino para todos los que buscan instruirse.

33:19  Escuchadme, oh magnates, y pueblos todos; y vosotros que presidís la asamblea, prestad atención.

33:20  Ni al hijo, ni a la mujer, ni al hermano, ni al amigo, jamás en tu vida les des potestad sobre ti; ni cedas a otro lo que posees, para que no suceda que arrepentido hayas de pedirle rogando que te lo devuelva.

33:21  Mientras estés en este mundo y respires, ningún hombre te haga mudar de este propósito.

33:22  Porque mejor es que tus hijos hayan de recurrir a ti, que no el que tú hayas de esperar el auxilio de las manos de tus hijos.

33:23  En todas tus cosas mantén la superioridad,

33:24  a fin de no manchar tu reputación. Reparte tu herencia cuando se terminen los días de tu vida, al tiempo de tu muerte.

33:25  Pienso y palos y carga para el asno; pan y castigo y trabajo para el esclavo.

33:26  Trabaja por el castigo, y apetece el reposo; si le dejas sueltas las manos, busca la libertad.

33:27  El yugo y la coyunda doblan la dura cerviz; así las continuas faenas amansan al siervo.

33:28  Al siervo de mala inclinación azotes y cepo. Envíale al trabajo para que no esté mano sobre mano.

33:29  Pues la ociosidad es maestra de muchos vicios.

33:30  Fuérzale a trabajar, que esto es lo que le conviene; y si no hiciere lo que le mandas, aprémiale con meterle en el cepo; guárdate, empero, de excederte contra carne alguna, y no hagas cosas de gravedad sin consejo.

33:31  Si tienes un siervo fiel, cuida de él como de ti mismo; trátale como a hermano; pues le compraste a costa de tu sangre.

33:32  Si le maltratas injustamente, se te huirá.

33:33  Y si él se aparta de ti y se marcha, no sabrás a quién preguntar, ni por qué camino le has de buscar.

Chapter 34

34:1  Las vanas esperanzas y las mentiras son para el necio; y los sueños dan alas a los imprudentes.

34:2  Como el que se abraza con una sombra, y persigue al viento; así es el que atiende a sueños engañosos.

34:3  Las visiones de los sueños son la semejanza de una cosa, como es la imagen del hombre puesta delante del mismo hombre.

34:4  Una cosa sucia ¿a qué otra limpiará? Y de un mentiroso, ¿qué verdad se sacará?

34:5  Las adivinaciones erróneas, los agüeros falsos, y los sueños de los malvados son una vanidad.

34:6  Si tu espíritu padece fantasmas, como el de la mujer que está de parto, no hagas caso de semejantes visiones, a no ser que te fuesen enviadas del Altísimo.

34:7  Porque a muchos hicieron errar los sueños, y se perdieron por haber confiado en ellos.

34:8  La palabra de la Ley es perfecta sin estas mentiras; y la sabiduría es fácil y clara en boca del hombre fiel.

34:9  ¿Qué sabe el que no ha sido probado? El varón experimentado en muchas cosas, será muy reflexivo; y el que ha aprendido mucho, discurrirá con prudencia.

34:10  El que no tiene experiencia sabe poco; mas el que se ha ocupado en muchos negocios, adquiere mucha sagacidad.

34:11  Quien no ha sido tentado, ¿qué cosas puede saber? El que ha sido engañado, se hace más cauteloso.

34:12  Muchas cosas he visto en mis peregrinaciones; y muchísima diversidad de palabras.

34:13  Por esta razón me he visto algunas veces en peligros aun de muerte, y me he librado por la gracia de Dios.

34:14  Es buscado el espíritu de aquellos que temen a Dios, y serán benditos los que le tienen respeto,

34:15  porque tienen puesta su esperanza en su Salvador, y los ojos de Dios están fijos sobre los que le aman.

34:16  De nada temblará, ni tendrá miedo quien teme al Señor, pues Este es su esperanza.

34:17  Bienaventurada es el alma del que teme al Señor.

34:18  ¿En quién pone sus ojos, y quién es su fortaleza?

34:19  Fijos están los ojos del Señor sobre los que le temen. Él es el poderoso protector, el apoyo fuerte, un toldo contra los ardores, y sombra en el mediodía,

34:20  sustentáculo para no tropezar; socorro en las caídas; el que eleva el alma y alumbra los ojos; el que da salud, vida y bendiciones.

34:21  Inmunda es la ofrenda de aquel que ofrece sacrificio de lo mal adquirido; no son gratas las irrisiones de los injustos.

34:22  El Señor solo es para aquellos que en el camino de la verdad y de la justicia le aguardan con paciencia.

34:23  El Altísimo no acepta los dones de los impíos, ni atiende a las oblaciones de los malvados; ni por muchos sacrificios que ellos ofrezcan les perdonará sus pecados.

34:24  El que ofrece sacrificio de la hacienda de los pobres, es como el que degüella un hijo delante del padre.

34:25  Es la vida de los pobres el pan de los miserables; y es un hombre sanguinario cualquiera que se lo quita.

34:26  Quien quita a alguno el pan del sudor, es como el que asesina a su prójimo.

34:27  Hermanos son el que derrama la sangre, y el que defrauda el jornal al jornalero.

34:28  Si lo que uno edifica, el otro lo destruye, ¿qué provecho sacan ambos sino el fatigarse?

34:29  Si uno hace oración, y el otro echa maldiciones, ¿a cuál escuchará Dios?

34:30  Quien se lava por haber tocado un muerto, y de nuevo le toca, ¿de qué le sirve el haberse lavado?

34:31  Así el hombre que ayuna por sus pecados, y de nuevo los comete, ¿qué provecho saca de su mortificación? ¿Su oración quién la oirá?

Chapter 35

35:1  El que observa la Ley hace muchas oblaciones.

35:2  Sacrificio de salud es guardar los mandamientos, y alejarse de toda iniquidad.

35:3  Apartarse de la injusticia, es como ofrecer un sacrificio de propiciación por las injusticias, y remover la pena merecida por los pecados.

35:4  Así como el que ofrece la flor de harina tributa gracias, así el que hace misericordia, ofrece un sacrificio.

35:5  Agrada al Señor el huir de la iniquidad; y el alejarse de la injusticia es ofrecer una oración por los pecados.

35:6  No comparezcas en la presencia del Señor con las manos vacías;

35:7  porque todas esas cosas se hacen por mandamiento de Dios.

35:8  La oblación del justo engrasa el altar, y es un olor suave en la presencia del Altísimo.

35:9  Acepto es el sacrificio del justo, y no se olvidará de él el Señor.

35:10  Da con corazón generoso gloria a Dios, y no disminuyas las primicias de tus manos.

35:11  Todo lo que das, dalo con semblante alegre, y consagra tus diezmos con regocijo.

35:12  Retribuye al Altísimo a proporción de lo que te ha dado, y preséntale con alegría ofrendas, según tus facultades;

35:13  porque el Señor es remunerador, y te volverá siete veces más.

35:14  No le ofrezcas dones defectuosos; porque no le serán aceptos.

35:15  Y no cuentes para nada un sacrificio injusto; porque el Señor es juez, y no tiene miramiento al rango de las personas.

35:16  No hace el Señor acepción de personas en perjuicio del pobre; Él escucha las plegarias del injuriado.

35:17  No desechará los ruegos del huérfano; ni a la viuda cuando, derramare sus gemidos.

35:18  Las lágrimas de la viuda, que corren por sus mejillas, ¿no son por ventura otros tantos clamores contra aquel que se las hace derramar?

35:19  Desde las mejillas suben hasta el cielo, y el Señor que la escucha, no las verá sin irritarse.

35:20  Quien adora a Dios con buena voluntad, será protegido, y su oración llegará hasta las nubes.

35:21  La oración del humilde traspasará las nubes, y no reposará hasta acercarse al Altísimo; del cual no se apartará hasta tanto que Él le mire.

35:22  Y el Señor no dará largas, sino que vengará a los justos, y hará justicia; el Fortísimo no tendrá más paciencia con ellos, sino que quebrantará su espinazo.

35:23  A las naciones les dará su merecido, hasta aniquilar la multitud de los soberbios, y desmenuzar los cetros de los inicuos;

35:24  hasta dar el pago a los hombres según sus méritos, conforme a las obras de Adán y según su presunción;

35:25  hasta que haya hecho justicia a su pueblo, y consolado con su misericordia a los justos.

35:26  Amable es la misericordia de Dios en el tiempo de la tribulación. Es como las nubes de lluvia en tiempo de sequía.

Chapter 36

36:1  Oh, Dios de todas las cosas, ten compasión de nosotros; vuelve hacia nosotros tus ojos, y muéstranos la luz de tus misericordias.

36:2  Infunde tu temor en las naciones, que no han pensado en buscarte; para que entiendan que no hay otro Dios sino Tú, y pregonen tus maravillas.

36:3  Alza tu brazo contra las naciones extrañas, para que experimenten tu poder.

36:4  Porque así como a vista de sus ojos demostraste en nosotros tu santidad; así también a nuestra vista mostrarás en ellas tu grandeza;

36:5  a fin de que conozcan, como nosotros hemos conocido, que no hay otro Dios fuera de Ti, oh Señor.

36:6  Renueva los prodigios, y haz nuevas maravillas.

36:7  Glorifica tu mano, y tu brazo derecho.

36:8  Despierta la cólera, y derrama la ira.

36:9  Destruye al adversario, y abate al enemigo.

36:10  Acelera el tiempo, no te olvides del fin; para que sean celebradas tus maravillas.

36:11  Devorados sean por el fuego de la ira aquellos que escapan; y hallen su perdición los que tanto maltratan a tu pueblo.

36:12  Quebranta las cabezas de los príncipes enemigos, los cuales dicen: “No hay otro fuera de nosotros.”

36:13  Reúne todas las tribus de Jacob; para que conozcan que no hay más Dios que Tú, y publiquen tu grandeza, y sean herencia tuya, como lo fueron desde el principio.

36:14  Apiádate de tu pueblo que lleva tu nombre, y de Israel a quien has tratado como a primogénito tuyo.

36:15  Apiádate de Jerusalén, ciudad que has santificado, ciudad de tu reposo.

36:16  Llena a Sión de tus palabras inefables, y a tu pueblo de tu gloria.

36:17  Declárate a favor de aquellos que desde el principio son creaturas tuyas y verifica las predicciones que anunciaron en tu nombre los antiguos profetas.

36:18  Remunera a los que esperan en Ti, para que se vea la veracidad de tus profetas; y oye las oraciones de tus siervos,

36:19  según la bendición que dio Aarón a tu pueblo, y enderézanos por el sendero de la justicia. Sepan los moradores todos de la tierra, que Tú eres el Dios que dispone los siglos.

36:20  El vientre recibe toda suerte de manjares; pero hay un manjar que es mejor que otro.

36:21  El paladar distingue el plato de caza; así el corazón discreto las palabras falsas.

36:22  El corazón depravado ocasionará dolores; mas el hombre sabio se le opondrá.

36:23  La mujer tomará por marido a cualquier varón; mas entre las doncellas una es mejor que otra.

36:24  Las gracias de la mujer bañan de alegría el rostro de su marido, y producen en él un afecto superior a todos los deseos del hombre.

36:25  Si su lengua habla palabras saludables, de blandura y de compasión, el marido de esta mujer tendrá una ventaja que no es común entre los hombres.

36:26  Quien posee una buena esposa, comienza a formar un patrimonio, tiene una ayuda semejante a él, y una columna de apoyo.

36:27  Donde no hay cerca, la heredad será saqueada; donde no hay mujer, gime el hombre en la pobreza.

36:28  ¿Quién se fía de aquel que no tiene nido, y que se echa para dormir donde le sorprende la oscuridad de la noche, y es como un ladrón muy listo que salta de una ciudad a otra?

Chapter 37

37:1  Todo amigo dirá: Yo también he trabado amistad contigo. Pero hay amigos que lo son solo de nombre. ¿No es un disgusto a par de la muerte,

37:2  que el compañero y el amigo se cambien en enemigos?

37:3  ¡Oh, perversísima invención! ¿De dónde has salido tú a cubrir la tierra de tal malicia y perfidia?

37:4  Un amigo se goza con el amigo en la mesa, y en el tiempo de la tribulación es su adversario.

37:5  Un amigo se conduele con el amigo por amor de su propio vientre, y embrazará el escudo contra el enemigo.

37:6  No te olvides en tu corazón de tu amigo, y no pierdas la memoria de él en medio de tu opulencia.

37:7  No quieras aconsejarte con aquel que te arma acechanzas; y encubre tus intentos a los que te envidian.

37:8  Todo el que es consultado da su consejo; mas hay consejero que lo da mirando su propio interés.

37:9  Mira bien con quién te aconsejas; infórmate primero de qué necesita; pues también él pensará dentro de sí;

37:10  no sea que él fije en el suelo una estaca, y te diga:

37:11  “Bueno es tu camino”, y se esté enfrente para ver lo que te acontece.

37:12  Vete a tratar de santidad con un hombre sin religión, y de justicia con un injusto, y con una mujer de otra que le da celos; de guerra con el cobarde, de cosas de tráfico con el negociante, de la venta con el comprador, con el hombre envidioso del agradecimiento,

37:13  con el impío de la piedad, con el deshonesto de la honestidad, de cualquier labor con el peón,

37:14  con el jornalero, asalariado por un año, de la obra que en él se puede hacer, con el siervo perezoso del tesón en el trabajo. Nunca tomes consejos de estos sobre tal cosa.

37:15  Trata de continuo con el varón piadoso, con cualquiera que tú conozcas como constante en el temor de Dios,

37:16  y cuya alma es conforme a la tuya; el cual si tú vacilas entre tinieblas tiene piedad de ti.

37:17  Forma dentro de ti un corazón de buen consejo; porque no hay para ti cosa de mayor precio.

37:18  El alma de un varón piadoso descubre algunas veces la verdad, mejor que siete centinelas apostados en un lugar alto para atalayar.

37:19  Mas sobre todo has de rogar al Altísimo, que enderece tus pasos en la verdad.

37:20  Preceda a todas tus obras la palabra veraz, y un consejo firme a todas tus acciones.

37:21  Una palabra mala altera el corazón; del cual nacen estas cuatro cosas: el bien y el mal, la vida y la muerte, cosas que constantemente están en poder de la lengua. Hay hombre que es hábil para instruir a muchos, y para su alma no vale nada.

37:22  Otro es prudente e instruye a muchos, y sirve de consuelo a su propia alma.

37:23  El que discurre con sofisterías, se hace odioso; quedará defraudado en todas las cosas.

37:24  No le ha dado el Señor gracia; porque carece de todo saber.

37:25  Aquel es sabio, que es sabio para su alma; y son loables los frutos de su prudencia.

37:26  El hombre sabio instruye a su pueblo, y los frutos de su prudencia son fieles.

37:27  Colmado será de bendiciones el varón sabio, y alabado de cuantos le conozcan.

37:28  La vida del hombre se reduce a cierto número de días; mas los días de Israel son innumerables.

37:29  El sabio continuará en ser honrado del pueblo, y su nombre vivirá eternamente.

37:30  Hijo, durante tu vida examina tu alma; y si es mal inclinada, no le des libertad;

37:31  porque no todas las cosas son útiles a todos; ni todos se complacen en unas mismas cosas.

37:32  Guárdate de ser glotón en los convites, ni te abalances a todos los platos;

37:33  porque ocasiona enfermedades el mucho comer, y la glotonería viene a parar en cólicos.

37:34  La intemperancia ha muerto muchos; mas el hombre sobrio alargará la vida.

Chapter 38

38:1  Honra al médico, porque lo necesitas; pues el Altísimo es el que le ha hecho.

38:2  Porque de Dios viene toda medicina, y el médico será remunerado por el rey.

38:3  Al médico le elevará su ciencia a los honores, y será celebrado ante los magnates.

38:4  El Altísimo creó de la tierra los medicamentos, y el nombre prudente no los desecha.

38:5  ¿No endulzó un palo las aguas amargas?

38:6  La virtud de los medicamentos pertenece al conocimiento de los hombres; el Señor se la ha descubierto, para que le glorifiquen por sus maravillas.

38:7  Con ellas cura y mitiga los dolores; el boticario hace composiciones suaves, y forma ungüentos saludables, y no tendrán fin sus operaciones.

38:8  Porque la bendición de Dios está extendida sobre toda la tierra.

38:9  Hijo, cuando estés enfermo, no te descuides a ti mismo; antes bien, ruega al Señor, y Él te curará.

38:10  Apártate del pecado, endereza tus acciones, y limpia tu corazón de toda culpa.

38:11  Ofrece suave olor, y la flor de harina en memoria; sea perfecta tu oblación, y entonces da lugar al médico.

38:12  Pues le ha puesto el Señor; y no se aparte de ti, porque su asistencia es necesaria.

38:13  Puesto que hay un tiempo en que has de caer en manos de los médicos;

38:14  y ellos rogarán al Señor para que les conceda lograr alivio y salud por su tratamiento.

38:15  Caerá en manos del médico el que peca en la presencia de su Creador.

38:16  Hijo, derrama lágrimas sobre el muerto, y como en un fatal acontecimiento comienza a suspirar; cubre su cuerpo según costumbre, y no te olvides de su sepultura.

38:17  Y para evitar que murmuren de ti, llórale amargamente por un día. Consuélate después para huir de la tristeza.

38:18  Haz duelo, según el mérito de la persona, uno o dos días, para evitar la maledicencia;

38:19  porque la tristeza apresura la muerte y deprime el vigor, y la melancolía del corazón encorva la cerviz.

38:20  Mientras le llevan se mantiene la tristeza; pues la vida del pobre es como su corazón.

38:21  No abandones tu corazón a la tristeza, arrójala de ti; y acuérdate de las postrimerías.

38:22  No te olvides de ellas; porque de allá no se vuelve; no ayudarás en nada a él, y te harás daño a ti mismo.

38:23  “Considera lo que ha sido de mí; porque lo mismo será de ti: ayer por mí, hoy por ti.”

38:24  El descanso del difunto tranquilice en ti la memoria de él; y consuélate en orden a él en la salida de su espíritu.

38:25  La sabiduría la aprende el escriba en el tiempo que está libre de negocios; y el que tiene pocas ocupaciones la adquirirá, y se llenará de ella.

38:26  Pero, ¿qué sabiduría podrá adquirir el que está asido del arado, y pone su gloria en picar los bueyes con la aguijada, y se ocupa en sus labores, y no habla de otra cosa que de los toros?

38:27  Aplica su corazón a tirar los surcos, y sus desvelos a engordar sus vacas.

38:28  Así todo artesano y constructor que trabaja día y noche, y el que graba las figuras en los sellos, y con tesón va formando varias figuras, tiene su corazón atento a imitar el dibujo, y a fuerza de vigilias perfecciona su obra.

38:29  Así el herrero, sentado junto al yunque, está atento al hierro que está trabajando; el vaho del fuego tuesta sus carnes, y está luchando con los ardores de la fragua.

38:30  El ruido del martillo le aturde los oídos, y tiene fijos sus ojos en el modelo de su obra;

38:31  su corazón atiende a acabar las obras, y con su desvelo las pule a la perfección.

38:32  Así el alfarero, sentado a su labor, gira con sus pies la rueda, siempre cuidadoso de lo que tiene entre las manos; y llevando cuenta de todo lo que labra.

38:33  Con sus brazos amasa el barro, y con sus pies doma las fuerzas del mismo.

38:34  Pondrá toda su atención en vidriar perfectamente la obra, y madrugará para limpiar el horno.

38:35  Todos estos tienen su esperanza en la industria de sus manos, y cada uno es sabio en su arte.

38:36  Sin todos estos, no se edifica una ciudad.

38:37  Mas no habitarán en ella, ni se pasearán, ni entrarán en las asambleas.

38:38  No se sentarán entre los jueces, ni entenderán las leyes judiciales, ni enseñarán las reglas de la moral, ni del derecho, ni se meterán a inventar parábolas;

38:39  sino que restaurarán las cosas del inundo, y sus votos serán para hacer bien las obras de su arte, aplicando su propia alma a entender la ley del Altísimo.

Chapter 39

39:1  El sabio indagará la sabiduría de todos los antiguos, y hará estudio de los profetas.

39:2  Recogerá las explicaciones de los varones ilustres, y penetrara asimismo las agudezas de las parábolas.

39:3  Sacará el sentido oculto de los proverbios, y se ocupará en lo misterioso de las parábolas.

39:4  Asistirá en medio de los magnates, y se presentará delante del que gobierna.

39:5  Pasará a países de naciones extrañas, para reconocer aquello que hay de bueno y de malo entre los hombres.

39:6  Despertándose muy de mañana, dirigirá su corazón al Señor que le creó, y hará oración en la presencia del Altísimo.

39:7  Abrirá su boca para orar, y pedirá perdón de sus pecados.

39:8  Porque si aquel gran Señor quisiere, le llenará del espíritu de inteligencia,

39:9  y él derramará, como lluvia, palabras de sabiduría, y en la oración dará gracias al Señor.

39:10  Pondrá en práctica sus consejos y reglas, y meditará sus ocultos juicios.

39:11  Expondrá públicamente la doctrina que ha aprendido, y se gloriará en la Ley del Testamento del Señor.

39:12  Celebrarán muchos su sabiduría, la cual nunca jamás será olvidada.

39:13  No perecerá su memoria, y su nombre será repetido de generación en generación.

39:14  Las naciones pregonarán su sabiduría, y la Iglesia celebrará sus alabanzas.

39:15  Mientras viva, tendrá más nombradía que mil; y si descansare hallará en esto su provecho.

39:16  Yo seguiré todavía dando consejos, porque me siento poseído como de un sagrado entusiasmo.

39:17  Una voz dice: Escuchadme, vosotros que sois prosapia de Dios, y brotad como rosales, plantados junto a las corrientes de las aguas.

39:18  Esparcid suaves olores, como el Líbano.

39:19  Floreced como azucenas; despedid fragancia, y echad graciosas ramas; entonad cánticos de alabanza, y bendecid al Señor en sus obras.

39:20  Engrandeced su nombre; alabadle con la voz de vuestros labios, y con cánticos de vuestra lengua, y al son de las cítaras; y diréis así en loor suyo:

39:21  Todas las obras del Señor son muy buenas.

39:22  A una voz suya se contuvo el agua como si fuera una masa, y quedó como en un depósito a un dicho de su boca.

39:23  Porque a su orden se cumple su voluntad, y la salud que Él da es perfecta.

39:24  Están a su vista las acciones de todos los hombres, y no hay cosa escondida a sus ojos.

39:25  Él alcanza a ver los siglos todos; y no hay cosa que sea maravillosa para Él.

39:26  No hay que decir: ¿Qué viene a ser esto? ¿O para qué es esto otro? porque todas las cosas servirán a su tiempo.

39:27  Su bendición es como un río que inunda.

39:28  Como el diluvio empapó en agua la tierra, así la ira del Señor será la suerte de las naciones que no le buscaren.

39:29  Así como Él convirtió las aguas en una sequedad, y quedó enjuta la tierra, y abrió un camino cómodo para que pasasen; así los pecadores por un efecto de su ira hallarán su tropiezo.

39:30  Los bienes fueron desde el principio creados para los buenos; pero para los malos los bienes y los males.

39:31  Lo que principalmente se necesita para el uso de la vida humana, es agua, fuego y hierro, sal, leche, y harina de trigo, miel y racimos de uvas, aceite y vestido.

39:32  Así como todas estas cosas son un bien para los buenos; así para los impíos y pecadores se convierten en mal.

39:33  Hay espíritus creados para ministros de la venganza, los cuales en su furor aumentan los suplicios.

39:34  En el tiempo de la consumación derraman su fuerza y aplacan la cólera de Aquel que los creó.

39:35  El fuego, el pedrisco, el hambre, y la muerte, todas estas cosas se hicieron para castigo;

39:36  como los dientes de las fieras, los escorpiones, y las serpientes, y la espada vengadora que extermina a los impíos.

39:37  Se regocijan en cumplir sus mandamientos, y están aparejadas sobre la tierra para cuando fuere menester, y llegado el tiempo ejecutan puntualmente cuanto se les ordene.

39:38  Y así desde el principio estoy persuadido, y lo he meditado, y pensado, y dejado por escrito

39:39  que todas las obras de Dios son buenas, y cada una de ellas a su tiempo hará su servicio.

39:40  No hay que decir: esto es peor que aquello; pues se verá que todas las cosas serán aprobadas a su tiempo.

39:41  Y ahora con todo el corazón, y a boca llena alabad a una, y bendecid el nombre del Señor.

Chapter 40

40:1  Una molestia grande es innata a todos los hombres; y un pesado yugo abruma a los hijos de Adán, desde el día que salen del vientre materno, hasta el día de su entierro en el seno de la común madre.

40:2  Están con cuidados y sobresaltos de su corazón, en aprensión de lo que aguardan, y del día de la muerte.

40:3  Desde el que está sentado sobre un glorioso trono hasta el que yace por tierra, y sobre la ceniza;

40:4  desde el que viste jacinto, y trae corona hasta el que se cubre de lienzo crudo, hay saña, celos, alborotos, zozobras y temor de muerte, rencor obstinado y contiendas.

40:5  Aun al tiempo de reposar en su lecho, perturba su imaginación el sueño de la noche.

40:6  Breve o casi ninguno es su reposo, y aun en el mismo sueño esta como en día de centinela,

40:7  y turbado por las visiones de su espíritu, y como quien echa a huir al tiempo de la batalla. Mas cuando despierta, y se ve salvo, se admira de su vano temor.

40:8  Esto sucede en todo viviente, desde el hombre hasta la bestia; mas en los pecadores siete veces peor.

40:9  Además de esto, la muerte, el derramamiento de sangre, las contiendas, la espada, las opresiones, el hambre, las ruinas y los azotes.

40:10  Todas estas cosas fueron destinadas para los impíos; y por causa de ellos vino el diluvio.

40:11  Todo cuanto de la tierra viene, en tierra se convertirá; así como todas las aguas vuelven al mar.

40:12  Todas las dádivas y las injusticias se acabarán; pero la rectitud subsistirá para siempre.

40:13  Se secarán como un torrente las riquezas de los injustos, y harán ruido a manera de un gran trueno, en medio de un aguacero.

40:14  Al abrir su mano (el injusto) se alegrará; mas al fin los prevaricadores pararán en humo.

40:15  No multiplicarán sus ramos los nietos de los impíos; harán solamente ruido como raíces viciadas, que están sobre la punta de un risco.

40:16  Duran como la verdura que se cría en sitio húmedo, y a las orillas de un río, la cual es arrancada antes que toda otra yerba.

40:17  La beneficencia es como un jardín amenísimo, y la misericordia jamás perece.

40:18  Dulce será la vida del operario que está contento con su suerte, y halla en ella un tesoro.

40:19  Dan un nombre duradero los hijos, y la fundación de una ciudad; mas será preferida a estas cosas una mujer irreprensible.

40:20  El vino y la música, alegran el corazón, pero más que ambas cosas el amor de la sabiduría.

40:21  La flauta y el salterio, causan dulce melodía, mas la lengua suave, es superior a entrambas cosas.

40:22  La gentileza y la hermosura, recrean tu vista; pero más que todo eso, los verdes sembrados.

40:23  El amigo y el compañero se ayudan mutuamente a su tiempo, pero más que ambos la mujer y su marido.

40:24  Los hermanos sirven de gran socorro en tiempo de la aflicción; pero la misericordia salva mejor que estos.

40:25  Oro y plata mantienen al hombre en pie, pero más que ambas cosas agrada un buen consejo.

40:26  Engrandecen el corazón las riquezas y el valor, pero más que estas cosas, el temor del Señor.

40:27  Al que tiene el temor del Señor, nada le falta, y con él no hay necesidad de otro auxilio.

40:28  Es el temor del Señor como un jardín amenísimo; cubierto está de gloria, superior a todas las glorias.

40:29  Hijo, no andes mendigando durante tu vida; que más vale morir que mendigar.

40:30  El hombre que se atiene a mesa ajena, no piensa jamás cómo ganar su sustento; porque se alimenta de las viandas de otro.

40:31  Pero un hombre bien educado y cuerdo se guardará de hacer esto.

40:32  En la boca del insensato será suave el mendigar, mas en su vientre arderá el fuego.

Chapter 41

41:1  ¡Oh muerte, cuan amarga es tu memoria para un hombre que vive en paz, en medio de sus riquezas!

41:2  ¡Para un hombre tranquilo, y a quien todo le sale a medida de sus deseos, y que aún puede disfrutar de los manjares!

41:3  ¡Oh muerte! tu sentencia es dulce al hombre necesitado y falto de fuerzas,

41:4  al de una edad ya decrépita, que está lleno de cuidados, al que se halla sin esperanza y sin paciencia.

41:5  No temas la sentencia de la muerte. Acuérdate de lo que fue antes de ti, y de lo que ha de venir después de ti. Esta es la sentencia del Señor sobre toda carne.

41:6  ¿Y qué otra cosa te sobrevendrá, sino lo que fuere del agrado del Altísimo, sean diez, o ciento, o mil tus años?

41:7  No se pide cuenta en el otro mundo de lo que uno ha vivido.

41:8  Hijos abominables se hacen los hijos de los pecadores, y los que frecuentan las casas de los impíos.

41:9  Perecerá la herencia de los hijos de los pecadores, y acompañará siempre el oprobio a sus descendientes.

41:10  Quéjanse de su padre los hijos del impío, viendo que por culpa de él viven deshonrados.

41:11  ¡Ay de vosotros, hombres impíos que abandonasteis la Ley del Señor altísimo!

41:12  Cuando nacisteis, en la maldición nacisteis; y cuando muriereis, la maldición será vuestra herencia.

41:13  Todo aquello que de la tierra procede, en tierra se convertirá; así los impíos pasarán de la maldición a la perdición.

41:14  Los hombres harán duelo sobre sus cadáveres; mas el nombre de los impíos será raído.

41:15  Ten cuidado de tu buena reputación; porque esa será tuya más establemente que mil grandes y preciosos tesoros.

41:16  La buena vida se cuenta por días, pero el buen nombre permanecerá para siempre.

41:17  Hijos, conservad en la paz mi enseñanza. Pues la sabiduría escondida, y un tesoro enterrado, ¿qué utilidad acarrean?

41:18  Más digno de estima es el hombre que oculta su ignorancia, que el hombre que oculta su sabiduría.

41:19  Tened, pues, rubor de lo que voy a deciros:

41:20  que no de todo es bueno avergonzarse; ni todas las cosas bien hechas agradan a todos.

41:21  Avergonzaos de la deshonestidad delante del padre y de la madre; y de la mentira delante del que gobierna, o del hombre poderoso;

41:22  de un delito ante el príncipe y el juez; del crimen delante de la asamblea, y delante del pueblo;

41:23  de la injusticia delante del compañero y del amigo, en el lugar donde mores;

41:24  del robo, a causa de la verdad y alianza; de comer con los codos encima del pan, y de embrollar el libro de cargo y data;

41:25  de no responder a los que te saludan; de fijar tus ojos sobre la mujer fornicaria; y de torcer tu rostro por no ver al pariente.

41:26  No vuelvas al otro lado tu cara para no mirar a tu prójimo. Avergüénzate de defraudar una parte, y de no restituirla.

41:27  No pongas tus ojos en la mujer de otro, ni solicites a su criada; no te arrimes a su lecho.

41:28  Con los amigos guárdate de palabras injuriosas; y si has dado algo, no lo eches en cara.

Chapter 42

42:1  No divulgues la conversación que has oído, revelando el secreto, y no tendrás de qué avergonzarte, y hallarás gracia ante todos los hombres. No te avergüences de las cosas siguientes; ni por respeto a nadie cometas pecado.

42:2  No te avergüences de la Ley del Altísimo, ni de su Testamento; ni de modo que justifiques en juicio al impío;

42:3  ni del trato con compañeros y peregrinos, ni en la repartición de herencias entre amigos;

42:4  ni de tener balanzas y pesos fieles, ni hacer mucha o poca ganancia;

42:5  ni de impedir los fraudes de los negociantes en el vender; ni de contener a los hijos con severidad; ni de azotar al esclavo malvado hasta que salte la sangre.

42:6  A la mujer mala es bueno tenerla encerrada.

42:7  Donde hay muchas manos, echa la llave; y todo cuanto entregares cuéntalo, y pésalo; y apunta aquello que das y aquello que recibes.

42:8  No te avergüences de corregir a los insensatos, y a los necios; ni de los ancianos que son condenados por los mozos; y así te mostrarás sabio en todo, y serás bien visto delante de todos los vivientes.

42:9  La hija tiene desvelado a su padre; pues el cuidado de ella le quita el sueño, temiendo que pase de la mocedad a la edad adulta y sea odiosa cuando tome marido.

42:10  y por el temor de que sea manchada su virginidad, y se halle estar encinta en la casa paterna, o estando casada peque, o tal vez sea estéril.

42:11  A la hija libertina guárdala con estrecha custodia, no sea que algún día te haga escarnio de tus enemigos, fábula de la ciudad y befa de la plebe, y te cubra de ignominia delante de todo el pueblo.

42:12  No quieras fijar tus ojos en la hermosura de persona alguna, ni estar de asiento en medio de las mujeres.

42:13  Pues como de las ropas nace la polilla, así de la mujer la malicia del hombre.

42:14  Porque menos te dañará la malignidad del hombre, que la mujer benéfica que es causa de tu confusión e ignominia.

42:15  Ahora traeré a la memoria las obras del Señor, y publicaré aquello que he visto. Por la palabra del Señor existen sus obras.

42:16  Como el sol resplandeciente ilumina todas las cosas, así la obra del Señor está llena de su gloria.

42:17  ¿No ordenó el Señor a los santos que pregonasen todas sus maravillas, que el Señor Todopoderoso ha perpetuado para monumento estable de su gloria?

42:18  Él penetra el abismo, y los corazones de los hombres, y tiene caladas sus astucias.

42:19  Porque el Señor sabe cuánto hay que saber, y distingue las señales de los tiempos. Declara las cosas pasadas y las futuras, y descubre los rastros de las que están escondidas.

42:20  No se le escapa pensamiento alguno, ni se le oculta una sola palabra.

42:21  Hermoseó las maravillas de su sabiduría. Él existe antes de los siglos, y hasta el siglo, y nada se le puede añadir,

42:22  ni disminuir, ni ha menester consejo de nadie.

42:23  ¡Cuán amables son todas sus obras! Y eso que de ellas podemos comprender, viene a ser como una centella.

42:24  Todas estas cosas subsisten, y duran para siempre; y todas en toda ocasión a Él obedecen.

42:25  Pareadas son todas, y una opuesta a otra, y ninguna hizo imperfecta.

42:26  Aseguró el bien de cada una de ellas. La gloria de Él ¿quién se saciará de contemplarla?

Chapter 43

43:1  El alto firmamento es la hermosura de Él; la belleza del cielo es una muestra de su gloria.

43:2  El sol, al salir, le anuncia con su presencia, ese admirable instrumento, obra del Excelso.

43:3  Al medio día quema la tierra; — ¿quién puede resistir de cara el ardor de sus rayos?— como quien mantiene la fragua encendida para las labores que piden fuego muy ardiente.

43:4  El sol abrasa tres veces más los montes, vibrando rayos de fuego, con cuyo resplandor deslumbra los ojos.

43:5  Grande es el Señor que lo creó, y de orden suya acelera su curso.

43:6  También la luna con todas sus mutaciones indica los tiempos, y señala los años.

43:7  La luna señala los días festivos; luminar, que luego que llega a su plenitud comienza a menguar;

43:8  del cual ha tomado nombre el mes; crece maravillosamente hasta estar llena.

43:9  Un ejército hay en las alturas, el cual brilla gloriosamente en el firmamento del cielo.

43:10  El resplandor de las estrellas es la hermosura del cielo; el Señor desde lo alto ilumina al mundo.

43:11  A una palabra del Santo están prontas a sus órdenes, y jamás se cansan de hacer de centinela.

43:12  Contempla el arco iris, y bendice al que lo hizo; es muy hermoso su resplandor;

43:13  ciñe al cielo con el cerco glorioso; las manos del Altísimo lo han formado.

43:14  Con su mandato hace venir pronto la nieve, y despide con velocidad sus relámpagos justicieros.

43:15  Por eso se abren sus depósitos, de donde vuelan las nubes a manera de aves.

43:16  Con su gran poder condensa las nubes, y se desmenuzan las piedras de granizo.

43:17  A una mirada suya se conmueven los montes, y a su querer sopla el ábrego.

43:18  La tierra se conmueve por la voz de su trueno, el huracán del norte y el remolino de los vientos.

43:19  Él esparce la nieve, la cual desciende como las aves que bajan para descansar, y como las langostas que se echan sobre la tierra.

43:20  Los ojos admiran la belleza de su blancura, y las inundaciones llenan de espanto el corazón.

43:21  Derrama como sal sobre la tierra la escarcha, la cual helándose se vuelve como puntas de abrojos.

43:22  Al soplo del viento frío del norte se congela el agua en cristal; el cual cubre toda reunión de aguas, y pone encima de ellas una como coraza.

43:23  Devora los montes, quema los desiertos y seca toda verdura como con fuego.

43:24  El remedio de todo esto es una nube que aparezca luego, y un rocío que sobrevenga templado le hará amansar.

43:25  A una palabra suya calma Él los vientos, y con solo su querer sosiega el mar profundo; en medio del cual plantó el Señor las islas.

43:26  Que los que navegan el mar, cuenten sus peligros; y al escucharlos con nuestros propios oídos, quedaremos atónitos.

43:27  Allí hay obras grandes y admirables, varios géneros de animales, bestias de todas especies y creaturas monstruosas.

43:28  Por Él fue prescrito el fin a que caminan, y por su mandato se puso todo en orden.

43:29  Por mucho que digamos, nos quedará mucho que decir; mas la suma de cuanto se puede decir es que Él mismo está en todas las cosas.

43:30  Para darle gloria, ¿qué es lo que valemos nosotros? Pues siendo Él todopoderoso, es superior a todas sus obras.

43:31  Terrible es el Señor, y grande sobremanera, y su poder es admirable.

43:32  Glorificad al Señor cuanto más pudiereis, que todavía quedará Él superior; siendo como es prodigiosa su magnificencia.

43:33  Bendecid al Señor, ensalzadle cuanto podáis; porque superior es a toda alabanza.

43:34  Para ensalzarle, recoged todas vuestras fuerzas; y no os canséis, que jamás llegaréis al cabo.

43:35  ¿Quién le ha visto a fin de poderle describir? ¿Y quién le glorificará tanto como Él es desde el principio?

43:36  Muchas son sus obras que ignoramos, mayores que las ya dichas; pues es poco lo que de sus obras sabemos.

43:37  Pero todo lo hizo el Señor; y a los que viven virtuosamente les da la sabiduría.

Chapter 44

44:1  Alabemos a los varones ilustres, a nuestros mayores, a los que debemos el ser.

44:2  Cosas muy gloriosas obró el Señor por su magnificencia con ellos desde el principio del mundo.

44:3  Gobernaron sus estados, fueron hombres grandes en valor, y adornados de prudencia; y como profetas que eran, hicieron conocer la dignidad de profeta.

44:4  Gobernaron al pueblo de su tiempo con la virtud de la prudencia, dando muy santas instrucciones a sus súbditos.

44:5  Con su habilidad inventaron tonos musicales y compusieron los cánticos de las Escrituras.

44:6  Hombres ricos en virtudes, solícitos del decoro, pacíficos en sus casas.

44:7  Todos estos alcanzaron gloria, en los tiempos de su pueblo, y eran honrados en su siglo.

44:8  Los que de ellos nacieron, dejaron un nombre que hace recordar sus alabanzas.

44:9  Mas hay de quienes no queda memoria, que perecieron como si nunca hubieran existido. Nacieron como si no hubiesen nacido, así ellos como sus hijos.

44:10  Pero aquellos fueron varones misericordiosos, y su piedad no salió fallida.

44:11  En su descendencia permanecen sus bienes.

44:12  Sus nietos son una sucesión santa, y su posteridad se mantuvo constante en las alianzas.

44:13  Por el mérito suyo durará para siempre su descendencia; nunca perecerá su gloria.

44:14  Sepultados en paz fueron sus cuerpos; y vive su nombre por todos los siglos.

44:15  Celebren los pueblos su sabiduría, y repítanse sus alabanzas en la Iglesia.

44:16  Henoc agradó a Dios, y fue transportado al paraíso para predicar a las naciones la penitencia.

44:17  Noé fue hallado perfectamente justo; y en el tiempo de la ira vino a ser instrumento de reconciliación.

44:18  Por eso fue dejado un resto en la tierra cuando vino el diluvio.

44:19  A Noé fue hecha aquella promesa sempiterna, según la cual no pueden ser destruidos por diluvio todos los mortales.

44:20  Abrahán, aquel gran padre de muchas gentes, que no tuvo semejante en la gloria, el cual guardó la Ley del Altísimo, y estrechó con Él alianza,

44:21  la que ratificó con la circuncisión en su carne, y en la tentación fue hallado fiel.

44:22  Por eso juró el Señor darle gloria en su descendencia, y que se multiplicaría como el polvo de la tierra,

44:23  y que su posteridad sería ensalzada como las estrellas, y que ella sería heredera de mar a mar, y desde el río hasta los términos de la tierra.

44:24  Del mismo modo se portó con Isaac por amor de Abrahán su padre.

44:25  A él le dio el Señor la bendición de todas las naciones, y confirmó su pacto sobre la cabeza de Jacob.

44:26  Al cual distinguió con sus bendiciones, y le dio la herencia, repartiéndosela entre las doce tribus.

44:27  Y le concedió que en su linaje hubiese siempre varones de misericordia que fuesen amados de todas las gentes.

Chapter 45

45:1  Moisés fue el amado de Dios y de los hombres; su memoria se conserva en bendición.

45:2  Él lo hizo semejante en la gloria a los santos, le engrandeció e le hizo terrible a los enemigos; y él con su palabra hizo cesar las horrendas plagas.

45:3  Le glorificó en presencia de los reyes; le dio preceptos que promulgase a su pueblo, y le mostró su gloria.

45:4  Le santificó por su fe y mansedumbre, y le escogió entre todos los hombres.

45:5  Por eso le hizo oír su voz y entrar en la nube;

45:6  donde cara a cara le dio los mandamientos, y la ley de vida y de ciencia, para que enseñase a Jacob su pacto y sus juicios a Israel.

45:7  Ensalzó a Aarón, hermano de Moisés, y semejante a él, de la tribu de Leví.

45:8  Asentó con él un pacto eterno, le dio el sacerdocio de la nación, y le llenó de felicidad y gloria.

45:9  Le ciñó con un cíngulo precioso, le vistió con vestiduras de gloria, y le honró con ornamentos de majestad.

45:10  Le puso la túnica talar, y la túnica interior; le dio el efod, y puso alrededor suyo muchísimas campanillas de oro,

45:11  para que sonasen cuando se moviese, y se oyese su sonido en el Templo; para acordar a los hijos de su pueblo.

45:12  Le puso la vestidura santa, de oro, de jacinto y de púrpura, obra tejida, de varón sabio, dotado de verdadera prudencia;

45:13  labor artificiosa, hecha de hilo de púrpura torcido, con piedras preciosas, engastadas en oro, esculpidas por industrioso lapidario, según el número de las tribus de Israel, y para memoria de estas.

45:14  Sobre su mitra una diadema de oro, donde estaba esculpido el sello de santidad, ornamento de gloria, obra primorosa, que con su belleza se llevaba tras sí los ojos.

45:15  No hubo antes de él y desde el principio cosas tan preciosas.

45:16  Jamás las vistió hombre alguno de otra gente; sino solamente los hijos de este y sus nietos perpetuamente.

45:17  Sus sacrificios eran diariamente consumidos por el fuego.

45:18  Moisés le llenó las manos, y le ungió con el óleo sagrado.

45:19  Fue concedido a él y a su descendencia, por un pacto eterno, y duradero como los cielos, el ejercer las funciones del sacerdocio, cantar las alabanzas, y en Su nombre bendecir a su pueblo.

45:20  El Señor le escogió entre todos los vivientes para que le ofreciese los sacrificios, el incienso y olor suave; a fin de que haciendo memoria de su pueblo, se le mostrase propicio.

45:21  Le dio también autoridad acerca de sus preceptos y de sus alianzas y juicios, para enseñar a Jacob los testimonios, y dar a Israel la inteligencia de su Ley.

45:22  Mas se sublevaron contra él en el desierto unos hombres extraños; y por envidia le embistieron los que estaban con Datan y Abirón y los de la facción de Coré.

45:23  El Señor Dios lo vio y se irritó, y con el ímpetu de su enojo los consumió.

45:24  Obró horrendos prodigios contra ellos, y con ardientes llamas los aniquiló.

45:25  Y añadió gloria a Aarón y le señaló herencia; y le dio las primicias de los frutos de la tierra.

45:26  Con ellas le proveyó, a él y a sus hijos, de abundante sustento, y además comerán de los sacrificios del Señor, que les concedió a él y a su linaje.

45:27  Pero no tendrá herencia en la tierra de las naciones, ni se le dio porción entre su pueblo; pues el mismo Dios es la porción y herencia suya.

45:28  Fineés, hijo de Eleazar, es el tercero en gloria, imitador de Aarón en el temor del Señor.

45:29  Por estar firme en la afrenta del pueblo, él con su bondad y ánimo resuelto aplacó al Señor a favor de Israel.

45:30  Por cuyo motivo le firmó un pacto de paz; le constituyó príncipe del Santuario, y de su pueblo, adjudicándole para siempre, a él y a su estirpe, la dignidad sacerdotal.

45:31  Semejante fue el pacto celebrado con el rey David, hijo de Jesé, de la tribu de Judá, cuando le hizo heredero del reino, a él y a su linaje, a fin de llenar de sabiduría nuestros corazones, y de que su pueblo fuese gobernado con justicia, para que no perdiese su felicidad. Así hizo eterna la gloria de estos entre sus gentes.

Chapter 46

46:1  Esforzado en la guerra fue Jesús, hijo de Nave, sucesor de Moisés en el don de la profecía; el cual fue grande, como lo denota su nombre,

46:2  grandísimo en salvar a los escogidos de Dios, en sojuzgar a los enemigos que se levantaban contra él, y en conseguir para Israel la herencia.

46:3  ¡Cuánta gloria alcanzó, teniendo levantado su brazo, y vibrando la espada contra las ciudades!

46:4  ¿Quién antes de él combatió así? Porque el mismo Señor le puso en sus manos los enemigos.

46:5  ¿No se detuvo al ardor de su celo el sol, por lo que un día llegó a ser como dos?

46:6  Invocó al Altísimo Todopoderoso cuando batía por todos los lados a los enemigos, y el grande, el santo Dios, oyendo su oración, envió piedras de granizo muy duras y pesadas.

46:7  Se arrojó impetuosamente sobre las huestes enemigas, y en la bajada arrolló a los contrarios,

46:8  para que conociesen las naciones su poder, porque no es fácil pelear contra Dios. Fue siempre en pos del Omnipotente.

46:9  En vida de Moisés, hizo una obra muy buena, junto con Caleb, hijo de Jefone, haciendo frente al enemigo, arredrando al pueblo de pecar, y apaciguando el sedicioso murmullo.

46:10  Estos dos fueron aquellos, que del número de seiscientos mil hombres salieron salvos de todo peligro, para introducir al pueblo en la herencia, en la tierra que mana leche y miel.

46:11  Al mismo Caleb le dio el Señor gran valor, y le conservó vigoroso hasta la vejez, para subir a la montaña del país; y sus hijos obtuvieron la herencia,

46:12  a fin de que viesen todos los hijos de Israel cuan bueno es el obedecer al santo Dios.

46:13  (Sean loados) los Jueces, cada uno por su nombre, cuyo corazón no fue pervertido, porque no se apartaron del Señor;

46:14  a fin de que sea bendita la memoria de ellos, y reverdezcan sus huesos allá donde reposan,

46:15  y dure para siempre su nombre, y pase a sus hijos con la gloria de aquellos santos varones.

46:16  Samuel, querido del Señor, Dios suyo, y profeta del Señor, estableció un nuevo gobierno, y ungió reyes en su nación.

46:17  Juzgó al pueblo según la Ley del Señor, y Dios miró a Jacob, y por su fidelidad fue reconocido por profeta,

46:18  habiendo sido hallado fiel en sus palabras, porque había visto al Dios de la luz.

46:19  Mientras combatía contra los enemigos que le estrechaban por todas partes, invocó al Señor Todopoderoso con la ofrenda de un cordero inmaculado.

46:20  Tronó el Señor desde el cielo, y con grande estruendo hizo sentir su voz;

46:21  destrozó los príncipes de los tirios, y a todos los caudillos de los filisteos.

46:22  Y antes que terminase su vida, y saliese del mundo, protestó públicamente en la presencia del Señor y de su ungido, que de nadie había recibido dinero, ni siquiera unas sandalias; y ninguno entre todos tuvo de qué acusarle.

46:23  Después de esto murió, y se apareció al rey, y le notificó el fin de su vida, alzando su voz desde bajo de la tierra y profetizando la destrucción de la impiedad del pueblo.

Chapter 47

47:1  Después de esto floreció Natán, profeta, en tiempo de David.

47:2  Como la grosura de la víctima se separa de la carne; así fue David separado de entre los hijos de Israel.

47:3  En su juventud se burló de los leones, como si fuesen unos corderos; y otro tanto hizo con los osos, como si fuesen corderitos.

47:4  ¿No fue él quien mató al gigante quitando el oprobio de su nación?

47:5  AIzando la mano, derribó con la piedra de su honda al orgulloso Goliat.

47:6  Por invocar al Señor todopoderoso, el cual dio fuerza a su brazo para degollar a un tan valiente campeón, y realzar los bríos de su nación.

47:7  Así el Señor le glorificó con diez mil, le hizo ilustre con sus bendiciones y le dio una corona gloriosa.

47:8  Pues derrotó por todas partes a los enemigos, y exterminó hasta hoy día a los filisteos, sus contrarios; quebrantando sus fuerzas para siempre.

47:9  En todas sus obras dio la gloria al Santo y Excelso con palabras de suma alabanza.

47:10  Alabó al Señor con todo su corazón, y amó a Dios, su Creador; el cual le había armado de fortaleza contra los enemigos.

47:11  Estableció cantores enfrente del altar, y para sus cánticos les dio armoniosos tonos.

47:12  Puso decoro en la celebración de las fiestas, y hasta el fin de su vida dio magnificencia a cada tiempo, haciendo que se alabase el nombre santo del Señor, y se celebrase desde la madrugada la santidad de Dios.

47:13  El Señor le purificó de sus pecados, y ensalzó para siempre su poder, asegurándole con juramento la promesa del reino y el trono glorioso de Israel.

47:14  Le sucedió después el hijo sabio; y el Señor por amor de aquel tuvo abatido el poder de sus enemigos.

47:15  El reinado de Salomón fue una época de paz; Dios le sometió todos los enemigos, a fin de que fabricase un templo a su nombre, y le preparase un eterno santuario. ¡Cuán bien instruido fuiste en tu juventud,

47:16  y cómo estuviste lleno de sabiduría cual río! Descubrió tu alma los secretos de la tierra.

47:17  En tus parábolas reuniste enigmas; llegó la fama de tu nombre, hasta las islas remotas, y fuiste amado en tu paz.

47:18  Todas las gentes admiraron tus cánticos y proverbios, las parábolas y las soluciones de los enigmas,

47:19  y la protección del Señor Dios, que se apellida el Dios de Israel.

47:20  Tú reuniste oro, como si fuera cobre, y amontonaste la plata, como si fuese plomo.

47:21  Pero después te prostituiste a las mujeres, y tuviste quien ejerciese dominio sobre tu cuerpo;

47:22  echaste un borrón a tu gloria, y profanaste tu linaje, provocando la ira sobre tus hijos, y llevando a tal extremo tu necedad,

47:23  que causaste la división del reino en dos partes, y que de Efraím saliese un reino de rebeldes.

47:24  Pero no se desprenderá Dios de su misericordia, y no trastornará ni destruirá sus obras, ni arrancará de raíz los nietos de su escogido, ni extinguirá la descendencia de aquel varón amante del Señor.

47:25  Por eso dejó un residuo a Jacob y a David de su mismo linaje.

47:26  Pasó Salomón a descansar con sus padres,

47:27  y dejó después de sí a Roboam, su hijo, ejemplo de necedad para su nación,

47:28  quien falto de prudencia, con su consejo enajenó de sí el corazón del pueblo;

47:29  y a Jeroboam, hijo de Nabat, que indujo a pecar a Israel, y enseñó el camino del pecado a Efraím, causando la grandísima inundación de sus vicios,

47:30  por los cuales fueron muchas veces arrojados de su país.

47:31  Porque buscaron toda suerte de maldades, hasta que descargó sobre ellos la venganza, que puso fin a todos sus pecados.

Chapter 48

48:1  Se levantó Elías, profeta semejante al fuego; y sus palabras eran como ardientes teas.

48:2  Hizo venir sobre ellos el hambre, y fueron reducidos a un corto número los que por envidia le perseguían, porque no podían sufrir los preceptos del Señor.

48:3  Con la palabra del Señor cerró el cielo, del cual por tres veces hizo bajar fuego.

48:4  Así Elías se hizo célebre por sus milagros; ¿Quién ha alcanzado tanta gloria como tú?

48:5  Tú en virtud de la palabra del Señor Dios, sacaste del sepulcro a un difunto, arrancándoselo a la muerte.

48:6  Tú arrojaste los reyes a la perdición, quebrantaste sin trabajo su poderío, y en medio de su gloria los trasladaste del lecho.

48:7  Tú oíste en el Sinaí el juicio del Señor, y en el Horeb los decretos de la venganza.

48:8  Tú ungiste reyes para que castigasen, y dejaste profetas sucesores tuyos.

48:9  Tú fuiste arrebatado en un torbellino de fuego sobre una carroza tirada de caballos de fuego.

48:10  Tú estás escrito en los decretos de los tiempos, para aplacar el enojo del Señor, reconciliar el corazón de los padres con los hijos, y restablecer las tribus de Jacob.

48:11  Dichosos los que te vieron y fueron honrados con tu amistad.

48:12  Porque nosotros vivimos solo esta vida; mas después de la muerte no será nuestro nombre como el tuyo.

48:13  En fin, Elías, fue encubierto por el torbellino, y quedó en Eliseo la plenitud de su espíritu; que mientras vivió no temió a príncipe alguno, ni nadie fue más poderoso que él.

48:14  No le dobló cosa de este mundo; y aun después de muerto profetizó su cuerpo.

48:15  Durante su vida obró prodigios, y en su muerte hizo cosas admirables.

48:16  Mas ni con todas estas cosas se arrepintió el pueblo; ni se apartaron de sus pecados hasta que fueron arrojados de su país y dispersados por toda la tierra,

48:17  y quedó poquísima gente, y a la casa de David un príncipe.

48:18  Algunos de estos hicieron lo que era del agrado de Dios; otros, empero, cometieron muchos pecados.

48:19  Ezequías fortificó su ciudad, y condujo el agua al centro de ella; excavó a fuerza del hierro la peña, e hizo en ella una cisterna para el agua.

48:20  En su tiempo vino Senaquerib, y envió delante a Rabsacés; el cual levantó su mano contra los judíos, y amenazó con ella a Sión, ensoberbecido de sus fuerzas.

48:21  Entonces se estremecieron sus corazones y sus manos, y sintieron dolores como de mujer que está de parto.

48:22  Pero invocaron al Señor misericordioso, y extendiendo sus manos las levantaron al cielo, y el Señor Dios santo oyó luego sus voces.

48:23  No se acordó más de sus pecados, ni los entregó en poder de sus enemigos, sino que los purificó por mano del santo profeta Isaías.

48:24  Disipó el campamento de los asirios, y el Ángel del Señor los exterminó,

48:25  porque Ezequías hizo lo que agradó a Dios, y siguió con firmeza las sendas de David su padre. Así se lo había recomendado Isaías, profeta grande y fiel delante del Señor.

48:26  En su tiempo volvió atrás el sol, y él prolongó su vida al rey.

48:27  Vio con su grande espíritu los últimos tiempos, y consoló a los que lloraban en Sión.

48:28  Anunció las cosas que han de suceder hasta el fin de los tiempos, y las ocultas, antes que aconteciesen.

Chapter 49

49:1  La memoria de Josías es como una confección de aromas hecha por un perfumero.

49:2  Será su nombre en toda boca, dulce como miel, y como la música en un banquete de vino.

49:3  El fue destinado de Dios para la conversión del pueblo, y quitó las abominaciones de la impiedad.

49:4  Dirigió su corazón hacia el Señor, y en los días de los pecadores restableció la piedad.

49:5  A excepción de David, de Ezequías y de Josías, todos los otros pecaron;

49:6  porque los reyes de Judá abandonaron la Ley del Altísimo, y despreciaron el temor de Dios.

49:7  Por lo cual cedieron a otros el propio reino, y su gloria a una nación extranjera.

49:8  Incendiaron la escogida y santa ciudad, y redujeron sus calles a un desierto, según la predicción de Jeremías.

49:9  Porque maltrataron a aquel que desde el seno de su madre fue consagrado profeta, para trastornar, arrancar y destruir, y después reedificar y restaurar.

49:10  Ezequiel vio aquel espectáculo de gloria que el Señor le mostró en la carroza de los querubines;

49:11  y habló, bajo la figura de la lluvia, de los enemigos, y del bien que hace Él a los que andan por el recto camino.

49:12  Reverdezcan desde sus tumbas los huesos de los doce profetas; pues restauraron a Jacob, y se salvaron a sí mismos por la virtud de su fe.

49:13  ¿Qué diremos para ensalzar a Zorobabel, que fue como un anillo en la mano derecha?

49:14  ¿Y qué diremos de Jesús, hijo de Josedec? Ellos en sus días edificaron la Casa, y levantaron el Templo santo del Señor destinado para gloria sempiterna.

49:15  Durará largo tiempo la memoria de Nehemías; el cual levantó nuestros arruinados muros, repuso nuestras puertas y cerrojos y reedificó nuestras casas.

49:16  No nació en la tierra hombre como Henoc; el cual fue arrebatado de ella;

49:17  ni otro comparable a José, nacido para ser el príncipe de sus hermanos, el sostén de la nación, guía de sus hermanos, y firme apoyo del pueblo;

49:18  cuyos huesos fueron visitados, y profetizaron después de su muerte.

49:19  Set y Sem fueron celebrados entre los hombres, y sobre todos Adán por razón de su origen.

Chapter 50

50:1  Simón, hijo de Onías, Sumo Sacerdote, durante su vida levantó de nuevo la Casa y en sus tiempos fortificó el Templo.

50:2  Por él fue también fundada la altura del Templo, el edificio doble y los altos muros del Templo.

50:3  En sus días se renovaron los manantiales de las aguas en los pozos, los cuales se llenaron sobremanera como un mar.

50:4  Este cuidó de su pueblo, y le libró de la perdición.

50:5  Consiguió engrandecer la ciudad, se granjeó gloria en medio de su nación; y ensanchó la entrada del Templo y del atrio.

50:6  Como el lucero de la mañana entre tinieblas, y como la luna en tiempo de su plenitud,

50:7  como el sol refulgente, así brillaba él en el Templo de Dios.

50:8  Como el arco iris, que resplandece en las transparentes nubes, y como la flor de la rosa en tiempo de primavera, como las azucenas junto a la corriente de las aguas, y como el árbol del incienso que despide fragancia en tiempo del estío;

50:9  como luciente llama, y como incienso encendido en el fuego;

50:10  como un vaso de oro macizo, guarnecido de toda suerte de piedras preciosas;

50:11  como el olivo que retoña, y como el ciprés que descuella por su altura; (tal parecía Simón) cuando se ponía el manto glorioso y se revestía de todos los ornamentos de su dignidad.

50:12  Cuando subía al altar santo, hacía honor a las vestiduras sagradas.

50:13  Cuando recibía de las manos de los sacerdotes las partes de la hostia, estando en pie junto al altar, rodeado del coro de sus hermanos, era como un alto cedro sobre el monte Líbano.

50:14  Como renuevos de palmera así estaban alrededor suyo todos los hijos de Aarón en su magnificencia.

50:15  Los cuales tenían en sus manos la oblación que había de ofrecerse al Señor en presencia de toda la congregación de Israel; y él, consumando el sacrificio, para hacer más solemne la ofrenda al rey Altísimo,

50:16  extendía las manos para hacer la libación, y derramaba la sangre de la uva,

50:17  esparciéndola al pie del altar en olor suavísimo al altísimo príncipe.

50:18  Entonces los hijos de Aarón alzaban sus voces, tocaban las trompetas hechas a martillo, y hacían sentir un gran concierto ante Dios para recuerdo.

50:19  Asimismo todo el pueblo, a una, se postraba de repente sobre su rostro en tierra para adorar al Señor, Dios suyo, y ofrecer sus plegarias al omnipotente Dios excelso.

50:20  Y alzaban sus voces los cantores, con lo cual se acrecentaba en la gran Casa el sonido de una suave melodía.

50:21  Y presentaba el pueblo sus preces al Señor altísimo, hasta que quedaba terminado el culto de Dios, y se acababan las sagradas funciones.

50:22  Entonces bajaba el Sumo Sacerdote, y extendía sus manos hacia toda la congregación de los hijos de Israel, para dar gloria a Dios con sus labios, y celebrar su santo nombre.

50:23  Y segunda vez repetía su oración, deseoso de hacer conocer el poder de Dios.

50:24  Y ahora, vosotros, rogad al Dios de todo lo creado, que ha hecho cosas grandes en toda la tierra, que ha conservado nuestra vida desde el seno de nuestra madre; y que nos ha tratado siempre según su misericordia;

50:25  para que nos dé el contentamiento del corazón, y que reine la paz en Israel en nuestros días y para siempre;

50:26  con lo cual crea Israel que la misericordia de Dios está con nosotros para librarnos en sus días.

50:27  A dos naciones tiene aversión mi alma; y la tercera que aborrezco no es nación:

50:28  a los que habitan en la montaña de Seír, a los filisteos, y al pueblo insensato que mora en Siquem.

50:29  Documentos de sabiduría y de disciplina dejó escritos en este libro Jesús, hijo de Sirac, de Jerusalén; el cual restauró la sabiduría derramándola de su corazón.

50:30  Bienaventurado el que practica estos buenos consejos, y los estampa en su corazón. Este tal será siempre sabio.

50:31  Porque obrando así, será bueno para todo; pues la luz de Dios guiará sus pasos.

Chapter 51

51:1  Oración de Jesús, hijo de Sirac. Te glorificaré, oh Señor y Rey; a Ti alabaré, oh Dios Salvador mío.

51:2  Gracias tributaré a tu nombre, porque has sido mi auxiliador y mi protector.

51:3  Y has librado mi cuerpo de la perdición, del lazo tendido por la lengua maligna y de los labios que urden la mentira; y delante de mis acusadores te has manifestado mi defensor.

51:4  Por tu gran misericordia, de la cual tomas nombre, me has librado de los que rugían, ya prontos a devorarme;

51:5  de las manos de aquellos que buscaban cómo quitarme la vida, y del tropel de tribulaciones que me cercaron;

51:6  de la violencia de las llamas entre las cuales me vi encerrado y en cuyo fuego no fui abrasado;

51:7  del profundo seno del infierno, de los labios impuros, del falso testimonio; de un rey inicuo y de la lengua injusta.

51:8  Mi alma alabará al Señor hasta la muerte;

51:9  pues mi vida estuvo a pique de caer en el infierno.

51:10  Me cercaron por todas partes, y no había quien me prestase socorro; volvía los ojos en busca del amparo de los hombres, y no lo había.

51:11  Me acordé, oh Señor, de tu misericordia, y de tus obras desde el principio del mundo;

51:12  y cómo salvas, Señor a los que en Ti esperan, y los libras de las naciones.

51:13  Tú ensalzaste mi casa sobre la tierra, y yo te supliqué que me librases de la muerte, que todo lo disuelve.

51:14  Invoqué al Señor, Padre de mi Señor, que no me desamparase en el tiempo de mi tribulación, y mientras dominaren los soberbios.

51:15  Alabaré sin cesar tu nombre, y le celebraré con acciones de gracias; pues fue oída mi oración.

51:16  Me libraste de la perdición, y me sacaste a salvo en el tiempo calamitoso.

51:17  Por tanto te glorificaré, te cantaré alabanzas, y bendeciré el nombre del Señor.

51:18  Siendo yo todavía mozo, antes que anduviese errante, busqué abiertamente la sabiduría con mis oraciones.

51:19  La estaba pidiendo en el atrio del Templo, y la buscaré hasta mi último aliento. Ella brotó su flor, como la uva temprana.

51:20  Se regocijó con ella mi corazón; mis pies tomaron el camino recto; desde mi juventud iba yo en seguimiento de ella.

51:21  Apliqué un tanto mi oído, y la percibí.

51:22  Acopié mucha sabiduría en mi mente, e hice en ella muchos progresos.

51:23  Al que me dio la sabiduría tributaré yo la gloria.

51:24  Me resolví, por lo tanto, a ponerla en práctica; fui celoso del bien, y no me avergonzaré.

51:25  Por ella ha combatido mi alma, y poniéndola por obra cobré fuerza.

51:26  Levanté mis manos a lo alto, y lloré mi ignorancia.

51:27  Hacia ella enderecé el alma mía; y la hallé en el conocimiento.

51:28  Con ella desde luego fui dueño de mi corazón, por lo que no seré abandonado.

51:29  Acongojado anduvo mi corazón en busca de ella; por lo tanto gozaré de esta rica herencia.

51:30  El Señor me dio en recompensa una lengua, y con ella le alabaré.

51:31  Acercaos a mí, oh ignorantes, y reuníos en la casa de la enseñanza.

51:32  ¿Por qué os detenéis todavía? ¿Y qué respondéis a esto, estando vuestras almas ardiendo de sed?

51:33  Abrí mi boca y os dije: Venid a comprarla sin dinero.

51:34  Someted a su yugo vuestro cuello, y reciba vuestra alma la instrucción; pues fácil es el encontrarla.

51:35  Mirad con vuestros ojos lo poco que me he fatigado, y cómo he adquirido mucho descanso.

51:36  Recibid la enseñanza como un caudal de plata, y poseeréis con ella un inmenso tesoro de oro.

51:37  Alégrese vuestra alma en la misericordia de Dios; y alabándole a Él, nunca quedaréis confundidos.

51:38  Haced lo que debéis hacer antes que el tiempo pase; y Él os dará a su tiempo vuestra recompensa.